SISTEMA SANITARIO

Cinco heridos del siniestro vial en Campo Viera siguen en terapia intensiva en Posadas y Oberá

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Cinco de los heridos del accidente ocurrido el domingo en la Ruta Nacional 14, en Campo Viera, permanecen internados en terapia intensiva en los hospitales Madariaga de Posadas y Samic de Oberá, según confirmó el último parte médico oficial.

La tragedia, que conmocionó a toda la provincia, dejó un saldo de víctimas fatales y múltiples heridos, y mantiene en alerta al sistema sanitario provincial. Las autoridades informaron que los equipos médicos trabajan de manera coordinada y continua para sostener la evolución de los pacientes en estado crítico.

Atención médica intensiva y evolución de los pacientes

De acuerdo con la información difundida por fuentes sanitarias, cinco pacientes permanecen internados en unidades de cuidados intensivos: tres de ellos en el Hospital Samic de Oberá y dos en el Hospital Madariaga de Posadas.

Entre los casos más graves, se encuentra una paciente de 25 años, que continúa con apoyo de oxígeno, y Juan Cuevas, de 46 años, que permanece en UCI con politraumatismos de tórax y pelvis. Otro joven, de 20 años, se encuentra en el área de Emergencias del Madariaga, con traumatismo cerrado de abdomen.

En el hospital obereño, los tres pacientes jóvenes —de 21, 22 y 23 años— presentan contusión pulmonar y trauma toracoabdominal, y uno de ellos recibe asistencia respiratoria mecánica. Todos se encuentran bajo estricta observación médica.

Además, en el mismo centro asistencial permanecen otros siete internados, cuatro con contusión pulmonar y dos con fracturas de distinta gravedad. El adolescente de 12 años continúa estable, bajo tratamiento con antibióticos y analgésicos, según detalla el reporte.

El Ministerio de Salud Pública de Misiones destacó la labor de los equipos médicos y de enfermería en ambos hospitales. Que mantienen una atención coordinada entre las áreas de terapia intensiva, cirugía y emergencia.

“Los equipos están abocados a garantizar la estabilidad de los pacientes críticos, con controles clínicos y respiratorios permanentes”, indicaron desde la cartera sanitaria.

Acompañamiento provincial

El siniestro ocurrido en la Ruta Nacional 14, uno de los corredores viales más transitados de Misiones, generó una fuerte reacción social e institucional. La provincia permanece en vilo, mientras familiares, allegados y vecinos acompañan las ceremonias de despedida de las víctimas fatales y mantienen la esperanza de una pronta recuperación de los sobrevivientes.

El Gobierno provincial informó que continúa brindando asistencia psicológica y logística a las familias afectadas, y que se reforzó la disponibilidad de insumos médicos, personal y equipamiento en los dos hospitales donde se encuentran los pacientes en estado más delicado.

Asimismo, la Policía de Misiones y la Justicia provincial mantienen abiertas las investigaciones sobre las causas del siniestro. Mientras se peritan los audios del conductor del vehículo involucrado en el accidente, en el marco del expediente judicial en curso.

En el plano institucional, la tragedia vuelve a exponer la necesidad de fortalecer las políticas de seguridad vial y el control en los corredores nacionales. Ante la reiteración de accidentes en la misma zona durante los últimos meses.

Repercusiones y dimensión social del siniestro

El siniestro en Campo Viera generó una profunda conmoción comunitaria. Las redes sociales y los medios locales se convirtieron en espacios de solidaridad y pedido de fuerza para los heridos y sus familias. En tanto, las autoridades sanitarias reiteraron su compromiso con la atención integral de las víctimas. Así como con la investigación de los factores que derivaron en la tragedia.

La provincia de Misiones continúa, así, entre la consternación y la expectativa. Mientras el sistema sanitario mantiene un esfuerzo sostenido por preservar la vida y la recuperación de los heridos más graves.

