Se trata de Richard Schunke, el jugador que milita en Independiente del Valle de Ecuador fue naturalizado ciudadano por el propio presidente Lenín Moreno, a través de un decreto “por sus méritos deportivos”.
El oriundo de 25 de Mayo, de 28 años, fue una de las piezas claves que tuvo “los rayados” en la obtención de la última edición de la Copa Sudamericana, título que logró luego de vencer a Colón de Santa Fe en Asunción. Con el condimento especial de levantar un trofeo por primera vez en su carrera profesional.
Su alto
rendimiento en el fútbol ecuatoriano, país en el que juega desde 2017 y en 2019
llegó en Independiente del Valle, lo posicionaron como un deportista de élite.
Por eso, a Richard Schunke se le otorgó el martes 7 de enero la
nacionalidad ecuatoriana por sus méritos deportivos, informó la Presidencia de
la República a través del decreto 966.
Ahora el zaguero, hermano de Jonatán – jugador de Estudiantes La Plata – libera un cupo de extranjero ya que fue reconocido como ciudadano y de aquí en más, podrá ser convocado para integrar la Selección ecuatoriana de fútbol.
El documento
fue publicado en la página oficial de la Presidencia de la República,
refiere que Schunke, además de desempeñarse actualmente como deportista de alto
rendimiento, en la disciplina de fútbol, “ha realizado acciones
relacionadas con la educación, disciplina, fortaleza mental y otras, en favor
de atletas con discapacidad pertenecientes a Olimpiadas Especiales
Ecuador”; ha contribuido con el desarrollo psicológico, educativo y
emocional de los estudiantes de la Unidad Educativa para la Formación Deportiva
Integral Independiente del Valle”; y, “que durante el tiempo que ha
vivido en el país, ha demostrado suficiente sentido de pertenencia a la
sociedad ecuatoriana”.
Las noticias internacionales se hacen eco de una nueva crisis en un país de América Latina. Al parecer, esta vez es el turno de Ecuador. El 1 de Octubre el presidente Lenín Moreno anunció un paquete de medidas de ajuste denominado “el paquetazo”, que desató actos de protestas en todo el país y generó un fuerte conflicto social bajo el lema “no queremos ser Argentina”.
Cronología de la crisis en Ecuador y sus similitudes con Argentina
Si bien los hechos más conflictivos tuvieron lugar luego del anuncio del paquete de medidas de ajuste del pasado 1 de Octubre, las causas de la crisis de Ecuador datan de mucho tiempo antes. Al igual que Argentina, todo comenzó en los años de bonanza, cuando los precios de los comodities eran altos y los países como Ecuador y Argentina obtenían importantes ingresos a causa del comercio internacional. En ese momento el entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, incrementó significativamente el gasto público, que pasó de un 25% del PIB a un 44%. Si bien, ese incremento fue muy bueno para el pueblo ecuatoriano (ya logró reducir la desigualdad, bajar la pobreza en un 38% y la indigencia en un 47%), con la baja del precio de los comodities, el nivel de gasto se hizo insostenible y el déficit fiscal alcanzó el 7% del PBI.
Fuente: Elaboración Propia en base a datos de Datos Macro
Para financiarse, el actual gobierno comenzó a endeudarse para cubrir el déficit fiscal recurrió al FMI. Como condición para desembolsar los préstamos, el Fondo le pide al país que aplique un plan de ajustes económicos para reducir el déficit y mejorar las cuentas fiscales (Cualquier parecido con Argentina NO es pura coincidencia).
Dentro de las medidas de ajuste anunciadas por el gobierno ecuatoriano, la más conflictiva fue la quita de subsidios al combustible, lo que generó un alza de 120% en el precio de este insumo fundamental, incrementando el precio del transporte y generando escasez en los comercios de todo el país. Pero además de ello, se anunciaron las siguientes medidas:
Baja salarial de hasta el 20% en los contratos temporales de la administración pública;
Reducción de las vacaciones de los empleados públicos;
Un impuesto mensual equivalente a un día de trabajo a los empleados públicos;
Contribución especial de las empresas con ingresos superiores a los U$S10 millones anuales
También incrementaron los montos de los planes sociales y ampliaron el número de beneficiarios.
¿La culpa la tiene el Fondo Monetario Internacional?
Al parecer, no solo los argentinos sentimos terror al escuchar “Fondo Monetario Internacional”. Sin dudas, las recetas neoliberales de ajuste que propone dicha institución se repiten en todos los países que llegan a él. Es por esta razón que el pueblo ecuatoriano salió a las calles bajo el lema “no queremos ser Argentina”, ya que como la historia lo ha demostrado, estas recetas no funcionan muy bien y los ajustes se hacen sentir fuerte en los bolsillos del pueblo.
