El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para los comicios de 2018, afirmó este martes que Brasil “perdió el respeto” de la comunidad internacional y acusó al gobierno de Michel Temer de “sacarle al pueblo todo lo que tiene” con el impulso a la reforma del sistema jubilatorio y las leyes laborales.
“Quiero que este país, que ya fue respetado, vuelva a ser respetado. Me da pena ver cómo tratan hoy al país. Antes, el brasileño tenía orgullo de mostrar su pasaporte. Brasil perdió el respeto, credibilidad y prestigio internacional. Se transformó en el país del golpe y de la corrupción”, afirmó.
Durante su discurso anoche ante el 12mo Encuentro Nacional de Agricultores Familiares en Brasilia, Lula convocó a la población a la marcha de mañana para protestar por el ajuste económico de Temer.
“Hay que demostrarles que nuestras conquistas no pueden retroceder”, dijo Lula, quien evitó anunciar que será candidato en 2018, ya que lidera las encuestas en todos los escenarios y ganaría en primera y segunda vuelta, de acuerdo a la última encuesta.
El ex mandatario se encuentra en Brasilia para declarar hoy ante un juez de Brasilia que acogió una denuncia del ex senador Delcidio Amaral, que acusó a Lula de entorpecer a la justicia para ayudar a un delator corrupto confeso de Petrobras, el ex director Néstor Cerveró.
Lula dijo que creyó que “el golpe” contra la ex mandataria Dilma Rousseff, destituida en juicio político el pasado 31 de agosto, “era apenas contra el PT, pero no, el golpe fue porque a mucha gente le molesta que el hijo de un campesino pueda acceder a una universidad, y ahora ellos quieren retirar esa conquista”.
El candidato oficialista a la presidencia de Ecuador, Lenin Moreno, se imponía en las elecciones celebradas hoy en el país andino e incluso con posibilidades de consagrarse en la primera vuelta, según encuestas a boca de urna.
Moreno obtenía 39,4% de los votos contra 30,5% del empresario centroderechista Guillermo Lasso, de acuerdo con el sondeo de la firma Cedatos divulgado por el canal Teleamazonas.
Si Moreno lograra al menos 40% de los sufragios y 10 puntos porcentuales de diferencia con el segundo, evitará el balotaje del 2 de abril.
En cambio, la encuesta de la firma Opecuador daba a Moreno directamente consagrado en primera vuelta, con 42,9% de los votos contra 27,7% de Lasso, según la agencia Reuters.
En ambos sondeos aparecía tercera la socialcristiana Cynthia Viteri -única mujer postulante a la jefatura del Estado-, con 15,5% según Cedatos y 14,7% según Opecuador.
“A esta revolución no la para nada ni nadie; hemos ganado estas elecciones en justa lid”, afirmó Moreno, acompañado por el presidente Rafael Correa y un grupo de seguidores, luego de escuchar los resultados de las encuestas.
Moreno tiene 63 años y perdió la movilidad de las piernas en 1998, como consecuencia de un asalto que sufrió.
Administrador, docente y empresario, fue vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013.
Más de 12 millones de ecuatorianos estuvieron habilitados para elegir en las urnas al sucesor de Correa, a 137 diputados a la Asamblea Nacional (parlamento) y a cinco representantes al Parlamento Andino.
La jornada transcurrió con “absoluta normalidad”, según el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Pozo, y en forma “tranquila” y “pacífica”, de acuerdo con el jefe de la misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), el ex presidente dominicano Leonel Fernández.
Las urnas fueron cerradas a las 17 (las 19 en la Argentina) y los primeros resultados oficiales se esperaban para alrededor de las 20 (las 22 en la Argentina), según datos del CNE.
Entre otras curiosidades de la jornada electoral, Correa, quien aseguró que las encuestas decían “claramente” que no habría segunda vuelta, fue llevado en andas a emitir el sufragio por simpatizantes apostados en el centro de votación donde estaba empadronado.