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Accidente en Campo Viera: el Hospital Madariaga informó que los heridos permanecen en terapia intensiva

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Accidente en Campo Viera, cuatro heridos graves permanecen internados en el Hospital Madariaga con pronóstico reservado

Cuatro hombres permanecen internados con pronóstico reservado en el Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” de Posadas, luego del grave accidente vial ocurrido en Campo Viera, según confirmó el parte médico oficial difundido este viernes por el centro de salud.

Los pacientes, de entre 20 y 46 años, fueron derivados de emergencia tras sufrir politraumatismos severos en distintas partes del cuerpo, y actualmente reciben asistencia en unidades de terapia intensiva y emergencia, bajo monitoreo continuo y tratamiento multidisciplinario.

El parte médico detalla que los cuatro heridos se encuentran estables dentro de su gravedad, mientras los equipos del Madariaga continúan evaluando su evolución clínica hora a hora.

Detalles clínicos: traumatismos graves y asistencia intensiva

De acuerdo con la información oficial, los pacientes presentan el siguiente cuadro médico:

  • Paciente masculino de 31 años: sufrió traumatismo raquimedular y de miembros. Se encuentra internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).
  • Paciente masculino de 25 años: presenta politraumatismos con traumatismo severo de pelvis, por lo que fue sometido a una intervención quirúrgica. Permanece internado en la UTI con apoyo de oxígeno (O₂).
  • Paciente masculino de 46 años: registra politraumatismos con lesiones en tórax y pelvis. Se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos.
  • Paciente masculino de 20 años: presenta politraumatismos con traumatismo cerrado de abdomen, y permanece internado en la Unidad de Emergencias, bajo monitoreo permanente.

El comunicado agrega que todos los pacientes reciben atención integral de los servicios de traumatología, cirugía general, terapia intensiva y emergencias, en coordinación con el equipo médico del Madariaga.

Las autoridades del hospital remarcaron que el pronóstico de los cuatro continúa siendo reservado, y que las próximas horas serán determinantes para su evolución.

Contexto y seguimiento institucional

El accidente que derivó en el traslado de las víctimas ocurrió en jurisdicción de Campo Viera, en el centro de Misiones, e involucró a varios ocupantes de un vehículo que, por causas aún bajo investigación, terminó con múltiples lesionados.

Tras el siniestro, los heridos fueron asistidos por personal de emergencias médicas y de la Policía de Misiones, y posteriormente trasladados al Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga”, principal centro de referencia de alta complejidad en la provincia.

El parte médico oficial fue emitido en cumplimiento de los protocolos institucionales de comunicación, con el fin de informar a la comunidad y a los medios sobre el estado de los pacientes internados.
Desde el hospital, se indicó que toda nueva actualización será comunicada oficialmente, en tanto los equipos continúan trabajando para estabilizar a los heridos.

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Argentina avanza hacia un sistema federal de calidad sanitaria con la Ley Nicolás de Seguridad del Paciente

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Luego de que el Congreso aprobará la Ley Nicolás, el Gobierno la promulgó este miércoles: Argentina tendrá un sistema nacional de calidad y seguridad sanitaria.

La nueva Ley 27.797 establece un marco integral para garantizar la atención médica segura, transparente y de calidad en todo el país. Crea registros unificados, protocolos de atención, auditorías y capacitaciones obligatorias. Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires fueron invitadas a adherir.

Un nuevo estándar para la salud pública y privada

El Congreso Nacional sancionó la Ley 27.797, denominada Ley Nicolás de Calidad y Seguridad Sanitaria, fue promulgada por el Gobierno a través del Decreto725/2025 y entrará en vigencia a los 180 días de su publicación y representa uno de los avances normativos más relevantes en materia de salud pública de los últimos años.

El objetivo central de la norma es garantizar una atención sanitaria segura, transparente y centrada en las personas, estableciendo obligaciones para todas las instituciones públicas y privadas del sistema de salud. La ley crea una arquitectura institucional orientada a reducir los daños evitables, estandarizar procesos, promover la “cultura justa” y proteger tanto a pacientes como al equipo de salud.

Según el artículo 1°, la ley busca “asegurar el derecho a una asistencia sanitaria de calidad y segura, centrada en las personas y en las comunidades”, incorporando tecnología, protocolos y mecanismos de mejora continua.

