Una tormenta en un vaso de leche
Escriben Jack Ewing y Lauren Hirsch. Un vaso de leche solía ser sinónimo de un desayuno ideal y nutritivo. |
Ahora parece estar camino a convertirse en una curiosidad del pasado. Solo en Estados Unidos, el consumo de leche de vaca ha disminuido 40 por ciento desde 1975 y, en la última década, han cerrado 20.000 granjas lecheras. |
Oprah, Jay-Z y otros grandes inversionistas de Oatly, la empresa de leche hecha a base de avena que esta semana empezó a cotizar en bolsa, apuestan a que sea un negocio millonario. Gigantes de la industria alimentaria como Nestlé ya han lanzado productos rivales, como bebidas hechas a base de guisantes. |
El capital de inversión tiene un lugar en la mesa, al igual que Oprah y Jay-Z. Gigantes del sector de alimentos como Nestlé andan a la rebatiña porque todos quieren participar. Este frenesí tendrá implicaciones para el clima. Incluso hay murmullos de efectos geopolíticos.
Oatly, empresa productora de un sustituto de leche elaborado con avena que puede servirse con cereal o que sirve para hacer la espuma del café capuchino, es el inusual foco de todo ese entusiasmo. Esta semana, Oatly, una empresa sueca, ofrecerá a la venta acciones al público en una oferta que podría ubicar su valuación en 10.000 millones de dólares. La experiencia de esta empresa es una muestra de cómo han cambiado las preferencias de los consumidores, un fenómeno que está transformando el sector de alimentos.
Ya no basta con que la comida sepa bien y sea saludable. Cada vez más personas quieren estar seguras de que la kétchup, las galletas o la pasta con queso que compran no contribuyan al deshielo del casquete de hielo polar. La producción de alimentos es uno de los principales impulsores del cambio climático, en especial aquella relacionada con los animales (las vacas eructan metano, un potente gas de efecto invernadero). Algunos sustitutos para la leche elaborados a partir de soya, anacardo, almendra, avellana, cáñamo, arroz y avena han proliferado en respuesta a la creciente demanda.
“Tenemos una visión osada de un sistema alimentario más beneficioso para las personas y para el planeta”, declaró Oatly en el folleto informativo de la oferta. Se espera que las acciones de la empresa comiencen a cotizar en Nueva York el 20 de mayo.
Para justificar su creciente valuación, Oatly debe convencer a los inversionistas de que puede dominar un mercado en el que ya hay gran competencia y al que los grandes conglomerados del sector de alimentos apenas comienzan a canalizar sus formidables recursos. Nestlé, la mayor productora de alimentos envasados del mundo, lanzó su propia alternativa para la leche este mes, elaborada con guisantes.
Oatly cultiva una imagen novedosa con diseños y un logotipo — Oatly!— en sus envases que parece dibujado a mano. En su publicidad dice ser “como la leche pero hecha para humanos”. Sin embargo, la compañía ya tiene más de 25 años y cuenta con el respaldo de inversionistas importantes.
La accionista mayoritaria es una alianza integrada por una empresa propiedad del gobierno chino y la firma belga Verlinvest, encargada de invertir parte del patrimonio de las familias que controlan el imperio de la cerveza Anheuser-Busch InBev. Blackstone, la gigantesca firma de inversión de capital, es titular de poco menos del ocho por ciento de Oatly.
El interés de inversionistas serios confirma que la comida vegana ya forma parte de la cultura dominante, pero eso podría dificultar que Oatly mantenga su imagen de rebeldía frente a las élites. La empresa sufrió una reacción negativa de algunos seguidores después de que Blackstone lideró una inversión de 200 millones de dólares en Oatly el año pasado. Stephen Schwarzman, director ejecutivo de Blackstone, era un firme partidario del expresidente Donald Trump, quien sostiene que el cambio climático es un engaño.
Oatly expresó su esperanza de que la inversión de Blackstone inspire a otras firmas de inversión en fases consolidadas “a canalizar su valor colectivo de 4 billones de dólares hacia inversiones verdes”. El respaldo de Blackstone también ayudó a darle credibilidad a Oatly en Wall Street. Además, no hubo ninguna señal de que la participación de Blackstone produjera una ralentización en las ventas de Oatly, que se duplicaron el año pasado.
Algo que favoreció la imagen de Oatly fue una lista de celebridades que invirtieron en ella, como Oprah Winfrey, Natalie Portman, la empresa Roc Nation de Jay-Z y Howard Schultz, antiguo director ejecutivo de Starbucks. Todas estas personalidades tienen alguna conexión con el movimiento de vida saludable o las dietas basadas en plantas.
Oatly se negó a hacer comentarios pues existen regulaciones que limitan las declaraciones públicas en el periodo previo a una oferta pública inicial.
La leche de avena forma parte de toda una tendencia hacia alimentos sustitutos de productos animales. Las empresas de tecnología dedicadas a los alimentos, como Beyond Meat, han recaudado poco más de 18.000 millones de dólares de inversión en las primeras fases, según PitchBook, empresa que recopila datos de esa industria. Los lácteos a base de plantas, que en Estados Unidos incluyen marcas como Ripple (que utiliza guisantes) y Mooala (plátanos), generaron ventas por 640 millones de dólares el año pasado, más del doble de lo generado el año anterior.
En Estados Unidos, los sustitutos de la leche, como la leche de avena y la de arroz, constituyen una industria de 2500 millones de dólares que se espera que, para 2025, crezca a 3600 millones de dólares, según Euromonitor. En todo el mundo, se espera que esa industria crezca de 9500 a 11.000 millones de dólares.
Las alternativas para la leche, que en alguna época eran un mercado de nicho, se han convertido en un elemento tan estadounidense como el béisbol. Esta temporada, en el estadio de los Yankees, en el Wrigley Field de Chicago y el Globe Life Field en Arlington, Texas, donde juegan los Rangers, se venderá una versión congelada de Oatly que parece un helado suave.