Argentina, un caso de estudio para el NYT

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El New York Times, señaló que debido a que muy pocos argentinos confían en el peso, prefieren ahorrar en otras monedas, incluidos los dólares.

La Argentina fue uno de los países más ricos, hace un siglo. Sin embargo, en las últimas décadas su economía sufrió crisis crónicas, experimentando una inflación anual media del 105% tuvo que intervenir en su divisa local en cinco ocasiones.

La no estabilidad de la Argentina, la volatilidad del mercado interno, como la divisa interna y una gran adhesión al mundo de las criptomonedas, llamaron la atención a los economistas internacionales. Lo que provocó que se realice un análisis de estudio por el The New York Times, al considerarse como un país ideal para la adopción cripto.

Alrededor de un tercio de los argentinos creía que los ahorros guardados en pesos en un banco local, mantendrían su valor durante dos años. El porcentaje más bajo entre los encuestados en 15 países en junio por Morning Consult, una firma de datos con sede en Washington.

Según Ana Lankes del The New York Times, casi el 60 % de los argentinos creía que Bitcoin, una de las criptomonedas más populares, retendría el valor de sus ahorros durante ese mismo periodo, según la encuesta.

De acuerdo a lo relatado por Ana Lankes, uno de los factores de la adhesión de las criptomonedas es la expectativa de que la inflación alcance el 90% para diciembre, el valor del peso que sigue cayendo y los elevados precios de los productos cotidianos, desde el papel higiénico, hasta el atún, haciendo que sea prácticamente imposible ahorrar.

La situación con respecto a la guerra en Ucrania y el desafío de la cadena de suministro global, son factores que impulsan la suba de precios, pero muchos economistas señalan que uno de los problemas de la Argentina son los “años de gasto público excesivo”. Todo esto potenciado por el gobierno que “no recauda suficientes ingresos” para compensar el déficit, el banco central imprime pesos, lo que aumenta aún más la inflación.

Ahora, muchos argentinos recurren a las criptomonedas como una forma de escapar del peso. Alrededor de un tercio de los argentinos dijeron que compraron o vendieron criptomonedas al menos una vez al mes, el doble del porcentaje de personas en los Estados Unidos, según una encuesta separada para Morning Consult.

Pero la criptomoneda, por la inestabilidad también trae riesgos.

Vicente Cappelletti, de 26 años, dijo que había perdido alrededor de U$S1000, alrededor del 10% de sus ahorros, cuando TerraUSD, una de las llamadas monedas estables, una criptomoneda que puede vincularse a monedas como el dólar, cayó en mayo.

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Computadoras en una granja criptográfica. 
Más trabajadores en Argentina que en cualquier otro país eligen recibir parte de su salario en criptomonedas. Crédito: Sarah Pabst para The New York Times

Cappelletti, ingeniero industrial, dijo que era fácil perder dinero “si no está al tanto de esto todo el tiempo y no tiene mucha información”. En su caso, vendió todos los ahorros que tenía en criptomonedas por pesos y los puso en un plazo fijo tradicional.

Pablo Sabbatella, quien da clases sobre criptomonedas, señaló que cientos de personas lo contactaron en los días posteriores a la caída de TerraUSD, desesperadas por recuperar su dinero. “La mayoría de la gente, no entiende lo que está haciendo”, dijo.

El valor de Bitcoin ha caído de 65000 dólares en noviembre pasado a unos 24000 dólares en la actualidad. Casi el doble de la caída del valor del peso. Pero muchos argentinos creen que las criptomonedas se recuperarán, a diferencia del peso.

Aún así, para algunos, la criptomoneda ha traído beneficios financieros.

Romina Sejas, trabajaba como camarera y en telemercadeo, hoy se gana la vida como consultora de criptomonedas y dictando talleres sobre monedas digitales. Dirige un mercado en línea con 7000 miembros que pueden usar criptomonedas para comprar casi cualquier cosa, desde botas de montaña, hasta una casa.

Romina creció en una familia de clase trabajadora, sin acceso a Internet. Sus padres no terminaron la escuela secundaria, tampoco tienen cuentas bancarias. “Mi familia solía medir la longitud de los rolos de papel higiénico que teníamos, porque teníamos muy poco”, señaló.

