Las Estaciones de Servicio de la provincia están colapsadas por la cantidad de habitantes de Brasil y Paraguay que llegan para abastecerse de combustibles.

Los misioneros ya no aguantan más, día tras día viven una odisea al momento de ir a cargar nafta y hacen filas de hasta cinco horas en estaciones de servicio que están colapsadas. Y a ello se debe agregar que las bocas de expendio sufren del desabastecimiento por el crecimiento de la demanda, que supera el 30 por ciento en toda la provincia respecto a los consumos del 2019.

Este hecho se da a que las Estaciones de Servicio que poseen las ciudades de la provincia también deben enfrentarse a una vasta cantidad de habitantes de Brasil y Paraguay que cruzan la frontera para cargar en Argentina, debido a que el combustible es entre un 40 y 50 por ciento más barato en territorio nacional.

“Eso hace que vengan muchos extranjeros, en especial en las localidades fronterizas, como Posadas, Puerto Iguazú o Bernardo de Irigoyen”, le confió Adolfo Safrán, ministro de Hacienda, Finanzas, Obras y Servicios Públicos de Misiones, al portal especializado surtidores.com.ar.

“Puerto Iguazú sólo tiene cuatro Estaciones de Servicio para todos los ciudadanos, y debe soportar dos ciudades de países vecinos que tienen entre 400 y 500 mil habitantes cada una. Con que llegue un 2 por ciento de esos habitantes, complica la situación y se generan las demoras al momento de cargar combustible”, amplió Faruk Jalaf, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio y Afines del Nordeste, en diálogo con este portal de noticias.

Incluso, ese problema tuvo como consecuencia que a partir de febrero de este año se empezaran a aplicar precios diferenciados y cupos en combustibles para los automóviles con patente extranjera, además de la exigencia de realizar filas diferenciadas.

Y si bien desde el sector reconocen que ayudó en cierta medida, los misioneros ya no resisten este escenario, que deriva en mal humor general por parte de los usuarios y de los empleados, así como una posible afectación al turismo local.

“Hubo gestiones por parte del Ministerio, como del gobernador provincial con las autoridades de YPF, fundamentalmente. Pero se ve difícil porque hay restricciones en cuanto a la producción de combustibles en el país”, declaró Safrán.

Sin embargo, la problemática pareciera acentuarse con la “viveza criolla”, donde algunos vecinos, de Puerto Iguazú por nombrar alguna localidad, que compran combustible en tanques adicionales y lo revenden a través de las redes sociales y portales online de manera clandestina. Esta venta ilegal se vuelve difícil de controlar, debido a que se comercializa en un espacio virtual no regulado.