Si bien el Fondo Monetario Internacional fue creado con el objetivo de ayudar a los países a de evitar estas profundas crisis económicas, con sus recetas parece empeorarlas.
¿Por qué:
El sector externo, las crisis de los 90 y las recetas de FMI
Las economías de América Latina tienen un problema estructural generado por la debilidad del Sector Externo. Para poder lograr el desarrollo económico, es necesario que los países puedan importar bienes de capital y tecnología, invertir en infraestructura y mejorar la equidad interna. Para lograr todo esto se necesitan dólares, los cuales vienen de las exportaciones. Pero, como las exportaciones, básicamente, se componen de materias primas, existen dos inconvenientes:
La oferta de productos primarios (comodities) es muy difícil de expandir;
Los precios no lo fijan los países vendedores, sino que se fijan en el mercado internacional por el juego de la oferta y la demanda.
Estas características hacen que la cantidad de dólares con la que puede contar un país no sea previsible en el tiempo y no hay nada que se pueda hacer como para controlar esa situación. Hasta aquí el problema estructural, pero ahora viene la explicación sobre cómo el FMI empeora las cosas: si bien la razón de ser del organismo debiera ser evitar las crisis externas, es el principal impulsor de la liberalización del mercado de capitales, lo que hace que los países queden más vulnerables a las corridas de capitales (como sucede ahora en Argentina).
Ante eventos externos como una suba de tasas de interés, por ejemplo en Estados Unidos o ante algún hecho que genere desconfianza, los inversores comienzan a retirar sus inversiones y llevarlas a los países con economías más fuertes, generando grandes problemas en las economías de países en desarrollo como Argentina o Ecuador. Entonces, el país debe seguir contrayendo deuda para financiar estas fugas, cuyos intereses se acumulan y los compromisos de pagos se vuelven cada vez más difíciles de cumplir, hasta que terminan en default.
En el proceso, se ajusta más y más el gasto público tratando de erradicar el déficit fiscal por un lado, pero por el otro lado se acumulan los intereses de deuda. Entonces se llega a un punto donde el país ya no puede cumplir con sus obligaciones de deuda y puede terminar en default. Esta es la historia de la mayoría de las crisis que sufrieron los países en desarrollo desde la década de los 70.
Conclusión:
Para hacerla corta, luego de casi 50 años ya deberíamos haber aprendido la lección: recurrir al Fondo Monetario Internacional no nos ayudará a salir de la crisis. Pero para no depender de este organismo, tenemos que aprender a ser ordenados, sobre todo en las épocas de bonanza y resistir a la tentación de incrementar el gasto de manera insostenible. En este sentido, hubo algunos países que lograron superar estos círculos viciosos, entre ellos se encuentra Chile. Para ello, se tuvieron que tomar medidas claras; leyes que obligan al gobierno de turno a cumplir con estricto control del déficit fiscal y también a ahorrar en tiempos de superávit, lo que les permitió encontrar una senda de crecimiento sostenido.
Como moraleja de esta historia que se repite una y otra vez, hay que saber que es preferible ir más lento en la senda de desarrollo y no retroceder cada 8 o 10 años.
Con el 90 por ciento de los votos escrutados por el Consejo Nacional Electoral, el oficialista Lenin Moreno se impone en la segunda vuelta con 51,05 por ciento de los votos, contra el 48,3 del opositor Guillermo Lasso.
El candidato oficialista, vicepresidente de Rafael Correa, aseguró que tienen “datos completamente certeros” sobre su victoria en el ballottage. Acusó al encuestador “pagado por el Banco de Guayaquil” de “exponer a los ecuatorianos a un enfrentamiento”. El opositor Guillermo Lasso se proclamó ganador en base a esa encuesta y dijo desde Guayaquil que “a partir de hoy hay un presidente que va a promover la unidad nacional, la unidad de todos los ecuatorianos”.
Gran noticia para la Patria Grande: la Revolución volvió a triunfar en Ecuador.
La derecha derrotada, pese a sus millones y su prensa.
Según la empresa Perfiles de Opinión, a la que ciertos sectores vinculan con el gobierno, el exvicepresidente Moreno, del movimiento oficialista Alianza País (AP), ganaría con 52%,2 de los votos.
Pero de acuerdo con la encuestadora Cedatos, a la que el gobierno tilda de opositora, el conservador Lasso, de Creando Oportunidades (CREO), vencería con un 53,02% de los sufragios.
Estas elecciones, marcan el fin de Rafael Correa, el presidente que gracias al boom petrolero modernizó con su “Socialismo del siglo XXI” un país con fama de ingobernable, y son vistos como un nuevo test para la izquierda latinoamericana, tras el giro a la derecha que hicieron recientemente países como Argentina, Brasil y Perú.
