La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo laboral de manera acelerada, generando tanto desafíos como oportunidades en múltiples sectores. Lejos de limitarse a la automatización de tareas repetitivas, la IA está creando nuevos empleos en áreas como ciberseguridad, análisis de datos y ética tecnológica, al tiempo que facilita procesos clave en diversas industrias.

La irrupción de la IA generativa y los modelos de lenguaje de gran escala (LLM) está reconfigurando las dinámicas laborales a nivel global. Argentina, como parte de este proceso, debe prepararse para enfrentar los cambios que esta tecnología trae consigo.

Aumento de la productividad y creación de nuevos empleos

La IA promete aumentar la productividad y mejorar el desempeño en áreas como la salud, las finanzas y la educación, y plantea la posibilidad de mayores salarios promedio en ciertos sectores. Según los expertos, la inteligencia artificial no debe verse como una amenaza para el empleo, sino como una aliada que, aunque modifique algunas ocupaciones, generará nuevos puestos de trabajo en sectores emergentes.

El exministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, socio fundador de la consultora Abeceb, sostiene una visión positiva sobre estos cambios: “La IA va a generar una revolución en los procesos productivos, afectando principalmente a las actividades administrativas y repetitivas. Si bien algunos trabajos desaparecerán, surgirán otros nuevos, como ya ha sucedido en otros momentos históricos”.

Para Sica, el principal desafío radica en la adaptación del mercado laboral y la transformación del sistema educativo. “Argentina debe ajustarse a las demandas del siglo XXI, lo que implica no solo una actualización de los planes de estudio, sino también mayor flexibilidad laboral”, señala el economista.

Por otro lado, José Vargas, economista y director de la consultora Evaluecon, advierte sobre los efectos mixtos de la IA en los empleos. “En los países desarrollados, la aplicación de IA ha aumentado la productividad hasta en un 60%. Sin embargo, esto también tiene un impacto negativo en algunos sectores, donde los puestos de trabajo podrían verse reemplazados por la automatización”, explica Vargas. Aún así, sostiene que aquellos trabajadores que logren adaptarse y aplicar IA en sus tareas, serán más productivos y mejor remunerados.

Un cambio más lento en Argentina

En el contexto argentino, Vargas destaca que la adopción de la IA será más lenta debido a la actual recesión económica y a los bajos niveles de inversión tecnológica. “Aunque la IA podría mejorar la productividad en algunos trabajos en el corto plazo, no se espera un impacto inmediato en salarios ni en niveles de empleo”, aclara. La verdadera transformación, según el experto, llegará en el mediano y largo plazo, cuando se den las condiciones para que la tecnología se integre de manera más generalizada.

Impacto desigual en los sectores

No todas las actividades económicas serán afectadas por igual. Un informe de la Secretaría de Trabajo de la Nación indica que los grupos ocupacionales más calificados, como los directivos de empresas y los profesionales científicos, tienen mayor exposición a la IA, ya que más del 90% de las tareas que desempeñan podrían ser asistidas o reemplazadas por esta tecnología. En contraste, los empleos no calificados, como aquellos relacionados con construcción o agricultura, muestran una exposición significativamente menor, con solo el 6% de sus tareas potencialmente afectadas por la IA.

Los sectores más expuestos a esta revolución tecnológica son la intermediación financiera y la enseñanza, donde más del 90% de los puestos de trabajo podrían ser modificados por la IA. En estos casos, la adopción de inteligencia artificial no solo optimizará procesos, sino que también incrementará el valor añadido de los servicios, tal como señala Satya Nadella, CEO de Microsoft: “La IA está ayudando a las personas a ser más eficientes en sus trabajos”.

Desafíos y oportunidades para Argentina

Dante Sica subraya la importancia de que Argentina adopte una “macro normal”, con una economía estable que permita fomentar la inversión en tecnología y capital humano. Además, recalca la necesidad de adaptar el sistema educativo para preparar a las nuevas generaciones para los empleos del futuro. “No se trata solo de financiar la educación, sino de alinear los planes de estudio con las demandas del mercado laboral del siglo XXI”, afirma Sica.

Con la IA remodelando el mercado laboral argentino, el país enfrenta la urgencia de adecuar su sistema educativo y laboral para no quedarse atrás en esta nueva revolución tecnológica.

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