La caída del cuco

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La condena a catorce años de prisión efectiva para Germán Kiczka y a doce para su hermano Sebastián, por los delitos de tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil, cierra un capítulo horrendo para la sociedad misionera, que durante meses observó atónita los gustos sexuales aberrantes de un diputado provincial y como otro confesaba entre risas que utilizaba un “yuyito” para subyugar sexualmente a “guainas, gurises” o “guainos”, depende del gusto de cada uno. “Me quedé sin yerba”, se reía Pedro Puerta, quien ahora también será investigado por posible falso testimonio en el juicio a su amigo y socio político. 

Los fiscales sienten que Pedro se sigue riendo: en la respuesta por escrito que envió al Tribunal, contestó que no era amigo de Germán y que nada sabía de sus preferencias ni había intercambiado material sexual. Hay frondosa prueba en manos de Martín Rau y Vladimir Glinka que dice lo contrario. La palabra “fotija” será una clave a seguir cuando se abra la investigación paralela, que posiblemente quede en manos de la fiscal Patricia Inés Clerici. Puerta eludió responder esa pregunta de los fiscales, pero todo indica que tiene un significado vinculado a lo sexual.

Kiczka era un dirigente poderoso dentro de Activar, el sello que armó el hijo del ex gobernador para colarse primero en Cambiemos y después en las filas de la Libertad Avanza. Sus aliados políticos, macristas, radicales y ahora los libertarios, se llamaron a silencio, un mutismo que dice mucho más que las palabras de compromiso. 

¿Por qué es relevante ese silencio? Porque desnuda intereses, preocupaciones que se enfocan exclusivamente en los cargos y una escasa vocación real de transformación positiva de la sociedad. La desesperación radical por quedarse con la banca del expulsado Kiczka en la Legislatura, será largamente recordada. El desdén del propio Pedro y su padre, el ex gobernador Ramón Puerta, durante los primeros días de la investigación, es síntoma del mismo trastorno.

No fue un juicio por “videítos” bajados de Internet, como intentó minimizar la defensa de los Kiczka. No fue un beso robado y una “tocada de cola”, a una nena de 13 años, sino un minucioso trabajo de seducción de un hombre 30 años mayor que le enviaba fotos de su miembro y exigía “bajarle la calentura” a una preadolescente. Durante la audiencia final, se exhibieron algunos videos de los encontrados en las computadoras y teléfonos de los hermanos. “Cuando era chico me asustaban con el cuco. ¿Saben qué señores jueces? El cuco está en la red y el cuco son personas que hacen este tipo de cuestiones”, aseguró Rau. 

Los rostros demudados de jueces y fiscales contrastaron con la llamativa abstracción de los abogados de la defensa. Los acusados -los degenerados, como los definió Glinka- prefirieron salir de la sala antes de ver nuevamente lo que tenían en sus computadoras. 

En el juicio también se recordó al pasar que se halló entre los chats de Germán una conversación en la que quedaba en evidencia el modus operandi de los hermanos. “Lo que pasó en la pileta (…) no fue consentido, así que no te vuelvas a acercar a mi. “Si me volvés a hablar o acercar, te denuncio”, advierte la mujer. Nunca hubo denuncia. La joven se suicidó dos años después, con un cuadro de depresión, según contaron allegados de la familia. 

Los abogados Sebastián Paredes y María Laura Alvarenga -por Sebastián- y Gonzalo De Paula, por Germán, mostraron escasa empatía por las víctimas. “No sabemos ni de dónde son”, dijo Paredes por las nenas que aparecían en los “videítos”. “No se podrá probar” -el abuso sexual de la menor de Apóstoles- y “no fue una violación”, agregó. Al final del proceso, Alvarenga se despidió de los periodistas entre risas al  insistir en que se trató de un “resultado cantado”. De Paula llevó al extremo la estrategia coordinada de cargar la culpa en Sebastián, “el compulsivo”. “Se orinaba en la cama hasta los 14 años”, machacó en su afán de mostrarlo como un enfermo y salvar a Germán. 

Para los fiscales y los jueces, en cambio, el ex diputado de Activar fue más responsable que su hermano. Lo culparon por dos casos de distribución y facilitación y otro de tenencia de videos de pedofilia de menores de 13 años. El hecho de haber encuadrado esos delitos en un concurso real les permitió subir el monto de la pena a catorce años -uno menos que la sugerencia de los fiscales-.

