A lo CSI: cómo trabaja el Cuerpo Médico Forense de Misiones en homicidios y casos de abuso
Dentro de la estructura del Superior Tribunal de Justicia, el Cuerpo Médico Forense trabaja como auxiliar del Poder Judicial de Misiones en cuestiones jurisdiccionales y administrativas. Integrado por un equipo especializado de médicos legistas y forenses, bioquímicos, psicólogos, agentes administrativos, la institución es un modelo a seguir por muchas provincias del país.
Dentro del cuerpo, funciona el Departamento de Tanatología, a cargo del doctor Carlos Sebastián Wolhein, subjefe del cuerpo forense a nivel provincial, quien destaca el trabajo que realiza el CMF hace más de 25 años. “En sus inicios operaba dentro del área del hospital, posteriormente y mediante la gestión de nuestro Superior Tribunal, hemos adquirido nuestras propias instalaciones y se fue avanzando sobre las gestiones de recursos”, explicó el Jefe de Tanatología.
Wolhein explicó que el origen del cuerpo data del primer presidente del STJ, Manuel Acosta y que luego, en la gestión de Froilán Zarza, hace siete años atrás, se crea una nueva estructura. “Hay como una reestructuración del Cuerpo Médico Forense y en ese momento se lo designa al ministro Marcelo Benítez, como enlace, que es nuestro jefe inmediato”, remarcó.
A través de Benítez, el CMF interactúa con el STJ, con quienes realizaron todas las gestiones en cuanto a lo que sería la construcción de la actual dependencia judicial. “El cuerpo forense cumple funciones en toda la provincia, se subdivide, al igual que las demás estructuras judiciales, por sus circunscripciones. Tenemos cinco circunscripciones, la Jefatura funciona dentro de la capital y las subjefaturas en cada región”, agregó.
La descentralización que tiene el cuerpo forense hace referencia a los niveles de complejidad. Los cuerpos forenses en el resto de las circunscripciones tienen, a su vez, sus propios jefes y subrogantes, con cierto nivel de complejidad, concentrando la mayor complejidad dentro de la primera circunscripción y dentro de esa área está la departamentalización.
Tanatología
EL CMF cuenta con ocho departamentos: el Departamento Legal Forense, el Departamento de Tocoginecología Forense, el Departamento de Psicología y Psiquiatría Forense, Departamento de Medicina Laboral, el Departamento de Biología Forense Departamento de Bioquímica y Ciencias Auxiliares Forenses, Departamento de Deontología y Responsabilidad Médica y el Departamento de Tanatología.
“El departamento de Tanatología es el que integra a los profesionales que se ocupan de hacer las investigaciones, por ordenamiento de los jueces, fiscales, de las causas que se producen en torno a la muerte del individuo, comúnmente conocido como las autopsias o las necropsias. Las autopsias se realizan en un quirófano donde se derivan los occisos de toda la provincia, independientemente de la circunscripción. Ingresan por ordenamiento de los jueces y funciona los 365 días, las 24 horas”, explicó Wolhein que agregó que existen además, ciertas unidades conexas que trabajan para el buen desempeño de sus funciones.
Para cada caso, cuentan con una guardia administrativa forense conformada por agentes debidamente capacitados para desarrollar la tarea. Ellos están entrenados en lo que es la recepción cadavérica, interactúan con los jueces ante los ordenamientos de las autopsia.
Inmediatamente que ingresa un occiso, realizan toda la documentación, registran la cadena custodia, acreditan toda la documental necesaria para el desarrollo de la autopsia, independientemente de la hora que sea. Una vez que ellos hacen la recepción de un ordenamiento judicial, inmediatamente se comunican con el médico forense de turno. “Por organigrama, siempre tenemos un médico forense de turno para cada circunscripción o para toda la provincia en su caso, este médico, una vez notificado el ingreso, inmediatamente empieza a desarrollar la logística de trabajo. Cada autopsia es diferente, cada hecho tiene sus particularidades”.
Wolhein advirtió además, que, desde el punto de vista tanatológico, existen autopsias de baja complejidad, autopsias de media complejidad y de alta complejidad. “Desde el punto de vista infectológico también existen autopsias que son del tipo 1, tipo 2 o tipo 3, según el nivel infectológico o el riesgo biológico que pueda atraer el occiso”.
“Una vez que el forense definió la característica o la complejidad, arma una logística de trabajo, establece cómo va a conformar el equipo de acuerdo a la característica, de acuerdo al nivel de autopsia que tienen enfrentar. Convoca a los distintos profesionales que van a integrar el proceso de autopsia, establece el horario que se va a realizar, la gente que va a necesitar, si va a necesitar los distintos especialistas, si va a necesitar algún recurso que sea extrajudicial, se convoca también oportunamente y una vez que tenemos definido todas estas cuestiones, se inicia el proceso de la autopsia”.
