Juan Carlos Argüello

Periodista, director de Economis

“No seguir en la nostalgia”: Mercedes D’Alessandro, en el corazón del nuevo plan económico que discute Cristina Fernández

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En su prisión domiciliaria, Cristina Fernández de Kirchner recibió a un grupo de nueve economistas. En esa mesa estuvo la misionera Mercedes D’Alessandro. Allí se cerró un trabajo de meses: la elaboración de un plan económico integral para un eventual futuro gobierno. D’Alessandro relata cómo nació ese espacio, qué discutieron y cuál fue la frase que marcó la reunión: “No se trata solo de armar un proyecto económico, sino un proyecto de país”.

La reunión desató una tormenta y obligó a una rápida reacción del Poder Judicial que le puso más límites a la interacción de la ex presidenta y a los motivos de las reuniones. Cristina reaccionó también con la retórica habitual: “Lo que molestó de verdad al bestiario mediático, a sus patrones económicos y al Gobierno de Milei… es que hablamos de un Modelo Económico Nacional de crecimiento productivo y federal para el Siglo XXI en una Argentina que, desde el 10 de diciembre del 2023 a la fecha y bajo el gobierno y las políticas de Milei, no deja de destruir empresas y puestos de trabajo”.

Entre noviembre del 2023 y agosto de este año desaparecieron, literalmente, 19.164 empresas; a razón de casi 30 por día. En ese mismo período de tiempo se destruyeron 276.624 puestos de trabajo registrados en unidades productivas. Es decir: más de 432 hombres y mujeres perdieron su trabajo cada día durante lo que va del gobierno de Milei. Hasta el Gobierno peronista más flojo, que además fue atravesado por una pandemia sin precedentes tuvo mejores resultados que esta catástrofe de Milei”, retrucó. 

Los economistas que se reunieron con Cristina elaboraron un documento de 400 páginas. Mercedes es la segunda a la derecha de Cristina.

La economista misionera Mercedes D’Alessandro no oculta la impresión que le generó entrar a la casa donde Cristina Fernández cumple prisión domiciliaria. Pero deja algo claro desde el principio: no fue un encuentro ceremonial ni una “visita festiva”, como quisieron instalar algunos medios. Fue, dice, una reunión de trabajo intensa y cronometrada, para la cual llevaban meses preparándose.

“El origen fue muy simple -explica-. Cristina, como presidenta del Partido Justicialista, pidió a todas las secretarías del PJ que empiecen a elaborar propuestas de cara a lo que viene. No quería que la agenda fuera solamente frenar a Milei, sino también pensar qué se le propone a una sociedad que va a quedar muy golpeada después de este gobierno”.

La primera convocatoria partió de la Secretaría de Economía y Producción del PJ, encabezada por el diputado salteño Emiliano Estrada. En mayo comenzaron los encuentros: “Participaron entre 50 y 60 economistas y especialistas. De ahí surgieron comisiones de trabajo que elaboraron distintos capítulos. Todo eso se integró en un documento extenso, con debates, consensos y propuestas. Eso fue lo que le presentamos”.

Cristina lo esperaba subrayado, con preguntas precisas y datos actualizados al detalle. “Ahí nos dimos cuenta —dice D’Alessandro— de que estaba súper enfocada, muy informada, muy atenta a los números y los acontecimientos. Tenía todo en la cabeza”.

En esa mesa, Cristina fue clara sobre los puntos que considera críticos. Uno, tal vez el más urgente, es el deterioro acelerado del tejido productivo y social:
“El Gobierno de Milei logró que cierren más empresas que durante el COVID. Eso es algo que ella viene planteando y nosotros también. El freno absoluto de la obra pública, las rutas deterioradas, que no solo afectan al empleo, sino la imposibilidad de mover producción: todo eso está generando un daño enorme”.

El otro foco es la deuda. “Este gobierno está tomando deuda a lo pavote. A la que tenía Macri con el FMI —que ya era gigantesca y venía llena de condiciones— Milei le sumó más deuda con el Fondo, más préstamos del Tesoro de Estados Unidos y más desembolsos de organismos como el Banco Mundial o el BID”.
Para D’Alessandro, Cristina fue tajante: este problema excede al peronismo. “Ella dijo que hay que lograr un consenso más amplio, porque cualquier gobierno va a enfrentar montañas de vencimientos y condicionamientos”.

Tres rumbos para salir del pozo

En la presentación aparecieron tres líneas gruesas, que serán el corazón del documento:

  1. Un Estado que aproveche mejor sus capacidades
    “Se habló de un Estado más moderno, más territorial, que incorpore la revolución tecnológica para ser más eficiente y no tan grande. Un Estado que funcione mejor”.
  2. Una reforma tributaria que revise privilegios
    “Se discutió la unificación tributaria, la simplificación de regímenes y la revisión de los privilegios fiscales que hoy cuestan varios puntos del PBI y no tienen sentido”.
  3. Fortalecimiento de la moneda
    “No se trata del tipo de cambio solamente. Es un plan más amplio: acumular reservas, mejorar la matriz exportadora, innovar. Cristina también puso mucho el acento en las cuestiones ambientales”.

La frase que quedó rebotando en la sala

D’Alessandro cuenta que hubo un momento que condensó el espíritu de la reunión.
“Cristina dijo algo que quedó resonando: “No se trata solo de armar un proyecto económico, sino de armar un proyecto de país”

“Es pensar un proyecto económico que sea un proyecto de país, que integre a trabajadores, que integre las familias, que integre las provincias, que podamos pensar en una dimensión más amplia”, sintetiza la economista.  

¿Eso implica una autocrítica?

“Es un reconocimiento de que por lo menos en el último gobierno que tuvo el peronismo, que es el de Alberto Fernández, eso no funcionó”.

También se habló de una unificación tributaria. En las provincias, muchas veces quien tiene una empresa o hace una actividad económica, tiene que tributar al municipio, a la Provincia y a la Nación. Debemos buscar maneras de simplificar esos regímenes para que no sea tan difícil para los privados, con una mirada de modernización también de las agencias de recaudación”.