Aunque hubo una disidencia de Viviana Cuckla, de la que se agarraron los defensores de los Kiczka, hubo plena coincidencia en la autoría de los delitos. Los jueces Gustavo Bernie y César Yaya fueron los más duros y votaron por los catorce años, mientras que Cukla optó por ocho años para el ex legislador.

Con Sebastián, Cukla admitió un planteo de nulidad de la defensa respecto del abuso sexual y pidió seis años de cárcel por tenencia, facilitación y distribución de MASI. Rara la liviana posición de la magistrada. Bernie y Yaya coincidieron con los fiscales y avalaron los 12 años de prisión. 

No debería haber atenuantes cuando se trata de menores de edad -en este caso, explotados sexualmente-. Mucho menos si se advierte un patrón que insulta la inteligencia: “No sabía que era ilegal consumir esos videos”, se excusó Sebastián, con un cinismo que parece heredar de familia. “¿Menor de edad? 12, 13 años, si tienen posibilidad de votar ya son mayores”, dijo Leonardo, el jefe del clan en una dudosa defensa de su hijo y su gusto por las nenas. No parece ser una posición aislada, sino un patrón de conducta naturalizada. La madre, quien no quiso declarar en el juicio, también emitió un polémico comentario a la menor que fue abusada por Sebastián. En un encuentro casual en Apóstoles, la ciudad natal de la familia, le contó a la adolescente que le había preguntado a su hijo -30 años mayor- porqué no aparecía más la “nuerita”.

En Argentina la edad legal para votar es de 16 años, pero para la ley, una relación sexual de un adulto con un menor de 18 años es estupro. Sebastián fue condenado también por abuso sexual simple de la chica que tenía menos de quince años al momento de ser atacada en un gimnasio de Apóstoles. 

Que el miércoles, mismo día de la condena, Misiones haya cancelado una vieja deuda con el Club de París es una notoria ironía del destino. El gobernador Hugo Passalacqua firmó un acuerdo de finalización de pasivos mutuos con el ministro de Economía, Luis Caputo. En el paquete había una deuda de más de ocho millones de dólares tomada por Ramón Puerta el 30 de junio de 1997 con The Export-Import Bank of Japan. Se canceló también una forma de hacer política. 

Las ausencias de Germán Kickza y de Pedro Puerta en las listas opositoras, solo serán las más notorias. La oposición sufre una sangría sin precedentes. A dos meses de las elecciones el radicalismo sufre abandonos diarios, con algunos portazos notorios, como el de Úrsula Waidelich en Iguazú. 

La jefa del Comité de la ciudad de las Cataratas apuntó directamente a Ariel Pianesi por la imposición de candidatos y el nepotismo en el reparto de cargos. Pianesi impuso en la Convención a Santiago Koch, otro apellido patricio que bloquea a dirigentes y militantes de a pie. En los principales lugares de la lista de diputados están Héctor Falsone -otro heredero- en el tercer lugar; Graciela Maidana, en el cuarto; y Carlos Aguilera. 

En la misma jugada, Pianesi logró expulsar a Martín Arjol, su ex socio en la embestida contra la vieja guardia y también a Rodrigo De Arrechea, quien renunció a la presidencia para ser funcionario de Javer Milei y cobrar en dólares como asesor de Yacyretá. 

El PRO ocupará los eslabones faltantes, por ahora con incógnitas y ausencia de nombres de peso. La fuerza tiene como principal exponente al diputado provincial Miguel Nuñéz, que quiere como candidato a Ramón Amarilla, el expolicía detenido desde septiembre por “sedición” y “conspiración” como líder de los levantamientos policiales de 2024.