En cambio, el candidato presidencial Patricio Zuquilanda, del Partido Sociedad Patriótica (PSP), no pudo votar porque al momento de presentarse en el centro de votación donde estaba registrado aún no había llegado el padrón electoral, informó la agencia DPA.
Los habitantes de los poblados costeros Manga del Cura y Las Golondrinas pudieron votar por primera vez en sus respectivos territorios. Hasta ahora, por problemas de límites, votaban en las provincias vecinas Guayas, Imbabura, Esmeraldas y Santo Domingo, según los casos.
La organización Participación Ciudadana, contratada por el CNE para efectuar el conteo rápido, no pudo cumplir su trabajo durante la mañana pues el edificio que se le asignó estaba cerrado con candados y cadenas, y debió ser abierto por miembros de la fuerza pública con el auxilio de herreros.
Asimismo, la altura de Quito, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, disuadió a los ex presidentes paraguayo Fernando Lugo -sus médicos le aconsejaron que se quedara en Asunción- y uruguayo José Mujica, jefe de la misión de observadores electorales de la Unasur, quien, afectado de hipertensión, permaneció en Guayaquil.
Las últimas encuestas, que por ley no pudieron revelar porcentajes de intención de voto pero sí pronosticaron que habrá balotaje, ubicaron en orden a Moreno, Lasso, Viteri, el socialdemócrata Paco Moncayo, Abdalá Bucaram -hijo del ex presidente homónimo-, Zuquilanda y los independientes Iván Espinel y Washington Pesántez.
New York Times. QUITO — Por primera vez en una década, el domingo 19 de febrero los ecuatorianos verán una papeleta de votación presidencial donde no estará el nombre que ha dominado el escenario político: Rafael Correa.
Su sucesor saldrá de entre ocho binomios. Las encuestas están encabezadas por el candidato de Alianza País (el partido de gobierno), Lenín Moreno, que fue vicepresidente de Rafael Correa de 2007 a 2013; el exbanquero conservador Guillermo Lasso; la socialcristiana Cynthia Viteri y el exalcalde de Quito y héroe de la guerra entre Ecuador y Perú de 1995, Paco Moncayo.
Según el sistema electoral ecuatoriano, si un candidato obtiene más del 40 por ciento de los votos válidos —sin contar nulos y blancos— y mantiene una diferencia de diez puntos con el segundo, gana las elecciones sin necesidad de un balotaje. Los encuestadores y politólogos dicen que ese escenario es poco probable, aunque no imposible.
La campaña electoral arrancó oficialmente el 3 de enero de 2017, pero los candidatos empezaron su proselitismo mucho antes. Quizá el que más tiempo y dinero ha invertido es Lasso, un exbanquero con posturas liberales para la economía y ultraconservadoras para lo social. Lasso —un militante del Opus Dei que ha dicho públicamente que “no está de acuerdo con el condón”— ya estuvo nominado en 2013. Ese año, en el mejor momento del gobierno de Correa, Lasso resultó segundo con cerca de un 23 por ciento de la votación; el presidente se reeligió en una sola vuelta con más del 57 por ciento.
En las elecciones parlamentarias de 2013, Alianza País logró una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el aparato legislativo ecuatoriano: 109 de 130 escaños. Para el oficialismo, esa mayoría le ha dado gobernabilidad al país y le ha permitido aprobar leyes que consideraba fundamentales. Para los críticos, sin embargo, la asamblea ha funcionado como una aplanadora legislativa que allanó el camino para los abusos y excesos de un líder tan eficiente como autoritario.
A cuatro años de aquella elección, el panorama es muy diferente. “Alianza País tiene problemas graves”, dice el politólogo Oswaldo Moreno, “lucha contra sí misma: desgastada después de diez años, Lenín Moreno es un excelente candidato pero no es invencible como Correa. Súmale a eso a Glas, que terminó siendo un lastre”.
