Rescisión de contrato por impericia
Se contrata a alguien para manejar un establecimiento importante, el cual incluye viviendas y sectores sociales de sus propietarios, además de sus talleres industriales, sus huertas, sus campos y sus diversas actividades.
El contrato, renovable, tiene una vigencia de cuatro años.
Si el administrador miente a diario, destruye cuanto puede con notoria malicia, dificulta y frena las producciones, hace buenas migas con usureros con los que endeuda al importante establecimiento cuya administración se le confió.
Si se burla de la propia gente que lo contrató, y de la que se opuso a contratarlo.
Incluso un poco bajo cuerda (aunque es tan burdo, que no lo puede disimular), está haciendo infames acuerdos para transferir a manos extrañas partes importantes de la extensa propiedad de quienes lo contrataron, y también está incurriendo en acuerdos infames con unos delincuentes que usurpan parte importante y muy querida de la propiedad del establecimiento.
Llegó al cargo con masivos engaños, para lo cual contrató a embaucadores profesionales, y tuvo respaldo de usureros que roban con guantes blancos (pero ensangrentados) a muchos establecimientos que se dejaron engañar por prestamistas y otros delincuentes financieros.
Peor aun, este administrador, pretende manejar a los que lo nombraron, como sus siervos, o directamente como esclavos descartables.
¡Y algunos muy confusos o muy inocentes o muy mal informados, dicen que “hay que respetar el contrato, y mantenerlo en el cargo hasta el final”!
¿Mantendría en el cargo a un administrador que destroza todo, se burla de todos, vive mintiendo, se esta enriqueciendo (más todavía), a costa del establecimiento que administra y de sus administrados, e incluso manosea y viola la dignidad de todos sus administrados, que en realidad son sus jefes ante los cuales debería rendir cuentas?
Toda similitud con algún caso de la realidad, no es casualidad.