La iniciativa fue registrada bajo el número 27.797 y lleva la firma de Victoria Villarruel y Martín Menem, autoridades del Congreso, junto a los secretarios Agustín Giustinian y Adrián Pagán.

Protocolos, registros y control profesional: los pilares del nuevo sistema

El texto aprobado abarca ocho capítulos y treinta y siete artículos, que redefinen los estándares mínimos de calidad institucional, el control profesional y la gestión de riesgos sanitarios.

Entre sus principales disposiciones, la Ley Nicolás establece:

  • Registro Unificado de Eventos Centinela (RUDEC): dependiente del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), registrará los “eventos centinela” —hechos inesperados durante la atención médica que provocan muerte o daño permanente—, para analizarlos y prevenir su repetición.
  • Registro de sanciones e inhabilitaciones: la Red Federal de Registros de Profesionales de la Salud (REFEPS) deberá informar todas las medidas disciplinarias y publicar estadísticas anuales.
  • Verificación periódica de la aptitud profesional: los equipos de salud deberán acreditar sus competencias y habilidades específicas, incorporando mecanismos de simulación técnica en las evaluaciones.
  • Capacitación obligatoria y continua: todos los integrantes del sistema sanitario deberán realizar formaciones regulares en calidad, seguridad y derechos del paciente.
  • Protocolos de prevención y auditoría: las instituciones estarán obligadas a implementar planes de auditoría, procesos estandarizados, indicadores de seguridad y monitoreo de infecciones.

Además, cada institución deberá garantizar condiciones laborales adecuadas, evitar jornadas excesivas, proteger al personal frente a situaciones de violencia y establecer canales seguros de denuncia y reporte de incidentes.

La norma también dispone que los establecimientos adopten el modelo de “cultura justa”, que promueve el aprendizaje institucional a partir de los errores sin recurrir a sanciones punitivas, salvo casos de negligencia grave o conducta dolosa.

Transparencia, equidad y participación ciudadana

La Ley Nicolás incorpora conceptos innovadores como la “coproducción de salud”, que reconoce el rol activo de pacientes y usuarios en las decisiones sobre su atención, y la “prevención cuaternaria”, que busca evitar intervenciones médicas innecesarias o dañinas.

El artículo 4° fija objetivos amplios: mejorar la transparencia, promover la participación ciudadana en las instituciones sanitarias, jerarquizar las tareas del personal de salud y garantizar un trato humano y equitativo.

Asimismo, el artículo 11 crea el Registro Unificado de Eventos Centinela (RUDEC) con carácter confidencial, y el artículo 15 dispone que las sanciones e inhabilitaciones profesionales sean de acceso público, reforzando la rendición de cuentas del sistema sanitario.

La autoridad de aplicación —que será definida por el Poder Ejecutivo Nacional— deberá conformar una Red Federal de Calidad y Seguridad Sanitaria e impulsar estándares mínimos de certificación institucional en el marco del Consejo Federal de Salud (COFESA) y el Consejo Federal Legislativo de Salud (Cofelesa).

Además, el artículo 32 adhiere al Día Mundial de la Seguridad del Paciente, el 17 de septiembre, promoviendo jornadas de reflexión y aprendizaje con participación de universidades, organizaciones de salud y la comunidad.

Impacto federal y financiamiento

La ley invita a todas las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir (artículo 33), con el objetivo de construir un sistema federal integrado de calidad sanitaria.

El Ministerio de Salud de la Nación será responsable de la implementación nacional y deberá incluir el financiamiento correspondiente en el Presupuesto General de la Administración Pública (artículo 36).

El Poder Ejecutivo tendrá 180 días para reglamentar la norma, estableciendo los procedimientos específicos para los registros, la verificación profesional, las auditorías y las capacitaciones.

El texto subraya que la aplicación plena de la ley “deberá promover condiciones seguras para pacientes y equipos de salud, fortalecer la gobernanza sanitaria y garantizar el derecho efectivo a una atención de calidad”.