En contraste, son muchos los radicales que decidieron sumarse a las filas del Frente Renovador. Muchos jóvenes dirigentes decepcionados con la conducción y la falta de perspectivas, dejaron cartas que servirán para graficar el momento político a la deriva que vive el partido centenario. En los últimos días, quizás la más notoria haya sido la renuncia de Waidelich, pero en Iguazú también hizo ruido la de Maiu Paredes, referente de la Juventud Radical que será candidata en el sublema el Cambio es Ahora, que lidera el renovador Javier Bareiro, actual presidente del Concejo Deliberante y uno de los nombres a tener en cuenta en la Iguazú de mediano plazo. Bareiro viene del sector privado y se rodeó de profesionales independientes para diseñar un plan de desarrollo de la ciudad que necesariamente debe dar un salto de calidad acorde al destino maravilla. Entre las problemáticas más notorias que pretende corregir, aparecen el agua, los problemas de energía en momentos de alta demanda, la basura, que en algunos puntos de la ciudad duele en los ojos y la sustentabilidad, que debe imitarse del sector privado. Iguazú debe dejar de ser pueblo y ponerse a la altura de su vecina brasileña. La metrópoli que rodea a las tres fronteras incluye 1,5 millones de habitantes.

El armado de Bareiro es similar al que ocurre en otras ciudades. Se anotaron 347 sublemas para competir el 8 de junio. Los de la Renovación están llenos de jóvenes y profesionales que quieren aportar su visión a la política. En Posadas habrá una competencia intensa entre los candidatos renovadores, con listas que bien podrían ser competitivas en una elección a intendente. Todas tienen la foto con Leonardo Stelatto, considerado el mejor intendente del país. En la oposición, hasta este sábado estaban buscando candidatos

El entusiasmo político en Misiones contrasta con la apatía generalizada en el ámbito nacional. Hace poco más de un año el presidente Javier Milei, ganó en casi todo el territorio. Hoy sus candidatos no hacen pie en las provincias -en Santa Fe su referente terminó tercero y lejos en las constituyentes- y él mismo tiene que ponerse al frente de la campaña en Buenos Aires y Capital Federal para poder mejorar las chances de sus laderos. 

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional fue un ganatiempo pero no una solución para los problemas agobiantes de la economía y la falta de trabajo –más de 187 mil empleos registrados se perdieron en la Argentina durante la era Milei-.

El amanecer del dólar flotante no hace más que extender la agonía. El dólar a la baja profundiza los problemas para los exportadores e incentiva las importaciones, que dañan a la industria local. En paralelo, la suba de precios no se frena, particularmente en los alimentos, lo que afecta el agotado poder adquisitivo. Los  bancos subieron las tasas de plazo fijo para que los pesos no se vayan al dólar pero esto hizo que en la misma medida se encarezcan cuatro puntos promedio las tasas para los créditos, lo que proyecta una economía todavía débil. Un combo difícil en año electoral.

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Histórica condena: catorce años para Germán Kiczka y 12 para Sebastián por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil

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Una condena histórica. Catorce años de prisión para Germán Kiczka y doce años para su hermano Sebastián por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, agravados por ser menores de trece años. Pasadas las 21.50 y después de doce horas de audiencia, el Tribunal Penal 1 arribó a esa decisión apenas un año por debajo de lo que había pedido la fiscalía en el caso del ex diputado de Activar y la misma para Sebastián, quien para la defensa era el único culpable confeso. La condena, en ambos casos será de cumplimiento efectivo y los hermanos serán trasladados a la Unidad Penal 1 de Loreto.

La pena fue impuesta por mayoría. Los jueces César Yaya y Gustavo Bernie coincidieron en la gravedad del delito, el nivel de organización en la tenencia y compartición del material, y el grado de conciencia de ambos imputados, mientras que Viviana Cukla, votó en disidencia en ambos casos y pidió ocho años de prisión por tenencia y facilitación de abuso sexual infantil para Germán y seis para Sebastián. Sin embargo, el tribunal rechazó los pedidos de nulidad realizados por la defensa y absolvieron la actuación de la fiscalía en todos los tramos del proceso.

El fallo cierra una etapa marcada por el horror y el cinismo mostrado durante todo el proceso por parte de los imputados y su entorno, incluidos los vínculos políticos, que en todo momento minimizaron la participación de Germán como parte de una “persecución política”, que quedó desacreditada a partir de las alertas disparadas desde Estados Unidos. En contraste, Pedro Puerta será investigado por un posible falso testimonio, lo mismo que el padre de los Kiczka, Leonardo, por el mismo delito.

La Fiscalia había pedido quince años de prisión para Germán Kiczka y doce años para su hermano Sebastián por tenencia, distribución y facilitación de material de abuso sexual infantil y abuso sexual simple en el caso de Sebastián.

