PATRIOTISMO

El sincero patriotismo no se agota en declamaciones huecas

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Para algunas cuantas pobrezas mentales en grados muy profundos, existentes tanto en oligarcas como en otros muy poco pensantes civiles, así como en altos porcentajes de muy confusos uniformados con fuertes cargas ideológicas proceseras (léase atiborrados de liberalismo, que no entienden ni razonan, pero que es doctrina claramente antinacional); el patriotismo solo se expresa y parecería consistir en las exteriorizaciones muy cargadas de simbolismos grandilocuentes, vinculadas a los símbolos patrios; básicamente en las estentóreas declamaciones y gestualidades acentuadas, respecto al himno nacional y la bandera patria; pero carente de todo concepto concreto y tangible.

Más allá de las formalidades simbólicas de himno y bandera, a esos confusos varios en grados superlativos, ni se les ocurre valorar y defender al pueblo de a pie, a las infraestructuras socio económicas, a las industrias y a los muy respetables y prestigiosos entes tecnológicos nacionales; ni a la soberanía en concreto (pisoteada con alevosía por el accionar libertario).

No solo no entienden ni valoran al propio pueblo, sino que se puede ver a uniformados de las fuerzas de seguridad, agredir con evidente saña y crueldad, mostrando el profundo lavado cerebral cargado de odio contra el propio pueblo, reprimiendo a ancianos jubilados, personal de la salud, universitarios, y otros sectores sociales, al manifestarse pacíficamente en las calles.

Y no faltan oligarcas o clases medias “oligarcas aspiracionales”, que festejan y se solazan, ante las salvajes represiones contra el pueblo disconforme con el desastre socio económico generalizado premeditadamente ejecutado.

Está muy bien respetar profundamente los símbolos patrios, tratando con el mayor respeto a la enseña nacional, y cantar en muy alta voz nuestro hermoso himno; pero si esas exteriorizaciones patriotas no están apoyadas por los claros y decididos apoyos a los componentes concretos en los que se sustenta La Patria, se está en presencia del muy nocivo “patrioterismo de bandera” (concepto creado por quien suscribe), el mismo que el sincero patriota Dr. Carlos Julio González llama irónicamente “patrioterismo cromático y musical” (en clara alusión a la bandera y el himno); pasando a ser hueca simbología carente de contenido, si no se defiende el territorio, los espacios marítimos y aéreos; si no se valora, respeta y cuida a nuestra población con todo el bagaje cultural y todas las infraestructuras (sociales, educativas, sanitarias, etc.); y si no se conoce, defiende y se estimula el desarrollo socio económico.

Dentro de ese señalado conjunto de actividades muy positivas, agredidas por libertarios y neoliberales, cabe definir a todas las actividades productivas, particularmente las que poseen probadamente grandes efectos multiplicadores, como las industrias, los entes tecnológicos, y las actividades productivas en general.

Lamentablemente, no solo el grueso de los uniformados demuestra no tener ni idea acerca de la enorme importancia de poseer y de defender a las industrias, a los entes creadores de tecnologías y a las Universidades Nacionales.

También varias instituciones que nuclean a importantes sectores productivos (como la Sociedad Rural Argentina, la Unión Industrial Argentina, y muchas -¿o todas?- las confederaciones económicas provinciales), contra toda lógica y evidenciando nulo patriotismo en concreto, apoyaron entusiasta y muy activamente a las medidas y planes económicos de probados efectos destructivos, como son los de orientaciones liberales, neoliberales y hoy libertarios, que afectan gravemente a nuestro país, pisotean la soberanía, e incluso en muchos casos afectan a esos empresarios que irracionalmente las apoyan.

Está en serio riesgo nuestro país, con serias amenazas que, si no las enfrentamos, nos empujarán a la disolución nacional, o alternativamente, nos podrán convertir en un narco Estado fallido e indefenso.

Las severas confusiones y las profundas ignorancias que se instalaron y profundizaron, acentúan el hueco patrioterismo meramente declamativo, que solo suma erróneas y huecas posturas.

