Cuestión de identidad: porteñaje unitario disfrazado de federal
Cuando hablamos de identidad, generalmente podemos estar haciendo referencia a esa serie de rasgos, atributos o características propias de una persona, aunque también aludir a un grupo que logra diferenciarse de los demás.
Cada pueblo tiene su historia -esto es y debe ser así- y no hay excepciones al respecto, y por supuesto este hecho es determinante en el conocimiento de la cultura de cada provincia, bajo la “tutela y comprensión” de una Nación.
Por lo general, la diferencia está en la forma de vida, de hábitos, de trabajo, de mentalidad, creencia y su forma de ser.
Los tempranos conflictos civiles en nuestro país tuvieron como foco la resistencia a los intentos de Buenos Aires de hegemonizar el poder político y económico en la Nación; y desde tiempos de la revolución de 1810 existe la dicotomía “porteño”-“provinciano”, una separación clave en la política y cultura argentina.
Hoy esta tensión económica entre la Capital y el interior vuelve a ser más patente que nunca, pero está muy bien disimulada por quienes detentan el poder central.
Como ya lo hemos dicho, la tendencia discrecional durante el 2016 y el presente año para otorgar miles de millones en subsidios de aportes del tesoro nacional, fue claramente direccionada para beneficiar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a la Provincia de Buenos Aires. Los números ponen claro sobre oscuro: más del 42% ha sido para estas jurisdicciones, mientras el resto de las provincias ni por asomo llega a superar el 5% y más de la mitad en su conjunto no suman el 10%.
Y no es un dato menor que del presupuesto nacional enviado al Congreso por el presidente Mauricio Macri para el 2018, en lo que respecta a obra pública, el 25% del total no tiene asignación específica a ninguna jurisdicción y, lo que es peor aún, queda a discreción del gobierno nacional a quien se otorga. Luego -del restante- más del 40% se invertirá entre Ciudad de Buenos Aires (20%) y provincial de Buenos Aires (22%). En tamaña equidad de reparto de la plata de todo el pueblo argentino, sigue Córdoba con 4,5%. Imagínense usted, mi buen interprete lo que fue para el resto de las provincias. Díganme si esto no es para salir al balcón y gritar: ¡¡¡Viva el Federalismo de Cambiemos… carajooooo!!!
Esta política nacional es reafirmada por la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien ha dicho al inaugurar la conferencia anual del coloquio empresarial de “IDEA” en Mar del Plata: “El desarrollo del país depende primeramente del progreso de Buenos Aires”. “El exito de Buenos Aires, es el éxito del país”. Dos frases desafortunadas que explican la desigualdad que vivimos.
Sin dudas, éste es el pensamiento del gobierno central, el mismo que gobierna la Cuidad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires. Pues de hecho y en la práctica, se confunden entre sus integrantes. Hasta hace muy poco, todos y absolutamente todos, trabajaban juntos en la Ciudad de Buenos Aires y, casi sin pensarlo, pegaron el gran salto a la Provincia y al gobierno nacional. Y créanme, no de malos lo dicen y piensan, sino que tiene que ver con su esencia, con su identidad. Creen que el país es una “burbuja” que engloba sólo a Buenos Aires y a sus problemas.
Pero bueno, más allá de lo anterior, incurren en falta de fósforo y memoria, tanto la gobernadora socia de Mauricio, éste y la mayoría de sus amigos del Colegio Newman, en que la historia de la edificación de este país es la “complementación” de las dos realidades que representaban y representan Buenos Aires y el interior. Y además, que los graves conflictos que forman parte de nuestro pasado como argentinos, son precisamente la “brecha” entre el progreso del centralismo y el empobrecimiento del interior.
No significa que un funcionario nacional es Federal por el hecho de darse una vueltita “para la foto” por las provincias. Ser Federal no es colonizar con la palabra, es pensar y actuar como tal.
Entonces, estamos asistiendo a un nuevo federalismo: Bien “pour la gallerie” vissstes y muy mediático. En el cual “unitariamente” el desarrollo de Buenos Aires viene y vendrá a costa de la mayoría de las provincias.
Usted debe saber que gran parte de la plata que llega a la Nación proviene de las producciones que generan las provincias. Por ejemplo, Misiones genera con su actividad económica más de 7 mil millones de pesos por mes de IVA que van a parar a las jugosas arcas nacionales, mientras que el gobierno “federal” devuelve menos de la mitad en concepto de coparticipación. Y, para colmo, cuando te dan una maquinita vial hay que aplaudir la limosna; ¡¡ja…discúlpenme que me ría… pero es mooooy bue!!