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El contexto macroeconómico complica a algunos sectores de servicios: el caso de la Salud

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Un informe de la Fundación Mediterránea – IERAL a cargo de María Laura Caullo y Rocío Cerino muestra como el contexto macroeconómico impacto en el sistema de salud.
Durante el año 2018 ocurrieron importantes eventos macroeconómicos, que cambiaron el rumbo de la actividad económica en Argentina. Fuerte suba del tipo de cambio, impacto sobre la inflación y el salario real, caída del consumo masivo, incremento  significativo de la tasa de interés, menor expansión del crédito, impacto negativo sobre consumo de bienes durables e inversión, caída del gasto público real para reducir el déficit fiscal. Efectos derivados de un ajuste en la economía para recuperar equilibrios básicos (externo, fiscal), y para contar con un sistema de precios relativos potencialmente sustentables (no lo eran desde comienzos de la actual década). Es importante considerar también las consecuencias exógenas de una mala cosecha, que impactó también sobre la actividad, y también sobre la oferta de divisas. Si bien la disminución de la actividad económica se vio influida por factores externos  (suba de tasas USA, guerra comercial USA – China, menores fondos para emergentes), los desequilibrios internos, que venían ampliándose desde comienzos de década, hacían presagiar un ajuste como el observado en algún momento del tiempo.
Los cambios ocurridos, que mantienen sus efectos en 2019, repercuten en forma muy heterogénea entre los distintos sectores de la actividad económica. Benefician en mayor medida a los sectores que tienen sus precios más vinculados al dólar, y sus costos menos asociados a dicha moneda. También juega el efecto del nivel de actividad. Así, el contexto actual favorece en mayor medida a la producción de bienes transables (exportables y que compiten con importaciones), y entre ellos en mayor medida sobre quienes  impacta positivamente su nivel de actividad (exportables, especialmente los más intensivos en mano de obra e insumos no transables).
¿Y quienes sufren en mayor medida el contexto macroeconómico actual? Los sectores cuyos precios no se hallan ligados al tipo de cambio, pero sí una porción importante de sus insumos, y que además venden a plazo, por ende, soportan los efectos de las altas tasas de interés y la inflación. Esta situación se va a encontrar especialmente en el sector de bienes no transables (no exportan ni compiten con importaciones), en la mayor parte de los servicios.

El índice de Precios al Consumidor (IPC) tiene por objeto medir cómo evolucionan los precios de una canasta de bienes y servicios que es representativa del gasto de los hogares. Por su parte, el Índice de Precios Internos al por Mayor mide el aumento promedio de los precios de los productos que se ofrecen en el mercado interno, tanto de orígenes nacional como importado. De esta forma, el IPIM representa en mejores términos los precios industriales, mientras que el IPC a los servicios y a los bienes que se consumen en el mercado interno.
Como puede observarse en el gráfico anterior, el IPIM sigue la tendencia de las modificaciones en el tipo de cambio, aunque a un ritmo menor. Mientras que el IPC, crece a una tasa inferior respecto del IPIM y del precio de la moneda estadounidense. De modo que aquellos sectores cuyos precios se mueven en línea al IPC, y entre sus costos tienen componentes dolarizados o ligados al IPIM, suelen sufrir disminución en su rentabilidad operativa, en contextos como el del último año en Argentina.
El sector de la Salud Privada en Argentina
Los servicios de salud constituyen uno de los sectores más importantes en cuanto a generación de empleo en Argentina, evidenciando un crecimiento constante en la creación de puestos formales y en sintonía con indicadores de elevada productividad e importante formación profesional de sus trabajadores, además de poseer un significativo impacto en la calidad de vida de la población.
El sector ejemplifica fielmente a los afectados negativamente por la variedad de inconvenientes macroeconómicos observados en 2018 y en el actual contexto. Dado que sus precios evolucionan de acuerdo al poder de compra de la población (determina  su “demanda”); y que entre sus insumos existe una importante participación de bienes cuyos precios están ligados a la moneda estadounidense.
Formación de precios en el sector
Para los prestadores médicos de la salud privada, que brindan servicios en sus distintas especialidades a Obras Sociales Nacionales (OSN), Provinciales (OSP), PAMI, mutuales y empresas de medicina prepaga, las actuales condiciones económicas imponen crecientes presiones sobre los costos de producción de servicios sanitarios, distorsiones de precios relativos y múltiples dificultades operativas, atentando contra un correcto funcionamiento del régimen de financiamiento de las prestaciones.
El diagrama que sigue resume la estructura general del esquema de financiamiento del sistema de salud en Argentina. Involucra tanto a los prestadores públicos en los tres niveles de gobierno, al sector privado y al subsistema de seguridad social (compuesto por las obras sociales y el PAMI).

