Bukele, nueva estrella de la derecha argentina

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Por Jordana Timerman, Le Monde Diplomatique. Nayib Bukele, el presidente millennial de El Salvador, parece tenerlo todo: ganó la lucha eterna contra las violentas maras que aterrorizaban a los ciudadanos desplegando una política punitiva de mano dura extrema, que además le permite gastos discrecionales. Encarceló el uno por ciento de la población del país, y es el líder con mayor aprobación en la región, con un 88 por ciento (1), por lo que es probable que sea reelecto el año que viene, a pesar de que está prohibido por la Constitución (2). Tiene amplia mayoría en el Congreso, purgó las autoridades judiciales, y ataca ferozmente a los medios y organizaciones de sociedad civil. Al margen de las luchas polarizadas entre las “izquierdas” y las “derechas”, su creciente autoritarismo vuela debajo del radar de las denuncias diplomáticas.

No sorprende que el autodenominado “dictador más cool del mundo” –con sus aires mesiánicos (3), su pelo increíble y una bella y joven esposa que lo acompaña vestida del azul eléctrico de su bandera nacional– sea la nueva estrella manodurista en una región golpeada por variantes de las mismas dinámicas que lo consolidaron a él: violencia criminal y hartazgo ante la impunidad y corrupción de las élites políticas.

Los admiradores del llamado “punitivismo populista” vienen de todos los ámbitos del espectro ideológico. Bukele, un político “pos político”, se presta a todo; hasta esboza una incipiente diplomacia de seguridad (4). En Colombia la derecha contrapone el punitivismo salvadoreño a las negociaciones del presidente Gustavo Petro con las organizaciones armadas ilegales. En Honduras el gobierno izquierdista de Xiomara Castro implementó un estado de excepción para combatir la extorsión aplastante de las pandillas en algunas partes del país. Candidata presidencial ultraderechista en Guatemala, Zury Ríos ha forjado lazos con allegados de Bukele. El Ministro de Seguridad costarricense lo admira. Marchas ciudadanas han pedido por políticas bukelistas en Guatemala, Honduras y Chile.

En Argentina, ante el crecimiento de la violencia por parte de grupos criminales en Rosario, se empiezan a escuchar voces de dirigentes citando el “modelo Bukele”. Casi todos hacen hincapié en la detención masiva de pandilleros; en particular, aluden al nuevo “Centro de Confinamiento del Terrorismo” (5), una de las cárceles más grandes del mundo que también va ser una de las más superpobladas, con el agravante de haber sido diseñada para el hacinamiento (6) y para prácticas abusivas, como la deprivación de luz.

Sin embargo, como todo en el bukelismo, la narrativa de éxito contra las maras tiene una parte de verdad, una buena dosis de marketing y mucho que no sabemos.

Los logros

Una cancha de fútbol en el municipio de Sopayanga funciona como emblema del supuesto éxito de las políticas de seguridad del gobierno salvadoreño. La cancha era tierra de nadie, un límite territorial entra la Mara Salvatrucha (MS-13) y sus rivales Sureños del Barrio 18. Pero desde que las fuerzas de seguridad comenzaron a detener a decenas de miles de supuestos pandilleros (y miles de civiles inocentes también), se volvió a usar para amistosos entre los jóvenes de la zona. En las comunidades cuentan que pueden cruzar límites invisibles dentro de sus territorios que los dividían de familiares, que los comercios se liberaron del yugo de las extorsiones, que se recuperaron las plazas, que se puede pedir comida a domicilio y tomar taxis, todas acciones antes imposibles en territorios controlados violentamente por pandillas que aterrorizaban a las poblaciones.

El Salvador fue durante años uno de los países más violentos del mundo. En el 2015, la tasa de homicidios por 100.000 habitantes era de 103. Pero el año pasado bajó a 7.8, uno de las más bajas de Centroamérica. El crimen parece haber bajado exponencialmente en el último año. Y las encuestas muestran una baja importante en la sensación de inseguridad y una fuerte valoración de las fuerzas de seguridad (7).

El Salvador tiene la tasa más alta de detenidos sobre población en el mundo

Esta evolución rápida fue posterior a la instauración de un estado de excepción por parte del gobierno hace un año. La emergencia suspende derechos constitucionales (incluidos los derechos de libertad de asociación y a ser informados sobre el motivo de una detención), permite detenciones preventivas por hasta dos años y aumenta los poderes de las fuerzas de seguridad. Desde que comenzó el estado de excepción en marzo de 2022 –y se ha extendido cada mes por 30 días–, las fuerzas de seguridad salvadoreñas han detenido aproximadamente a 64.000 personas. El Salvador tiene la tasa más alta de detenidos sobre población en el mundo (8). Las cifras incluyen a por lo menos 1.600 niñes detenidos tras la baja de edad de imputabilidad a 12 años.