En el caso de la defensa, el abogado Eduardo Paredes insistió con la inimputabilidad de Sebastián Kickza y pidió que sea recluido en una dependencia de salud mental y no sea condenado. Gonzalo De Paula, abogado de Germán profundizó esa línea. Contó que Sebastián se orinaba en la cama hasta los 14 años y comparó la situación de su defendido con el martirio de Jesús en las vísperas de la Semana Santa. Finalmente, pidió la nulidad de las pruebas en su contra, con el principio del fruto del árbol prohibido -bajo el supuesto de una prueba mal recolectada, que mancha toda la causa- y la absolución definitiva del ex diputado de Activar.

En la última jornada del juicio oral contra Germán y Sebastián Kiczka por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, los fiscales Martín Rau, y Vladimir Glinka ofrecieron duros alegatos, con la exhibición, para los jueces, de parte del material secuestrado, con escenas explícitas de abuso sexual de menores de edad. La tensión se sentía en el ambiente y en el rostro desencajado de jueces y fiscales. Los hermanos Kiczka optaron por salir de la sala en esos momentos. Sus defensores miraban para otro lado.

“Dijimos desde el primer día que iban a intentar confundirnos, desviar el eje. Acá se trata de decir la verdad, y nada más que la verdad: la que surge del expediente”, sostuvo Rau, quien calificó al juicio como “histórico para Misiones”. En el público estuvieron la fiscal especializada Daniela Dupuy, quien estuvo a cargo de los momentos iniciales de la investigación y el flamante fiscal de Cibercrimen de Misiones, Juan Pablo Espeche. 

Según los fiscales, las defensas de los hermanos Kiczka plantearon dos líneas excluyentes: que Germán era víctima de una persecución política por su rol como diputado provincial opositor, y que Sebastián no podía ser penalmente responsable porque sufriría una supuesta compulsión que le impide actuar conforme a la ley.

“No estamos ante una tesis de inocencia, sino ante un sacrificio cínico. Germán le tira la responsabilidad a su hermano para que este reciba una medida de seguridad en lugar de una pena. Es entregar piezas del ajedrez para salvar al más fuerte”, acusó Rau.

Para Glinka, la supuesta inimputabilidad de Sebastián no resiste el análisis: “Si no sabe lo que hace, ¿por qué elimina el material? ¿Por qué miente sobre cuándo usó las computadoras? Todo fue parte de una estrategia desesperada cuando advirtieron que Germán era el más complicado”.

Los fiscales detallaron el origen internacional de la investigación, que comenzó con un operativo global de la Child Rescue Coalition y alertas enviadas desde Estados Unidos. A partir de direcciones IP localizadas en Apóstoles, se detectaron 603 archivos de abuso infantil compartidos mediante la red Emule, con contenido explícito de niñas, niños y adolescentes -incluso bebés-, en situaciones de explotación sexual y prácticas zoofílicas.

En los allanamientos se secuestraron computadoras Acer y Lenovo, un pendrive y un celular Xiaomi, que contenían decenas de carpetas con más de 900 archivos y 20 GB de material ilícito. Las carpetas incluían nombres como “nueva carpeta”, “incoming”, con búsquedas específicas como “family”, “incest”, “hermanos adolescentes”.

“Esto no fue una descarga a ciegas. Fue sistemático, organizado. El programa Emule tenía configuradas 18 sesiones distintas, con historial de compartición. Lo que vieron los peritos fue devastador. A mí, personalmente, me dañó”, dijo Glinka.

La mayoría del contenido fue hallado en una notebook Acer y una Lenovo con perfiles de usuario a nombre de Germán Kiczka, con su número de documento, correos electrónicos, imágenes personales, incluso fotos de militancia y de la agrupación Activar, que compartía con el diputado Pedro Puerta, que deberá enfrentar otra investigación por falso testimonio a pedido de la propia Fiscalía. “La ruta específica de archivos es C:/User/Germán. No se puede ser más claro”, insistieron.

Las contradicciones de Germán y la “huida”

Durante la instrucción, Germán sostuvo que no usaba esas computadoras desde 2019 y negó haber distribuido material de abuso. Pero en el juicio se le exhibieron fotos en las que se lo ve con los equipos en agosto y septiembre de 2023. También se abstuvo de explicar por qué el 28 de febrero se modificaron desde el exterior archivos en la Lenovo, ni por qué había videos almacenados con patrones de búsqueda tan específicos.