El subsistema de Seguridad Social (Obras sociales nacionales y provinciales, junto al PAMI) se financia con aportes retributivos, y cubre al 64% de la población (28 millones personas, entre los que se incluye a los trabajadores formales, sus familiares y jubilados). Mientras que el subsistema privado brinda cobertura aproximadamente a un 14% de los habitantes (más de 6 millones de personas), entre quienes derivan sus aportes salariales de la seguridad social (10% de la población total) y aquellas personas sin cobertura que se afilian de manera voluntaria mediante el pago particular (4%).
Con estos datos, se estima que la doble cobertura (obra social y prepaga) alcanzaría al 10% de la población, es decir 4,4 millones de habitantes. Por su parte, una de cada tres personas (casi 15 millones de residentes) no posee ningún tipo de seguro de salud y debe acudir al sistema público de salud de manera exclusiva.

Asimismo, se estima que un 20% de la población con cobertura (casi 6 millones de personas) acude a la atención médica en hospitales públicos, en que una de las razones se explica por tratarse de la única opción en materia de proximidad.

De esta manera, el esquema descripto nos permite dilucidar que en Argentina el sistema de salud de gestión privada atiende a más del 50% del total de la población, en que el 60% de las instituciones de salud son privadas. El financiamiento del sistema está estrechamente vinculado a los aportes a la seguridad social que realizan trabajadores asalariados, y por ende los precios de las prestaciones normalmente siguen una evolución similar a su remuneración. Por ende, en años en que el salario real cae (como ocurrió en 2018), también suelen contenerse las subas de precios en las prestaciones sanitarias, aun cuando los costos suban en mayor medida

Con foco en la evolución del IPC General y el índice de precios correspondiente a salud, se advierte que este último permaneció por debajo del nivel general de precios hasta noviembre último. Así, la variación ocurrida en los dos últimos meses del año es la que posiciona al rubro dentro de las cinco divisiones con mayores aumentos.
Actores involucrados en la prestación de salud y el problema del rezago en los pagos
Las clínicas y sanatorios brindan servicios a sus pacientes, pero cobran sus prestaciones a obras sociales (sindical, provincial o PAMI), mutuales, prepagas, seguro de salud, entre otras, quienes pagan los servicios prestados por aquellas a sus usuarios.
Desde este punto de vista, el sector salud reviste una característica diferente a cualquier otra actividad, pues no cobra sus servicios directamente de sus usuarios, y además brinda sus servicios generalmente en situaciones de apremio, condicionado por la integridad física de las personas. Normalmente, el seguro de salud toma la decisión sobre qué servicios paga, independientemente de los que hayan sido prestados.
Esta separación entre la persona que recibe atención médica y un tercero que la paga, luego que los servicios ya han sido brindados, requiere de significativas dosis de eficiencia y tramitación expeditiva, lo cual resulta difícil en un contexto económico volátil y en presencia de fuertes cambios de precios relativos y en el nivel general de precios. En un contexto de recesión, inflación, caída del salario y alteraciones cambiarias, se generan situaciones de inequidad en la resolución de esta relación de prestación del servicio.