La economista agrega que Cristina estaba “entusiasmada” con que el PJ trabajara de manera proactiva, con equipos amplios, “viniendo de experiencias de gestión nacional y de muchos gobiernos locales”.

La reunión también incluyó una mirada sobre los debates que vienen en el Congreso: reforma laboral y previsional. 

Esas reformas que propone Milei tienen casi un carácter irreversible… ¿qué plantean en ese debate?

“Son discusiones profundas, tal como lo decís. En el PJ hay un grupo trabajando en contrapropuestas, encabezado por Vanesa Siley, con Recalde, Palazzo y otros diputados que vienen del mundo laboral. Sabemos que va a ser difícil porque el Congreso está más inclinado hacia Javier Milei, pero el partido hay que jugarlo hasta el último minuto”.

Se compara el modelo actual con los 90 ¿lo ves similar?.
“Por momentos veo cosas idénticas, pero con mucha más velocidad. Aunque también pienso que hoy el mundo vive transformaciones gigantes: la irrupción de la inteligencia artificial, los cambios en el trabajo, la disputa tecnológica de Estados Unidos con China”.

La mención la lleva a otro punto: el rol de Donald Trump. “Nadie veía venir estos favores tan abiertos de Trump y Bessent Scott a Milei. Trump dice públicamente que ayuda a Milei y no a la Argentina. Es un apoyo explícito y político, porque lo ve como un jugador aliado en su proyecto conservador”.

En el cierre, D’Alessandro deja una conclusión que marca el tono de la entrevista:

“El peronismo tiene un gran capital: experiencias de gestión, gobiernos provinciales y locales. Pero eso no se puede usar con nostalgia. No podemos querer volver a un espejo del pasado. Hay que actualizar el pensamiento, modernizarse, sumarse a la ola tecnológica y construir un proyecto político que le dé respuestas a una sociedad que va a quedar muy golpeada después de este Gobierno”.

Y remata con una enumeración que grafica la profundidad de la crisis: “Cada uno tiene un jubilado que compra los remedios día por medio, un amigo que busca trabajo y no consigue, alguien endeudado, alguien que se largó a hacer changas. Todo eso forma parte del debate económico”.

El encuentro con Cristina Fernández reunió a un grupo diverso de economistas, sociólogos y especialistas que desde mayo trabajan en el documento presentado al PJ. Jorge Carrera, licenciado en Economía y contador por la UNLP, doctorado en la Università di Pavia, ex vicepresidente del Banco Central e investigador del Conicet, aportó su experiencia en macroeconomía y sistemas financieros. Mercedes D’Alessandro, economista y doctora por la UBA, ex directora Nacional de Economía, Igualdad y Género, especialista en desigualdad y autora de Economía Feminista y Motosierra y Confusión, es una de las voces que articulan el enfoque social del plan. Valentina Castro, socióloga de la UNLP, docente y columnista en AM 530, integra el equipo desde una perspectiva de economía política. También participó Emiliano Estrada, economista de la UBA, diputado nacional y ex ministro de Economía de Salta, quien coordina la Secretaría de Economía y Producción del PJ. A él se sumó Martín Pollera, economista de la UNLP, ex secretario de Comercio Interior y ex director del Banco Nación. Desde el campo académico intervino Pablo Manzanelli, sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, investigador del Conicet y coordinador del CIFRA-CTA. Completan el grupo Anastasia Daicich, economista de la UBA con especializaciones internacionales, ex funcionaria del Ministerio de Economía y directora de la consultora Qualy; Fernando Ausas, economista y coordinador del área de Análisis Económico de Analogías; y Juan Pablo Futten, contador público, especialista en impuestos y asesor del Senado en materia tributaria.

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Dinámico, el futuro

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El artículo 17 del decreto reglamentario del Instituto Nacional de la Yerba Mate fue redactado a propósito para no repetir precios de miseria pagados en los 90: “El precio de las materias primas no podrá ser inferior al importe que resulte necesario para desarrollar la actividad productiva, incluyendo las cargas impositivas, laborales y provisionales, incluyendo una rentabilidad razonable”. Con un nuevo decreto, Javier Milei acaba de borrar de un plumazo ese artículo, entre otros, que todavía incluían algún mecanismo de regulación del mercado yerbatero. El Presidente legalizó que se le pague al productor por debajo del costo de producción, como está sucediendo actualmente. 

Según el último estudio difundido por el INYM, el costo de producción del kilogramo de hoja verde puesta en secadero, asciende a $423,99, según la matriz de costos aprobada por el Directorio del organismo. Si a ese valor se le suma un 30 por ciento de rentabilidad razonable, el precio de referencia ascendería a $551,19 por kilo de hoja verde.

Los precios reales que se pagan en el mercado están muy por debajo de estos parámetros. En la zona Centro-Sur de Misiones, la hoja verde se paga alrededor de $180 por kilo; en el Norte, cerca de $280; y en el caso de las cooperativas, los valores rondan los $305. Ahora esos valores son legales. El valor cayó 77 por ciento, según los cálculos de la Provincia. 

El nuevo decreto presidencial sorprendió en Misiones. Llegó sin aviso y casi sin necesidad. El DNU de diciembre de 2023 ya había sido demoledor. Pero ahora el desguace es total. El INYM quedó apenas con un rol de promoción. Los productores que votaron -nuevamente- a Milei no encuentran explicación ni respuestas cuando reciben las críticas de otros yerbateros. 

Incluso en la industria sienten que se está llevando al extremo una situación que no beneficia a nadie en Misiones. El precio bajo sólo conviene a Buenos Aires. La rentabilidad industrial también se resiente con precios planchados, mientras que los costos operativos no paran de subir.

