“No soy médico de acá”, la cruda respuesta de Abdo Benítez por la crisis sanitaria de Paraguay
“No soy médico” le dijo hoy el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, a modo de excusa a un hombre que irrumpió en un acto oficial donde estuvo el mandatario, y con desesperación le exigió a las autoridades estatales que garanticen los medicamentos gratuitos para su hermano, internado en terapia intensiva a causa de la Covid-19.
Entre lágrimas y desesperación, Rubén Oviedo interrumpió el acto de inauguración de un parque sanitario en la IV región sanitaria, en Villarica, capital del departamento de Guairá, encabezado por el mandatario Abdo Benítez y el vicepresidente, Hugo Velázquez.
El hombre les exigió a las autoridades del Ministerio de Salud mayor asistencia al señalar que la internación de su hermano, Adalberto Oviedo, conlleva un gasto enorme.
“Estoy clamando ayuda, mi hermano está por morir y yo me siento impotente y los políticos no nos hacen caso. Mi hermano está en la última etapa. No tengo más plata, no tengo nada más, soy pobre”, señaló el ciudadano, taxista de Villarica.
Oviedo agregó que los medicamentos cuestan más de 800.000 guaraníes (unos 10.242 pesos argentinos) y agregó que “esto es recién el comienzo, ayúdenme por favor, necesitamos respuestas en esta difícil situación”.
La respuesta del mandatario fue: “No soy médico de acá, no sé qué insumos faltan”. Acto seguido, se dio la vuelta y se retiró, según el diario local ABC.
“Si hay un costo, avisame. Yo voy a cubrir”, agregó el mandatario.
El caso de Oviedo es uno de tantos. Según Última Hora, unas 40.000 personas recurren a elevadísimos gastos en salud, a pesar de que el sistema público debería velar por la protección económica equitativa de las personas aquejadas por problemas de salud.
Recientemente, una familia gastó 42 millones de guaraníes en medicamentos e insumos hospitalarios por un allegado con coronavirus en un hospital público, según el portal del medio paraguayo.
El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, indicó que el Estado gasta 15 millones de guaraníes diarios por un paciente en terapia intensiva.
No obstante, aseguró que se interiorizará sobre la situación de Oviedo.
Desde el inicio de la pandemia, Paraguay acumula un total de 134.482 casos confirmados y 2.751 fallecidos, según datos del Ministerio de Salud.
El caso no es el único. En los últimos días un médico relató su propio calvario económico. Carlos Fabián Cárdenas, especialista en ortopedia y traumatología general e infantil, tuvo a su padre con Covid e internado en terapia intensiva, donde tuvo que afrontar los gastos más elementales. Según su relato, “dentro de toda la gamma de medicamentos que nos han pedido comprar, lo que más me ha humillado y dado vergüenza ajena tener que comprar fueron: Omeprazol, ampollas de furosemida, de nitroglicerina, gluconato de calcio y metoclopramida. Para mi fue algo muy triste pues no concibo la idea de que los pacientes tengan que comprar algo muy básico en salud pública”.
“Otra de las drogas que no pueden faltar en UTI es el relajante muscular Atracurio, que permite al pulmón dañado por el virus poder expandirse lo más que pueda debido a que no hay resistencia de los músculos del tórax, ya que el paciente se encuentra totalmente paralizado. Cada paciente en promedio necesita en UTI unas 30 ampollas por día. El sistema público de salud no cuenta con dicho medicamento, ni mucho menos las grandes cadenas de farmacias. Se consigue en las farmacias pequeñas o por contrabando de Clorinda”, relató.
Según el detalle que dio el médico, cada ampolla de Atracurio varía entre los 50.000 y los 75.000 guaraníes, por lo que, por día, se gasta entre 1.500.000 y 2.250.000 guaraníes. “Si, hasta más que un sueldo mínimo POR DÍA. Eso será aproximadamente por el tiempo que llevará en terapia intensiva”. Eso equivale a 28.800 pesos diarios. El salario mínimo en Paraguay es de 2.192.839 guaraníes (28.078,23 pesos).
La crisis sanitaria contrasta con las lecturas economicistas del “modelo paraguayo”, del que se jactan los gobernantes y elogian frecuentemente organismos financieros internacionales. Es cierto. El modelo paraguayo tiene estabilidad y se proyecta un crecimiento del 4 por ciento para 2021. Sin embargo, no hay equilibrio en la distribución de los ingresos y la crisis sanitaria también es económica para los miles de trabajadores de frontera y comerciantes que quedaron a la buena de Dios ante el cierre de las fronteras con Argentina.
Mientras de este lado del río el Estado cobijó a trabajadores formales e informales, en Paraguay recién ahora, a casi un año de iniciada la pandemia y por presión extrema de comerciantes fronterizos, analiza otorgar un subsidio por tres meses para los que dependen de compradores argentinos.
Comerciantes
Subsidio de G. 3.000.000
(38.207,12 pesos) por tres meses
Trabajadores
Subsidio de G. 500.000
(6.367,85 pesos)
por tres meses