Sobre su fuga, argumentó que se trató de un “retiro espiritual”, pero los fiscales recordaron que tanto él como Sebastián estuvieron prófugos y fueron localizados en zonas rurales, sin teléfonos personales y con dispositivos prestados para comunicarse con abogados y familiares. “¿Esa es la forma en que alguien espera pacientemente a que se aclare su situación?”, ironizó Glinka.

Glinka fue directo: “Sebastián es el chivo expiatorio. Germán es el que cuida a la familia. Sebastián tiene 47 años, nunca produjo nada. En cinco declaraciones dijo lo que quiso, mintió, retrocedió, se contradijo. Hasta improvisaron una carta con una supuesta confesión. No sabían cómo zafar, entonces decidieron que pierda el más débil”.

Pedido de investigación a Leonardo Kiczka y Pedro Puerta

Los fiscales también solicitaron al tribunal que remita actuaciones para que se investigue penalmente a Leonardo Kiczka, padre de los imputados, por falso testimonio y encubrimiento. “Colaboró con la impunidad”, sostuvo Rau. El jefe del clan ensayó una polémica defensa de sus hijos. El padre de Germán y Sebastián Kiczka respondió a una pregunta sobre qué considera menor de edad: “Doce, 13 años. Hoy con 16 años ya si tienen posibilidad de votar, ya creo que ya son mayores, que tenga responsabilidad para actuar en su vida privada. Creo que así tiene que ser la cosa”, respondió el padre que estuvo presente en la última jornada del juicio, junto al hijo menor. Ahora será investigado por falso testimonio, ya que la Fiscalía consideró que con sus declaraciones en el juicio intentó obstruir el accionar de la Justicia.

No parece ser una posición aislada, sino un patrón familiar. La madre, quien no quiso declarar en el juicio, también emitió un polémico comentario a la menor que fue abusada por Sebastián. En un encuentro casual en Apóstoles, la ciudad natal de la familia, le dijo a la adolescente que le había preguntado a su hijo -30 años mayor- porqué no aparecía más la “nuerita”.

En cuanto a Pedro Puerta, se amparó en sus fueros para no declarar oralmente. Pero los fiscales objetaron su declaración escrita: “No coincide con lo que hay en la causa. No luce como una respuesta propia. Y si no declaró con la verdad, debe investigarse si cometió delito”.

Conmovido, Glinka cerró su alegato apelando a su historia personal. “Me rompí el lomo quince años en el Poder Judicial. Soy hijo de una docente, madre soltera de cuatro hijos. Nos quieren hacer creer que esto fue una operación política. Que alguien llamó desde el poder para que un experto internacional active un operativo solo para arruinarle la vida a Germán Kiczka. ¿De verdad? No espero que tengan decencia, pero al menos que se callen la boca”.

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El padre de los Kiczka: “¿Menor de edad? 12, 13 años, si tienen posibilidad de votar ya son mayores”

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El padre de Germán y Sebastián Kiczka ensayó una polémica defensa de sus hijos, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil. En una improvisada rueda de prensa, Leonardo respondió a una pregunta sobre qué considera menor de edad: “Doce, 13 años. Hoy con 16 años ya si tienen posibilidad de votar, ya creo que ya son mayores, que tenga responsabilidad para actuar en su vida privada. Creo que así tiene que ser la cosa”, respondió el jefe del clan que será investigado por falso testimonio, ya que la Fiscalía consideró que con sus declaraciones en el juicio intentó obstruir el accionar de la Justicia.

En la Argentina la edad legal para poder votar es de 16 años, pero para la ley, una relación sexual de un adulto con un menor de 18 años es considerado estupro. Sebastián Kiczka está acusado de abuso sexual simple de una chica que tenía menos de quince años al momento del hecho.

En el día clave del juicio por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, Leonardo Kiczka, padre de los acusados Germán y Sebastián, rompió el silencio ante la prensa. Sostuvo la inocencia de uno de sus hijos, reconoció los problemas del otro, y denunció una supuesta persecución política contra Germán, diputado provincial y figura opositora en Misiones.

En el mediodía tenso de este martes, mientras el Tribunal Penal Uno de Posadas se preparaba para emitir su veredicto en el juicio que conmocionó a la provincia, Leonardo Kiczka brindó una declaración pública con defensas vehementes y acusaciones directas.