De acuerdo a información difundida recientemente por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (ADECRA) en conjunto con la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio (CEDIN), y consultas con  actores del sector, la cadena de pagos imperante en esta actividad resulta al menos perversa en el núcleo de una economía inestable  como la de nuestro país.
Esto por cuanto existe un importante descalce entre el momento en que las obras sociales, mutuales y  prepagas (financiadores  institucionales) reciben los recursos abonados, sus afiliados (usuarios/ pacientes) reciben atención médica y el tiempo hasta que los  prestadores (profesionales de la salud, laboratorios y farmacias de medicamentos, centros de diagnóstico, clínicas y hospitales)  reciben el pago por sus servicios brindados.
Para ejemplificarlo, se tomó como referencia el valor promedio de una consulta médica  por $300 y se lo analizó en función de los plazos observados en la cadena de pagos del sector. De acuerdo al incremento mensual en el nivel general de precios medido por INDEC para septiembre (6,5%), octubre (5,4%) y noviembre (3,2%) de 2018, en términos reales, el valor de la prestación que acaban receptando el prestador resulta equivalente a $257, casi un 15% menos entre el momento en que se prestó el servicio y el momento en que se cobra la factura, la cual se abona entre 90 y 120 días después de brindada la prestación.
Claramente, el retardo en percibir el pago ocasiona a los prestadores importantes pérdidas por inflación y volatilidad cambiaria, sobre todo cuando este ejercicio se extrapola a la multiplicidad y variedad de prestaciones que éstos ofrecen.
Sin embargo, la cancelación de costos no dispone del mismo plazo, el pago de salarios y cargas sociales debe ser abonado inmediatamente termina el mes de cobertura y el pago a proveedores no se extiende, en general, por más de 60 días.
En suma, la inflación de la última década en Argentina impone un esfuerzo incansable a los prestadores para poder cumplir con sus obligaciones y continuar brindando un servicio de calidad y excelencia.

Costos de producir atención médica: salarios, insumos e inversiones
Según el Índice de Precios de Insumos de la Atención Médica (IPIAM) que elabora ADECRA (mide la evolución de los precios de los principales insumos y costos que se utilizan en las instituciones privadas con internación para producir servicios de atención médica), los costos laborales representan tres cuartas partes (76%) de los costos totales de las clínicas y sanatorios, seguido por los insumos médicos y no médicos, que representan entre ambos aproximadamente el 20% del costo total y el 4% resulta por las necesidades de inversiones.
Así, se puede observar en el gráfico siguiente que a lo largo de los últimos trece años de información disponible (2006‐2018), los precios de los insumos para la atención médica crecieron casi 20 veces (1.907%), donde lo que tuvo mayor expansión fueron los insumos no médicos, que lo hicieron en 2.164%, seguido por los costos laborales 2.097%. Al mismo tiempo que el nivel general de precios (IPC) de la economía se incrementó un 1469% (casi quince veces) en el periodo considerado.

Si se concentra la atención en el año 2018, en sus tres primeros trimestres, los ítems que lideran la inflación de costos en Salud corresponde a inversiones (87%), servicios públicos (60%) e insumos médicos (46%).
En el mismo periodo, la devaluación de la moneda nacional acumuló entre enero y septiembre un incremento del 117%, y durante el noveno mes del año registró un alza del 28% respecto de su valor de agosto (pasando de $30,17 a $38,53 en promedio mensual). De esta manera, la devaluación se trasladó de manera directa encareciendo los precios de los insumos y la aparatología especializada, repercutiendo con fuerza en la estructura de costos médicos.
El incremento en los precios de los diferentes insumos médicos, los cuales representan el 13,6% de los costos totales, alcanzó en el período de referencia, picos de hasta 97%. La mayoría de éstos se encuentran dolarizados ya que se trata de productos importados (por ejemplo, guantes descartables). Asimismo, la demora en la cadena de pagos complica su reposición. En el mismo sentido, impactaron fuertemente sobre el sector los incrementos ocurridos en tarifas y combustibles a lo largo de 2018.
Esta situación ha elevado el grado de incertidumbre sobre la actividad, demorando o paralizando planes de inversión, acentuando la necesidad de lograr una recomposición de aranceles por prestación, ya que los proveedores de medicamentos, descartables, repuestos, mantenimiento de equipos, servicios y alimentación han reaccionado con subas por lo general mayores a los precios de las prestaciones, por las razones antes mencionadas. En la medida que los costos suben más que los precios, y en presencia de tasas muy altas de interés, para un sector con fuertes demoras en la cadena de pagos, se deteriora la rentabilidad operativa y la viabilidad de las organizaciones de salud, a la vez que se paralizan las inversiones.