Los resultados son impactantes: las estructuras pandilleras, tal como se conocieron en las últimas décadas, han dejado de existir, declaró en febrero El Faro (9), el medio de investagión más importante de El Salvador, férreo crítico de Bukele. El reportaje, llevado a cabo en las comunidades más afectadas por las maras da cuenta de una impactante evolución en la vida cotidiana. Esto ayuda a explicar por qué la política manodurista ha sido enormemente apoyada por la población de El Salvador, a pesar de ser acompañada por graves violaciones a los derechos humanos.

La contracara

Efectivamente, el costo en materia de derechos humanos ha sido severo. Organizaciones de derechos humanos denuncian miles de detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas y otros malos tratos en prisión, así como violaciones graves del debido proceso. Una política de cuotas instalada por algunos jefes policiales solo habría fomentado las detenciones arbitrarias. Cristosal, una organización salvadoreña de derechos humanos, estima que de los detenidos, el 70 por ciento son civiles y el 30 por ciento pandilleros.

“La campaña de detenciones masivas e indiscriminadas por parte de las autoridades ha llevado a la detención de cientos de personas sin conexión con las operaciones abusivas de las pandillas,” detalla un informe lapidario de Human Rights Watch y Cristosal (10). “En muchos casos, las detenciones parecen estar basadas en la apariencia física de las personas y en su lugar de residencia, o en evidencias cuestionables, como llamadas anónimas y acusaciones no corroboradas en las redes sociales. En estos casos, los policías y soldados no presentaron una orden judicial de captura o de allanamiento, y en muy pocas ocasiones informaron a los detenidos o a sus familiares sobre los motivos de su detención.”

Las condiciones de detención son inhumanas, los reos están hacinados y dependen de sus familias para necesidades básicas, incluyendo comida (11). Más de 100 personas han muerto bajo custodia estatal en el último año (12).

Si bien la percepción general de inseguridad ha mejorado, para algunos jóvenes “el temor a ser víctimas de las pandillas fue prácticamente apaciguado pero apareció otro: el miedo a ser capturado injustamente,” explica el Diario de Hoy (13). En varios casos, jóvenes “han migrado de manera irregular hacia Estados Unidos, para conjurar el peligro de ser capturados de manera arbitraria”. Algunos creen que el relativo silencio de Estados Unidos hacia Bukele tiene que ver con la esperanza de que sus políticas de seguridad reduzcan la migración hacia el Norte. Esto podría cambiar si el autoritarismo genera una nueva ola migratoria.

Por su parte, los familiares de los detenidos temen luchar por su liberación frente a un Estado cada vez más arbitrario y autoritario, cuenta Noah Bullock, director ejecutivo de Cristosal. “La forma en que las personas son capturadas es verdaderamente la de una estructura fascista. La gente que sufre capturas está absolutamente sola y son estigmatizados por la policía y los soldados sin el apoyo de sus comunidades. Hay una fractura del entramado social.”

Otras voces de alarma advierten sobre la posibilidad de que una criminalidad pandillera sea reemplazada por la “mafia del Estado”: los allegados del presidente que despliegan los mecanismos estatales para enriquecerse de forma ilícita y amedrantar o eliminar a su competencia, escribe el periodista salvadoreño Juan Martínez d’Aubuisson en The Washington Post (14).

Falsas novedades

Un video que muestra a miles de supuestos pandilleros (15), hombres rapados y en cuero –para mostrar sus tatuajes, aparente evidencia de afiliación ilegal– corriendo, descalzos y con las manos en la cabeza mientras siendo trasladados a una nueva mega cárcel, fue twitteado en febrero por Bukele, quien maneja por sí mismo las comunicaciones gubernamentales a través de la red social. Fue furor en los noticieros latinoamericanos y admirado por muchos comentaristas en Argentina (16), en un momento que coincide con un incremento de la violencia narco en Rosario.

El ministro de seguridad bonaerense, Sergio Berni, dijo que la imagen de supuestos pandilleros salvadoreños amontonados en cuclillas es “música para sus oídos” y que la política carcelaria de Bukele parece sacada de su propio cerebro (17). Cesar Milani, jefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, argumenta que habría que seguir el ejemplo de El Salvador y construir centros de detención de máxima de seguridad en “lugares despoblados” para “narcos” y suspender sus garantías constitucionales (18). El abogado Fernando Burlando twitteó: “¿Qué piensan de perseguir y encarcelar a los narcos de Rosario y el Conurbano al estilo salvadoreño? Sin titubeos, ni garantismos”. La publicación obtuvo más de 2.642 retweets y 36.8K me gustas (19). El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, sin nombrar al mandatario salvadoreño, visitó Rosario en tono de campaña y prometió que construiría cárceles especiales para organizaciones narcotraficantes.

Sergio Berni dijo que la imagen de supuestos pandilleros salvadoreños amontonados en cuclillas es “música para sus oídos”.