Germán es totalmente inocente. No le han encontrado nada ni en su casa, ni en la oficina, ni en la Tabacalera, ni en la Cámara de Diputados. Esto es una persecución política“, afirmó el padre de los imputados, diferenciando tajantemente las situaciones judiciales de sus dos hijos.

Reconoció que Sebastián, artista visual y coimputado en la causa, “tiene su problema” y que “se descubrió” material en su poder. “Eso no lo niego. Pero Germán no tiene nada que ver con eso”, insistió.

En defensa del glifosato

Kiczka padre atribuyó el proceso judicial contra Germán a represalias políticas. “Fue el único opositor que no cedió a las presiones del poder. No se olviden del caso del glifosato: él se opuso a la prohibición porque pensaba en el desastre productivo que eso generaría”, relató.

Consultado por el contenido hallado en el allanamiento, Leonardo reconoció que en su domicilio había una computadora que usaba Sebastián para su trabajo artístico en 3D, pero negó que fuera de Germán. También defendió los videos del personaje “Tío Germán” subidos a YouTube durante la pandemia: “Eran para mis nietos, que estaban en Buenos Aires. Hacíamos esas payasadas para que los chicos se diviertan. No había ninguna intención rara ahí”.

Sobre el grupo de Telegram en el que Germán reconoció haber estado —y donde circulaba material ilegal, según los investigadores—, el padre relativizó su importancia: “No participaba, no escribía, no miraba. Estar en un grupo no te hace culpable. Eso es como decir que mirar pornografía te convierte en delincuente“.

Ante las consultas sobre el vínculo entre sus hijos y el diputado Pedro Puerta, amigo y socio político de Germán, minimizó cualquier relación estrecha: “Trabajaban juntos en la Tabacalera y en la Cámara. De ahí a decir que eran amigos, no lo sé”.

Finalmente, se expresó polémicamente sobre la edad de consentimiento: “Si con 16 años pueden votar, también tienen que tener responsabilidad para actuar en su vida privada”. La afirmación generó incomodidad entre los presentes, ya que la ley argentina establece que la mayoría de edad se alcanza a los 18, y la tenencia de pornografía infantil es un delito cualquiera sea la edad de la víctima.

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Juicio a los Kiczka: se espera la sentencia de una trama aberrante

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Este miércoles 16 de abril, el Tribunal Penal 1 de Posadas dictará sentencia en una de las causas judiciales más perturbadoras que hayan sacudido a Misiones en los últimos años: el juicio contra los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil. Tras once jornadas de testimonios, pericias, alegatos y ampliaciones indagatorias, llega el momento en que la Justicia deberá pronunciarse sobre un caso que expuso no sólo los horrores del delito cometido, sino también las redes de silencio y poder que lo blindaron durante años, cobijado el ex diputado por su amigo y socio político Pedro Puerta.

La acusación fue liderada por un inédito binomio: los fiscales Martín Rau y Vladimir Glinka, quienes construyeron una teoría del caso con pruebas concretas e inobjetables: imágenes y videos alojados en dispositivos electrónicos de ambos imputados, identificados mediante trazabilidad digital, metadatos y registros de conexión. La prueba madre, una notebook Acer incautada en un allanamiento, fue sometida a pericias forenses que revelaron material explícito, almacenado y compartido a través de canales encriptados.

Una psicóloga del Poder Judicial, convocada como testigo de cargo, fue categórica al describir el perfil psicológico de los implicados. Según su declaración, Germán Kiczka mostraba indicadores de racionalización de la conducta delictiva y una ausencia total de empatía, mientras que Sebastián presentaba rasgos de negación y manipulación emocional. Su testimonio, de más de una hora y media, fue considerado “implacable” por la fiscalía, sin que la defensa pudiera desestabilizar sus conclusiones.

La estrategia de los defensores —Gonzalo De Paula, por Germán, y Eduardo Paredes por Sebastián— consistió en intentar desacreditar la cadena de custodia y en sugerir que el material pudo haber sido plantado. Sin embargo, los peritos informáticos fueron tajantes al señalar que no hubo indicios de manipulación externa en los dispositivos secuestrados. Además, los rastros digitales permitieron vincular cuentas, alias y patrones de consumo directamente con los acusados.