Por caso, son muy frecuentes las estentóreas manifestaciones respecto al muy sensible tema de las usurpaciones imperiales perpetradas en nuestros territorios insulares y el mar adyacente. Pero en ese aquelarre de ignorancias profundas, muchos opinantes expresan “¿que tiene que ver Malvinas con la Geopolítica?”; mientras que otros, cargados de burdos prejuicios instalados en los cuarteles e institutos militares contra “la política”, con nulidad de razonamientos expresan -palabras más o menos- que “la política nada tiene que ver con el tema de Malvinas”.

Desprecian a “la política”, no razonando que Política es el Arte de Gobernar, por lo que los proceseros que usurparon el poder formal, también ejecutaron acciones políticas.

Para peor, como no entienden nada, y no pueden refutar nada, montan en cólera en muchos casos con profusión de groserías de la peor bajeza, negándose a todo razonamiento…y se creen “la reserva moral de la Patria”.

Necesitamos auténtico patriotismo, con coraje cívico y la necesaria apertura mental, para impedir el desguace nacional en plena perpetración.

Como dijera el gran patriota Manuel Belgrano, al expirar: “Ay, Patria mía”; seguramente sabiendo que Rivadavia y sus secuaces, unitarios y de ideología apátrida liberal, operaban para desguazar el territorio y para convertirnos en un protectorado británico, como las colonias sometidas al saqueo de las potencias imperiales, como lo perpetraban en la sufrida África y en buena parte de Asia del siglo XIX.

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Fuerzas Armadas de Argentina y Brasil: Entre la oligarquía de la bosta y la burguesía industrialista

