¿Los niveles de testosterona pueden aumentar si cambias de dieta?

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Por Randi Hutter Epstein, M.D.

¿Puedo aumentar mis niveles de testosterona a través de los alimentos que consumo? Y si es así, ¿qué alimentos o dietas funcionan mejor?

Muchos hombres, sobre todo a medida que envejecen, se preocupan por sus niveles de testosterona, la hormona sexual masculina que se dice que aumenta los músculos, el deseo sexual y el vigor. Pero es poco probable que los alimentos individuales tengan un impacto en los niveles de testosterona, aunque el consumo excesivo de alcohol sí podría hacerlo. Si tienes sobrepeso, modificar tu dieta para perder peso puede ayudar, ya que el exceso de kilos es una causa común de baja testosterona. Pero en términos de alimentos o dietas específicas, cualquier aumento que se consiga puede no tener un impacto notable en la libido, la energía o la masa muscular.

“Si alguien no tiene sobrepeso, no le pondría una dieta específica para aumentar la testosterona basándome en los datos que tenemos ahora”, dijo Alexander Pastuszak, profesor adjunto de urología y cirugía de la Universidad de Utah en Salt Lake City, coautor de una revisión sobre las alternativas a la terapia con testosterona.

En los hombres, los niveles normales de testosterona oscilan entre 300 y 1000 nanogramos por decilitro de sangre. Es poco probable que los altibajos dentro de ese rango normal tengan algún impacto en el impulso sexual o la vitalidad. Solo cuando los niveles descienden constantemente por debajo de los 300 puntos —lo que se confirma en dos análisis de sangre realizados por un laboratorio acreditado— es probable que aparezcan síntomas como la disminución de la libido, la disfunción eréctil, la fatiga, el bajo estado de ánimo o la pérdida de masa muscular, una condición médica conocida como hipogonadismo.

A partir de los 40 años, aproximadamente, los niveles de testosterona de los hombres empiezan a descender un uno por ciento al año. Pero el descenso puede variar enormemente, ya que algunos hombres mayores mantienen niveles similares a los de los jóvenes sanos. La trayectoria de la caída de la testosterona es más pronunciada entre los hombres que ganan mucho peso, dijo Shalender Bhasin, profesor de medicina en Harvard y director del Programa de Investigación en Salud Masculina: Envejecimiento y Metabolismo en el Hospital Brigham and Women’s.

Los estudios sobre los alimentos o las dietas y los niveles de testosterona han sido, en general, pequeños y los resultados distan mucho de ser concluyentes. Por ejemplo, una reciente revisión británica que agrupó los datos de 206 voluntarios, descubrió que los hombres con dietas altas en grasas tenían niveles de testosterona que eran unos 60 puntos más altos, de media, que los hombres con dietas bajas en grasas. Los hombres que seguían una dieta vegetariana tendían a tener los niveles más bajos de testosterona, unos 150 puntos menos, de media, que los que seguían una dieta rica en grasas y basada en la carne. Aun así, Joseph Whittaker, el investigador principal y nutricionista de la Universidad de Worcester, en Gran Bretaña, dijo que no recomendaría a un hombre que aumentara las grasas de su dieta a menos que tuviera niveles bajos de testosterona y síntomas de baja T y ya estuviera restringiendo las grasas.

Otro estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research probó dos estilos de dieta en 25 hombres en forma de entre 18 y 30 años. Las calorías consumidas eran las mismas, pero un grupo comía una dieta de estilo cetogénico, rica en grasas y muy baja en carbohidratos, que consistía en un 75 por ciento de calorías procedentes de grasas, un cinco por ciento de carbohidratos y un 20 por ciento de proteínas. Los hombres del otro grupo siguieron una dieta más tradicional de estilo occidental, baja en grasas, que contenía un 25 por ciento de calorías procedentes de las grasas, un 55 por ciento de carbohidratos y un 20 por ciento de proteínas. Después de diez semanas de seguir la dieta alta en grasas, la testosterona aumentó en 118 puntos, por término medio, mientras que después de la dieta baja en grasas, los niveles disminuyeron en unos 36 puntos.

Los hombres obesos que tienen niveles bajos de testosterona pueden aumentarlos reduciendo las calorías y perdiendo peso; el tipo de dieta no importa, sugieren los estudios. En el extremo opuesto, Bhasin dice que cada vez ve más hombres en su clínica que tienen problemas de dismorfia corporal y sufren de baja libido y fatiga. La restricción calórica estricta, el ejercicio intenso y el estrés crónico pueden hacer que los niveles de testosterona se desplomen y son probablemente los culpables, dijo.

La conclusión es que, para los hombres por lo demás sanos que siguen un estilo de vida razonablemente saludable, no es probable que el hecho de manipular alimentos específicos o la composición de la dieta marque una gran diferencia en la tarjeta de puntuación de la testosterona. Como dijo Fantus, de la Universidad de NorthShore: “No creo que haya una forma de jugar con el sistema para conseguir aumentos realmente grandes al cambiar la dieta”.

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