Al tercer mate…

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Suelto de cuerpo, durante un programa de La Extraordinaria” de Radio Social Club, de su propiedad, Pedro Puerta confiesa: “Traje un estimulante erótico y ese vos le ponés en el mate y vos le convidás a la guaina o tu elección sexual del momento. Entonces si vos querés guaina, guaina, (“querés guaino”, aporta el tercer conductor) si querés un gurí, gurí -dice Puerta mirando directamente a Germán Kiczka, el segundo conductor-, ese no hay problema”. Y continuó el hijo del ex gobernador: “Con eso, al tercer mate, chau”. Con el gesto de “cayó”. 

“¿Así conquistás?”, inquiere una voz femenina en off. 

A lo que Germán Kiczka, hoy preso por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, le pregunta: “¿Y funcionó?”. Pedro Puerta confiesa entre risas: “Hermano, no sabés lo que es, me quedé sin yerba“.

Las risas, la complicidad y el contexto, echan por tierra el intento desesperado de Puerta por despegarse del escándalo protagonizado por los hermanos Kiczka, prófugos durante una semana, presos e imputados ahora por delitos aberrantes: el abuso sexual infantil, la pedofilia y el compartir material que incluía zoofilia e incesto. 

El diputado fue hallado en un camping desolado de Corrientes. Su hermano, unas horas después, desorientado, con signos de deshidratación y comiendo limones, en un camino rural cercano a Apóstoles. Ahora resulta que nadie los conocía. Nadie sabía nada. Nadie sospechaba nada. 

El presidente Javier Milei, fiel a su estilo (y obsesiones), se burló de Kiczka, al que “desconoce” como diputado libertario, pese a que antes le había dado la bienvenida a las “fuerzas del cielo” a Florencia Klipauka, la diputada de Activar, partido que se sumó a las filas libertarias apenas Patricia Bullrich perdió las elecciones primarias. Con su dudoso gusto y pésimo ejemplo, Milei retuiteó una imagen de Kiczka junto al diputado nacional de la UCR, Martín Tetaz. El texto del polémico post, que hace hincapié en la diferencia de altura entre ambos políticos, dice: “Prueba gráfica del diputado pedófilo de Misiones queriendo abusar de un pibito“. Una risa. 

Hasta hace algunas horas, dirigentes del PRO aseguraban que se trataba de una “operación política”. Borraron archivos en dónde aparecían junto a Kiczka. Pero hay un spot rescatado de Cambiemos que tiene una enorme carga de ironía. “Estamos juntos por nuestros niños”, reza el subtítulo, con un fundido al primer plano de un Kiczka sonriente. 

Patricia Bullrich también protagoniza otro en el que destaca “los sueños” del entonces candidato apostoleño.

Durante todo el proceso, que se inició en febrero, el radicalismo mantuvo un llamativo silencio. Recién ahora, con las pruebas a la vista y los hermanos detenidos, piden la “inmediata expulsión” de Germán Kiczka de la Cámara de Diputados. Sin investigar demasiado, sin esperar la sentencia. El “detalle” es que quien sigue en la lista si echan de la Legislatura a Kiczka es Javier Mela. Un radical. Una banca más. 

“Me molesta la perversidad de algunos periodistas, que hablan más de Puerta que del hecho; y nosotros no tenemos nada que ver, somos las primeras víctimas”, se quejó el padre de Pedro, el ex gobernador durante la década de los 90.

Yo estaba seguro que German no tenía nada que ver, que era inocente”, insistió Puerta padre.“Pero ahora tengo sospechas porque no se presentó a la justicia”.

Se equivoca al victimizarse el ex embajador de Mauricio Macri. En las entrevistas que dio esta semana aprovechó para recordar que también fue “perseguido” por “trabajo esclavo” en sus chacras, donde en 2014 hallaron tareferos sometidos casi a la esclavitud, una práctica que no desapareció, sino que ahora volvió estimulada por la desregulación yerbatera impuesta por Javier Milei. Esta semana hallaron a doce tareferos sometidos en una chacra de Caraguatay. Son el último eslabón del desplome de la actividad yerbatera, en la que los productores están cobrando hoy un precio mínimo por la hoja verde, tal como sucedió en los 90, la década desregulada, que terminó con miles de productores en la miseria. La causa contra Puerta, tuvo mejor suerte: durmió en algún archivo judicial. 

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Pedro Puerta no es víctima por heredar el apellido. Las únicas víctimas de este escándalo son los niños abusados. De los que nadie parece acordarse. 

El expediente a cargo del juez Miguel Ángel Faría describe en detalle las aberraciones cometidas. Pedofilia, zoofilia, incesto. Y hay diálogos con otros adultos -en teléfonos con característica de Posadas y otros de Apóstoles- en los que se habla livianamente de menores y de una niña de cinco años. ¿Nadie sabía? ¿Pedro ignoraba las preferencias sexuales de su amigo, al que conocía hace 20 años y ungió como autoridad de su propio partido?