El siempre sonriente Federico Sturzenegger, sin embargo, salió a celebrar el nuevo decreto. Destacó que la producción total de yerba mate creció 29% en 2024, alcanzando un récord histórico, lo que obedece más al fin de la sequía y la mayor producción que a la desregulación -se tarda cuatro años en cosechar una planta-. También apuntó que las exportaciones aumentaron casi 17%, también en niveles récord, pero eso nada tiene que ver con la desregulación, ya que el INYM no regulaba nada en esa área y, de hecho, impulsaba la venta en mercados externos con participación en ferias y promociones. 

El ministro desregulador insiste en el precio real de la yerba cayó 44%, lo que -según su lectura- implicó un alivio directo para millones de familias consumidoras. Pero el único precio que “cayó” fue el de la materia prima. En góndolas subió 126,4 por ciento desde diciembre de 2023. En todo caso, aumentó menos que la inflación acumulada desde entonces -241,03%-, según los últimos datos-. 

Para Sturzenegger, “el caso yerba mate” se convirtió en uno de los principales ejemplos de la política de desregulación aplicada durante la gestión. “La desregulación del sector ha dado sus frutos. Lo que estaba trabado creció, lo que era caro se abarató y lo que era rígido ahora es dinámico”, dijo. Dinámico, como el futuro de la chacra. 

La producción amenaza con no iniciar la zafra de verano y escalar la batalla contra la industria, aunque ésta no sea el principal enemigo, sino que está aprovechando un entorno más favorable. 

La supervivencia de la economía regional está en riesgo: en las chacras ya se observa la caída de rentabilidad. En la industria sufren por la competencia de nuevas marcas baratas que van ganando terreno ante los bolsillos flacos. 

El gobernador Hugo Passalacqua alertó sobre el riesgo de la concentración en la yerba mate y la supervivencia de cerca de 13 mil productores. En la oposición algunos aprovecharon para intentar llevar agua para su molino, como el diputado provincial electo Ramón Amarilla. Diego Hartfield, ajeno al tiempo y a la realidad territorial, se dedicó a explicar el rendimiento de los bonos en la Bolsa. 

No hay salida de corto plazo para la crisis de la producción yerbatera. La Provincia busca ampliar mercados para que haya más demanda de materia prima -culminó con éxito una misión comercial a la India, encabezada por el ministro del Agro, Facundo Sartori, junto a varios empresarios-. Mientras tanto, se seguirá gestionando ante la Nación para recuperar el INYM -la esperanza es lo último que se pierde, dicen en el Gobierno.- y fortalecer otras producciones que puedan compensar la caída de rentabilidad. Con el té, el gobernador Hugo Passalacqua inició gestiones para que sea incorporado al acuerdo comercial de la Argentina con Estados Unidos y lograr que se elimine el arancel del 10 por ciento que cobra actualmente el país de Donald Trump. Sin esa traba, la rentabilidad de la industria tealera podría dar un salto competitivo que permita mejorar el precio de la materia prima.

Esos temas serán analizados con el ministro del Interior, Diego Santilli, quien vendrá a Misiones este martes -será la primera provincia que visite-. Santilli viene en busca de respaldos al Presupuesto y otras leyes que quiere imponer Milei. Pero viene con mochilas flacas, con poco para ofrecer en relación con los reclamos de la Provincia. 

En la última asamblea de gobernadores del Norte Grande, Passalacqua trazó una línea clara: pidió medidas coordinadas para enfrentar las desigualdades estructurales que afectan a Misiones. El mandatario advirtió que la ausencia de inversión en infraestructura, energía y conectividad limita las posibilidades de crecimiento regional. Además, el bloque respaldó reclamos vinculados a previsión social, fondos nacionales y regalías energéticas.

En el Centro Cultural del Bicentenario, los mandatarios del Norte Grande mantuvieron la 22.ª Asamblea de Gobernadores, un espacio de coordinación política y económica para definir líneas de acción de cara a 2026. Allí, Passalacqua planteó la necesidad de encarar estrategias conjuntas que atiendan las brechas persistentes entre regiones y los condicionantes estructurales que afectan a Misiones.

El gobernador señaló que avanzar en soledad dificulta cualquier política pública: “Hacerlo en soledad es un incordio y hacerlo en conjunto me parece excelente”.

Para graficar las desigualdades, expuso datos que reflejan brechas sociales profundas: “Un misionero por haber nacido en Misiones vive tres años menos que uno que nació en Buenos Aires.”

Passalacqua retomó además el concepto de “injusticia geográfica”, al advertir que los condicionantes históricos que pesaron sobre el norte argentino aún dificultan su competitividad. La carencia de infraestructura es un factor decisivo: “Si no hay inversión ahí, nuestra posibilidad de crecimiento, desarrollo, generar trabajo, empleo, bienestar, felicidad para nuestra gente va a ser muy difícil”.

Entre las brechas que afectan directamente a la economía provincial, el gobernador reiteró dos puntos sensibles: la exclusión de Misiones de la Hidrovía, un corredor crucial para la logística del comercio exterior; la ausencia de gas natural, siendo la única provincia del país sin conexión a redes.

El mandatario también expresó la voluntad de acompañar acuerdos legislativos vinculados al Presupuesto Nacional 2026, siempre que se incorporen necesidades centrales del bloque.

No quiere decir eso que se bloquee el tratamiento legislativo de los proyectos del Gobierno nacional. Pero se exige alguna reciprocidad que por ahora no aparece. Santilli deberá hacer algún esfuerzo para convencer. No hay visión federal ni un intento de acercamiento real del Presidente con los gobernadores. De hecho, parece haber una desconexión entre la agenda presidencial y las demandas reales de la Argentina, que exhibe una pérdida inédita de empleo y empresas aún más grande que durante la pandemia. La comparación entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 muestra una disminución en la cantidad de empleadores con trabajadores registrados, pasando de 512.357 a 493.193. Esto implica una contracción de 19.164 empresas, es decir, casi 30 (28,25) empresas por día, reflejando una tendencia negativa en el tejido empresarial durante el período.