El proceso de autopsia se constituye en las instalaciones que tiene el CMF en la ciudad de Posadas, en inmediaciones del Hospital Baliña de la capital provincial. Para el Jefe de Tanatología, el procedimiento es un arte para el cual cada uno de ellos ha sido formado. “Se trabaja con protocolos, con una serie de lineamientos de trabajo, pero siempre bajo el dominio del arte del forense que está en este momento haciendo el acto primario”.
De la autopsia surge toda la información que el forense va diligenciando y designando el proceso al que será sometido cada una de ellas. Desde el secuestro de prendas y de objetos personales, registro de tatuajes, de marcas particulares que pueda tener el occiso, todo es documentado imaginológicamente y registrado bajo acta. Seguido de ese examen, llega el examen cadavérico. Se hace un escaneo radiológico que permite descartar lesiones de los tejidos óseos o el hallazgo de elementos metal, como pueden ser los proyectiles.
Seguidamente hace el abordaje el área de genética con el levantamiento de muestras biológicas, líquidos, fluidos, también flora y fauna cadavérica que pueda haber en ese momento. Culminado el momento de genética, recién se hace el abordaje del bioquímico, ahí se toma las muestras, que son sangre, orina, entre otras cosas que son necesarias para la investigación y posteriormente recién se hace el abordaje cadavérico, que sería la disección, para la cual intervienen técnicos evisceradores en colaboración de un forense, todo documentado por imágenes.
Una vez que culmina el acto de la autopsia, el forense empieza a cerrar todo lo que sea el material muestrario, con sus correspondiente cadena custodia bajo acta y se empiezan a hacer las derivaciones, hacia los laboratorios de bioquímica, genética, criminalística o, en algún caso que tengan un material secuestro que deba ser derivado al juez, se hace en forma inmediata.
La autopsia es un procedimiento que dura entre tres a cuatro horas según la complejidad. El forense inmediatamente se comunica con el juez de turno y hace un preliminar telefónico, donde le brinda las informaciones relevantes del caso, seguido un informe preliminar escrito, que se hace vía cimbra y, en forma diferida, cuando ya están todos los resultados de la investigación completa, va el informe final o definitivo.
El personal del CMF
El Cuerpo Médico Forense cuenta con ocho forenses en toda la provincia, incluyendo al coordinador de grupo, seis encargados de la enfermería y técnicos evisceradores, tres radiólogos, siete bioquímicos, dos genetistas, dos odontólogos forenses y cuatro en el área administrativa. Además, si la situación lo requiere, tienen la posibilidad de convocar a otros profesionales, como ginecólogos, por nombrar algunos, que corresponden a otras áreas, aunque estos son convocados por alguna necesidad específica.
Las instalaciones está en funcionamiento hace aproximadamente unos 20 años, pero el quirófano fue renovado hace dos años, con mobiliario, instrumental y equipamiento de alta complejidad. Cada profesional que interviene en una disección debe contar con la indumentaria de protección, conformado por botas, ambos, delantales guantes, mascarilla regular, una especial, cofia y casco de protección, lo que significa una inversión de $20.000 pesos por persona diario, sólo en equipamiento personal.
Además, el quirófano cuenta con mobiliario de acero y piso renovado por cuestiones de desinfección, sistemas de filtrado de aires, torres de esterilización con luz ultravioleta, diez cámaras, de las cuales ocho son de enfriamiento y dos de congelamiento y un equipo de radiología móvil de alta complejidad, lo que permite una mayor precisión a la hora de realizar las tareas forenses.
Wolhein explicó que el forense que trabaja en el área de la tanatología debe tener una base de formación en medicina legal, pero que la formación específica se realiza en la práctica, ya que no existe una residencia específica para el área. “La curva de aprendizaje es bastante larga y requiere de muchos años de ejercicio de la profesión y es por eso que aquel forense de más años generalmente es el más experimentado, por la casuística que lleva y que le ha tocado intervenir”, manifestó.
No obstante, los profesionales del área se encuentran en formación constante a través del cuerpo forense de la Corte Suprema de Justicia, ya que tienen una relación directa con ellos y la formación es más institucional. “Después existen otro tipo de formaciones, que son a través de la Asociación de Médicos Forenses de Argentina, a través de los cursos y ya sería como parte de la formación a voluntad de cada profesional. Nuestros recursos humanos son formados por nuestro Poder Judicial, nuestros técnicos concurren a los cursos de capacitación por ordenamiento superior y con la subvención del Superior del Tribunal. Los técnicos radiólogos sí ya ingresan con título, es una condición necesaria para ingresar, al igual que los genetistas, los bioquímicos y los odontólogos”, finalizó.