Milei derogó el decreto que otorgaba a Galasso rango de subsecretario en Cultura
El Gobierno derogó el decreto que designaba a Norberto Galasso como “Embajador de la Cultura Popular”
El Poder Ejecutivo nacional, mediante el Decreto 692/2025 publicado en el Boletín Oficial, dispuso la derogación del Decreto 515/2014 que había designado al historiador y escritor Norberto Félix Galasso como “Embajador de la Cultura Popular Argentina”, con rango y jerarquía de subsecretario. La medida forma parte del plan de austeridad impulsado por la actual administración para reducir el gasto público y revisar funciones dentro de la Administración Pública Nacional.
Una designación honorífica con rango jerárquico
El Decreto 515/2014, emitido durante la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, otorgó a Galasso la distinción de “Embajador de la Cultura Popular Argentina”. La norma le confería rango equivalente a subsecretario, aunque no implicaba la creación de una unidad organizativa ni la asignación de responsabilidades operativas dentro de la Secretaría de Cultura de la Nación.
La designación contemplaba una remuneración mensual, financiada con partidas específicas del presupuesto de la jurisdicción Presidencia de la Nación – Subjurisdicción Secretaría de Cultura. Durante más de una década, esta figura se mantuvo en la estructura administrativa con carácter simbólico, representando un reconocimiento institucional a la trayectoria del intelectual vinculado a la divulgación histórica y cultural.
Fundamentos de la derogación: austeridad y eficiencia en la gestión pública
El Decreto 692/2025 establece que la decisión se enmarca en la política de austeridad y revisión del funcionamiento del Estado. El texto oficial subraya la necesidad de “implementar medidas orientadas a mejorar el funcionamiento del Estado para lograr una gestión pública transparente, ágil, eficiente, eficaz y de calidad en la atención del bien común”.
Asimismo, el Gobierno argumentó que mantener esta designación honorífica suponía un gasto permanente que no estaba vinculado a funciones operativas ni a la estructura institucional de Cultura. Bajo esta lógica, la derogación se presenta como parte de una estrategia más amplia de reducción de costos y reestructuración de competencias en la Administración Pública Nacional.
La medida, firmada por el presidente Javier Milei y el ministro del Interior, Lisandro Catalán, entrará en vigencia a partir de su publicación en el Boletín Oficial.
La decisión de derogar la figura de “Embajador de la Cultura Popular” se inscribe en una línea de acciones orientadas a revisar cargos simbólicos, honoríficos o con bajo nivel de operatividad, priorizando la racionalización del gasto público.
En términos institucionales, la medida puede interpretarse como un paso hacia la eliminación de reconocimientos con rango jerárquico dentro de la administración estatal, lo que genera un precedente respecto a futuros cargos honoríficos o de representación cultural.
En el plano político y cultural, la derogación abre el debate sobre el rol del Estado en la promoción de la cultura popular y la legitimidad de figuras representativas financiadas con recursos públicos. Mientras el Gobierno enfatiza la necesidad de eficiencia y austeridad, distintos sectores culturales podrían interpretar la medida como un retroceso en el reconocimiento oficial de referentes históricos y sociales.