En las últimas audiencias, ambos hermanos ampliaron sus declaraciones indagatorias, sin responder preguntas. Germán ensayó una defensa basada en tecnicismos, negando su responsabilidad en la descarga de los archivos y culpando a su hermano. Sebastián, por su parte, se autoincriminó, habló de compulsión y de que no sabía que mirar material de abuso sexual infantil era ilegal. 

Un caso que sacude al poder político

La trascendencia del juicio no solo se debe a la gravedad de los delitos imputados, sino al trasfondo político. Germán Kiczka es amigo personal de Pedro Puerta, referente de Activar y figura de la alianza Cambiemos y ahora de la Libertad Avanza. Aunque Puerta nunca fue imputado cuando se lo citó a declarar como testigo, se negó, amparado en sus fueros parlamentarios y se limitó a enviar unas respuestas por escrito en las que negó su amistad con Kiczka, pese a la enorme cantidad de fotografías y videos en los que se los ve juntos en situaciones políticas y sociales. 

Expectativa y pedido de Justicia

El fiscal Rau solicitará penas de cumplimiento efectivo. Las condenas por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil pueden superar los 10 años de prisión. “Creemos haber acreditado de manera contundente nuestra teoría del caso”, expresó el fiscal tras la última audiencia, convencido de que las pruebas no dejan lugar a dudas.

El caso Kiczka no es solo un proceso judicial; es un espejo que obliga a la sociedad a enfrentar sus zonas más oscuras. Y el veredicto del Tribunal será clave.

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Juicio a los Kiczka: otro testimonio que complica a los hermanos a horas de la sentencia

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En una jornada más breve que las anteriores, se cerró este martes 15 de abril la etapa de presentación de pruebas en el juicio oral que se sigue contra Germán y Sebastián Kiczka por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil. La audiencia número 11 tuvo como hecho destacado el cierre de la producción probatoria por parte del Ministerio Público Fiscal y una ampliación de declaración de Sebastián Kiczka.

“Tenemos acreditada nuestra teoría del caso”

El fiscal Martín Rau confirmó que ya no quedan más elementos por presentar de su parte: “Terminamos con la producción de nuestro caso. Tenemos estimado que está acreditada nuestra teoría del caso. Hoy se terminó con la recepción de las pruebas y quedamos listos ya para alegar mañana a las 8:30”, dijo en diálogo con la prensa.

Respecto a la declaración de la psicóloga convocada como testigo, el fiscal fue enfático: “Fue implacable. No hubo una sola pregunta de la defensa que pudiera desestabilizar su discurso, en casi una hora y media de interrogatorio”. La psicóloga había certificado que ambos hermanos son plenamente conscientes de su accionar. 

En cuanto a la ampliación de la indagatoria de Sebastián Kiczka, Rau relativizó su impacto: “La declaración indagatoria es un acto de defensa, el imputado no está obligado a decir la verdad. La escuchamos, la analizamos, pero en términos probatorios no es algo que realmente nos importe”.

“Las audiencias siguen siendo cerradas”

Por su parte, el abogado Gonzalo De Paula, defensor de Germán Kiczka, hizo una breve intervención pública para aclarar su postura: “Nunca tuve animosidad con nadie. Soy abogado multifuero y vivo en Apóstoles, voy y vengo todos los días, las jornadas son agotadoras. Pero quiero aclarar que no pienso de la misma manera que la agencia fiscal ni que mis colegas”.

Sobre el tratamiento mediático del proceso, De Paula criticó que se comenten aspectos de las audiencias que son privadas: “Salir a decir lo que ocurrió en una audiencia no se condice con el buen desempeño profesional. Las audiencias siguen siendo cerradas”.

Consultado por un caso específico mencionado en redes sociales, donde una testigo habría dicho que el padre de los acusados intentó evitar el secuestro de una computadora, De Paula respondió: “Como lo dije en el alegato de apertura, lo importante no es quién es el dueño de una cosa mueble, sino quién hace uso de ella. El testimonio fue que el padre repetía que su hijo era diputado, para evitar que se lleven la computadora. Fue una defensa del padre, no una prueba”.

La audiencia final se realizará el miércoles a las 8:30 h, en el Salón de Usos Múltiples del Edificio de Tribunales. Será abierta al público e incluirá alegatos, contra alegatos, la última palabra de los acusados y, si hay acuerdo del Tribunal, la sentencia.

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