Pero la narrativa de Bukele es, justamente, eso: una historia. Los matices de esa realidad deberían alertar ante posibles imitadores. Bajo el estado de excepción se redujo el acceso a la información pública. Las cifras que se conocen son las twitteadas por el presidente, y nada se puede auditar. A su vez, se cambió la forma de calcular homicidios, dejando fuera las muertes que ocurren en enfrentamientos con fuerzas de seguridad, lo cual también contribuye a la baja. Expertos señalan que, sin entrar a las cárceles, es imposible evaluar la organización de los pandilleros detenidos y observan que las maras salieron muy fortalecidas de otras políticas de encarcelamiento previas (20). También, desde antes del estado de excepción, se observaba que los homicidios estaban siendo reemplazados por desapariciones (21), es decir, los cadáveres dejaron de aparecer para minimizar la visibilidad de la violencia, sin brindar una solución real.

“La atracción regional que ha recibido Bukele es resultado de una preocupación genuina y entendible en muchos países de la región por la criminalidad y la violencia, y una sofisticada campaña de comunicación y desinformación del gobierno de El Salvador que ha intentado abiertamente promocionar su modelo en la región”, argumenta Juan Pappier, de Human Rights Watch.

Bukele, viene del mundo del marketing –un eje central de su carrera política–. Se presenta como un anti-político que rompe con lo anterior, aunque sus inicios fueron en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Su imagen de renovación y eficiencia convenció a un electorado que aborrece a las corruptas élites políticas de siempre.

No obstante, en materia de seguridad no hay novedad. El manodurismo es la política por default, tanto en El Salvador como en la región, cuenta Steven Dudley, co-director del medio de investigación del crimen organizado, InSight Crime. Dudley destaca la importancia de las mejoras palpables en las calles salvadoreñas, pero dice que todavía se desconoce demasiado como para concluir el éxito, en especial sin ningún plan de políticas sociales que ponga fin al surgimiento de las pandillas. Las condiciones inhumanas de los detenidos y la extensión de este accionar oficial podrían detonar una reacción adversa (22). Históricamente, las políticas de mano duran solo han fortalecido a las pandillas, cuya cuna es justamente la cárcel, observa Dudley.

Un balance potente de este modelo –que no llegará a tiempo para las elecciones en Argentina– vendrá en el mediano y largo plazo del experimento bukeleano. “Paz sin justicia,” es lo que tiene El Salvador ahora, le dijo a la BBC el periodista Óscar Martínez (23), uno de los autores de la investigación de El Faro. “Como yo no creo que pueda existir paz sin justicia, y como no creo que sea duradera, me pregunto qué es lo que va a ocurrir.”

No está claro cuánto tiempo se podrá sostener la mano dura, tanto desde el ánimo nacional como desde lo presupuestario. No está confirmado que el liderazgo pandillero haya sido detenido, ni que las jerarquías maras hayan sido afectadas, explica Bullock, poniendo en duda si las pandillas han sido vencidas o si, golpeadas, están en proceso de reorganización y reinvención. Por otra parte, actualmente los familiares de las personas detenidas están en relativo silencio después de aglunas protestas iniciales, producto del miedo que produce el autoritarismo, marca Bullock. Pero es posible que en algún momento se desaten protestas o demandas por los detenidos. Dudley, además, señala que las pésimas condiciones de vida dentro de las cárceles podría desatar motines o protestas desde adentro. Otros dicen que Bukele solo caerá, en el mediano plazo, ante un traspié propio, ya que la oposición política está diezmada y los activistas amedrentados.

Riesgos regionales

Las particularidades salvadoreñas, las altísimas tasas de violencia que sufre hace décadas, el desmantelamiento institucional bajo Bukele y el profundo desencanto ciudadano con el poder político nacional, hacen poco probable una copia exacta de este modelo en otros países de la región.

Sin embargo, no hay que subestimar la importancia del discurso manodurista ante el fenómeno creciente del desencanto con los políticos y las altísimas tasas de violencia en algunos lugares. Bukele y sus políticas de seguridad no son “producto del fanatismo o de la ignorancia de los salvadoreños,” explica Jorge Mantilla, investigador colombiano de crimen y conflicto. Ante la inseguridad “la gente no encuentra respuesta dentro de los parámetros de corte democrático.”

En Bukele, los manoduristas ven una justificación para pasar por encima las garantías constitucionales. No alcanza con responder que estos procedimientos no tienen sostén legal, ni son permitidos por los tratados internacionales de derechos humanos. Lo cierto es que el discurso de seguridad de la región en los próximos tiempos girará en torno a las políticas salvadoreñas, y el “punitivismo populista” necesitará contrapropuestas concretas para no avanzar y consolidarse.