En el mismo período, la cantidad de trabajadores/as registrados/as en unidades productivas se redujo un 2,81%, lo que representa una pérdida de 276.624 puestos de trabajo, al pasar de 9.857.173 en noviembre de 2023 a 9.580.549 en agosto de 2025, representando más de 432 (432,23) trabajadores/as registrados/as menos por día desde la asunción del gobierno de Javier Milei.

No parece haber modelo económico pensado para la recuperación de esos empleos ni del poder adquisitivo. Con un valor equivalente a 225 dólares, el Salario Mínimo, Vital y Móvil de Argentina se hundió por debajo de países vecinos con economías mucho más pequeñas, como Paraguay (411 dólares) y Bolivia (395 dólares), y quedó lejos de los niveles que exhiben Costa Rica (729 dólares), Uruguay (593 dólares), Chile (567 dólares) o Ecuador (470 dólares).

El retroceso del salario mínimo argentino se profundizó durante los últimos dos años en un contexto de inflación persistente, caída del consumo y pérdida acelerada del poder adquisitivo. El SMVM no solo es el más bajo de Latinoamérica, sino que además ya se ubica por debajo del nivel registrado en 2001, previo a la salida de la Convertibilidad. 

Apenas hay un plan financiero, atado a los humores de Donald Trump y el FMI. Ni siquiera los bancos de Estados Unidos parecen estar dispuestos a confiar en el plan: se bajaron del salvataje de 20 mil millones de dólares porque no encontraron “garantías” de poder cobrar la deuda. Se trata de uno de los acuerdos de salvataje que habían festejado desde el Ejecutivo y formaba parte de las medidas anunciadas por el secretario del Tesoro de Donald Trump, Scott Bessent. El ministro de Economía, Luis Caputo, solo atinó a relativizar la necesidad de auxilio, contradiciendo lo que celebraba hasta hace unas pocas semanas, cuando se evitó el colapso económico, justo antes de las elecciones. 

La frustrada ayuda no parece poner en riesgo la continuidad del ministro, uno de los sobrevivientes en el Gabinete que ya tiene a dos nuevos nombres: Alberto Presti, ex jefe del Ejército, será el primer militar en ocupar el ministerio de Defensa desde la recuperación de la democracia. La designación es toda una declaración política del presidente Javier Milei, que quiere poner fin a la “demonización” de las fuerzas armadas. La alusión no es inocente. El flamante ministro es hijo del genocida Carlos Roque Presti, muerto impune pero imputado por estar a cargo del Regimiento 7 de La Plata (centros clandestinos La Cacha, Arana y Comisaría 5ta). El coronel estaba acusado por 44 crímenes de lesa humanidad.

La otra designación es la de Alejandra Monteoliva, la segunda de Patricia Bullrich en Seguridad -la ex ministra irá al Senado-. La flamante titular de la cartera de seguridad está dedicada al rubro desde 1995. Fue consultora en seguridad en Honduras y El Salvador, donde trabajó en el “exitoso Modelo Bukele”. Es discípula del general Oscar Naranjo, quien incorporó en Colombia técnicas antiterroristas y antinarcóticos de la DEA y el FBI y fue uno de los que logró cazar a Pablo Escobar. Toda una declaración.

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La frontera turística se expande: nace un nuevo destino en Misiones

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“La selva te enamora de a poco”, dijo Juan Manuel Zorraquin hace dos años, al momento de inaugurar un lujoso hotel a orillas del río Paraná. La inmensidad del monte misionero y la mansa opulencia del lago Urugua-í se esfuerzan en desmentirlo: la naturaleza reclama amor a primera vista. Allí, en el corazón de la reserva natural que rodea el embalse del arroyo Urugua-í, donde Zorraquin y su socio, Bebe Badino, se preparan para dar el siguiente paso de una apuesta que cambiará el mapa turístico de Misiones: un condo hotel y un barrio cerrado de baja densidad en plena selva, con inversión millonaria y foco en la sustentabilidad, pensado para ampliar la frontera histórica del destino Iguazú. El nombre lo dice todo: La nueva Iguazú.

Zorraquin y Badino no llegan de cero a la selva. Son los creadores de Pristine Luxury Camps en la reserva de Puerto Bemberg, en Puerto Libertad, a orillas del río Paraná, un glamping de lujo que se inauguró hace dos años y que se convirtió en referencia regional, junto a Puerto Bemberg, la vieja posada que gestiona Zorraquin. Allí levantaron seis cabañas de alta gama en medio del monte, con madera certificada, techos de paja, mucho vidrio, piscinas privadas, tinas con vista al río y una filosofía clara: el lujo es el disfrute en contacto con la naturaleza. Cada detalle se pensó bajo un modelo de quíntuple impacto: preservación y regeneración de la selva, huella de carbono negativa, basura cero, compras kilómetro 0 y desarrollo local a través de una escuela de hotelería propia, de la que salieron los varias decenas de jóvenes que hoy sostienen la operación diaria. Esa experiencia es, ahora, el laboratorio y el respaldo del nuevo proyecto en el Urugua-í, con 70 hectáreas de monte a orillas del lago.

El lago y la selva ofrecen un producto que Iguazú nunca terminó de desarrollar”, plantea Zorraquin en una entrevista exclusiva en Economis, acompañado por Badino. “La provincia necesita ampliar la torta. No podés tener un destino global con una oferta que es prácticamente la misma desde hace veinte años”. El nuevo emprendimiento, ubicado sobre el perilago, combina un condo hotel con renta proyectada y un barrio cerrado de lotes de unos 2.000 metros cuadrados, rodeados de selva, con un solo acceso desde la ruta, portero visor, seguridad y servicios completos. La idea es intervenir lo menos posible: construcción en seco, sistemas industrializados de madera o hierro, un estilo moderno, práctico y limpio, que dialogue con el entorno sin caer en el artificio.

