¿Debería prohibirse a los líderes militares hablar en la ONU?
La oleada de golpes militares en países africanos -entre ellos Burkina Faso, Sudán, Guinea, Malí y, ahora, Níger- ha suscitado una pregunta legítima: ¿Cuál debería ser la respuesta de las Naciones Unidas, un organismo mundial que tiene como gran apuesta la democracia multipartidista, ante las tomas del poder por parte del ejército?