¿No le parece, amigo lector, que el progreso del país sería mucho mayor sí, por ejemplo, la discrecionalidad de Mauricio en la repartija de plata del tesoro fuera más equitativa? ¿no sería más “federal”?
El término identidad también alude a aquella apreciación o percepción que cada individuo se tiene sobre sí mismo en comparación con otros, que puede incluir además la percepción de toda una colectividad; y es la identidad la que se encarga de forjar y dirigir a una comunidad, defendiendo y definiendo así sus necesidades, acciones, gustos y prioridades.
Ser misionero, provinciano misionerista de puro linaje, tiene que ver con preservar a ultranza lo nuestro, el territorio, los recursos y nuestra gente. Defender lo logrado para visionar y concretar NOSOTROS un futuro cada vez mejor para la Tierra Colorada. Como lo hicieron luchando mis antepasados Artigas y Andresito.
Las armas no son las mismas, hoy están en el poder de representación de los senadores y diputados nacionales. Lejos está la idea de batallar o resistir como antaño. Es simplemente reparar y hacer valer, a quien corresponde, la realidad del interior. Esa que representa a un pueblo incansable y trabajador de provincia, que no es el acomodado Buenos Aires, que debe tener sus problemas claro, pero que lejos están de ser los nuestros.
En la vereda de enfrente y en contraposición para entender e interpretar esta idea misionera de defender los intereses de la Tierra Roja están los referentes locales del grupo “Cambiemos”. Claramente se hizo advertir su lamentable posición, el jueves 12 de octubre en la Cámara de Representantes de la Provincia, donde la mayoría expresó el rechazo del pueblo misionero contra las pretensiones de la Provincia de Buenos Aires de restablecer el Fondo del Conurbano a expensas de los recursos de las otras provincias, lo que en caso de concretarse, implicaría que sólo Misiones pierda 3.000.000.000 de pesos. Algo lamentable que fue defendido por los integrantes del frente electoral centralista. Los flacos argumentos de los diputados de “Cambiemos” evidenciaron que jamás cuestionarían los mandatos del centralismo porteño, aún a expensas de sacrificar los recursos de Misiones y de los misioneros.
En vista de las elecciones legislativas del próximo domingo, esto último reviste gran relevancia a la hora de sufragar. Pues las públicas declaraciones de los candidatos que son auspiciados por el grupo empresarial “Cambiemos”, sostienen su apoyo a las políticas de recorte que se engendran desde el gobierno central. Sus identidades y compromisos no tienen que ver con Misiones, al contrario, avalan este impiadoso proyecto de centralizar el poder.
Todo pueblo que se propone transitar una nueva etapa, como la que se inició en diciembre de 2015, con el cambio del signo político del gobierno federal, con la mutación de muchas de las políticas, en lo que respecta al interior del país tiene grandes y marcados interrogantes. Para una provincia, por ejemplo: ¿cómo va a ser la relación con el gobierno nacional? ¿cómo haremos valer nuestros derechos?
La embriaguez de la omnipresencia de la marca del grupo empresario “Cambiemos” en los tiempos que corren, podría llevar al abuso de una posición dominante por parte del centralismo porteño. Los temas que hoy están en agenda no son menores. Por ejemplo, el avance sobre las autonomías provinciales podría generar la inviabilidad económica de muchas jurisdicciones. Es necesario que quienes representen a Misiones y a todas las provincias en general, hagan escuchar su voz en busca de un equilibrio necesario para abrir espacios de dialogo, a fin de neutralizar este avance centralista sobre los intereses de cada provincia.
Ultima data y me voy, en menos de dos años con el grupo empresarial “Cambiemos” pasamos a integrar el triste “top” internacional de los países más endeudados del mundo. Somos unos de los que más nos endeudamos a nivel internacional. ¡Nos volvimos a “embagallar” cuando habíamos garpado la deuda!!!! Recuerde, la banca siempre gana y se queda con todo.
Sobre esto último, hay que destacar que la Provincia de Misiones es una de las pocas del país que no ha recurrido a la banca para tomar crédito. Vive de y con lo suyo.
Amigo lector, la historia de todos los fracasos se resume en dos palabras: “Demasiado Tarde”.
“Del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está la realidad. La única irreal es la reja…”. Así reza uno de los últimos poemas de Francisco Urondo. Entonces, la única verdad es la realidad, y sólo puede ser “fruto” de la reflexión y del conocimiento.