1. “Bukele cierra su tercer año y medio de gestión con 88 % de aprobación”, La Prensa Gráfica, 12-12-22, https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Bukele-cierra-su-tercer-ano-y-medio-de-gestion-con-88–de-aprobacion-20221211-0057.html

2. “Reelección presidencial: ‘Con este pueblo…’”, 10-11-22, https://www.disruptiva.media/reeleccion-presidencial-con-este-pueblo/

3. https://twitter.com/JackPosobiec/status/1630958207530065927

4. “El Salvador offers Haiti help with gangs”, Miami Herald, 1-2-23, https://www.miamiherald.com/news/nation-world/world/americas/haiti/article271837772.html

5. “La cárcel más grande de América”: la gigantesca prisión de Bukele para encerrar a las maras, El País, 3-2-23, https://elpais.com/internacional/2023-02-03/la-carcel-mas-grande-de-america-la-gigantesca-prision-de-bukele-para-encerrar-a-las-maras.html

6. “Inside El Salvador’s mega prison: the jail giving inmates less space than livestock”, Financial Timeshttps://www.ft.com/content/d05a1b0a-f444-4337-99d2-84d9f0b59f95

7. La población salvadoreña evalúa la situación del país al final del año 2022 Principales resultados sobre la seguridad en el país, Instituto Universitario de Opinión Pública, https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/Bol.-Eva-de-anio-2022-Seguridad.pdf

8. Latin America Likes Bukele’s ‘War on Gangs.’ That’s a Problem, Tiziano Breda, 15-12-22, https://www.crisisgroup.org/latin-america-caribbean/central-america/el-salvador/latin-america-likes-bukeles-war-gangs-thats

9. “Régimen de Bukele desarticula a las pandillas en El Salvador”, El Faro, 9-3-23, https://elfaro.net/es/202302/el_salvador/26691/R%C3%A9gimen-de-Bukele-desarticula-a-las-pandillas-en-El-Salvador.htm

10. https://www.hrw.org/es/report/2022/12/07/podemos-detener-quien-queramos/violaciones-generalizadas-de-derechos-humanos

11. “The Rise of Nayib Bukele, El Salvador’s Authoritarian President”, The New Yorker, 5-9-22, https://www.newyorker.com/magazine/2022/09/12/the-rise-of-nayib-bukele-el-salvadors-authoritarian-president

12. “ONG registra 102 muertes de detenidos en régimen de excepción en El Salvador”, La prensa gráfica, 2-2-22, https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/ONG-registra-102-muertes-de-detenidos-en-regimen-de-excepcion-en-El-Salvador-20230202-0057.html

13. “Jóvenes huyen de comunidades por temor a abusos del régimen”, elsalvador.com, 26-2-23, https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/regimen-de-excepcion-nayib-bukele-rio-lempa-zacatecoluca-megapenal-san-vicente-suchitoto/1042829/2023/

14. https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2023/01/24/maras-el-salvador-bukele-guerra-pandillas-mafia/x

15. https://twitter.com/nayibbukele/status/1629165213600849920

16. https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=MUf4IFYdLZY

17. “Berni pide adoptar el modelo de cárceles de Bukele y trabajo forzado a los presos”, La política online, 3-3-23, https://www.lapoliticaonline.com/politica/berni-pide-adoptar-el-modelo-de-carceles-de-bukele-y-trabajo-forzado-a-los-presos/

18. César Milani pidió que los narcos estén en cárceles aisladas: “Hay que hacer algo parecido a El Salvador”, Infobae, 6-3-23, https://www.infobae.com/politica/2023/03/06/cesar-milani-pidio-que-los-narcos-esten-en-carceles-aisladas-hay-que-hacer-algo-parecido-a-el-salvador/

19. https://twitter.com/FernandBurlando/status/1631355403899396096

20. “Is Nayib Bukele’s ‘Iron Fist’ in El Salvador Working?”, InSight Crime, 9-2-23, https://insightcrime.org/news/nayib-bukele-iron-fist-el-salvador-working/

21. “Report: Soaring Disappearances in El Salvador Linked to Gang Pacts”, InSight Crime 21-4-21, https://insightcrime.org/news/political-pacts-gangs-fuel-forced-disappearances-el-salvador/

22. Ídem 8.

23. “Cuando Bukele pierda popularidad y los aplausos no le basten, las botas militares van a sonar un poco más”, 25-1-23, https://www.bbc.com/mundo/noticias-64355427

* Periodista argentina, editora del Latin America Daily Briefing. https://latinamericadailybriefing.substack.com/ @TimermanJordana

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“Estamos ante el retorno a la neofilantropía en políticas sociales”

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Acaba de regresar a Posadas después de participar en la Reunión del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales en Suiza. Después siguió un periplo por Costa Rica y Perú donde disertó sobre la situación de los trabajadores sociales y las transformaciones que están sucediendo en las democracias del sur. Silvana Martínez es misionera por adopción. Hace 20 años que eligió la tierra colorada para estudiar Trabajo Social en la Universidad Nacional de Misiones. Hoy, la docente de facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones es la presidenta de la Región de América Latina y El Caribe de la FITS, la organización más importante de trabajo social a nivel global que tiene por misión la defensa de la justicia social, la reivindicación de los Derechos Humanos. En medio, la Universidad Dr. Andrés Bello de El Salvador, le otorgó por unanimidad del Consejo Directivo, el Doctorado Honoris Causa por la trayectoria vinculada al trabajo social.

