La culpa es de ella que usaba la pollera corta
Patricia Bullrich culpó al feminismo por los femicidios. Su discurso repite el viejo argumento machista que culpa a las mujeres por la violencia que padecen. De nuevo quieren hacernos creer que la violencia es culpa nuestra, pero no son las feministas las que matan: son los varones violentos y un Estado que mira para otro lado.
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Nada más, ni nada menos que la ministra de Seguridad (que se supone debe velar por nosotras y nosotros), afirmó que los femicidios y la violencia machista son consecuencia del “feminismo extremo”, de mujeres que “pisotean al hombre” y “generan reacciones”. El mismo discurso de siempre, pero con poder estatal.
Decir que los femicidios son culpa del feminismo es como decir que una mujer fue violada porque usaba una pollera corta. Es repetir el mandato patriarcal que responsabiliza a las víctimas y absuelve a los agresores. Es negar que el problema es la desigualdad estructural, el machismo y la impunidad.
Los datos son claros: en la Argentina, cada 30 horas una mujer es asesinada por un varón, casi siempre conocido, pareja o expareja. No por ser “feminista”, sino por ser mujer. Y es el movimiento feminista el que puso estas cifras sobre la mesa, el que logró leyes, refugios, acompañamiento, educación sexual y políticas de prevención.
Sin el feminismo seguiríamos contando muertas en silencio.
Bullrich no habla desde la ignorancia, sino desde una decisión política: desacreditar la organización de las mujeres y diversidades, criminalizar la rebeldía y distraer de las verdaderas causas de la violencia. Porque un Estado que no protege, que ajusta y que recorta programas, necesita culpar a alguien más.
Como dijo Dora Barrancos en una nota reciente: “…nada es más patético que el patriarcado cuando toma forma de cuerpo femenino, porque ostenta el perfil de la servidumbre voluntaria.”
Por eso, frente a los discursos de odio reafirmamos lo que gritamos en cada plaza:
La culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía.
¡Ni una menos. Vivas, libres y con derechos nos queremos!
