Tras 17 años de articulación público privada, presentaron una nueva variedad de pino híbrido
A partir del trabajo en mejoramiento y cruzamientos controlados de un equipo de investigación del INTA Montecarlo –Misiones– y la empresa agro-foresto industrial Pindó, se presentó en sociedad un ejemplar de pino híbrido que se destaca por el crecimiento, la uniformidad y el rendimiento en plantaciones forestales comerciales y en sistemas silvopastoriles se presentó en sociedad.
Según indicaron desde el INTA, el pino híbrido denominado F1 INTA-PINDO se obtuvo mediante cruzamientos entre árboles seleccionados genéticamente en el marco de programas de mejoramiento, lo que permite asegurar el crecimiento, la uniformidad y rendimiento en las plantaciones forestales comerciales. Más precisamente, de la cruza entre materiales locales de las especies Pinus elliottii –utilizada como “madre”– y Pinus caribaea variedad hondurensis –utilizada como “padre”–.
La obtención de la nueva variedad llevó 17 años de articulación público-privada entre el INTA Montecarlo –Misiones– y la empresa agro-foresto industrial Pindó.
En la Argentina, las únicas coníferas originarias pertenecen a los géneros Araucaria, Podocarpus y Cupressus, por lo que, los pinos utilizados normalmente para producir madera en la región mesopotámica son especies introducidas. Ahora, gracias a este desarrollo, los productores del NEA podrán acceder a ejemplares adaptados a la región.
“Este híbrido está destinado tanto a productores netamente forestales que realizan plantaciones puras, como a aquellos productores que implementan sistemas más complejos, como los sistemas silvopastoriles”, señaló María Elena Gauchat, investigadora del INTA Montecarlo –Misiones– y quien participó de la obtención del híbrido.
El nuevo material posee condiciones de rectitud de fuste y conicidad muy superiores a Pinus taeda, una de las más competitivas en la región. Estas últimas dos características hacen que su rendimiento en industria sea superior y permite aprovechar en el aserrío rollos más pequeños, en comparación a la variedad mencionada.
Un poco de historia. En 2.004 comenzó el proceso de obtención y gracias a un convenio de articulación entre el INTA y la empresa agro-foresto industrial Pindó, el equipo de investigadores aplicó el método de macro propagación, se formaron Plantas Madres (PM) de manera que cada una de ellas produzca la mayor cantidad de estacas (brotes) posibles para su utilización. Las estacas logradas operan como materia prima para la producción de plantines.
“La hibridación consiste en cruzar dos especies diferentes que, al combinarse, permiten obtener un individuo con características deseables”, resaltó Gauchat.
Potencialidades del híbrido. En los estadios iniciales, el híbrido presenta una mayor resistencia a las bajas temperaturas y a los vientos, y luego de un año y medio ya no presenta riesgos a la ocurrencia de heladas. Además, tiene una mejor adaptación a lugares con escaso drenaje respecto a Pinus taeda. Se trata de un material que no solo logra óptimos crecimientos y eficiencia para la forestación, sino que resuelve una necesidad frecuente en la región.
“Los productores que querían hacer uso de este híbrido debían importarlo de Australia, a un precio elevado y por un proceso complicado”, indicó Ector Belaber, especialista del INTA Montecarlo –Misiones–. Por otra parte, explicó que tenía buena perfomance en la región, entonces parecía razonable producirlo a partir de materiales adaptados localmente.
A partir de ahora, la empresa Pindó suma la comercialización del F1 INTA-PINDO a su cartera de productiva compuesta por yerba mate, especies nativas, ornamentales, frutales y flores de corte. Actualmente se pueden adquirir plantines o estacas en el vivero de la empresa, según indicó Belaber.
Nuevo convenio de vinculación tecnológica. “Consolidar el desarrollo del programa mediante la generación de poblaciones sintéticas y retrocruzas del taxón, focalizando en la producción de madera con estándares requeridos por las industrias locales” es el compromiso del nuevo convenio de vinculación tecnológica entre el equipo del Programa de Mejoramiento Genético del INTA y Pindó, que regirá desde 2021 a 2030.
Entre las líneas de investigación se plantean la generación de tres tipos de poblaciones de mejora, la valoración de genotipos a campo y estudios sobre la calidad de la madera. A su vez, evaluar la adaptabilidad y las técnicas silviculturales en familias clonales en diferentes regiones de la Mesopotamia argentina.
Para el equipo, este convenio permitirá consolidar el proceso de obtención de plantines embriogénicos desarrollando de manera coordinada actividades con el INTA Bella Vista –Corrientes–. Mientras que en la unidad vecina se realizarán los procesos de inducción, multiplicación, maduración, cosecha y germinación de embriones somáticos, en Montecarlo se desarrollará la aclimatación de los mismos a condiciones de vivero.
“La transferencia de materiales al sector productivo es nuestro objetivo principal, en este punto planteamos actividades para optimizar las etapas de la macro propagación, y actividades de intercambio a través de reuniones, jornadas y visitas a campo”, puntualizó Gauchat.