Musk concretó la compra de Twitter y empieza una “nueva era”
Después de meses de polémicas, idas y vueltas, juicios, Elon Musk finalmente es dueño de Twitter. Anunció cambios, además de despedir a varios ejecutivos.
Musk el jueves cerró el trato por U$S44 mil millones. Seguido a esto, comenzó con la limpieza de la empresa y al menos a cuatro altos ejecutivos los separó de la conocida red social, incluidos el director ejecutivo y el director financiero. Desde el miércoles se reunió en la sede de San Francisco con ingenieros y ejecutivos publicitarios.
Musk, hace un tiempo atrás se autodenominó como un “absolutista de la libertad de expresión”, señalando que quiere hacer de la plataforma un lugar más libre para todo tipo de comentarios y que “revertiría la prohibición permanente” del ex presidente Donald J Trump, del servicio.
Este discurso abierto podría profundizar problemas latentes sobre contenido tóxico e información errónea, lo que afectaría los debates políticos en todo el mundo. Las primeras evidencias llegarán tras las elecciones de Brasil, y los votantes acudan el 8 de noviembre para las elecciones intermedias. Twitter había señalado que prohibiría las afirmaciones engañosas sobre la votación y el resultado de las elecciones, pero fue antes que Musk asumiera como su dueño.
“Podría haber consecuencias en el mundo real para su liderazgo”, señaló David Kaye, profesor de la Universidad de California, Irvine, para The New York Times. Afirmando que: “En la medida en que los líderes mundiales vean que tienen este espacio y no está moderado, podrían presionar para ver hasta dónde pueden llegar”.
El ex jefe de política pública global de Twitter, Colin Crowell afirmó: “Es una reversión de ‘regreso al futuro’ a las redes de contenido de 2010, pero que ignora la experiencia vivida durante la última década”. Y añadió “La gente finalmente se da cuenta de que el Lejano Oeste necesita un sheriff, tanto para garantizar la seguridad de los ciudadanos como para mejorar las perspectivas comerciales”.
Cambios Radicales
Musk prometió otros cambios radicales en Twitter, incluido un nuevo liderazgo, recortes de empleos y la búsqueda de nuevas formas de ganar dinero. Con su sede en San Francisco, Twitter emplea a 7500 personas, tuvo dificultades para crecer en su negocio basado en la publicidad y atraer nuevos usuarios. Los despidos de los principales ejecutivos fueron una señal de que Musk tiene la intención de actuar con rapidez.
Al hacer que la empresa sea privada, Musk no necesita responder a los accionistas regularmente y puede realizar cambios lejos de las miradas del público.
Además, había sugerido que podrían ser necesarios recortes, para limitar costos de Twitter. Muchos de los empleados de la empresa podrían enfrentar despidos. Aún así, Twitter en los últimos días trató de calmar los ánimos de su fuerza laboral, pidiendo que ignoren esos informes de posibles despidos.
Los objetivos
Musk estableció algunos objetivos ambiciosos para Twitter, señaló que la transformará en una “aplicación de todo” llamada X. En sus presentaciones a inversionistas sobre el acuerdo, anticipó que Twitter alcanzaría ingresos anuales de U$S 26.4 mil millones y tendría 931 millones de usuarios para 2028. En tanto la compañía reportó U$S 5.08 mil millones en ingresos el año pasado, con más de 200 millones de usuarios.
El desempeño de la red social, será vital a medida que Musk equilibre la inversión en el futuro de la empresa y el pago de los intereses de los U$S 12,500 millones en préstamos que obtuvo para financiar el trato. Varios analistas cuestionaron si Twitter puede soportar la carga de esos pagos dadas sus ganancias irregulares.
Los anunciantes también están en posición de desconfiar de hacer negocios con Musk, después de que denunció el uso de publicidad en Twitter y dijo que la compañía debería encontrar una fuente de ingresos diferente. A su vez, ciertas marcas se muestran escépticas de aparecer junto a contenido riesgoso que, según Musk, debería permitirse en Twitter, mientras que otros prefieren volcarse a otras redes como Facebook y TikTok.
Ante esto, Musk lanzó una carta abierta en la que sugería que continuaría con la moderación del contenido. “Obviamente, Twitter no puede convertirse en un infierno de todos contra todos, donde se puede decir cualquier cosa sin consecuencias”, escribió. “Twitter aspira a ser la plataforma más respetada del mundo”.