Histórica condena: catorce años para Germán Kiczka y 12 para Sebastián por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil
Una condena histórica. Catorce años de prisión para Germán Kiczka y doce años para su hermano Sebastián por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, agravados por ser menores de trece años. Pasadas las 21.50 y después de doce horas de audiencia, el Tribunal Penal 1 arribó a esa decisión apenas un año por debajo de lo que había pedido la fiscalía en el caso del ex diputado de Activar y la misma para Sebastián, quien para la defensa era el único culpable confeso. La condena, en ambos casos será de cumplimiento efectivo y los hermanos serán trasladados a la Unidad Penal 1 de Loreto.
La pena fue impuesta por mayoría. Los jueces César Yaya y Gustavo Bernie coincidieron en la gravedad del delito, el nivel de organización en la tenencia y compartición del material, y el grado de conciencia de ambos imputados, mientras que Viviana Cukla, votó en disidencia en ambos casos y pidió ocho años de prisión por tenencia y facilitación de abuso sexual infantil para Germán y seis para Sebastián. Sin embargo, el tribunal rechazó los pedidos de nulidad realizados por la defensa y absolvieron la actuación de la fiscalía en todos los tramos del proceso.
El fallo cierra una etapa marcada por el horror y el cinismo mostrado durante todo el proceso por parte de los imputados y su entorno, incluidos los vínculos políticos, que en todo momento minimizaron la participación de Germán como parte de una “persecución política”, que quedó desacreditada a partir de las alertas disparadas desde Estados Unidos. En contraste, Pedro Puerta será investigado por un posible falso testimonio, lo mismo que el padre de los Kiczka, Leonardo, por el mismo delito.
La Fiscalia había pedido quince años de prisión para Germán Kiczka y doce años para su hermano Sebastián por tenencia, distribución y facilitación de material de abuso sexual infantil y abuso sexual simple en el caso de Sebastián.

En el caso de la defensa, el abogado Eduardo Paredes insistió con la inimputabilidad de Sebastián Kickza y pidió que sea recluido en una dependencia de salud mental y no sea condenado. Gonzalo De Paula, abogado de Germán profundizó esa línea. Contó que Sebastián se orinaba en la cama hasta los 14 años y comparó la situación de su defendido con el martirio de Jesús en las vísperas de la Semana Santa. Finalmente, pidió la nulidad de las pruebas en su contra, con el principio del fruto del árbol prohibido -bajo el supuesto de una prueba mal recolectada, que mancha toda la causa- y la absolución definitiva del ex diputado de Activar.
En la última jornada del juicio oral contra Germán y Sebastián Kiczka por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, los fiscales Martín Rau, y Vladimir Glinka ofrecieron duros alegatos, con la exhibición, para los jueces, de parte del material secuestrado, con escenas explícitas de abuso sexual de menores de edad. La tensión se sentía en el ambiente y en el rostro desencajado de jueces y fiscales. Los hermanos Kiczka optaron por salir de la sala en esos momentos. Sus defensores miraban para otro lado.
“Dijimos desde el primer día que iban a intentar confundirnos, desviar el eje. Acá se trata de decir la verdad, y nada más que la verdad: la que surge del expediente”, sostuvo Rau, quien calificó al juicio como “histórico para Misiones”. En el público estuvieron la fiscal especializada Daniela Dupuy, quien estuvo a cargo de los momentos iniciales de la investigación y el flamante fiscal de Cibercrimen de Misiones, Juan Pablo Espeche.
Según los fiscales, las defensas de los hermanos Kiczka plantearon dos líneas excluyentes: que Germán era víctima de una persecución política por su rol como diputado provincial opositor, y que Sebastián no podía ser penalmente responsable porque sufriría una supuesta compulsión que le impide actuar conforme a la ley.
“No estamos ante una tesis de inocencia, sino ante un sacrificio cínico. Germán le tira la responsabilidad a su hermano para que este reciba una medida de seguridad en lugar de una pena. Es entregar piezas del ajedrez para salvar al más fuerte”, acusó Rau.
Para Glinka, la supuesta inimputabilidad de Sebastián no resiste el análisis: “Si no sabe lo que hace, ¿por qué elimina el material? ¿Por qué miente sobre cuándo usó las computadoras? Todo fue parte de una estrategia desesperada cuando advirtieron que Germán era el más complicado”.