Bebe Badino y Juan Manuel Zorraquin son amigos y socios en este nuevo emprendimiento que expande la frontera turística del norte.

Vivir en el barrio será hacerlo con beneficios de hotel, en un entorno donde el confort y la naturaleza conviven sin esfuerzo. Las Suites del Lago, de diseño moderno, amplio y luminoso, se despliegan frente al agua con vistas abiertas que invitan a relajarse desde el despertar. 

El Restaurante & Bar del Lago ofrecerá gastronomía regional, parrilla y una proveeduría para abastecerse sin salir del complejo, mientras que la Piscina & Family Estar sumará espacios de relax y entretenimiento para todas las edades. La vida cotidiana se completa con recreación náutica -kayaks, stand up paddle y navegaciones exclusivas al Salto Yasy- y con el acceso a todos los amenities del hotel, desde el restaurante y la piscina hasta el embarcadero y las canchas deportivas. A ello se suman experiencias naturales únicas, con caminatas guiadas a los saltos Urugua-í, Guatambú y Bella Vista, que permiten vivir la selva desde adentro.

Porque la naturaleza es el mayor valor del proyecto, la sustentabilidad guía cada decisión de diseño y desarrollo. Desde la selección precisa de las áreas a intervenir hasta los retiros constructivos que aseguran la protección de la selva nativa, todo el masterplan está pensado para convivir con el monte sin desplazarlo. El barrio y el condo hotel contarán con un plan de manejo y regeneración de especies naturales, administrado por una reconocida marca nacional especializada en conservación, que garantiza estándares profesionales en restauración ambiental. El uso responsable del suelo y del agua establece un equilibrio real con el entorno, de modo que cada infraestructura conviva con el paisaje sin alterarlo y que cada experiencia aporte a la preservación del ecosistema que convierte al Urugua-í en un destino único.

La escala económica del proyecto revela su verdadero alcance transformador: el Condotel demandará una inversión inicial estimada en 4 millones de dólares, mientras que la puesta en valor integral del loteo -infraestructura, accesos, servicios y acondicionamiento ambiental- requerirá alrededor de 2,5 millones de dólares adicionales.

Pero el impacto real se multiplicará a medida que avancen las etapas. Solo la primera fase del barrio cerrado prevé 50 lotes frente al lago, donde cada vivienda deberá superar los 120 m², lo que implica inversiones individuales cercanas a los 120.000 dólares por casa. Ese movimiento generará otros 7 millones de dólares inyectados directamente por los propietarios, a los que se sumarán las obras vinculadas a los 100 lotes posteriores, que podrían aportar más de 20 millones de dólares en inversiones privadas atomizadas. En conjunto, el desarrollo completa un volumen proyectado superior a los 30 millones de dólares, distribuido en etapas y protagonizado por múltiples inversores, reforzando así el carácter expansivo y sostenible del nuevo polo turístico del Urugua-í.

El cronograma está delineado con prudencia. La primera etapa, que incluye las seis hectáreas del condo hotel y otras siete hectáreas frente al lago, se presentará formalmente en marzo. Para entonces, el family & friends ya estará avanzado y las obras iniciales en marcha. “Queremos darle seguridad al desarrollo”, explica Badino. “Vamos a trabajar por cupos: primero ponemos en valor un sector, lo terminamos bien, lo entregamos, y recién ahí avanzamos al siguiente. Los tiempos los va a marcar el interés del público, pero siempre con una regla: no prometer más de lo que podemos construir con solidez”.

El modelo de negocio apunta a un inversor que busca renta y activo real. La experiencia de Pristine demuestra que las unidades hoteleras bien gestionadas pueden ofrecer retornos de entre el 6% y el 12% anual, dependiendo del año y del contexto turístico. La diferencia respecto a otros proyectos de condo hotel en Iguazú está en la escala y en el precio de entrada. “Hoy no podés vender suites a valores que tardan años en colocarse”, advierten. “Nosotros trabajamos con precios más razonables y financiación a diez años, para que el inversor local o regional pueda entrar y ver un horizonte claro de recuperación”.

Pero no todo depende del diseño del negocio. Los números duros de construir en Argentina también pesan. Zorraquin lo dice con franqueza: “En Brasil se construye a 600 o 700 dólares el metro cuadrado. Acá estamos arriba de los 1.000. Es muy difícil hacer viable una inversión de infraestructura con esos costos. Si sumás Ingresos Brutos, cargas sociales, impuestos al débito y el 4,5% que se paga cuando traés materiales de otra provincia, te encontrás con un escenario que espanta proyectos”. La crítica no es un reproche aislado, sino parte de un diagnóstico más amplio sobre la hotelería de Iguazú, que según ambos sigue golpeada y sin una recuperación plena tras la pandemia.

En ese contexto, reivindican el rol de las alianzas público-privadas, apoyándose en el caso de Pristine: la escuela de hotelería montada en el antiguo Hotel Roca, la tecnicatura que hoy tiene decenas de alumnos y los empleos formales que se generan en los distintos camps de la marca, desde Las Salinas en Jujuy hasta la Selva Misionera. “Ahí hay un impacto social concreto”, subraya Badino. “Formamos gente, le damos experiencia real y muchos después siguen su camino en otros hoteles de Iguazú u otros destinos. Es un modelo que se puede potenciar sin que el Estado tenga que multiplicar presupuestos: se trata de orientar lo que ya existe”.

La mirada sobre Iguazú como destino es tan respetuosa como incómoda. “Si no crece, va para atrás”, resume Zorraquin. Señalan la falta de eventos, de nuevos atractivos, de propuestas que extiendan la estadía. Mientras tanto, del lado brasileño destacan experiencias como la rueda panorámica, parques de agua y productos complementarios al Parque Nacional que lograron aumentar la permanencia del turista. “No se trata de competir con Iguazú”, aclara Badino. “Se trata de complementarla. El primer día el visitante va a Cataratas, pero el segundo y el tercero podría estar en el lago, haciendo kayak, navegaciones, senderismo, disfrutando un amanecer sobre el agua y un atardecer naranja planchado. La selva te puede ofrecer un destino por sí mismo”.