Se refiere al ingeniero Jorge Glas Espinel, vicepresidente del segundo período de Correa y compañero de fórmula de Moreno, porque sus índices de popularidad eran muy bajos para ser el candidato presidencial. El lastre que señala Oswaldo Moreno no es la falta de carisma de Glas, sino los graves casos de corrupción que involucran a los sectores que estaban bajo su directa supervisión.
Un exasesor suyo está acusado de pedir coimas para asignar una frecuencia radial, y en el escándalo de los Panama Papers se reveló que un ejecutivo de la empresa estatal petrolera ecuatoriana, Petroecuador, recibía pagos ilegales en una empresa offshore domiciliada en el país centroamericano. La investigación posterior develó una red de sobornos que incluían a Carlos Pareja Yanuzelli, que fue ministro de Hidrocarburos, gerente de Petroecuador y gerente de refinanción de la petrolera.
A inicios de febrero de 2017, Pareja apareció en una serie de videos llamada Capayaleaks (por las iniciales de su nombre) en los que dice que “nada se hacía en Petroecuador sin el visto bueno de Jorge Glas”. Correa acusó a su excolaborador de participar en una conspiración de la derecha y la prensa. “No tienen ninguna prueba. Todo es un show. Porque es verdad: nos la tenían preparada para hacernos perder una elección”, dijo sobre los videos.
A pesar del revuelo mediático de los casos de corrupción, varios analistas consideran que no es el factor principal en esta elección. “A la gente de los estratos sociales más bajos no les interesa que haya corrupción, porque tiene un argumento: ‘Este gobierno nos ha puesto en el mapa’”, dice el politólogo Paolo Moncagatta, experto en estudios de opinión pública. “Es gente excluida política y económicamente por siglos en el Ecuador, y recién este gobierno les ha dado acceso a la salud, a la educación, a cierto tipo de bienestar. Esa gente votará por Alianza País”.
Según Moncagatta, la clase media que se benefició de la bonanza de los primeros años de Rafael Correa pero que sí repudia la corrupción será la que probablemente no vote por Alianza País, pero no lo expresa en las encuestas. Ese silencio explicaría el altísimo porcentaje de indecisos que aún hay: entre el 35 y 50 por ciento de los electores dicen que no han elegido candidato.
Según Paulina Recalde, de la firma de encuestas Perfiles de Opinión, la corrupción sí será un factor relevante: en las mediciones de los temas que más preocupan a los ecuatorianos, pasó del 3 al 13 por ciento. “Casi empatada con la delincuencia, que es el tercer factor que más se menciona”. Los dos primeros son el desempleo y la crisis económica. “Casi el 50 por ciento de las preocupaciones en esta elección son económicas”, explica Recalde.
Desde 2015, cuando los precios del petróleo —el principal ingreso no tributario del país— empezaron a bajar, la economía de Ecuador empezó a resquebrajarse. El terremoto de abril de 2016 terminó de complicar la situación del país, cuyos niveles de desempleo regresaron a los de 2006: solo en el último año, se han perdido casi 350 mil empleos.
Otras factores de los que se ha acusado al gobierno de Correa y que resuenan en medios y redes sociales, como el estado de la libertad de expresión, la represión de la protesta social y el estado de la democracia, ocupan un espacio menor. “La gente a la que le interesan las libertades y la democracia no deben ser más que un cinco por ciento de la población. Y se dividirán el voto entre Lasso, Viteri y Moncayo. Claro, es la gente que escribe y que lee, entonces parece que es la preocupación principal de los ecuatorianos”, dice Moncagatta.
Y luego agrega: “Pero no, cuando vas un poco más allá y preguntas, lo que importa es la economía del hogar, tener trabajo, pagar la comida, mandar a los niños a la escuela y tener atención de salud, poder sacar sus productos de la chacra al mercado del pueblo o de la ciudad”.
