Marcos Cohen Arazi: “El sector privado tiene mucha potencialidad pero necesita un buen contexto”
La parálisis de la economía afecta a todos los sectores económicos, aunque algunos lo sufren más que otros. El turismo es una actividad que comienza a palpar los signos de la crisis mucho antes que otros, lo mismo que las señales de reactivación. Hay destinos, como Iguazú, que sostienen la demanda aún en tiempos difíciles y quizás sean los primeros en recuperarse, explica Marcos Cohen Arazi, Investigador en IERALPYME, quien hace unos días expuso sobre la situación económica de la Argentina, en un foro realizado en el Iguazú Grand, de ciudad de las Cataratas organizado por la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina.
¿Cuál es tu percepción sobre el impacto de la crisis en el turismo?
El sector está con una situación bastante complicada en términos de reducción del nivel de actividad, los hoteles están teniendo una caída que promedia 15 puntos de ocupación en el país, los hoteles de Misiones que son socios de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina, tienen una caída similar, de cerca de 13 puntos de ocupación. Hay destinos con una caída mucho mayor y eso obviamente preocupa. Estamos en un contexto en que la economía en general está sufriendo una recesión. El nivel de actividad general está cayendo 10%, la industria en promedio está cayendo más cerca de 20, hay industriales que están con caídas del 140 por ciento, como el caso de industrias de muebles. Los últimos registros creo que son niveles de caída que son cercanos a un piso, es decir que es el impacto pleno de la caída de salarios por la aceleración inflacionaria que frenó mucho la demanda de estos consumos. Luego sabremos si en un mes, en dos meses o en cuántos meses, pero cierta medida se espera que se revierta en lo que queda del año. Esta situación se comienza a revertir cuando los salarios empiecen a recuperar el terreno perdido y también al mismo tiempo observando con atención que las macroeconomía puede ordenarse al menos en parte. La inflación, que llegó al 25% en diciembre, ya está en un nivel de un solo dígito. Eso es alentador obviamente para la actividad económica, pero sin lugar a dudas, quedan y quedarán efectos de las medidas de ajuste, reducción de gastos, el brote inflacionario que todavía afecta mucho a los consumidores en su capacidad de adquirir bienes. Todo eso todavía se está procesando en la economía, a su vez hay algo de incertidumbre, porque no sabemos exactamente, cuánto de las reformas que el Gobierno quiere implementar va a lograr implementar y eso lógicamente frena decisiones de inversión y de consumo y por eso vemos esta retracción.
¿Cómo pega eso en el turismo?
Eso impacta en el caso del turismo y particularmente en el turismo en una provincia como Misiones, con Puerto Iguazú rodeada por otros países, tiene el agravante de que la estrategia para controlar la inflación incluye dejar al tipo de cambio crecer muy poquito, en una pauta cercana al 2 por ciento mensual, cuando la inflación está corriendo en un andarivel mucho más alto y eso mes a mes ocasiona una pérdida de capacidad adquisitiva para el turista extranjero.
El turismo extranjero ya ha perdido 30 por ciento su capacidad de compra respecto de diciembre o comienzo de enero. Si venía en esos meses, tenía una capacidad de compra y si vuelve si decide volver porque le gustó, con el mismo ingreso, compra un 30% menos. Eso es un cambio muy drástico muy fuerte y obviamente se siente en la actividad turística de turismo internacional.
El turismo ya venía muy golpeado por la pandemia. ¿Se siente más por eso?
La pandemia generó un efecto de cambios de hábitos cambios, de tendencias, pero el turismo ya había recuperado la actividad económica, en particular el turismo internacional ya a mediados del año pasado había recuperado niveles prepandémicos. El turismo interno mucho antes, porque justamente hubo un cambio, una invitación del contexto sanitario, a hacer viajes de proximidad, la situación económica también favoreció. Así que yo diría que no, que la pandemia ya la podíamos considerar superada en términos de lo que había afectado a la actividad turística y había reconfigurado la actividad. Ahora tenemos una situación diferente, un impacto nuevo. Creo que es menos grave en el sentido que se obedece a un reajuste de la política económica, una estrategia de shock, que en caso de ser exitosa, va a quedar como un efecto meramente transitorio. Me imagino mucho más breve. Durante la pandemia la actividad turística había perdido el 25 por ciento del empleo y muchos hoteles quedaron en el camino. En la actualidad, con las cifras a febrero, el nivel de empleo sigue estando al nivel comparable al que había previo a la pandemia, porque eso se había recuperado y todavía no se ven efectos de caída en el empleo porque se entiende que son problemas muy de corto plazo. Diferente va a ser el examen si uno plantea que esta situación se sostiene todo el año o no tiene una perspectiva de revertirse. El problema de competitividad que se está generando, el problema de bajo nivel de actividad que se está observando, si no hay señales en ese sentido, obviamente va a impactar en el empleo y eso es lo que creo que es valioso de sacar el limpio de esto: Cuando examinamos la situación del sector productivo, la micro, vemos situaciones que se están generando justamente por la estrategia macro. Habría que encontrar un camino para que ambas cosas puedan terminar siendo exitosas.
