Se estabiliza el rojo con Brasil

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Un informe de la consultora ABECEB muestra que el déficit bilateral con Brasil cayó un 0,4% interanual en el primer semestre. Aunque en junio el rojo del Saldo comercial Argentina – Brasil resultó de 526 millones de dólares mostrando un crecimiento en relación al mes anterior.
Crecieron las exportaciones un 23 %. Se vendieron más autos, aceite de girasol, tubos de hierro y otros productos de menor significación. Los números son apenas una leve reducción del déficit comercial aunque muestran un cambio de escenario que no se veía desde 2015.
Tras varios meses de deterioro, el déficit bilateral con Brasil acumulado en el primer semestre cayó 0,4% interanual al ubicarse en USD 3.700 millones, producto de un crecimiento de las exportaciones de 23,6% y un estancamiento de las importaciones. Si bien estas cifras podrían estar afectadas por el reciente paro de transportistas, y aún teniendo en cuenta que existen diferencias con los guarismos oficiales de Argentina, pueden interpretarse como un primer indicador del nuevo escenario que se abre para el comercio exterior de nuestro país. Cabe notar que el déficit bilateral acumulado en 12 meses (medido por el MDIC) no marcaba una baja desde marzo de 2015.
En junio de 2018, el rojo bilateral resultó de USD 526 millones. Las exportaciones argentinas a Brasil ascendieron a USD 1.031 millones, marcando una suba de 23,6% interanual, recuperando la tendencia creciente que se observaba desde comienzo del año, dejando atrás la caída de mayo. Mientras que las importaciones argentinas al país vecino marcaron una leve recuperación, pero se mantienen estables en la comparación interanual (-0,1%).
En el acumulado enero-junio de 2018, se percibe un crecimiento interanual del 12,1% y 6,5% en las exportaciones e importaciones al país vecino, totalizando en USD 5.151 y 8.840 millones de USD respectivamente. Al comparar estos datos con el agregado del comercio brasileño, vemos que las mejoras en las compras de Brasil muestran una recuperación más fuerte para los productos del Mercosur que para el agregado y, por otro lado, revelan una peor rendimiento en las exportaciones brasileñas para con el Mercosur que hacia el resto del mundo.
En términos de productos, las “estrellas” del comercio bilateral no varían significativamente. Así, las exportaciones argentinas a Brasil en mayo se concentran principalmente en automóviles de pasajeros, autopartes, ajo fresco/refrigerado, mijo en grano, malta no torrada, aceite de girasol, tubos de hierro fundido, entre otros. Por su parte, las importaciones argentinas desde Brasil se concentran, en idéntico periodo, en rubros similares. Así, predominan productos tales como automóviles de pasajeros, autopiezas, semimanufacturas de hierro, máquinas para terraplenes, entre otro.
Hacia adelante, habrá que monitorear la situación de la economía real brasileña, independientemente de que la coyuntura argentina propiciara condiciones para un menor déficit comercial. En el corto, los primeros indicadores muestran que la huelga de transportistas impactó directamente en el rendimiento de la industria manufacturera de Brasil durante junio. La menor intensidad en órdenes de entrega llevó consecuentemente a un menor empleo de puestos de trabajo. Los bloqueos impidieron a la vez la entrega de insumos, obstaculizando la producción. La producción manufacturera medida por PMI, bajó así en junio, por lo tanto terminando un período de 15 meses de crecimiento ininterrumpido. Los datos de industria del Instituto de Estadística Brasileño se divulgarán mañana, aunque proyecciones de analistas locales ubican una caída desestacionalizada de por encima de 10%
La huelga también afecto en los precios: el crecimiento de la inflación al por mayor superó las expectativas. El IGP-M subió un 1,87% en el mes, bajo presión de la debilidad del Real, especialmente algunos precios de los alimentos y bienes intermedios como productos químicos.
Brasil ha visto un empeoramiento significativo del escenario macro en los últimos dos meses. Según la encuesta Focus, las expectativas de crecimiento medio del PIB 2018, a fin de junio, y después de ocho declives semanales consecutivos, se estabilizaron en 1,55%. Las expectativas de inflación del IPCA aumentaron 3 pb para 2018 (a 4,03%) y se elevó levemente la expectativa de depreciación cambiaria. En este escenario, los sectores argentinos más “Brasil-dependientes” (principalmente automotrices y autopartistas, y en menor medida el sector químico) ven desmejoradas sus perspectivas por menor demanda para sus exportaciones.

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Se revierten las señales positivas en el comercio con Brasil

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En marzo de 2018 las exportaciones argentinas a Brasil crecieron 4,9%, el peor registro en tres meses y muy por debajo de la expansión de las importaciones (11,3%), lo que revierte la expectativa positiva generada el pasado mes cuando, tras un año, el dinamismo de las ventas al país vecino superaron al de las compras, señala un estudio de la consultora Abeceb.

 

La exportación de productos nacionales a Brasil totalizó 876 millones de dólares, de acuerdo a datos del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicio de ese país. La variación interanual (4,9%) está por debajo del guarismo registrado para el total de importaciones brasileñas, lo que implica que Argentina perdió participación en el mercado vecino. Como de costumbre, los principales exportables hacia Brasil son los productos asociados a la industria automotriz, automóviles de pasajeros y vehículos de carga; también gas propano, aluminio en bruto, medicamentos, aceite de soja y polímeros plásticos. Hacia el primer trimestre del año, las ventas totalizan usd 2.946 millones (+9,3%) explicado por un conjunto similar de productos, al que se le suma el mayor volumen exportado de trigo, relativo a igual período de 2017.