Los fiscales detallaron el origen internacional de la investigación, que comenzó con un operativo global de la Child Rescue Coalition y alertas enviadas desde Estados Unidos. A partir de direcciones IP localizadas en Apóstoles, se detectaron 603 archivos de abuso infantil compartidos mediante la red Emule, con contenido explícito de niñas, niños y adolescentes -incluso bebés-, en situaciones de explotación sexual y prácticas zoofílicas.
En los allanamientos se secuestraron computadoras Acer y Lenovo, un pendrive y un celular Xiaomi, que contenían decenas de carpetas con más de 900 archivos y 20 GB de material ilícito. Las carpetas incluían nombres como “nueva carpeta”, “incoming”, con búsquedas específicas como “family”, “incest”, “hermanos adolescentes”.
“Esto no fue una descarga a ciegas. Fue sistemático, organizado. El programa Emule tenía configuradas 18 sesiones distintas, con historial de compartición. Lo que vieron los peritos fue devastador. A mí, personalmente, me dañó”, dijo Glinka.
La mayoría del contenido fue hallado en una notebook Acer y una Lenovo con perfiles de usuario a nombre de Germán Kiczka, con su número de documento, correos electrónicos, imágenes personales, incluso fotos de militancia y de la agrupación Activar, que compartía con el diputado Pedro Puerta, que deberá enfrentar otra investigación por falso testimonio a pedido de la propia Fiscalía. “La ruta específica de archivos es C:/User/Germán. No se puede ser más claro”, insistieron.
Las contradicciones de Germán y la “huida”
Durante la instrucción, Germán sostuvo que no usaba esas computadoras desde 2019 y negó haber distribuido material de abuso. Pero en el juicio se le exhibieron fotos en las que se lo ve con los equipos en agosto y septiembre de 2023. También se abstuvo de explicar por qué el 28 de febrero se modificaron desde el exterior archivos en la Lenovo, ni por qué había videos almacenados con patrones de búsqueda tan específicos.
Sobre su fuga, argumentó que se trató de un “retiro espiritual”, pero los fiscales recordaron que tanto él como Sebastián estuvieron prófugos y fueron localizados en zonas rurales, sin teléfonos personales y con dispositivos prestados para comunicarse con abogados y familiares. “¿Esa es la forma en que alguien espera pacientemente a que se aclare su situación?”, ironizó Glinka.
Glinka fue directo: “Sebastián es el chivo expiatorio. Germán es el que cuida a la familia. Sebastián tiene 47 años, nunca produjo nada. En cinco declaraciones dijo lo que quiso, mintió, retrocedió, se contradijo. Hasta improvisaron una carta con una supuesta confesión. No sabían cómo zafar, entonces decidieron que pierda el más débil”.
Pedido de investigación a Leonardo Kiczka y Pedro Puerta
Los fiscales también solicitaron al tribunal que remita actuaciones para que se investigue penalmente a Leonardo Kiczka, padre de los imputados, por falso testimonio y encubrimiento. “Colaboró con la impunidad”, sostuvo Rau. El jefe del clan ensayó una polémica defensa de sus hijos. El padre de Germán y Sebastián Kiczka respondió a una pregunta sobre qué considera menor de edad: “Doce, 13 años. Hoy con 16 años ya si tienen posibilidad de votar, ya creo que ya son mayores, que tenga responsabilidad para actuar en su vida privada. Creo que así tiene que ser la cosa”, respondió el padre que estuvo presente en la última jornada del juicio, junto al hijo menor. Ahora será investigado por falso testimonio, ya que la Fiscalía consideró que con sus declaraciones en el juicio intentó obstruir el accionar de la Justicia.
No parece ser una posición aislada, sino un patrón familiar. La madre, quien no quiso declarar en el juicio, también emitió un polémico comentario a la menor que fue abusada por Sebastián. En un encuentro casual en Apóstoles, la ciudad natal de la familia, le dijo a la adolescente que le había preguntado a su hijo -30 años mayor- porqué no aparecía más la “nuerita”.
En cuanto a Pedro Puerta, se amparó en sus fueros para no declarar oralmente. Pero los fiscales objetaron su declaración escrita: “No coincide con lo que hay en la causa. No luce como una respuesta propia. Y si no declaró con la verdad, debe investigarse si cometió delito”.
Conmovido, Glinka cerró su alegato apelando a su historia personal. “Me rompí el lomo quince años en el Poder Judicial. Soy hijo de una docente, madre soltera de cuatro hijos. Nos quieren hacer creer que esto fue una operación política. Que alguien llamó desde el poder para que un experto internacional active un operativo solo para arruinarle la vida a Germán Kiczka. ¿De verdad? No espero que tengan decencia, pero al menos que se callen la boca”.

