Importaciones desde Brasil crecen 53% y marcan el mayor ritmo en 15 años
La balanza comercial bilateral cerró el semestre con un rojo de casi u$s3.000 millones, impulsado por importaciones récord del sector automotriz.
El intercambio comercial entre Argentina y Brasil se inclinó fuertemente en contra del país durante el primer semestre de 2025. Según datos oficiales del Ministerio de Economía de Brasil, el déficit comercial argentino alcanzó los u$s2.947 millones, una cifra que representa un deterioro de u$s3.054 millones respecto del mismo período del año pasado, cuando Argentina había logrado un leve superávit.
Importaciones en máximos: el automotor lidera
El principal factor detrás del desequilibrio fue el crecimiento interanual del 53% de las importaciones argentinas desde Brasil entre enero y junio, el mayor salto semestral en los últimos 15 años. Esta dinámica estuvo potenciada por la apertura comercial, el atraso cambiario y un repunte en sectores clave de la industria local que dependen de insumos brasileños.
En junio, las importaciones treparon 68,6% interanual, según un informe de la consultora Abeceb. El aumento fue traccionado mayormente por el sector automotriz, especialmente en las compras de vehículos livianos y pesados. También se observó un crecimiento explosivo del 600% en las importaciones de soja, aunque desde niveles aún bajos si se los compara con los registros de 2024.
Exportaciones estancadas: subas puntuales no logran revertir la tendencia
Mientras las compras aumentaron a ritmo acelerado, las exportaciones argentinas hacia Brasil apenas crecieron un 1,7% en la primera mitad del año, lo que profundizó la brecha comercial. Solo en junio se observó una mejora de 8,9% interanual, empujada también por el sector automotor y el crecimiento en los envíos de trigo y centeno sin moler.
No obstante, la recuperación parcial de las ventas externas no logró equilibrar el deterioro generado por las importaciones. Esto llevó a que Argentina pierda en apenas un año la posición favorable que había ganado en 2024, cuando el comercio bilateral arrojó un superávit de u$s107 millones, en medio de una fuerte recesión interna y controles sobre las divisas para importación.
La aceleración del rojo comercial con Brasil ocurre en un contexto de normalización del comercio exterior bajo la gestión de Javier Milei, pero también con un tipo de cambio real que sigue deteriorando la competitividad argentina. Este doble fenómeno potencia las importaciones, pero limita la capacidad exportadora del país.
Además, el creciente desequilibrio con el principal socio del Mercosur podría presionar sobre el balance externo, en un momento en que el Banco Central busca consolidar reservas y el Ministerio de Economía aspira a sostener el superávit comercial como ancla de la estabilización macroeconómica.