 

A futuro, se espera que las exportaciones consoliden una expansión por encima del 10%, dado que las ventas de artículos de la industria automotriz seguirán en un desempeño saludable, en paralelo a un esperado repunte de los volúmenes importados de productos asociados a la actividad industrial (polímeros plásticos, metálicos) que en los primeros meses del año tuvo un rendimiento débil en el país vecino pero con perspectivas de crecimiento robusto hacia fin de año.

 

Por el lado de las importaciones, en marzo hubo una desaceleración en las compras a Brasil, anotando un incremento de 11,3% con respecto a 2017 (vs 15,3% en febrero).  Las importaciones del país vecino alcanzaron USD 1.706 M, acumulando un valor importado de USD 4.376 M en los primeros tres meses del año, equivalente a un crecimiento de 14,0%.

Como se observó durante el último año, el incremento en las compras tuvo un componente significativo del sector automotriz, con incrementos en vehículos de carga, motocicletas y autopartes. Por otra parte, traccionaron al alza un conjunto de productos industriales, entre ellos los aceites combustibles, óxidos e hidróxidos de aluminio, mineral de hierro y motores y turbinas para aviación, entre otros.

 

Para lo que resta del año, se espera que se sostenga esta tendencia de desaceleración. Por un menor crecimiento en las importaciones de vehículos desde el país vecino y una alta base de comparación durante los meses restantes de 2017, se espera que las importaciones converjan a un crecimiento cercano al 10% para 2018.

 

Al anotar un déficit de USD -830 M en marzo, el rojo comercial con Brasil alcanzó los USD -2.023 M para el periodo enero-marzo 2018, superando el valor negativo que se registraba durante el mismo periodo de 2017 (USD 1.688 M). Sin embargo, una mejora en las exportaciones (que debería verse plasmada en el segundo y tercer trimestre) junto a un menor crecimiento en las importaciones permitirán que el saldo comercial del año cierre en niveles similares al año anterior (USD -8.600 millones).

 

Comercio de Argentina con Brasil

Fuente: Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil

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Vuelven a crecer las exportaciones de servicios: 12,8% en el primer semestre

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Desde la imposición del cepo cambiario, las exportaciones de servicios disminuyeron todos los años, incluso en aquellos en que nuestra moneda se devaluó. Así, en el período 2012-2016 los ingresos por esta vía cayeron 11,5%, señala un informe de la consultora Ecolatina.

  • En el primer semestre de 2017, sin embargo, las ventas de servicios al exterior volvieron a crecer: +12,8% interanual (i.a.), y representaron así cerca de un cuarto de las exportaciones de bienes, el máximo valor de los últimos veinte años.
  • Aproximadamente el 36% de las exportaciones de servicios correspondieron a viajes. De esto se desprende que cerca de un tercio de los ingresos de servicios proviene de la explotación turística de nuestro país, porcentaje que se eleva aún más si consideramos los ingresos por transporte de pasajeros (el ratio roza el 40% de las exportaciones de servicios).
  • Si bien parte de estos ingresos dependen de las condiciones naturales que tiene nuestro país para explotar a nivel turístico, el nivel del tipo de cambio permite potenciar fácilmente esta actividad. De hecho, el ingreso de divisas por viajes mostró una importante elasticidad ante las experiencias en que se abarató nuestra moneda: en 2014 crecieron 9,6% anual, y en el acumulado del último año registran un alza de 2,6% i.a.
  • Dentro de los servicios también se destacan los asociados a actividades profesionales y de consultoría (servicios jurídicos, contables, de publicidad e investigación de mercado, etc.), que representan aproximadamente 30% del total exportado. En este caso, al tratarse de prestaciones en las que el valor de la mano de obra tiene un peso significativo dentro de su estructura de costos, también es esperable que la evolución del tipo de cambio (indirectamente, el salario en dólares) afecte su capacidad exportable.
  • Al igual que la mayor parte de las ventas de servicios, en los últimos años su performance fue muy pobre, al punto que incluso a pesar de las devaluaciones de 2014 y 2016 no consiguieron mejorar (desde la imposición del cepo hasta el año pasado se contrajeron 12%). Sin embargo, en el primer semestre de 2017 exhibieron un crecimiento tal (+21,5% i.a.) que les permitió recuperar el terreno cedido: en la primera mitad del año ya se ubicaron 9,4% por encima del nivel de igual período de 2011, explicando además aproximadamente la mitad del incremento que verificaron las exportaciones de servicios en lo que va de 2017.
  • Dentro de estos servicios, resulta interesante detenernos en aquellos asociados a la investigación y el desarrollo, fundamentalmente por el potencial que tienen a la hora de generar valor agregado dentro de la economía. Lamentablemente, en actualidad su peso dentro de los ingresos de divisas de servicios es muy reducido: si bien en los últimos años exhibieron un gran incremento (en el primer semestre del año se ubicaron 38% por encima del valor de igual período de 2011), sólo explican el 2,3% del influjo de dólares de las exportaciones totales.
  • Finalmente, dentro de las exportaciones terciarias le siguen en importancia los servicios de telecomunicaciones, informática e información, que han explicado aproximadamente 12,8% de los ingresos totales por esta vía. Si bien en los últimos años su performance no ha sido alentadora (cayeron 17% desde el 2011), en los primeros seis meses del año acumularon una suba de 16,6% i.a., lo cual constituye una señal positiva en el objetivo de alcanzar una mayor inserción de nuestra economía en lo que constituyen hoy las principales cadenas de valor del mundo.
  • Pese a esta mejora de las exportaciones, las importaciones de servicios crecieron a un mayor ritmo (+15,8% i.a.). De este modo, el déficit de servicios se profundizó en lo que va del año (+20% i.a.), siendo todavía un gran desafío achicar el rojo estructural de la cuenta.
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