El sector turístico argentino da síntomas de recuperación. Según el último informe elaborado por el Ministerio de Turismo, el país recibió más de un millón de visitantes extranjeros durante la temporada de invierno, lo que se tradujo en un flujo económico de casi novecientos millones de dólares. Los meses de julio y agosto fueron especialmente buenos en este sentido, teniendo en cuenta que el número de viajeros llegó al setenta por ciento de lo registrado en el mismo periodo del último año prepandémico.

El análisis recoge de igual modo los números relativos a la incidencia total que el turismo proveniente de otros países dejó en Argentina en estos nueve meses de 2022. En concreto, de enero a septiembre, la nación alcanzó más de cuatro millones y medio de visitantes, generando así un importe económico que rebasa los dos mil millones de dólares. Cabe destacar que, de todos ellos, algo más de dos millones de personas decidieron alojarse en el país al menos una noche.

Para Matías Lammens, ministro del ramo, se trata de un escenario que viene a confirmar el buen trabajo que están desarrollando los agentes implicados, desde los turoperadores con sus estrategias de promoción hasta Aerolíneas Argentinas con su amplia oferta de planes de vuelos. El mandatario entiende que, si el invierno dejó cifras de récord, la previsión marca que el último trimestre del año podría avanzar en la misma dirección. De hecho, en cuanto al gasto que los turistas realizan, Lammens cree que este 2022 cerrará con números superiores a los de 2019.

Una de las maniobras que el gobierno ha llevado a cabo para revitalizar el sector tras el impacto de la pandemia se ha centrado sobre todo en apostar por estrategias de mercado en favor del turismo regional. Un ejemplo de ello es el denominado programa Previaje, que sigue abierto hasta diciembre y cuya tarea pasa por reintegrar la mitad del valor del viaje a aquellos argentinos que elijan un destino turístico nacional.

La tecnología más puntera

Mientras tanto, el ministerio sigue manos a la obra perfilando otras ideas que permitan la promoción patria en mercados tan importantes como el francés y el estadounidense. Bajo esta línea de trabajo, se están proyectando numerosos planes formativos orientados fundamentalmente a reforzar los portales web de los turoperadores. La idea pasa por conseguir un alto nivel de digitalización, normalizando además el uso del bigdata para conocer mejor los intereses de los turistas y poder plantear así una oferta más personalizada. Para la implantación de esta herramienta dedicada al análisis de datos a gran escala se está siguiendo el camino que ya han trazado las dos grandes referencias en este campo, como son el comercio electrónico y las plataformas de juegos de azar.

En el primero de los casos, las principales tiendas virtuales utilizan el bigdata en sus entornos para detectar y estudiar los gustos y las preferencias de los compradores, siempre en función de los datos que estos van aportando mientras navegan. Así, este tipo de software especializado vuelca toda su atención en el análisis de indicadores tan variados como el tiempo que un usuario permanece dentro de determinadas categorías, los artículos que más cliquea o las modalidades de pago que suele elegir. Datos, en definitiva, que permiten elaborar un perfil más preciso del consumidor.

Algo parecido sucede con los espacios dedicados al juego en internet, como puede constatarse en la mayoría de los casinos en línea Argentina, que también emplean esta tecnología para sacarle partido a todas aquellas variables que puedan ofrecer información sobre los jugadores. No en vano, los casinos digitales reservan importantes partidas presupuestarias para invertir en bigdata y averiguar de este modo, entre otras cosas, qué juegos concentran más tráfico web; en qué horarios funcionan mejor las diferentes sesiones de ruleta, bingo o máquinas tragamonedas; o qué recompensas son las que despiertan un mayor interés. Con recursos como este, no resulta extraño que desde el Ministerio de Turismo se haya tomado buena nota de ello. 

Previsión optimista

Está claro que la repercusión del conocido como turismo receptivo está dejando en el país un mayor número de divisas, un impulso económico más fuerte y una tasa de empleo con mejores números. A partir de estas coordenadas, Matías Lammens considera que Argentina debe apostar por el turismo en la medida en que este pueda llegar a ser un motor clave en el rumbo de la economía durante los próximos años.

La tendencia alcista continúa su curso desde que en enero de 2022 el número de turistas venidos del extranjero sólo llegase al veinte por ciento de lo que se cosechó en el mismo mes de 2019. La subida ha mantenido y mantiene un buen ritmo, superando durante el invierno el setenta por ciento y generando prácticamente el mismo gasto turístico que tuvo lugar en julio y agosto de la última temporada precovid. 

El informe ministerial también pone el foco sobre el origen de los visitantes, donde puede verse cómo Brasil, con un veintidós por ciento, continúa liderando el ranking de los países de procedencia del turismo que recala en Argentina, seguido de Uruguay con veinte puntos porcentuales, Paraguay y Chile con diez y Estados Unidos con ocho. Luego aparecen España, Bolivia, Perú, Colombia y Francia. En cuanto a la forma de viajar que estos turistas eligen, el uso del avión representa el cuarenta y ocho por ciento; el transporte terrestre, el cuarenta; y el barco, el doce.

Por último, cabe mencionar que estas señales de recuperación no son las únicas que se están dando en torno al sector, y es que también el flujo de turistas que se produjo durante el invierno a nivel nacional estuvo por encima de lo registrado hace exactamente tres años. En este sentido, los destinos argentinos recibieron un millón de turistas procedentes del programa Previaje, lo que reportará unos ingresos de más de treinta mil millones de dólares.

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