Reutemann: “necesitamos lograr chacras más resilientes”
Guillermo Reutemann, coordinador del Instituto Misionero del Suelo, compartió la mañana de Open 101.7 su mirada técnica sobre la crisis hídrica que se atraviesa en la provincia y en la región.
La crisis y el estrés hídrico están generando grandes pérdidas para los productores de la provincia y, según las previsiones, podría extenderse hasta el mes de marzo, tiempo próximo al otoño. “Podría haber luego una recomposición en cuanto a las precipitaciones, pero tampoco hay mucha seguridad de ello.”, expresó.
Más allá del sistema productivo, la crisis hídrica afecta también de forma directa a numerosas comunidades que atraviesan un déficit de agua porque las recargas de los puntos de dónde se toman el agua, están prácticamente secas.
Reutemann destaca que la problemática consiste no únicamente respecto de la lluvia sino también de cómo los suelos y sus sistemas productivos reciben la lluvia y qué fracción de la misma podemos captar e incorporar a los suelos, que es justamente de donde se alimentan las vertientes.
En ese contexto, hay estrategias que están al alcance de todos y que tienen una relación e incidencia directa en cuanto a la situación en la que se encuentran los sistemas productivos.
“La deficiencia de agua es bastante grave. A nivel del Instituto, proponemos la mejora del manejo del agua en las chacras”, explicó el coordinador del Instituto Misionero del Suelo.
“Lo que tenemos que buscar siempre con los productores es que el agua se quede en el lugar”, por eso el trabajo y la asistencia se focalizan en obras como por ejemplo estructuras de curva de nivel, camellones, tratamiento de los caminos y otras estrategias para evitar que el agua se escurra, logrando que se infiltre en el suelo y se quede.
“El problema más grave que hoy tenemos en las chacras es que hemos perdido capacidad de infiltración de agua por exceso de laboreo, falta de cobertura, protección de los suelos, degradación de las estructuras”. Todo esto, son procesos netamente antrópicos que en cierta medida, pueden ser reversibles y conllevan mucho tiempo de trabajo con propuestas tecnológicas diferentes al uso intensivo de maquinarias, la compactación y pérdida de porosidad y otras cuestiones generadas por las máquinas.
Una cuestión de procesos. Las habilitaciones de suelo y proyectos en los que se cambia el uso del suelo, es imprescindible que desde el inicio se realicen prácticas de manejo que permitan mantener las propiedades iniciales del suelo.
Existen diversas formas de acompañamiento y propuestas técnicas para revertir la degradación. Si bien la degradación es más rápida que la recuperación, es necesario iniciar el camino, según indicó Reuteman. La arborización de yerbales por ejemplo, es una línea de trabajo fuerte por estos días.
Chacras más resilientes. Estudios realizados en diversos lugares de la provincia, indican que si comparamos los suelos de monte tienen la capacidad de infiltrar la lluvia por más intensa que sea. Por ejemplo, en una situación de cobertura con bosque, los 100 milímetros se incorporan al suelo. Ahora, cuando ocurren esas lluvias en suelos que han perdido su porosidad natural, quizás infiltren 20 milímetros, los otros 80 se escurrirán y se perderán del sistema. La importancia que tiene la captación de agua en el perfil del suelo es fundamental.
“No nos tenemos que preocupar tanto por cuanto llueve sino en la capacidad que tenemos para captar en nuestro sistema productivo”, ultimó.