Oswaldo Moreno coincide con él: “Me parece que hay una burbuja en la que los generadores de opinión terminan reflejando sus angustias y demandas, pero los votantes que ganan un básico, madrugan a las cinco de la mañana, están pagando el pavo navideño recién, viendo cómo hacen el carnaval y se les viene en abril el colegio de los chicos en la costa, ese es el electorado que toma la decisión, sorprendiéndonos o ratificando lo que dijo la burbuja”.
El candidato Guillermo Lasso, un exbanquero con posturas liberales para la economía y ultraconservadoras para lo social, se perfila como uno de los principales contendientes en las elecciones presidenciales en Ecuador. Reuters
Son esos los factores que producirían una segunda vuelta, que se realizaría el 2 de abril. Todas las encuestas dan casi por hecho que a esa etapa pasarán Lenín Moreno y Guillermo Lasso, aunque Cynthia Viteri insista en que va de segunda.
Guillermo Lasso ha consolidado el voto duro anticorreísta, pero no logra superar un 24 por ciento de intención de voto. Paolo Moncagatta y Oswaldo Moreno dijeron, por separado, la misma frase: “Lasso es un muy mal candidato”. Según Blasco Peñaherra, director de Market, una de las encuestadoras más grandes del Ecuador, el candidato que más posibilidades tendría de derrotar a Lenín Moreno es Paco Moncayo. Moncagatta coincide con él: “En segunda vuelta tiene más posibilidades Paco Moncayo. Es el candidato que permitiría volver a una paz, un escenario donde se haga una política no tan polarizada”.
Sin embargo, ninguna encuestadora le da a Moncayo más de un 14 por ciento. Matthew Carpenter, experto en comunicación, cree que vivimos una elección fraccionada, donde ningún candidato logra unir mensaje y audiencia: “Lo vimos en otras partes, como en Canadá el año pasado, cuando Trudeau logró unificar detrás de su mensaje a una audiencia. Lo mismo pasó en Estados Unidos con Barack Obama”.
Según Carpenter, en un país fragmentado como Ecuador, los ocho candidatos parecen insistir en sus votantes incondicionales pero no intentan penetrar en otros nichos: “Los candidatos saben que para sobrevivir lo único que tienen que hacer es hablarle a sus bases. Entonces no hay ningún esfuerzo de llegar a nuevos públicos con su mensaje”.
La campaña terminará el jueves 16 de febrero y parece que cualquier pronóstico podría sonar aventurado. Después de todo, vivimos en la época de las predicciones fallidas: en Estados Unidos con Trump, en Colombia con el referendo por el acuerdo de paz con las Farc y en Inglaterra con el Brexit.
Lo único seguro es que el 24 de mayo de 2017, Rafael Correa dejará de ser presidente de Ecuador. Y eso marcará el inicio de una nueva etapa en la siempre convulsionada historia política de este país.
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva es el favorito para las elecciones de 2018, dominando todos los escenarios frente a sus potenciales rivales, según reveló este miércoles el tradicional sondeo de la Confederación Nacional del Transporte, que indicó que se amplió el rechazo al gobierno y a la imagen personal del mandatario Michel Temer.
El sondeo de la CNT evaluó que empeoraron los índices de popularidad de Temer: el respaldo al gobierno cayó del 14,6% que tenía en octubre al 10,3% actual y el rechazo a la figura personal del jefe del Estado aumentó del 51,4% al 62%.
La evaluación negativa del gobierno subió del 35,6 por ciento en octubre a 44,1% actual, de acuerdo a la encuesta realizada entre el 8 y 11 de febrero, en coincidencia con la revelación de que parte del gobierno de Temer está citado dentro de las investigaciones de sobornos de la Operación Lava Jato, en las delaciones de la empresa Odebrecht.
Pero la encuesta dio datos reveladores para el futuro luego de que el país registrara el ascenso del vicepresidente Temer tras la destitución de Dilma Rousseff.
En la encuesta realizada por la firma MDA para la Confederación Nacional del Transporte (CNT), el ex presidente Lula, procesado en cinco causas vinculadas a la Operación Lava Jato -a las que él considera parte de una persecución política-, aparece como el claro favorito a sacar el país de la crisis en la que se encuentra.