En la ciudad yerbatera todo el mundo conocía Estudio 55 Dance & Night Club, el pub inaugurado en 2012 que regenteaba Sebastián Kiczka. En la madrugada del 29 de julio de este año, la Justicia clausuró la casona al constatar la presencia de 24 menores de edad en una fiesta privada con adultos y venta de alcohol. “Estudio 55 fue un lugar innovador para un pueblo como este, que es más bien conservador. Sebastián (Kiczka) era el dueño y el que craneaba las temáticas de las fiestas que se hacían. No se pasaba cumbia, había un baño mixto y la presencia de menores estaba completamente naturalizada”, recuerda un ex habitué de aquellas fiestas entrevistado por la revista Anfibia, uno de los medios que desembarcó en Apóstoles en busca de la noticia. 

¿Nadie sabía nada? Las risas cómplices de Pedro y Germán se empeñan en socavar esa pregunta. “Si querés un gurí, gurí…” Gurí, un vocablo de nuestro guaraní regional, significa “niño, muchacho, crío, criatura, chico, nene, pibe, chango, purrete, pebete, guacho”.

Para tranquilidad del radicalismo, Kiczka seguramente será expulsado de la Cámara de Diputados, pero como corolario de un proceso en el que se respetaron todos los derechos de los acusados, evitando, justamente, que se politice una causa tan delicada. 

No hubo detención preventiva, como sugirió la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, porque eso sólo puede justificarse en un Estado en el que los derechos no estén garantizados. ¿Se imaginan lo que se diría si la Policía rodeaba “preventivamente” la casa de un diputado opositor? Probablemente quienes hoy le escapan como a un leproso pondrían el grito en el cielo. En cambio, el diputado y su hermano tuvieron todos los derechos garantizados. La fuga, que entorpece la investigación, podría ser un agravante de los delitos de los que se los acusa. Pero es solo un elemento más dentro de un expediente minucioso. Medir su impacto en escala política es minimizar que las únicas víctimas en esta situación son los niños abusados. 

Cálculos y especulaciones por una banca, demuestran más las miserias propias que una preocupación real por esas víctimas que no tuvieron cómo defenderse y que tendrán impactos por siempre. Son vidas arruinadas. De las que hay que ocuparse y también prevenir delitos futuros. El jueves, casi a la misma hora que caía uno de los hermanos Kiczka, en Alem fue detenido in fraganti otro pedófilo, compartiendo material sexual de menores de edad. Será clave para atacar estos delitos, fortalecer la dirección de Cibercrimen de la Policía y la creación de un juzgado especializado en ciberdelitos, una iniciativa que está en análisis del Gobierno provincial. 

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Quienes hacen elucubraciones y agitan la “persecusión política”, deben recordar que la causa que terminó en el escándalo Kiczka se desprende del procedimiento iniciado por la fiscal porteña Daniela Dupuy, de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas  y se inició en el marco de una investigación internacional llamada “Guardianes Digitales de la Niñez”, sobre la existencia de una red de pedofilia a partir de la denuncia del Centro Internacional para Niños Desaparecidos y Explotados con sede central en Estados Unidos. Que el IP de la computadora de Kiczka haya sido detectado no tuvo nada que ver con las posiciones políticas del legislador. Que hayan encontrado 603 archivos comprometedores revela sus reprobables gustos, no su posición partidaria ni su adhesión libertaria.  

Que quienes hagan especulaciones políticas sobre el caso Kiczka sean al mismo tiempo los que se ofrecen como “custodia moral” del país y de Misiones, es una mera casualidad. Al mismo tiempo que intentan despegarse de Kiczka, omiten criticar al Milei que se burla de la pedofilia, pero le aplauden al Presidente los “resultados económicos” y las medidas en pos de “más libertad”.

Esta semana, por caso, los aliados presidenciales celebraron que el Impuesto País para las importaciones bajará 10 puntos. Pero olvidaron recordar que fue el mismo Gobierno el que subió el impuesto apenas asumir. Diez puntos. 

De los resultados económicos poco se puede hablar. La inflación sigue siendo alta, a pesar del enorme costo social del ajuste y las perspectivas económicas para la gran mayoría, son negativas. 

En febrero pasado Milei se negó a aumentar el salario mínimo y vaticinó que en tres meses comenzaría la recuperación. Pasaron esos tres meses, más otros tres meses y hoy Argentina se transformó en el país de América con la peor proyección económica. Un estudio de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe-Celac para este año, pronostica que la economía argentina caerá 3,8 por ciento. La otra menos peor será Haití, con una caída del 3 por ciento. El resto de los países latinoamericanos, cerrará el año en crecimiento. La comunista Brasil, en mitad de tabla, tiene una proyección de crecimiento del 2,3 por ciento. República Dominicana lidera con 5,2 por ciento. 

No es casualidad que la economía sea la principal preocupación de los argentinos. Según una encuesta de la consultora Synopsis, la evaluación del desempeño del Gobierno es “muy mala” para el  45,7 por ciento de los encuestados. El desempleo es la principal preocupación para el 39,2 por ciento de los consultados, seguido por la corrupción, con 27,1.

El 54,6 por ciento admite que está peor que un año atrás y el 42,7 cree que dentro de un año estará peor. Así, la imagen negativa de Milei escala al 52 por ciento. El 53,3 por ciento ya no tiene más paciencia y el 38,5 por ciento culpa al Gobierno actual de la situación económica. 

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