La Fits  trabaja en la promoción del desarrollo social con inclusión social a través de planes, acciones, programas y la promoción de las mejores prácticas de Trabajo Social en un marco de cooperación internacional con la ONU, OIT, UNICEF, CEPAL, entre otros.

Nuclea a todas las organizaciones nacionales (Asociaciones, Federaciones, Colegios, Consejos) de Trabajo Social de todo el mundo. Actualmente está integrada por 126 países de todos los continentes. Esto representa a más de 3.000.000 de trabajadores sociales. Está conformada por cinco regiones: América del Norte, América Latina y El Caribe, África, Asia y Pacífico y Europa. La sede actualmente se encuentra en Suiza. La FITS fue creada en 1956 y su antecedente es el Secretariado permanente de Trabajo Social que se fundó en 1928 en el marco de la Primera Conferencia Mundial que se llevó a cabo en París.

¿Cuál es tu rol?

Actualmente soy la Presidenta de la Región América Latina y El Caribe. Es decir que represento a todos los trabajadores sociales de esta región. Como Presidenta de la Región ALC, junto al vicepresidente, el doctor Larry Alicea Rodríguez, que es un colega de Puerto Rico, formamos parte del Comité Ejecutivo de la FITS. Es una enorme responsabilidad ya que los colegas han depositado en mí la confianza para esta importante tarea. Nuestro objetivo es fortalecer las organizaciones profesionales a nivel nacional, luchar por mejores condiciones laborales para los trabajadores sociales, jerarquizar la profesión a nivel nacional y regional, llevar la voz de todos los trabajadores sociales de la Región de América Latina y El Caribe a nivel mundial y propiciar por un trabajo social crítico y emancipador para nuestra América y para el mundo.

Este fue un mes cargado de emociones….

Realmente el mes de Julio fue muy intenso para mí, como te comentaba entre el 7 y 9 de Julio participé de la reunión del Comité Ejecutivo Mundial en Suiza, de allí viaje directo para participar del V Encuentro de la Región de América Latina y El Caribe (que tuve que coordinar) y del X Congreso Internacional de Trabajo Social de Costa Rica del 17 al 22 de Julio, donde di una conferencia, de allí viajé directo a Perú, donde participé como conferencista en el IV Congreso Internacional de Trabajadores Sociales que se llevó a cabo el 24 y 25 de Julio en Cusco y el Primer Foro Internacional de Trabajo Social que se llevó a cabo en Lima el 26 de Julio. Esto implicó utilizar mis vacaciones de invierno y sacrificar a mi familia para poder cumplir con todas estas actividades. Sin embargo estoy convencida que vale la pena este esfuerzo familiar y hasta físico. Es parte de una opción de vida y lo hago con alegría. Los colegas son maravillosos y me reciben con mucho cariño. Siempre me llevo más de lo que doy. Es un motor para seguir en este duro oficio de militar en nuestras organizaciones profesionales, y tratar de sortear los obstáculos que se nos van presentando a quienes nos toca la tarea de la conducción. Yo soy una circunstancia, lo importante es ir dejando huellas para los que vendrán.

Por último, para sumar a las emociones vivenciadas me ha llegado la comunicación de que la Universidad Dr. Andrés Bello de El Salvador, me ha otorgado por unanimidad del Consejo Directivo, el Doctorado Honoris Causa por mi trayectoria, los aportes realizados a la profesión, la ética y la lucha social encarnada en todos estos años. Esto no hubiera sido posible sin tantos compañeros/as que estuvieron a mi lado. En especial dedico este más que generoso reconocimiento a la Universidad Pública, la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS) y por supuesto a mi familia que más de una vez los he tenido que postergar por tener que estar fuera de mi provincia, cada vez que el colectivo profesional nacional, regional e internacional, requerían de mi presencia. El acto se hará el año que viene en el mes de Mayo en la sede central de la Universidad y contaré con el acompañamiento de varios presidentes de la Región de América Latina y EL Caribe quienes quieren compartir conmigo tan importante acontecimiento para la profesión y para la región.

¿Cuál es el análisis de la situación laboral y social que se hizo en Suiza?

En julio tuvimos la reunión del Comité Ejecutivo Mundial en Basilea, Suiza donde trabajamos una agenda global. También se llevó a cabo el V Encuentro de la Región de América Latina y El Caribe en Costa Rica. Fueron muchas horas de trabajo y debates. En términos generales, la situación laboral de los trabajadores sociales es mala. Estamos atravesados por la precarización laboral al igual que otros trabajadores asalariados. Los sueldos son muy bajos, con alta inestabilidad laboral ya que muchos son contratados a término, en mucha de estas ocasiones los contratos son sin relación de dependencia. Los colegas para poder cubrir sus necesidades básicas muchas veces tienen que tener dos o más empleos. A las precarias condiciones laborales, la multiocupación y la incertidumbre de no contar con estabilidad laboral, se le suma la complejidad de las problemáticas sociales que abordamos provocando un acelerado proceso de “desgaste profesional” que impacta directamente en la salud de los/las trabajadores sociales.

¿Hay avances o retrocesos?