“Si las elecciones fueran hoy, Lula les gana a todos en todos los escenarios. Puede haber un poco de sentimiento por la muerte reciente de su esposa, pero mucha gente hace referencia a los buenos tiempos de Lula”, dijo el presidente de la CNT, Clesio de Andrade, tras divulgar el tradicional sondeo.
Andrade evaluó la caída de Temer no se refleja en la correlación de fuerzas que posee el gobierno, que controla el Congreso y podrá, pese a la disminución de popularidad, encarar reformas importantes en el área económica.
Temer aparece apenas con el 3,7% de intención de voto cuando fue presentado como posible candidato presidencial.
(Brasília – DF, 07/02/2017) Visita Oficial do Presidente da Argentina, Maurício Macri. Fotos: Beto Barata/PR
El escenario de 2018, según la encuesta, apunta a un Lula cada vez más fuerte en los números pero también un ascenso inédito del ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Cristiano (PSC).
Lula lidera en los tres escenarios propuestos para la primera vuelta electoral, con porcentajes que varían del 30,5 al 32,8%, contra el 11,8% de la ambientalista Marina Silva, el 11,3% de Bolsonaro, el 10% del senador Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el laborista Ciro Gomes con 5% y Temer con 3,7%.
Pero en el escenario de consulta espontánea, es decir, cuando las personas no tienen para elegir candidatos, Lula aparece con el 16,6% de los votos, contra Bolsonaro, con el 6,5% y Neves, con 2,2, ante el 67,8% de indecisos.
Pesquisa CNT/MDA mostra Lula liderando todos os cenários e queda na popularidade de Temer. Veja no #Moments⚡️ https://t.co/AOMD6po2aK
Entre el PSDB, aliado de Temer en el gobierno, aparece como alternativa a Neves el gobernador paulista, Geraldo Alckmin, quien marcó un 9%.
Para la segunda vuelta, la novedad indica que al contrario de la encuesta Datafolha de diciembre pasado, Lula también gana en caso de balotaje contra todos sus posibles oponentes de acuerdo al sondeo.
Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), vencería en balotaje 39,7% a 27,5% a Aecio Neves y 38,9% a 27,4 de Marina Silva.
Contra Temer, la encuesta dice que Lula vencería a su ex aliado Temer por 42,9% contra 19% del actual jefe del Estado, que combatió a Rousseff siendo vicepresidente.
El senador brasileño por el Partido de los Trabajadores (PT), Humberto Costa, se refirió a la elección presidencial a desarrollarse en Brasil en 2018 y en ese marco, sostuvo que están planeando un “lanzamiento oficial” en julio, de la candidatura presidencial del exjefe de Estado de ese país, Luiz Inacio Lula da Silva.
“Queremos caminar por el país con una propuesta que pueda sacar a Brasil de la crisis”, destacó Costa en declaraciones al programa “El Destape”, que conduce el periodista Roberto Navarro porRadio 10.
Para Costa, el exmandatario y fundador del PT, Lula da Silva, “va a aceptar” ser candidato a presidente por ese partido. “La población sabe de su capacidad. El único problema es que la Justicia va a intentar impedírselo”, cuestionó el senador.
Consultado sobre la posibilidad de que Lula sea arrestado por presunta corrupción en el marco de la causa Lava Jato, que investiga multimillonarios desvíos desde la petrolera estatal Petrobras, Costa dijo: “No creo que vayan a arrestarlo. Son muy cobardes para hacerlo. Además, no hay nada que pueda ser usado en su contra”. “Será una victoria importante. Estamos pensando hacerlo candidato lo más temprano posible”, insistió.
En tanto, se refirió a la situación económica de Brasil y consideró que “las perspectivas son “muy sombrías”. “Las propuesta del gobierno del presidente Michel Temer profundizan la crisis”, agregó al tiempo que concluyó que el desempleo continúa incrementando.