Quita de subsidios: tarifas eléctricas podrían triplicarse y hay preocupación en cooperativas
La presión sobre las facturas eléctricas no solo responde a la quita progresiva de subsidios nacionales que ya impacta de lleno en los hogares. Ahora se suma una decisión de alcance nacional que transformará por completo el sistema de asistencia energética desde 2026. En paralelo, las cooperativas provinciales advierten que el escenario actual ya es crítico: crecen los montos impagos, se duplican los cortes de servicio y el margen para sostener la infraestructura es cada vez menor.
La Federación de Cooperativas Eléctricas de Misiones (FECEM) lo sintetiza con crudeza. Según su presidente, Ángel Kusuka, la distancia entre un usuario con subsidio y uno sin subsidio es abismal. Hoy, un hogar subsidiado paga entre $75 y $80 por kWh, mientras que un usuario sin subsidio abona entre $210 y $220, muchas veces sin saber que perdió el beneficio por cruces automáticos de información. “Mes a mes van bajando. Le dan de baja a gente que tenía el subsidio y pasa a tarifa plena”, explicó.
El cuadro se agrava en verano, cuando el consumo aumenta y los topes de subsidio se superan con facilidad. “Cuando ven la factura final, el resultado es abultado”, advirtió Kusuka. Las cooperativas se convirtieron así en un espacio de contención: atienden reclamos, acompañan trámites y reciben casos de usuarios que, pese a cumplir las condiciones, pierden el beneficio sin motivos claros.
Una morosidad que se dispara y compromete el servicio
El impacto económico en las familias ya se refleja en los indicadores: los cortes por falta de pago se duplicaron en los últimos meses. Antes, la mayoría pagaba entre el 5 y el 10 de cada mes; ahora abonan “cuando pueden”, y cada vez son más quienes recurren a tarjetas de crédito para cubrir la factura. “Tarjeta es pan para hoy y mañana vemos”, graficó Kusuka.
Aun así, no todos logran ponerse al día: solo el 90% se reconecta luego de un corte. El resto no puede afrontar ni la deuda acumulada ni los $30.000 a $35.000 que cuesta la reconexión en cooperativas como la de Dos de Mayo.
Las propias cooperativas operan sin margen. Los aumentos autorizados en el Valor Agregado de Distribución fueron mínimos, muy por debajo del incremento de salarios, cables, transformadores y materiales esenciales. “Estamos juntando plata y pagando, sin resto”, resumió Kusuka. Esa falta de recursos termina repercutiendo en la calidad del servicio y en la capacidad de mantenimiento preventivo.
Qué cambia en 2026: desaparecen N1, N2 y N3 y habrá solo dos categorías
A este panorama se suma un cambio profundo definido por Nación y que entrará en vigencia en 2026: la eliminación total del sistema de segmentación (N1, N2 y N3) y la creación de un nuevo esquema de Subsidios Energéticos Focalizados (SEF).
Según datos oficiales, el país pasará a tener únicamente dos tipos de usuarios residenciales:
- Usuarios con subsidio, registrados y validados en el SEF.
- Usuarios sin subsidio, que pagarán el costo pleno de la energía.
Los hogares N2 pasarán automáticamente al nuevo registro, mientras que los N3 atravesarán una revisión más estricta: ingresos, ubicación territorial, patrimonio y consistencia de datos serán determinantes para mantener -o perder- el subsidio.
El nuevo sistema define bloques de consumo más acotados y uniformes para todo el país:
- 300 kWh mensuales en meses de calor o frío extremo (diciembre, enero, febrero, mayo, junio, julio y agosto).
- Solo 150 kWh en meses “templados” (marzo, abril, septiembre, octubre y noviembre).
Esto puede ser especialmente problemático para Misiones y el NEA. Marzo, considerado “templado” por la normativa nacional, es uno de los meses históricamente más calurosos de la región. Con solo 150 kWh subsidiados, la mayor parte del consumo quedará automáticamente a tarifa plena, profundizando el salto en las facturas.
El objetivo fiscal del Gobierno es claro: bajar los subsidios de 1,5% del PBI en 2023 al 0,65% este año y al 0,5% en 2026. En paralelo, se busca que los usuarios asuman una proporción mayor del costo real de la energía, reservando la asistencia solo para consumos esenciales de hogares vulnerables.
Incluso se evalúa un “subsidio extraordinario transitorio” para amortiguar la transición, aunque no hay detalles confirmados.
