Durante mucho tiempo, Internet de las cosas (IoT) se consideró un ámbito exclusivo de las grandes empresas, que requería proyectos sofisticados, redes privadas y una inversión significativa. Para las pequeñas y medianas empresas (pymes), especialmente las que operan en zonas remotas o rurales, la idea de conectar las operaciones sobre el territorio parecía lejana e inviable, ya fuera por los altos costos, la falta de energía o, simplemente, la imposibilidad de acceder a la cobertura de red existente.
Esa realidad ha cambiado. Gracias a las soluciones de IoT que se conectan directamente a los satélites sin necesidad de torres de conectividad, servicio celular o infraestructura privada, las pequeñas empresas pueden ahora iniciar su transformación digital de forma sencilla, escalable y rentable. Con ello, la adopción del IoT por satélite está creciendo rápidamente en toda América Latina, impulsada por tecnologías de bajo costo y fáciles de implementar que se conectan desde cualquier lugar.
Según un informe de Grand View Research, el mercado regional del IoT por satélite alcanzó los 50,2 millones de dólares en 2024 y se espera que se duplique con creces para 2030, alcanzando los 122,2 millones de dólares con una tasa de crecimiento anual media del 16,2%. En Argentina, el sector muestra un progreso constante, impulsado por la necesidad de conectividad en regiones rurales y productivas clave, como la Patagonia, el Noroeste (NOA) y la región central.
Se prevé que el mercado argentino crezca a un ritmo igual o superior a la media regional, ya que las pequeñas y medianas empresas agrícolas, energéticas y logísticas adoptan soluciones satelitales para digitalizar sus operaciones en zonas sin cobertura celular. Este segmento de pymes se está convirtiendo en el principal impulsor de la expansión del IoT satelital en el país, dado su potencial para escalar soluciones accesibles, autónomas y de bajo mantenimiento.
Estas cifras muestran que un número cada vez mayor de pymes está adoptando IoT por satélite como plataforma de conectividad alternativa a las opciones existentes, sorteando las limitaciones de la cobertura celular para las operaciones comerciales remotas. A diferencia de las redes tradicionales, las plataformas satelitales ofrecen cobertura global, menor consumo de energía y menores costos operativos, al tiempo que eliminan la necesidad de fuentes de energía locales y reducen drásticamente el mantenimiento continuo.
Ahí es donde las soluciones basadas en satélites marcan realmente la diferencia. «Todavía nos encontramos con empresarios que piensan que el desarrollo de soluciones IoT requiere redes personalizadas y configuraciones complejas», afirma Oscar Delgado, director de ventas de Myriota para Latinoamérica. «Pero la realidad es que hoy en día se puede empezar con unos pocos dispositivos comerciales, preconfigurados para conectarse vía satélite, que funcionarán durante años con solo pilas AA».
Sectores como la agricultura, la logística, la energía y la gestión medioambiental ya están viendo beneficios tangibles gracias a las tecnologías de monitorización remota de activos. En áreas como el seguimiento del consumo de agua, el nivel de los depósitos de gas y el cumplimiento de las normas medioambientales, el acceso a datos oportunos permite una toma de decisiones más rápida y mejor informada, lo que promueve ganancias en productividad, sostenibilidad y seguridad operativa.
Las soluciones listas para implementar reducen el tiempo, el costo y la complejidad
Para las pequeñas y medianas empresas, especialmente aquellas que operan en zonas remotas o con clientes en ellas, las limitaciones y complejidades de las opciones de conectividad existentes han hecho que la digitalización de las operaciones y el desarrollo de soluciones de IoT sean un reto. La conectividad por satélite, combinada con dispositivos listos para usar, está cambiando esta realidad, aportando beneficios prácticos e inmediatos al día a día de las empresas.
Los dispositivos fabricados con componentes comerciales listos para usar (COTS) pueden probarse, activarse e implementarse fácilmente, lo que elimina la necesidad de ajustes técnicos complejos o modificaciones de hardware. Esto permite implementar sensores para tareas como la monitorización medioambiental, los niveles de los depósitos o la gestión energética en lugares que de otro modo estarían fuera de alcance, sin necesidad de conectividad existente.
«Muchos agricultores, por ejemplo, ahora pueden comprobar la humedad del suelo o los niveles de agua con mayor frecuencia sin tener que desplazarse constantemente al campo. Esto no solo reduce los costos operativos, sino que también permite responder más rápidamente a posibles problemas», explica Delgado. «Hoy en día, con soluciones como FlexSense, que vienen listas para usar con conectividad satelital integrada, las empresas pueden probar y lanzar rápidamente sus soluciones de IoT al mercado sin depender de la infraestructura de comunicaciones ni tener que lidiar con configuraciones complicadas», explica Delgado. «Sus clientes pueden empezar a recopilar datos y mejorar sus procesos de inmediato, incluso en zonas que no tienen ni una sola barra de señal móvil».
Además de reducir el tiempo y la inversión inicial, esta tecnología ofrece a las empresas una mayor escalabilidad, ya que pueden salir al mercado con solo unas pocas unidades y expandirse según sea necesario sin tener que reconstruir la infraestructura de red o las capacidades del producto. Esto hace que la tecnología IoT por satélite sea accesible no sólo para las grandes empresas.