En términos de condiciones laborales puede decirse que en algunos países han retrocedido. Sin embargo en algunos países de la región se ha dado un avance significativo, por ejemplo en Panamá, a raíz de la lucha que llevó a cabo la Asociación de Trabajadores Sociales de Panamá lograron concretar un piso salarial para todos los trabajadores sociales de país, logrando incluso ser recibidos por el Presidente de ese país. Otra conquista relacionada a las condiciones laborales se dio en Brasil donde a través del Consejo Federal de Servicio Social lograron sancionar una Ley en donde se reduce la jornada laboral de ocho a seis horas sin modificar los salarios percibidos. Lo mismo podemos decir que en Argentina a través de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social, se logró sancionar la Ley federal de Trabajo Social, Nº 27072, en donde se reconocen ciertos derechos laborales de los trabajadores sociales. En estos momentos el desafío que se nos presenta en Argentina es generar acciones (individuales y colectivas) para el real y efectivo cumplimento de nuestra ley. También hay avances en términos de legitimidad de la profesión con algunas luchas que dan nuestras organizaciones profesionales en cada uno de nuestros países. Asimismo se observa un mayor grado de politización y visibilización de la profesión. En Colombia por ejemplo los colegas a partir de una fuerte movilización del colectivo profesional lograron dar marcha atrás una Resolución del Ministerio de Educación que basados en parámetros de la UNESCO habían restringido al Trabajo Social al campo de la salud, cuando en realidad nuestra profesión se encuadra y forma parte de las Ciencias Sociales. En Costa Rica, a partir de la lucha del Colegio de Trabajadores Sociales de ese país han logrado modificar la directriz N.° 644-12-2016 del Consejo Directivo del Instituto Mixto de Ayuda Social, en cuanto a que solo los y las Trabajadores Sociales pueden calificar, evaluar y aprobar-improbar los beneficiarios del IMAS. Dando marcha atrás a  la iniciativa del Proyecto de Ley de Mejoramiento de la Gestión Administrativa y Sustantiva del Instituto Mixto de Ayuda Social.

 

¿Cómo está la situación social en Latinoamérica?

América Latina y El Caribe atraviesan hoy por una profunda crisis producto de intentos desestabilizadores de las derechas neoliberales nacionales que responden al imperialismo norteamericano. Hoy ya no somos víctimas de dictaduras cívico-militares como ocurriera en la década de 1970, sino que somos víctimas de una dictadura de mercado que lleva a la miseria y explotación de millones de seres humanos; despidos masivos; represión a las manifestaciones sociales; manipulación de los medios de comunicación social; censura y restricción a la libertad de expresión; estigmatización de los sectores populares; intolerancia política; violencia institucional; ataque a los organismos de Derechos Humanos;   ataques feroces a los gobiernos progresistas de la Región, y la utilización del miedo y los crímenes como forma de amedrentamiento de nuestros pueblos, como los son los asesinatos a líderes campesinos, periodistas, etc. Se observa claramente un profundo retroceso de los derechos conquistados por nuestros pueblos producto de luchas históricas. Se observa un desmantelamiento y desguace del Estado en áreas vitales que garantizaban derechos básicos como la Educación, la Salud y la Vivienda. Estamos ante la presencia del retorno a la neofilantropía en cuanto a las Políticas Sociales.

Ante esta situación de tremendo avasallamiento y retroceso de derechos, los miembros de la Región de América Latina y El Caribe de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) y el Comité Latinoamericano y Caribeño de Trabajo Social (COLACATS), elaboramos varios pronunciamientos manifestando nuestro más enérgico repudio a los intentos de desestabilización del orden democrático que se viven en muchos de nuestros países como es el claro ejemplo de Brasil y Venezuela, entre otros.

Como asimismo rechazamos las políticas neoliberales implementadas en la Argentina. Políticas de desguace y desmantelamiento del aparato productivo que ya están generando la pérdida de miles de puestos de trabajo con el drama social que esto significa para las familias de los trabajadores despedidos. Rechazamos también los intentos de modificación de le edad jubilatoria desfinanciamiento del sistema previsional y transformación de jubilaciones en subsidios, es decir en dádivas y prebendas como en el más crudo liberalismo del Siglo XIX. Como también nos manifestamos en contra de la baja de edad de inimputabilidad de los niños y adolescentes. Somos conscientes que este grave contexto por el que atraviesa nuestra América requiere hoy más que nunca de nuestras organizaciones políticas/profesionales un trabajo de unidad y articulación de acciones para la resistencia y la lucha, como única manera de frenar la voracidad del capitalismo financiero. Es un momento histórico que nos interpela fuertemente como Trabajadores Sociales y habitantes de esta Patria Grande. Debemos aunar esfuerzos y trabajar codo a codo con otras organizaciones sociales y los movimientos populares.

 

¿Por qué creés que los gobiernos considerados progresistas han sufrido derrotas electorales?