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Diferencias muy acentuadas, entre la mentalidad actual de las FFAA de Argentina y las de Brasil. Esas diferencias se volvieron a manifestar, pero vienen de larga data.
Mientras acá hicieron cómplice silencio total, ante la genuflexa intención del gobierno macrista de permitir la instalación de bases militares de EEUU; en el Brasil del “alineado” Bolsonaro se le plantaron en contra, rápida y firmemente, ante similar intención del nuevo presidente.
Claro está que las FFAA de Argentina desde hace muchos años vienen aceptando resignadamente que se desguacen una a una las instalaciones de Fabricaciones Militares, antes orgullo nacional y baluartes de la industria y la tecnología nacional; entre otras “agachadas” impresentables.
Con la aceleración de ese proceso de desguace, y ante cierres de unidades militares y acciones de quitarle valiosas propiedades, algunas emblemáticas, como Campo de Mayo (todas altamente sospechosas de encubrir operaciones inmobiliarias impresentables, a las que son tan adictos los personeros del neoliberalismo), diversos “opinólogos” que oficiarían de voceros oficiosos del sector de retirados, siguen incólumes expresando sus apoyos al actual gobierno nacional…y no los conmueven tampoco las groseras acciones de viles entregas de soberanía en todos los frentes, que en rápida sucesión se siguen perpetrando.
Y tan profundas son las gravísimas confusiones conceptuales inculcadas al personal militar, en décadas de adoctrinamiento de extremo liberalismo económico (doctrina claramente antinacional, aunque la mayoría de los uniformados no lo sepan) , que en diversos foros de opinión de las redes sociales, así como en escritos y conversaciones directas, demuestran que no solo no les conmueve el industricidio alevoso en plena perpetración, así como el desguace de todos los entes tecnológicos, sino que bajo enredadas “justificaciones” incluso se alegran de eso, llegando a alegar que –evidenciando un severo adoctrinamiento antiindustrialista- que “en Argentina no se puede fabricar ni un tornillo”.
También es frecuente que a consecuencia del lavaje cerebral, en grado muy acentuado desde el infame “proceso”, muchos uniformados no tengan ni idea de la enorme importancia estratégica de contar con industria y tecnología propias, e incluso se mofan de esas actividades, acorde a las pautas retrógradas inculcadas por personajes nefastos ligados a círculos clasistas y retrógrados, como la Sociedad Rural y similares.
Otros, como un puñado de “inteligentes”, llegaron a hacer oídas diciendo que “preferimos cualquier cosa antes que el gobierno anterior”…y siguen pensando y obrando igual, pese a los desastrosos resultados del neoliberalismo, de lo cual no parecen informados ni en lo mínimo.
Algún exaltado y nulo pensante, afirmó que “no existen enemigos externos, solo enemigos internos, el peronismo y el comunismo”, reafirmando su cerrado apoyo al neoliberalismo, por supuesto no entendiendo en absoluto que nos están llevando a la disolución nacional; no siendo corregido por sus pares o superiores en el mismo grupo de opinantes, o sea que esa idea pasa a ser considerada “correcta” entre el militarismo liberal argentino. El odio y el “espíritu de clase”, ciegan a personajes como el descripto, si bien cabe señalar que esos casos extremos serían relativamente pocos.
Acá, desde 1955, son en primer lugar fieles “al sistema”, y supletoriamente (y solo si no molesta al establishment) suele asomar tímidamente cierto atisbo de patriotismo. Hubo algunas raras excepciones, como el claro patriotismo del General Guglialmelli, en los años ’60 y comienzos de los ’70, cuando tuvo influencia y algún poder de decisión, y luego con su prédica inclaudicable en la publicación que creó y dirigió, hasta su fallecimiento.
En Brasil, tal como lo demostraron muchas veces, priorizan los Intereses Nacionales, y si bien han sido totalmente alineadas con los dictados del Pentágono y los otros centros del Poder Mundial “occidental”, cuesta encontrar casos concretos que eso se haya hecho resignando claras ambiciones de grandeza nacional.
Por ejemplo, el prolongado gobierno militar brasileño, más allá de criticas o adhesiones que pueda suscitar, fue claramente desarrollista, apoyando activamente la industrialización, el desarrollo tecnológico propio, e implementando un vastísimo y sostenido plan de obras públicas para integrar todo su vasto territorio y proyectarlo al desarrollo. Eso no implica negar que no se combatiera adecuadamente la marginación de enormes sectores de su gran población, entre otras gruesas falencias.
Por el contrario, el gobierno cívico militar del “proceso” en Argentina, pese a declamar a voz en cuello su formalismo pseudo patriótico, que fue puro patrioterismo hueco, en verdad operó como el comando local de tropas de ocupación al servicio de los personeros locales del neoliberalismo apátrida y colonialista. Y obediente por ignorancia o por puro servilismo, el “proceso” se dedicó a desindustrializarnos y a atarnos a una monstruosa deuda externa como formidable cadena de sometimiento. Y como cereza del postre, nos embretó en una desastrosamente planificada y ejecutada guerra, en la cual priorizaron ser fieles al sistema (al mundo “libre, occidental y cristiano”, que no es ni libre, ni occidental ni cristiano) antes que fieles a la patria.
En síntesis, desde 1955, salvo pocas y honrosas excepciones, las FFAA fueron conducidas y condicionadas por personeros o sumisos de “la oligarquía de la bosta”, como llamó Jauretche a la mega oligarquía campera y retrógrada de la Pampa Húmeda y sus ramificaciones en las distintas provincias; hoy oligarquía ampliada y/o coexistente con otras oligarquías, todas ellas retrógradas, anti industrialistas, clasistas e incluso racistas anti criollos: devenidas en fugadores crónicos de divisas y timberos de las finanzas. Incluso las dirigencias industriales no demostraron estar a la altura de sus funciones, careciendo de aptitudes de burguesía progresista con sentido nacional, para ser meros medradores acomodaticios carentes de toda visión de grandeza, salvo honrosas excepciones.
En el colmo de las groseras confusiones conceptuales, los integrantes de las FFAA de Argentina, salvo excepciones, masivamente apoyan a un gobierno que está entregando desvergonzadamente la soberanía en todos los frentes; mientras siguen encerrados en erróneos y perimidos dogmas de los años ‘70.
En Brasil, en cambio, las FFAA, munidas del pensamiento estratégico de Itamaraty, lograron superar los condicionamientos ultra conservadores de “las oligarquías del café con leche” (los cafeteros y los ganaderos), incluso incorporando a ese sector al desarrollo nacional del cual se benefician; mientras se constituyó y fortaleció una esclarecida burguesía industrialista en torno a San Pablo, hoy diseminada en diversos puntos de su extensa geografía (como en el industrializado sur brasileño); enorgulleciéndose de ser parte del proceso que llevó a su país a ser una de las economías más importantes del mundo, además de celosa defensora de su soberanía.
¡Diferencias significativas entre ambas mentalidades, sin duda! La gran tarea para nosotros, es volver a tener FFAA y FFSS con real Mentalidad Nacional, en vez de mero patrioterismo de bandera, hueco de contenido y fácilmente manipulable por los sectores antinacionales!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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