Informe revela impacto de políticas agropecuarias: fuerte presión fiscal y desafíos ambientales para el campo
El agro argentino aportó en promedio el 7,6% del PBI y más del 60% de las exportaciones, pero las políticas de retenciones y restricciones comerciales generaron una transferencia neta negativa que redujo un 17,1% los ingresos brutos de los productores entre 2016 y 2023, según un informe que analiza el período 2017-2024.
El estudio “Análisis de políticas públicas agropecuarias en Argentina 2017-2024”, elaborado por un equipo de especialistas en economía agraria, presenta un diagnóstico integral sobre las políticas aplicadas al agro en los últimos siete años.
El informe destaca que el sector agropecuario argentino no solo representa una base macroeconómica estratégica —con un peso del 7,6% del PIB en promedio y más del 60% de las exportaciones de bienes—, sino que también constituye el motor del ingreso de divisas para el país.
Sin embargo, las políticas de derechos de exportación (retenciones) y restricciones cuantitativas han generado un efecto adverso: transferencias netas negativas desde los productores hacia otros sectores de la economía. Según la metodología de Estimados de Apoyo al Productor (PSE) de la OCDE, este apoyo negativo implicó en promedio una merma del 17,1% de los ingresos brutos a nivel finca durante 2016-2023.
Efectos por cadenas productivas y ambientales
El informe desglosa el impacto en los principales complejos productivos:
- Soja, maíz y trigo: principales afectados por las retenciones, con efectos directos sobre decisiones de inversión y márgenes de rentabilidad.
- Carne bovina: fuertemente condicionada por las restricciones cuantitativas a la exportación, que redujeron competitividad internacional.
- Vitivinicultura: muestra un patrón más vinculado a las restricciones comerciales externas y a la competitividad cambiaria.
En paralelo, se incorpora un análisis ambiental:
- La producción aumentó mientras se registró una reducción relativa de las emisiones de GEI sectoriales.
- Persisten desafíos en erosión de suelos, deforestación y uso de fertilizantes, lo que obliga a integrar una agenda ambiental sólida en las políticas públicas.
Hacia una agenda de desarrollo sostenible
El documento enfatiza la necesidad de un cambio estructural en la gobernanza del agro argentino. Entre las líneas de acción propuestas se incluyen:
- Modernización institucional y fortalecimiento del sistema de I+D+i para el sector.
- Reducción de restricciones regulatorias y promoción de reglas de juego estables.
- Mejora del acceso al crédito y cobertura de riesgos para productores.
- Perfeccionamiento de la agenda ambiental, con foco en adaptación al cambio climático.
- Mayor integración comercial internacional, para consolidar el rol exportador del agro argentino.
El diagnóstico plantea un dilema político y económico: mientras el agro sostiene gran parte del superávit comercial argentino, las políticas impositivas y regulatorias han erosionado la rentabilidad sectorial.
La reacción de las entidades agropecuarias probablemente se centre en reclamar una baja gradual de las retenciones y mayor previsibilidad normativa. Por otro lado, el desafío ambiental y la presión internacional por una producción sustentable podrían convertirse en un incentivo para reposicionar a la Argentina como proveedor confiable de alimentos con valor agregado y trazabilidad ambiental.
Analisis de Politicas Publicas Agropecuarias en Argentina 2017 2024 by CristianMilciades
