Qué significa Notre Dame para el mundo
Si un 60% de la población francesa no es cristiana practicante, ¿por qué el país está conmocionado por una tragedia que no se cobró ninguna vida? Por la auto-coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la novela de Víctor Hugo. Por La piedad, las gárgolas y las tres reliquias de Cristo. Lo confirman los 14 millones de turistas que la visitan cada año (muchos de ellos ateos o de diversas religiones): Notre Dame es mucho más que una catedral católica, es identidad francesa y 800 años de historia.
Francia es un estado laico y, si bien es ilegal preguntarle a las personas su religión en un censo, las encuestas muestran que un 32% de la población se declara atea y otro 32% sostiene que es “escéptico sobre la existencia de un Dios, pero no es ateo”. Se trata de un 60% que no practica el cristianismo, que es la religión mayoritaria, seguida por el Islam.
Sin embargo, en el centro de París se encuentra la catedral de Notre Dame (Nuestra Señora), construida en honor a la Virgen María. Situada en la pequeña isla de la Cité, rodeada por las aguas del río Sena, se trata de uno de los monumentos más importantes de Europa y del mundo.
Este lunes 15/4, alrededor de las 18:00 (hora francesa), la catedral comenzó a arder. Luego de las llamas, comenzó el derrumbe. La tecnología del siglo XXI permitió que las imágenes dieran la vuelta al mundo en menos de un segundo y no solo los franceses se conmovieron cuando vieron al edificio de 127 metros de largo y 48 de ancho ceder ante el abrazo de las llamas. A las 20:05, la aguja de 96 metros de alto se derrumbó, como inclinándose ante una multitud virtual infinita.
La catedral de Notre Dame, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, resistió 800 años de historia: Dos guerras mundiales, reinados, varias repúblicas, imperios, revoluciones y, en los últimos años, la visita de unos 14 millones de turistas al año. Nunca sufrió un incendio y, si bien fue dañada en alguna que otra ocasión, se trató de rasguños insignificantes comparados a lo que sucedió hoy.
Su edificación comenzó en el año 1163 y, para 1260, ya estaba completada en su mayor parte, aunque se terminó en el año 1345 y se modificó de manera frecuente a lo largo de los siglos siguientes, siempre respetando el estilo gótico que la convirtió en in icono del movimiento arquitectónico. Fue en 1790, tras la revolución francesa, cuando Notre Dame sufrió su primer gran “ataque”, porque representaba a la Iglesia católica que los franceses querían dejar atrás: se destruyeron muchos de sus elementos y se robaron muchos de los tesoros que se encontraban adentro.
Quien la salvó de la degradación y la hizo dar la vuelta al mundo fue Víctor Hugo, cuando escribió El jorobado de Notre Dame, una novela adaptada numerosas veces al cine (la versión de Disney fue una de las más populares). De hecho, el escritor asumió que el objetivo de su obra era el de salvar el monumento, entonces fuertemente degradado. La publicación de la misma llamó la atención general sobre el estado “inadmisible” del monumento.
El “Jorobado” de Disney
En 1845 comenzó un proyecto de restauración que duró un cuarto de siglo. Recién en 1963 la fachada recuperó su color original y en 1992 comenzaron trabajos de restauración que se realizaron hasta el 2000.
Cada rincón de Notre Dame es arte puro: los rosetones, órganos, gárgolas y hasta sus puertas. Pero también hay en su interior obras importantísimas, como La piedad o la pintura de Santo Tomás de Aquino. Además, las tres reliquias de Cristo: La corona de espinas, un fragmento de la cruz del calvario y uno de los clavos que sirvió para fijarlo en la cruz. Sí, todas ellas están relacionadas con la religión cristiana, como lo era gran parte del arte de la época, pero su valor artístico es innegable.
Las cosas ya no son las mismas que durante el siglo XIX: Ahora los franceses no están dispuestos a renunciar a Notre Dame, un monumento que no solo es cristianismo, sino que también es historia y arte. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que convocará “a los mejores” para reconstruirla. Además de sus compatriotas, el mundo entero espera que cumpla su promesa.