¿Y cuál es el camino?
Pienso que hay caminos, los tenemos que encontrar también entre todos, porque es un tema de política pública de consensos generales de los funcionarios de la oposición y de los gobiernos, tanto nacional como provincial, porque todos tienen que contribuir a lograr una estabilidad macro, que a su vez permita hacer florecer a la actividad económica. En este momento la estrategia de bajar la inflación está siendo sumamente recesiva y está cubriendo un mecanismo que es atrasar el tipo de cambio que tiene efectos perjudiciales para la actividad productiva. Son dos objetivos importantes: Bajar la inflación y tener en cuenta un desarrollo productivo potente. En el caso del turismo, lo agrego, porque lo estudio mucho, porque es una actividad que tiene un gran impacto laboral cerca de 7% del empleo privado, es una de las únicas actividades que está prácticamente en todo el país. Eso es muy importante para una economía como la Argentina, para un país tan amplio, tan disperso geográficamente, así que pienso que hay que prestar atención a esto.
¿Qué notaste en el empresariado turístico de Misiones? ¿Hay optimismo?
Se percibe siempre una vocación de hacer su parte, de invertir para ser competitivos puertas adentro, de invertir porque los destinos tienen atractivos que puestos en valor y acompañados con infraestructura pública y privada, pueden hacer de Argentina un lugar cada vez más importante para el turismo internacional. Pero también con esta con esta duda, con esta incertidumbre, yendo el caso concreto del corto plazo, no saber cómo hacer para para ofrecer los servicios que se tienen que prestar de acá unos meses, porque es difícil proyectar cómo van a evolucionar los costos, cómo va a evolucionar el tipo de cambio que afecta algunos costos también y dificultan justamente la planificación. Veo un sector privado que tiene mucha potencialidad pero necesita también un buen contexto, un buen entorno. No olvidemos que aquí en Iguazú, cruzando el río, tenemos otra economía muy potente, con otros estándares de política macroeconómica, inflación muy baja créditos, escala y ahí se ve notablemente como el contexto puede condicionar el desarrollo de cada economía y de cada sector.
¿Creés que el Gobierno está teniendo alguna mirada hacia las economías regionales y el turismo?
Entiendo que es un Gobierno que se está enfocando mucho en el orden macro y en confiar en que los privados y el funcionamiento de los mercados hagan el resto. Intervenir un poco menos en los sectores productivos. Sin embargo tiene una medida que está tratando de impulsar, que es el régimen de promoción de inversión para atraer grandes inversiones, quizá con una orientación definida, hacia ciertos sectores de gran inversión de capital, como energía e hidrocarburos. Creo que el gobierno si bien se concentra en la macro tiene presente que necesita una intensa actividad privada. Quizá no le está poniendo inicialmente toda la atención a eso porque entiende que primero tiene que dar las condiciones macro, inflación baja, credibilidad, perspectivas y lo otro podremos evaluarlo a medida que avance esta gestión lleva apenas cinco meses.
Se discute mucho sobre el tipo de reactivación, crecimiento en V, en pipa ¿Cuál es tu mirada?
Todo muy sujeto al ritmo en el que se avance en las reformas y la baja de inflación y la estrategia que adopte el Gobierno para lograr ese objetivo. Pienso que dentro de lo que queda del año, vamos a empezar a ver algo de recuperación, que no va a ser muy intensa. Este año obviamente va a ser recesivo en su totalidad, pero vamos a comenzar a ver algo de mejoría. Tengamos en cuenta que a partir de ahora justamente, en junio, vamos a tener impacto de una buena cosecha comparada con un año previo que fue de una mala cosecha de un año con problemas climáticos. Eso va a colaborar en muchas regiones, va a influir. Se van a generar condiciones para que la gente empiece un proceso de recuperación. No pienso que vaya a ser muy intenso. El escenario en V lo descartaría y también dependerá mucho de los sectores. Si aprueba el régimen de promoción de inversiones, va a ser intensa la inversión para explotar hidrocarburos o minerales. Esas actividades van a tener un rebote muy grande. Habrá que ver cada una en particular, cómo se puede arreglar en el nuevo contexto, como se pueda acomodar. Qué va a pasar con el cambio y la estrategia de bajar la inflación. Habrá muchos sectores que no van a poder recuperarse rápido.
¿En el turismo puede pasar eso?
Sí puede pasar eso. No obstante, hay muchos destinos que son muy competitivos por lo que ofrecen, por la infraestructura y los servicios, los proveedores privados. Irán buscando la manera de que la situación sea competitiva. La pueden tratar de paliar con acciones concretas que puedan hacer puertas adentro y también confiar en que a mediano largo plazo pueden ser actividades muy rentables más allá de un contexto específico del año de inicio de un Gobierno que aplica un plan de shock.