Romina Sejas, quien se desempeñó como mesera y en telemercadeo, se gana la vida como consultora de criptomonedas y dictando talleres sobre monedas digitales. Crédito: Sarah Pabst para The New York Times

El dinero que ha ganado con las criptomonedas, ha transformado su vida. “Estoy estudiando derecho en una universidad privada”, contó. “Hice todos los controles de salud, que nunca hice mientras crecía” añadió.

En todo el mundo, las personas de países emergentes y de bajos ingresos se han convertido en los mayores usuarios de criptomonedas, según varios informes superando a Estados Unidos y Europa.

Las monedas digitales son apreciadas en países donde el dinero local es volátil y donde los gobiernos han dificultado que los ciudadanos compren moneda extranjera.

Tanto El Salvador y la República Centroafricana incluso, han adoptado Bitcoin como otra moneda nacional oficial. Aunque la apuesta no ha valido la pena en El Salvador, y es demasiado pronto para saber si lo hará en la República Centroafricana.

Argentina brinda algunas pistas sobre el atractivo de las criptomonedas.

Los argentinos han mirado por mucho tiempo al dólar como un refugio seguro. Ahorrar en dólares “está tatuado en nuestro ADN”, dijo Daniel Convertini, de 34 años que trabaja en una empresa de transporte privado. “A hacerlo, lo aprendí de mi papá y de mi abuelo, no porque lo leyera en algún periódico económico”.

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Se cree que los argentinos tienen más dólares en efectivo o en instituciones financieras extranjeras que casi cualquier otra población, aparte de los estadounidenses, dijo Gian María Milesi-Ferreti, economistas de Brookings Institution.

Hace tres años, el gobierno argentino hizo más difícil comprar monedas estadounidenses. Los argentinos pueden comprar legalmente solo U$S200 por mes y tienen que pagar impuestos por cada transacción.

A cambio, mucha gente ha recurrido al mercado negro en dólares, las calles del centro de Buenos Aires están llenos de cambistas, que ofrecen la conversión a los transeúntes.

Pero las monedas digitales ofrecen una ventaja al no requerir que las personas transporten gran cantidad de billetes.

“Ofrecimos una forma de eludir los controles de divisas mediante la venta de criptodolares”, dijo Julian Fraiese, fundador de Buenbit, un Exchange de criptomonedas argentino que se enfoca en monedas estables vinculadas al dólar. La compañía dijo que había agregado 200000 usuarios en los siete meses posteriores al endurecimiento de los controles gubernamentales sobre los dólares en 2019.

Las máquinas, conocidas en la jerga tecnológica como mineros, son parte del proceso de producción de criptomonedas. 
Estos se encuentran en la llamada granja de criptomonedas en La Plata, Argentina. Crédito: Sarah Pabst para The New York Times

La caída del valor de las criptomonedas se ha cobrado un precio, y las preocupaciones sobre sus riesgos han llevado a un mayor escrutinio regulatorio.

Los riesgos y los controles

Buenbit despidió recientemente a casi la mitad de sus empleados, y días después de que dos bancos argentinos comenzaran a dar a los clientes la opción de comprar y vender criptomonedas, el Banco Central del país prohibió dichos servicios.

Pero debido a que muchos argentinos tienen tan poca fe en la gestión de la economía por parte de su gobierno, la criptomoneda, a pesar de su turbulencia, sigue teniendo una gran demanda.

Más trabajadores en Argentina que en cualquier otro país, incluidos muchos trabajadores independientes en trabajos como desarrolladores de software y traductores, eligen recibir parte de su salario en criptomonedas, según Deel, una empresa de nómina utilizada por más de 10000 trabajadores en 150 países.

“La tecnología es el idioma del mundo por venir”, dijo el reverendo Fabián Báez, un sacerdote que ayuda a organizar clases de tecnología en Buenos Aires que incluye mostrar a los estudiantes cómo abrir una billetera digital para comenzar a coleccionar criptomonedas.

El reverendo Fabián Báez ayuda a organizar clases de tecnología que incluyen mostrar a los estudiantes cómo abrir una billetera digital para comenzar a coleccionar criptomonedas. Crédito:Sarah Pabst para The New York Times

“Prefiero exponerme a los riesgos de las criptomonedas”, dijo Convertini, el empleado de transporte, “que a los riesgos del gobierno argentino”, cerró.

Seguí la nota completa en: The New York Times

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