Pino Paraná: ciencia y manejo para rescatar una especie única
La Araucaria angustifolia, o pino Paraná, es una de las especies más emblemáticas de la selva paranaense. Puede superar los 30 metros y sus piñones alimentan a numerosas especies de fauna. Sin embargo, hoy está en peligro crítico debido a la baja producción de polen y semillas, un proceso muy afectado por inviernos más cálidos y húmedos.
En Misiones, el INTA impulsa en San Antonio un plan integral para conservarla y restaurar sus poblaciones. En el Campo Anexo Manuel Belgrano (CAMB) se realizan relevamientos de árboles remanentes, selección de árboles madre, monitoreos fenológicos y estudios aerobiológicos para entender cómo se reproduce la especie en el clima actual.
Según la Dra. María Elena Gauchat, directora del INTA Montecarlo, las poblaciones argentinas tienen variabilidad genética moderada a baja, lo que las vuelve más vulnerables, pero también valiosas por su adaptación al ambiente subtropical.
El INTA trabaja además en la conservación genética y la producción de germoplasma de calidad, mediante rodales históricos y plantaciones diversas que permiten obtener semillas, producir plantines y avanzar en proyectos de restauración de ambientes degradados. “La diversidad genética es nuestra mejor herramienta frente a escenarios cambiantes”, destaca Gauchat.
El plan se complementa con técnicas de manejo forestal sostenible —raleos selectivos, apertura controlada del dosel y reducción de competencia— que mejoran las condiciones para que la araucaria pueda regenerarse.
El trabajo demuestra que producción y conservación pueden ir de la mano. Parte de los rodales implantados cumplen un rol productivo, pero también conservan diversidad y aportan material para restauración.
Mientras el pino Paraná enfrenta desafíos crecientes, la ciencia y el manejo responsable permiten proyectar un futuro posible para esta especie que forma parte del patrimonio natural de Misiones.