Es una respuesta compleja, porque no hay una sola explicación. Más allá de algunos errores propios de nuestros gobiernos, uno de los factores más relevantes creo yo que se debe a la colonización de las subjetividades de muchos ciudadanos producto de las grandes corporaciones mediáticas que juegan para los gobiernos de derechas neoliberales de nuestra región. Las campañas engañosas y marketineras y el blindaje mediático para tapar ciertas acciones de los representantes de las oligarquías y la derecha también han influenciado para que el pueblo vote en contra de sus propios intereses. Otro de los factores se debe al fenómeno de “desclasamiento” de las clases medias, que no se identifican con los sectores populares ni se identifican como clase asalariada y proyectan ser como las clases altas. Desconociendo que la movilidad social ascendente no se da producto de “sus esfuerzos individuales” sino que son producto de luchas colectivas y de un Estado presente que generó las condiciones para el mejoramiento de la clase media en nuestros países. También creo que tiene que ver con que muchas veces los sectores populares creen que los derechos (producto de las luchas y conquistas sociales) son de una vez y para siempre, cuando en realidad son derechos que se tienen que defender todos los días, ya que cualquier cambio de política (implementada por un determinado gobierno) puede generar un proceso de “desciudadanización” perdiendo los derechos conquistados. Estos, entre otros factores hacen que muchos de nuestros gobiernos progresistas hayan sufrido derrotas electorales.

¿Cómo está la situación social en la Argentina?

La situación en Argentina está pésima. Miles de pérdidas de puestos de trabajo a través de despidos masivos, cierre de fábricas, apertura indiscriminada de la economía, grandes transferencias de recursos a los sectores más concentrados de poder, aumento indiscriminado de los servicios básicos (como ser la luz, el agua y el gas), alta inflación, disparada del dólar (que se transfiere de manera inmediata a los precios), pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, ajuste al gasto público, desfinanciamiento de la Educación, la Ciencia y la tecnología, desmantelamiento del aparato productivo, endeudamiento externo a más de 100 años, entrega de nuestra soberanía y patrimonio nacional, violencia institucional y represión a las protestas sociales es el escenario actual de nuestro País. Todo esto ha llevado a profundizar la brecha entre ricos y pobres, aumentar los niveles de pobreza e indigencia, a duplicar la presencia de los sectores populares en los comedores comunitarios, miles de familias en situación de calle, el regreso al trueque, la implementación de “heladeras sociales” y “percheros sociales”, jubilados que no pueden acceder a los medicamentos, etc. Es muy triste ver a la Argentina de hoy. Me duele mi país. Da mucha rabia e indignación. Este es un gobierno que gobierna para los ricos y los amigos del poder con una hipocresía nunca vista.

En este escenario electoral, ¿cuánto puede influir la situación social?

Estas elecciones son cruciales para el futuro de nuestro país. Este Gobierno va por todo, reforma del sistema jubilatorio y reforma laboral, entre otras políticas que apuntan al corazón de nuestro pueblo trabajador. Es por este motivo que la única manera de ponerle un freno es en el Congreso de la Nación, eligiendo a legisladores nacionales que no se vendan, ni “negocien” a espaldas del pueblo y que frenen a estas políticas neoliberales despiadadas que ya hemos padecido en la década de 1990. Si este gobierno pierde las elecciones tenemos futuro, tenemos esperanzas. Es la señal de que podemos recuperar todo lo perdido en estos casi dos años. En este sentido yo soy muy optimista. Creo que mucha gente que votó creyendo en que este cambio lo favorecería, hoy se da cuenta de que no es así y que no sólo que no mejoró su situación, sino que empeoró, al igual que empeoró la situación general del país. Así que estoy segura que a la hora de votar lo harán con conciencia y responsabilidad.

 

¿El trabajador social está bien valorado?

El Trabajador Social está bien valorado en la sociedad en general. Es decir somos una profesión privilegiada en términos de la confianza y el respeto que depositan en nosotros los sujetos con los cuales trabajamos, los sujetos de la intervención profesional, el pueblo. Nos abren las puertas de sus casas y comparten con nosotros sus mundos de vida y sus vidas cotidianas. Eso no se da con cualquier otra profesión. Para mí eso es un valor importante. Nos obstante falta valorización por parte de otras profesiones, y por parte de nuestros empleadores, por parte del Estado y seguimos luchando por revertir esta situación. Somos profesionales de las Ciencias Sociales, no voluntarios, ni hacemos caridad ni filantropía.

 

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La otra violencia de El Salvador

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SAN SALVADOR, New York Times — No quiero volver a El Salvador. Ese país, como ningún otro en América Latina, me hizo sentir miedo de ser mujer . El taxista que me recogió en el aeropuerto, el primer salvadoreño que conocí, me mostró que estaba entrando en territorio hostil. Viajábamos por la carretera y por hacer conversa, le pregunté por su familia. Me dijo que tenía un bebé, un gordito llamado JJ, y me enseñó su foto en la pantalla del teléfono.

-¿Vas a tener más?

– Quisiera tener otro pero que también fuera niño.