La marca Pristine, que nació en Las Salinas de Jujuy y se expandió a la selva misionera y a la Patagonia, es el paraguas conceptual de todo el ecosistema. “El lujo cambió”, suele repetir Badino. “Hoy el viajero de alta gama busca conexión con la naturaleza, grupos pequeños, privacidad, impacto positivo. Eso es Pristine en Las Salinas, en Iguazú y lo será en este nuevo desarrollo junto al Urugua-í”. 

Zorraquin, dueño de Puerto Bemberg y desde hace años promotor del turismo sustentable, aporta la mirada territorial y la obsesión por la integración con el entorno: desde la selección de materiales locales hasta los planes de regeneración de la selva y el diseño de senderos y experiencias.

El nuevo emprendimiento en la selva del Urugua-í se inscribe en esa misma lógica: baja densidad, alto impacto cualitativo, larga vida útil. No se trata de un boom inmobiliario más, sino de un intento deliberado por crear un nuevo territorio turístico en Misiones, capaz de alargar el pernocte provincial de dos a cinco noches, de distribuir el gasto hacia otros municipios y de demostrar que la selva puede ser escenario de negocios sofisticados sin dejar de ser selva. “No es una competencia suma cero”, insiste Zorraquin. “Si esto crece, derrama en toda la provincia. Y si algo está claro, es que el turismo bien hecho siempre vuelve en forma de trabajo, consumo e impuestos”.

La selva, mientras tanto, sigue haciendo su parte. Lo cubre todo, atenúa ruidos, blinda la intimidad, ofrece amaneceres luminosos y atardeceres líquidos sobre el lago. Zorraquin la sigue mirando con respeto. “La selva te enamora de a poco”, dice. El proyecto que encaran con Bebe Badino busca justamente eso: que ese enamoramiento tenga forma de destino, de inversión sostenible y de una nueva frontera para el turismo del Norte misionero.

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La exaltación de la fragilidad

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Sorpresivamente Estados Unidos anunció un acuerdo comercial con Argentina que tendrá un enorme impacto en la economía del país. El Gobierno lo celebró con entusiasmo, pero hay señales que obligan a ser cautelosos ante el riesgo de la asimetría que puede significar un golpe de gracia para diversos sectores de la industria nacional. Argentina asume compromisos estrictos en casi todos los frentes -aranceles, barreras no arancelarias, normas técnicas, propiedad intelectual, acceso agrícola, estándares regulatorios, comercio digital, empresas públicas y minerales crítico-  mientras que las contrapartidas de Estados Unidos se reducen a un puñado de promesas abiertas y condicionadas. Washington ofrece, en el mejor de los casos, evaluar reducciones arancelarias para recursos naturales y productos que no produce, analizar “positivamente” el impacto del acuerdo cuando invoque razones de seguridad nacional y considerar eventuales ampliaciones de cupos agrícolas. 

El agro aparece como un terreno sensible. El Gobierno celebró la posible ampliación del cupo de exportación de carne vacuna hacia Estados Unidos, de 20.000 a 80.000 toneladas. Pero un estudio del Centro de Economía Política Argentina sostiene que el aumento llevaría la participación del mercado estadounidense sobre el total de exportaciones argentinas de carne del 3% al 7%, y está condicionado a la aprobación del Congreso estadounidense, además de ser vulnerable a objeciones sanitarias. En paralelo, el acuerdo abre el mercado local a carne aviar, bovinos vivos, productos porcinos, lácteos y otras proteínas norteamericanas con estándares regulatorios de origen. Esto implica un doble riesgo: competencia creciente para la producción local y una presión alcista sobre los precios internos, que tenderían a alinearse con los valores exportables, asfixiando al mercado interno. 

Sin embargo, el Gobierno celebra el pacto como si hubiera encontrado un oasis en un desierto. Nuevamente Donald Trump al rescate de una frágil economía argentina que sigue sin encontrar un sendero de recuperación. Pero el apoyo del bueno de Donald no es simple generosidad, sino una veta de negocio, como con swap preelectoral que incluyó una amenaza a los argentinos si no ganaba Javier Milei y ganancias inmediatas, según reconoció el secretario del Tesoro, Scott Bessent. 

Lo cierto es que aún con el salvataje del país del norte, la economía argentina sigue con respirador artificial y una fragilidad ostensible. 

La dinámica empresaria ha sido un termómetro claro del clima económico de cada gestión. Si se observan los primeros 20 meses de mandato, los datos son elocuentes: Néstor Kirchner lidera con una creación neta de 68.391 empresas empleadoras, seguido a gran distancia por Cristina Kirchner con 12.684 en su primera gestión. En el resto de los gobiernos predomina el signo negativo: Fernando de la Rúa perdió 3.998 firmas en el epílogo de la década menemista, Eduardo Duhalde 7.785, Mauricio Macri 5.518, y Alberto Fernández, en medio de la pandemia, 20.068, mientras que Javier Milei acumula una caída de 19.376 empresas cerradas en su inicio de gestión. Este recorrido revela un patrón persistente: desde 2011 la creación de empresas -y, con ella, la creación de empleo- permanece estancada o en retroceso, exhibiendo la fragilidad estructural de un país que no logra recomponer su ecosistema productivo. 

Pese a que la construcción aparece como el sector más golpeado por la virtual paralización de la obra pública nacional, otra actividad que quedó en la línea de fuego es la industria textil. La fuerte desregulación de las importaciones -con Temu y Shein como protagonistas del boom de compras puerta a puerta- profundizó la crisis: la Federación de Industrias Textiles Argentinas  difundió su informe mensual que la actividad del sector textil cayó 18,1% en agosto respecto del mismo mes de 2024, una contracción muy superior al 4,4% que registró el promedio de la industria nacional en igual período. Por su parte, el uso de la capacidad instalada textil se ubicó en apenas 41,5%, casi nueve puntos porcentuales por debajo del año anterior. 