También está en juego el futuro de Julian Assange, asilado desde junio de 2012 en la embajada de Ecuador en Londres.
En la primera vuelta del 19 de febrero, en que también se celebraron elecciones legislativas, el oficialismo aseguró la mayoría absoluta con 74 curules en un total de 137, cuando actualmente ostenta dos tercios. Una eventual victoria opositora podría dificultar la gobernabilidad del país.
El candidato oficialista de izquierda Lenín Moreno seguía acercándose este lunes a una victoria en la primera vuelta en las elecciones presidenciales más reñidas de los últimos años en Ecuador.
El exvicepresidente Moreno, del movimiento socialista Alianza País, llegaba a un 39, 09% de los sufragios válidos, frente al 28, 28% del exbanquero conservador Guillermo Lasso, tras el conteo del 87, 59% de las actas.
“El escenario que me parece completamente probable es que rebasemos ese 40% que necesitamos. Y el otro es que logremos una diferencia de más de 11 puntos con el segundo puesto y que no nos toque ir a una segunda vuelta”, prevista para el próximo 2 de abril, dijo este candidato de 63 años a sus simpatizantes, concentrados frente a la sede de su formación.
“Esta es una lucha de largo aliento, porque esta batalla la vamos a ganar”, añadió Moreno, quien de confirmarse su victoria, se convertiría en el primer ecuatoriano con discapacidad en asumir la jefatura de Estado, ya que sufre una paraplejia consecuencia de un disparo en un asalto en 1998.
Este aspirante a suceder al presidente saliente, Rafael Correa, dijo que todavía falta por contar gran parte de la poblada provincia de Manabí, el feudo del correísmo, severamente golpeado por el terremoto de abril, y los votos del exterior, donde también cuenta con holgada mayoría.
Cientos de seguidores de Lasso, animados ante la posibilidad del segundo turno -donde podría trabar alianzas con el resto de los opositores-, se concentraron frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito, en una vigilia para exigir transparencia en el escrutinio.
A medida que el recuento iba avanzando con extrema lentitud a favor de Moreno, los opositores, entre ellos el candidato a vicepresidente de Lasso, Andrés Páez, denunciaban a gritos la existencia de fraude.
“Antes Correa ganaba por más del 50%, por la bonanza que había en ese momento. La gente sentía que vivía mejor, pero eso ya no es así”, dijo a la AFP el economista Alberto Acosta-Burneo, consultor del Grupo Spurrier.
Según el Gobierno, el deterioro de la economía se debe a factores externos como la debacle petrolera, la devaluación de monedas vecinas, el fortalecimiento del dólar o los costes del terremoto del pasado abril.
Moreno, cuyo estilo conciliador contrasta con el temperamental Correa, representa el continuismo de un sistema que combina un disparado gasto social con altos impuestos y elevado endeudamiento.
La corrupción, que salpica a políticos de la región, también se fue instalando poco a poco como tema en la campaña. Con casos como el de la petrolera estatal Petroecuador, que implicó a un exministro de Correa, y el de los supuestos sobornos de la firma brasileña Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, por unos 33, 5 millones de dólares.
– Assange y la izquierda –
El resultado de estas elecciones será decisivo para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a quien Ecuador mantiene asilado en su embajada en Londres desde 2012 para evitar su extradición a Suecia por supuestos delitos sexuales que él niega.
Moreno es partidario de mantener el asilo, pero Lasso dijo a la AFP que, de llegar al poder, se lo retirará.
Y la elección podría dar un alivio a la izquierda latinoamericana, muy golpeada en la región tras el giro en Argentina, Brasil y Perú.
De esa manera, los ecuatorianos podrían frenar lo que Correa define como la “restauración conservadora” en la región.
En su último comunicado del domingo, el presidente del ente electoral desmintió los rumores de fraude y dijo que el conteo seguirá desarrollándose en la web y que dará una rueda de prensa durante la mañana de este lunes, con los resultados definitivos.
Los analistas siempre advirtieron de que iba a ser duro llevar al correísmo a la segunda vuelta, cuando cuenta con una base del 30% de sólido apoyo en el país.
“Estos 10 años han sido una muestra para que vean el progreso del país, aunque mucha gente no quiera ver lo que tenemos ante nosotros”, señaló Nora Molina, una empleada pública de 53 años.
Pero más allá de que gane Moreno en la primera vuelta, el oficialismo ha sufrido una contundente pérdida de votos en relación a las presidenciales del 2009 y 2013, debido a la ausencia de Correa, una delicada situación económica y la corrupción que ensombreció la campaña.