– Sabes que eso no se puede escoger.

– Sí, pero no quisiera tener una niña, las niñas son un problema.

Las niñas son un problema para una sociedad que viola y mata a niñas, adolescentes y mujeres todos los días. No lo sabía cuando llegué pero El Salvador ocupa desde hace algunos años uno de los primeros lugares en feminicidios a nivel mundial, detrás de Siria y Lesoto, y es el primero en América Latina.

Solo en 2016 hubo 524 mujeres asesinadas en el país, es decir, una de cada 5000. Pero eso es un subregistro. Se cuentan los cuerpos que llevan a la morgue, no los que se encuentran desmembrados en los cementerios clandestinos. ¿Quién las está buscando? ¿Quiénes están haciendo algo por las desaparecidas? Muy pocos.

 

Las salvadoreñas muertas no son un problema. Son, tal vez, la última prioridad. Los gobiernos de los últimos años han intentado planes de seguridad o treguas con las maras, las pandillas criminales que están presentes en casi todas las ciudades salvadoreñas e incluso en zonas rurales, para bajar la cantidad atroz de hombres muertos que deja la guerra entre las pandillas o entre las pandillas y el Estado. Ese indicador ha oscilado, hacia abajo con la tregua, hacia arriba con la represión. En cambio, la cifra de las mujeres asesinadas se ha mantenido prácticamente igual, según el monitoreo que realiza el Observatorio de la Violencia de Género contra la Mujer.

Las mujeres que sobreviven a la violencia física y a las agresiones sexuales —10 cada día— sí son un problema para la sociedad salvadoreña. Más aún cuando acuden a buscar ayuda a la policía, a la fiscalía o los hospitales, y se atreven a señalar a sus agresores.

Lo entendí cuando pasé una mañana en el consultorio de Zulma Jennifer Méndez, quien dirige el programa de pacientes con virus de inmunodeficiencia humana en el hospital público San Rafael de San Salvador. Durante varias horas escuché las historias de algunas de sus pacientes. Una de ellas se había fugado de las maras que la tenían secuestrada. Como sus hermanos no quisieron entrar a la pandilla, los mataron. Y, en venganza, la raptaron y la violaron varias veces. La infectaron con VIH.

La violencia que las maras ejercen contra las salvadoreñas —incluso contra las mismas mareras— aterra a los médicos que las atienden. Pero lo más perturbador es que las pandillas no son las únicas responsables de toda la violencia contra las mujeres. Los hombres que las violan también son sus propios maridos, sus padres, sus tíos, sus amigos, sus vecinos. El 74 por ciento de los hechos de violencia sexual ocurren en el lugar de residencia de las víctimas. Siete de cada diez son menores de 20 años. Por eso muchas ni se atreven a buscar ayuda, ni siquiera cuando quedan embarazadas.

El aborto es penalizado en El Salvador, en todos los casos. Pero algunas de las mujeres que han abortado o tenido partos extra hospitalarios en los que no sobrevive el bebé, como el caso de una joven de 19 años llamada Evelyn, han sido condenadas, no por aborto sino por homicidio agravado. El castigo es de 30 años en prisión, lo mismo que un marero condenado por asesinato. Y es común que sean los mismos médicos en los hospitales quienes llamen a las autoridades o amenacen a las mujeres con denunciarlas porque abortaron o intentaron hacerlo.

“Una vez me amenazaron con cárcel, acusándome de querer ayudar a una mujer que fue violada y el anticonceptivo de emergencia no funcionó. Llamé a Medicina Legal, toda inocente, diciéndoles lo que había pasado. La persona me dijo que ni me metiera a ayudarle porque presa podía ir”, me dijo Méndez.

¿Qué tipo de sociedad amenaza a quienes cuidan, atienden y protegen la salud física y mental de las mujeres? Una sociedad que también es incapaz de cuidarlas y protegerlas cuando van a denunciar los delitos de los que han sido víctimas para que no queden impunes.

Muchas salvadoreñas sienten que no pueden confiar en el sistema. A pesar de que la Ley de igualdad y la Ley especial integral para una vida libre sin violencia para las mujeres, ambas de 2011, ordenaron que las instituciones públicas empezaran a brindarles atención especializada, no todas han respondido con la misma celeridad y entusiasmo.

Los tribunales especializados en violencia de género tan solo ahora están empezando a funcionar, como me lo dijo una fiscal. Y aunque la policía ha creado decenas de unidades por todo el país, conocidas como Unimujer, tampoco puede protegerlas de la retaliación cuando su agresor se entera de que ha sido denunciado.

Si fuera una de esas víctimas, si tuviera que enfrentarme al sistema y a las respuestas de la sociedad salvadoreña, probablemente me habría ido del país. Sería una más entre decenas de miles que se han marchado en los últimos años porque creen que no pueden vivir tranquilas en su país. Tampoco quieren que sus hijos crezcan entre hombres y mujeres, en todos los sectores sociales, que siguen aceptando, perpetuando y a menudo justificando la violencia contra ellas.

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