En materia laboral, los números confirman la tendencia negativa. En julio de 2025, los sectores de textiles, confección, cuero y calzado contabilizaron 108 mil empleos formales. La cifra representa una reducción de 5 mil puestos respecto al mismo mes de 2024, consolidando así una tendencia de contracción que se sostiene desde febrero del año pasado.

Sin embargo, el presidente Javier Milei no parece preocupado por nimiedades. “La macro es la suma de todas las micro”, dijo en Corrientes el Presidente. 

El proceso actual, lejos está de ser virtuoso. Por el contrario, el deterioro parece acelerarse. Según los datos oficiales, en agosto de 2025, perdieron el empleo registrado 11.229 personas, de acuerdo a la Secretaría de Trabajo. Y en septiembre, según la Encuesta de Información Laboral, el nivel de empleo privado registrado habría continuado con un retroceso (-0,1%), acumulando 8 meses de contracción (solo en junio se registró un valor positivo de 0,1%).

El empleo asalariado en el sector privado alcanzó las 6.204.252 personas: 10.600 trabajadores menos. Desde comienzos de 2025, son 27.000 trabajadores menos..En relación con noviembre de 2023 son 181.512 menos.

La caída atraviesa todos los sectores y provincias. Misiones no fue la excepción. Marcó la tercera caída consecutiva y registró 101.860 trabajadores, con una baja que fue del 0,3% contra el mes anterior. Ese descenso equivale a una pérdida de 269 empleos durante agosto. Durante la era Milei, Misiones perdió 6.886 empleos, lo que representa una baja de 6,3%. El 2023 había cerrado con 107.800 empleos, después de picos de 110 mil. 

Si la situación de las empresas y el empleo es crítica, la inflación, que fue el caballito de batalla de Milei en su primera etapa, ahora es una meseta agria. La de octubre fue de 2,3 por ciento en el país y desde mayo que no se registran descensos. En el NEA pegó un salto de 1,8 a 2,2 por ciento, lo que se refleja en un consumo cada vez más ralentizado. 

De todos modos, algunos insisten en celebrar la supuesta “estabilidad de precios” bajo el gobierno de Javier Milei. En contraste, la realidad es que la inflación acumulada en lo que va de su gestión alcanza el 241%, según datos oficiales del INDEC. 

La narrativa del éxito se apoya en que ahora los precios “suben poco”, pero omite un dato esencial: el salto inicial fue descomunal, y desde ese Everest inflacionario los valores siguieron escalando. 

Basta comparar productos básicos entre noviembre de 2023 y octubre de 2025 para ver la magnitud del golpe: la sal fina aumentó 342%, el pan 316%, el aceite de girasol 294%, el jabón en pan 288%, la leche 248%, la carne picada 212% y los huevos 190%. El combustible en Misiones aumentó 217 por ciento desde diciembre de 2023. 

Argentina se volvió uno de los países más caros del mundo con salarios entre los más bajos de la región. Para ponerlo en perspectiva: el mismo nivel de inflación que Milei acumuló en 20 meses, Cristina Fernández lo acumuló en 71 meses y medio -casi seis años- según las mediciones de The Economist.

En Misiones, de acuerdo al semáforo de actividades que realiza Economis -el local, no el inglés-, el tablero está casi todo en rojo. Apenas se lucen en verde el patentamiento de autos y motos, las exportaciones de yerba y los préstamos al sector privado. El resto, carmesí. 

Pero incluso el verde esconde tonalidades. La producción primaria de la yerba mate está atravesando uno de sus peores momentos, con un precio que se ha desplomado tras la desregulación y costos que aumentaron en contraste -el gasoil aumentó 190 por ciento desde diciembre de 2023-. Sin embargo, la industria tampoco se siente “ganadora” en un sistema que dejó de tomarles el pulso. Los costos también han impactado en la rentabilidad y una rentabilidad de cinco por ciento no es la misma sobre un paquete a cinco mil pesos que sobre uno a tres mil. Nadie gana con la yerba barata. Pierden la provincia, los pueblos que no tienen inyección de dinero y las propias industrias, que deben competir por precios mediocres en un mercado que no crece demasiado. 

Algo parecido sucede con el té. “Para los que trabajamos la tierra este es el peor Gobierno que existe”, aseguró Fabián Laban, director por la producción en la Coproté. El productor advirtió que la actividad atraviesa una de las peores campañas de los últimos años, con precios atrasados, costos en alza y una pérdida de competitividad que deja al productor “sin margen para seguir invirtiendo”.

Laban explicó que los costos internos hacen inviable sostener precios internacionales: “Competimos con países como Sri Lanka o India, donde el jornal de un peón es mucho más bajo. Ellos cosechan a mano, sin costos de combustible. Nosotros trabajamos con maquinaria, combustible caro y una carga impositiva que nos deja fuera del mercado”.

El dirigente remarcó que los industriales argumentan que no pueden mantener el precio fijado en agosto -equivalente a 73 centavos de dólar-. “Si ajustáramos por la devaluación, hoy el kilo de brote verde debería rondar los 106 o 107 pesos. Pero seguimos en 95. Es una vergüenza, porque todo subió: el jornal, el combustible, el dólar, y el precio del té quedó congelado”, expresó.

La Provincia asiste con las herramientas que puede. En el caso del té se decidió la bonificación del 20% de la tarifa eléctrica para las empresas tealeras durante los meses de mayor actividad -de noviembre a abril- así como fortalecer una línea crediticia con el Banco Macro, que permite descontar cheques diferidos a 30, 60 y 90 días sin costo financiero. 

El cupo total disponible asciende a 10.000 millones de pesos, destinado a que el sector pueda acceder a liquidez inmediata para cumplir con el precio acordado con los productores. La Provincia asume el costo del financiamiento, equivalente a un 42% de interés, una carga imposible de afrontar en plena zafra. A la actualidad ya se han hecho operaciones por 180 millones de pesos. 