Por su parte, las negociaciones salariales llevadas adelante a lo largo de 2018 que competen al sector se pueden dividir en dos Convenios Colectivos de Trabajo (CCT). Por un lado, el CCT 103/75, que incluye a Hospitales Privados de la Comunidad en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quienes tendrán un aumento del 45% en lo que corresponde al período Febrero 2017 ‐  Febrero 2018, mientras que el aumento interanual Diciembre 2017‐Diciembre 2018 fue del 40%. Así, el incremento alcanzado supera a Camioneros, que cerró en torno al 40%, mientras que equipara al de Petroleros, sectores que presentan una buena expectativa en la tendencia de su salario real en los primeros meses de 2019.
En cambio, los CCT 108/75 y 122/75, que incluyen a los trabajadores de centros de diagnóstico y tratamientos sin internación, y a los empleados de clínicas y sanatorios de todo el país, presentaron acuerdos inferiores a los planteados anteriormente. Así, el incremento interanual Diciembre 2017 ‐ Diciembre 2018 fue de un 30%, mientras que el aumento que considera Febrero 2018 ‐ Febrero 2019 sería de 27,5%.
Los incrementos por tramo de cada convenio colectivo de trabajo (CCT) se presentan a continuación.

En este sentido, es útil observar que la dinámica tradicional de costos del sector médico privado se encuentra afectada por mayores incrementos en los insumos no laborales durante la primera mitad del año (los cuales representan un 24% de su estructura de costos) y mayor participación de los aumentos en los costos laborales durante la segunda parte del año (los cuales representan el 76% restante). En tanto, la tónica seguida por la inflación general durante 2018, de acuerdo a INDEC, mostró una aceleración durante el tercer trimestre, de manera que agravó sustancialmente las posibilidades de sostenimiento del sector.   Cabe destacar que, si bien todos los actores que conforman el sector privado de la salud se encuentran involucrados, las instituciones prestadoras son las más afectadas frente a este tipo de contextos, dado que no pueden restringir los servicios de atención ni demorar sus obligaciones de pago concertadas.
Algunas posibles soluciones para la coyuntura en curso
Los aspectos señalados sobre la evolución de costos, sumados a otras restricciones que afectan al sector salud, tales como una presión tributaria excesiva para una actividad que brinda un servicio social (ver informe IERAL 20181), impone desafíos que requieren la necesidad de diseñar políticas públicas pensadas para el corto y el largo plazo, enfocadas en la sostenibilidad de una oferta extendida y de calidad en las prestaciones médicas, posibilitando una mayor inversión, tendientes a la incorporación de los últimos avances tecnológicos para el cuidado de la salud.
En este sentido, las políticas a poner en marcha podrían enfocar en:
• La conformación de mesas sectoriales de prestadores de salud que permitan debatir la sostenibilidad y sustentabilidad del sector;
• Actualización del valor de las prestaciones sanitarias, a la par de las subas de costos;
• Acortamiento de los períodos de pago por las prestaciones de salud
• Devolución (o compensación con otras obligaciones tributarias) de los saldos a favor de IVA que se generan para el sector por la exención que se otorga a las obras sociales y empresas de medicina prepaga, y la alícuota diferencial para el sector;
• Modernización del convenio colectivo de trabajo de la actividad y el ordenamiento en cuanto a la actual superposición de regulaciones entre distintos niveles de gobierno;
• Un programa de salida ordenada y gradual de la actual emergencia sanitaria, con vencimiento en Diciembre de 2019.
 


1 Foco Fiscal. Carga tributaria sobre el sector salud. El caso de la provincia de Córdoba. Año 12 ‐ Edición Nº 42 – 16 de Noviembre de 2018
 

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