Anunciaron la restitución del nieto 122, aunque no se informó sobre su actual identidad

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Acompañada por los tíos biológicos del nieto 122, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, encabezó hoy una conferencia de prensa en la que dio detalles de la restitución del hijo de los militantes Enrique Bustamante e Iris Nélida García Soler, desaparecidos en 1977. 

“Esto confirma que son 30 mil o más los desaparecidos”, dijo Carlotto, en clara alusión a la polémica que provocaron varios funcionarios de la alianza Cambiemos, que pusieron en duda la cifra denunciada por los organismos de Derechos Humanos. “La verdad y justicia siembre vencen al olvido y al silencio”, remarcó la presidenta de Abuelas, quien exigió que el Estado “acompañe este proceso”. “Hay cientos de familias que esperan ese abrazo”, indicó.

Carlotto hizo un breve resumen de la historia del nieto 122, quien ha pedido “reserva y tiempo”, luego de conocer su verdadero origen. Hasta ahora se sabe que tiene 40 años, dos hijos, y que no vive en la ciudad de Buenos Aires. 

La presidenta de Abuelas contó cómo fue el recorrido, “de novela con final feliz”, que culminó con la restitución del nieto 122. Carlotto relató que la primera denuncia sobre la desaparición de Iris García la había hecho su papá, Manuel García, quien también había informado que Iris estaba embarazada. Junto a Enrique Bustamente, su pareja, habían sido secuestrados por la Policía Federal en enero de 1977. Eran militantes de Montoneros.

Al mismo tiempo, las Abuelas habían tomado conocimiento, a través del testimonio de Nilda Orazi, de la existencia de una joven embarazada detenida en la Esma, apodada la “Lobita”, que había sido trasladada allí desde el centro clandestino Club Atlético. Pero las piezas encajarían muchos años después.

En 2006, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) estaba trabajando sobre la identidad de dos mujeres: una de ellas apodada Tita, que había sido vista en el Atlético, y otra, de sobrenombre Lobita, que había estado en la Esma. La investigación determinó que uno de los sobrenombres de Iris era Tita, con lo que supo que era ella la embarazada vista en el Atlético. 

Más adelante se supo que el apodo de su pareja, Enrique, era Lobo; sin embargo, él no estaba denunciado como desaparecido. A través de esta investigación se supo que Tita y Lobita eran la misma persona: Iris. 

A fines de 2004, una persona liberada en la Esma, que había militado en el mismo ámbito que Iris y Enrique, identificó con precisión que el Lobo era Enrique Bustamante y la Lobita o Tita era Iris Nélida García Soler. De esta manera pudo incorporarse un nuevo caso al Banco Nacional de Datos Genéticos. Sin embargo no había familiares de Enrique para contactar, ya que no estaba denunciado como desaparecido, y sus padres estaban fallecidos. Recién en 2010 una prima se acercó a la secretaría de Derechos Humanos para solicitar información sobre Enrique y se pudo incorporar información sobre el nuevo grupo familiar al Banco de Datos.

Cabe destacar que tanto la desaparición de Iris como la apropiación de su hijo están siendo juzgadas en la megacausa de la Esma que comenzó en 2013. 

La directora del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), Mariana Herrera Piñero, participó en la conferencia de prensa a cargo de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, donde se comunicó la restitución de la identidad del hijo de Enrique Bustamante y de Iris Nélida García Soler, nacido en el centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Durante la conferencia de prensa, Carlotto expresó: “Al momento del secuestro, Iris estaba embarazada de tres meses, había llamado a sus padres para avisar que iba a pasar de visita, pero luego canceló el encuentro y su familia nunca más supo de ella, ni de su compañero, ni del niño que debió nacer en julio de 1977. Gracias a la perseverancia de nuestra búsqueda y a la labor de la  Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), hoy el nieto 122 puede conocer la verdad sobre su origen”.

A su turno, Herrera Piñero destacó: “Así como Abuelas cumple 40 años, en junio el Banco cumple 30. En estos años de existencia, el Banco ha sido una institución viva, porque se ha ido acomodando a las nuevas tecnologías: se comenzó con la histocompatibilidad y terminamos hoy en día con un montón de marcadores genéticos. Son esas nuevas tecnologías las que permitieron obtener resultados como esta restitución”.

Más adelante, agregó: “El fruto de que el Banco vaya creciendo con la evolución de la genética forense en el mundo, es lo que permitió hoy entregar este resultado, y creo que esto abre una enorme puerta de esperanza para las familias que siguen buscando a sus nietos, porque cada vez contamos con más posibilidades para lograr ese 99,9% de certeza”.

La investigación surgió a raíz de la denuncia por desaparición forzada, presentada por el padre de Iris Nélida García Soler, quien estaba embarazada al momento de ser secuestrada. Finalmente, la CONADI logró determinar que la joven y su compañero, Enrique Bustamante, fueron detenidos en el centro clandestino “El Atlético” y que García Soler luego fue trasladada a la ESMA para dar a luz.

El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) es un organismo autónomo y autárquico, creado en 1987 por la Ley 23.511 y que funciona bajo la órbita del Ministerio de Ciencia de la Nación (MINCYT).  Alberga unas 9.000 muestras de material genético de familiares de personas que han sido secuestradas y desaparecidas durante la dictadura militar argentina. A la vez, posee 295 grupos familiares en comparación, y ha colaborado en 74 restituciones de las 122 que resolvió Abuelas hasta la fecha.

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