Por el aniversario de la muerte de Quiroga, los escritores se reúnen en la Casa Museo de San Ignacio
Al cumplirse 87 años de la desaparición física del Horacio Silvestre Quiroga, la casa que el escritor uruguayo-misionero-argentino construyó en la cima del peñón del Teyú Cuaré se viste de fiesta. La Sociedad Argentina de Escritores filial Misiones invita a los amantes de las letras a participar del acto de recordación de la fecha, que se realizará el lunes 19 de febrero a partir de las 10 hs de la mañana.
El acto se iniciará con palabras de bienvenida a cargo del doctor David Rebatta, presidente del Club “Fanáticos de los Cuentos de Horacio Quiroga”. Luego hablará Numy Silva, novel presidente de la SADEM, Sociedad Argentina de Escritores de Misiones. Cerrará el acto el intendente municipal, Juan Esteban Romero. El acto contará con la presencia del secretario de Estado de Cultura de la Provincia Joselo Schuap y la subsecretaria de Fomento Laura Lagable.
Posteriormente se realizará una ofrenda floral al pie del busto del escritor Horacio Quiroga y se lanzarán los nuevos lineamientos del Concurso Homenaje a Horacio Quiroga, a cargo del escritor Miguel Azarmendia. El acto finalizará con un abrazo simbólico con los escritores presentes.
Enamorado de esta tierra
Quiroga fue poeta en su juventud, pero fue con la prosa con la que consagró su indiscutible talento. Fue autor de “Cuentos de amor de locura y de muerte” (1917), “Cuentos de la selva” (1919), “Los desterrados” (1926), “Pasado amor”, novela (1929) y “Más allá”, cuentos (1935). Varias de sus obras fueron llevadas al cine. Nació en Salto, Uruguay, el 31 de diciembre de 1878 y se suicidó en 1937 ante un diagnóstico médico tenebroso.
En los albores del siglo XX, año 1903, Leopoldo Lugones llega a San Ignacio trayendo a Quiroga para tomar imágenes de estas tierras, aún inexploradas. Son del uruguayo muchas de las primeras imágenes de la reducción de San Ignacio Mini antes de ser puestas en valor. Este fue el primer contacto del joven escritor con la tierra roja, a la que volvería en dos períodos de su vida. Compró 100 hectáreas, en lo que denominaba “su meseta” y allí construyó su lugar para la escritura y la fotografía que tanto le apasionaba. Habitó entre 1909 y 1916, con su primera esposa, Ana María Cirés; y entre 1932 y 1936, con su segunda mujer, María Elena Bravo. En todos esos años, el autor escribió muchos de sus mejores cuentos, encontró la fama y el prestigio literarios. Sin embargo, su vida también estuvo signada por la desgracia, la enfermedad y el suicidio.
Además de un gran escritor, fue un precursor en diversos aspectos. “Fue inventor, fabricante, cosechero, aclimatador de especies vegetales y animales, ecologista, canoero, motociclista y creador de cuentos con estilo propio, inigualable. Desarrolló una temática fuerte, vital, muchas veces de tinte dramático, otras imbuidos de misterio, y una parte de ellos (como ‘El Vampiro’, entre los menos conocidos) reproduciendo lo que hoy llamaríamos un lenguaje cibernético, una ‘realidad virtual’. Y es en este aspecto considerado también precursor”, destaca Numy Silva.
Cabe destacar que la casa museo de San Ignacio se encuentra habilitada para visitas de turistas y delegaciones de lunes a lunes, de 9 a 18 horas.