Misiones está decidida a afrontar el vacío dejado por la Nación con los recursos propios. Incluso a costa de tomar deuda para afrontar gastos que hasta ahora dependían del Gobierno nacional, pero que afectan la vida de los misioneros, como la falta de energía o el evidente deterioro de las rutas nacionales que recorren el territorio. 

Antes de jurar como diputado provincial y asumir la presidencia de la Legislatura en reemplazo de Oscar Herrera Ahuad que se irá al Congreso, Sebastián Macías confirmó que Misiones negocia un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo para conseguir financiamiento para mejorar la ruta 14, en accesos a pueblos y terceras trochas hoy inexistentes. La falta de mantenimiento y la paralización de obras en rutas nacionales que atraviesan Misiones obligaron a la Provincia a buscar financiamiento propio e internacional para evitar un deterioro mayor de la infraestructura vial. En las próximas horas llegará a la provincia una misión del BID para activar un crédito por más de 40 mil millones de pesos.

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Exclusivo: el hombre detrás del regreso la marca Sheraton a Iguazú 

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Su entusiasmo y visión de futuro ponen a prueba la edad que le marca el calendario. Habla pausado y casi en voz baja. Pero las ideas brotan incesantes con claridad: hay que invertir y explorar nuevas opciones para transformar la ciudad de Puerto Iguazú en un destino de élite internacional. Miguel Ángel Isanbizaga es el hombre detrás del regreso de la marca Sheraton a Misiones, una marca emblemática para el turismo de las Cataratas, pero también para el flujo de visitantes de distintos puntos del planeta, al que se quiere captar. 

Isanbizaga asegura que el mercado turístico de Misiones atraviesa un momento bisagra y que hay que invertir más allá de la coyuntura económica. Ya tiene experiencia con el Merrit de Iguazú y ahora da un paso más trascendente con el avance del Hotel Four Points by Sheraton Iguazú, un desarrollo que combina inversión internacional, modelo Condo Hotel e innovación en servicios. 

La obra ya registra un avance del 60% y proyecta su inauguración para fines de 2027. Isanbizaga, fiduciario del proyecto y referencia creciente en el ecosistema de inversiones turísticas del norte argentino destaca que a pesar de los hoteles en las 600 hectáreas y un servicio turístico de nivel internacional, Iguazú todavía está “virgen” en infraestructura y servicios. Y es ahí donde él ve la oportunidad.

La decisión de invertir en Iguazú nació de dos observaciones simultáneas: el potencial global del destino y la falta de infraestructura a la altura de ese nivel de demanda.

Iguazú está virgen. Hay muchas cosas por hacer. Tenemos ventajas enormes: naturaleza protegida, un Parque Nacional con acceso único a las Cataratas y mucha seguridad en comparación con Foz. Pero nos faltan servicios, infraestructura básica, espectáculos, shopping. Hoy el turista muchas veces termina cruzando al lado brasileño para obtener lo que acá aún no tenemos”, explica.

El empresario es directo al señalar lo que considera una oportunidad estratégica: “El destino atrae al mundo, pero todavía no le damos todos los servicios para que se quede más”.

El Sheraton es un pico de un camino iniciado hace algunos años. Isanbizaga venía de construir un edificio en Posadas, pero decidió correrse del negocio inmobiliario tradicional.

Hay gente excelente trabajando en vivienda, pero también mucha improvisación que descalibra precios y dificulta vender. Por eso busqué otra cosa”. Ese otra cosa incluye también el desarrollo de un barrio cerrado en el emblemático club San Francisco de Posadas, que en principio apuntará a los médicos pero después abrirá el loteo a otros inversores. Las instalaciones deportivas seguirán disponibles. 

Con la experiencia acumulada, hoy se mueve como pez en el agua en un terreno de altísima exigencia. Al mismo tiempo que piensa en el Sheraton, está conectando líneas con empresarios chinos que pueden llegar a invertir en Misiones.

Para Isanbizaga, el desarrollo inmobiliario está volviendo a mutar después del boom de los alquileres temporarios, lo que favorece al modelo condominal. “En vez de comprar acciones, el inversor compra una habitación. Tiene título de propiedad, puede vender, hipotecar, donar. Y la renta es muy buena: el primer hotel que hicimos va a dar casi un 9% anual en dólares”, detalla en relación con el Merrit. Hoy la tasa de retorno está más baja por la crisis que atraviesa la Argentina, pero espera que una vez recuperado el flujo turístico en Cataratas, se pueda recuperar un alto beneficio. 

El Four Points by Sheraton Iguazú, impulsado bajo franquicia de Marriott International, representa una inversión de entre 15 y 20 millones de dólares y avanza bajo un esquema constructivo industrializado que optimiza tiempos, recursos y eficiencia operativa.

El proyecto contempla:

  • 120 habitaciones
  • Centro de convenciones
  • Restaurante internacional
  • Spa
  • Piscina con solárium
  • Estacionamiento para 40 vehículos
  • Gimnasio
  • Salas para niños y adolescentes
  • Tres salas corporativas y un salón para eventos de 200 personas

Será un hotel de mundo, cuatro estrellas superior, con todos los estándares de Marriott. Va a demandar alrededor de 80 empleos directos y muchos más indirectos: transfers, remises, excursiones, proveedores. El impacto es enorme”, explica.

La obra, iniciada en febrero de 2023, prevé terminarse en diciembre de 2027, tras la ampliación autorizada que permitió sumar pisos adicionales.

Isanbizaga detecta un fenómeno que atraviesa a los principales destinos turísticos del país: propietarios agotados de la administración de departamentos destinados a Airbnb.

El que tiene un departamento para alquiler temporal vive con dolores de cabeza: el inquilino se va, quedan tiempos muertos, hay que pintar, reparar, pagar expensas extraordinarias, enfrentar impuestos…”, detalla.

En el modelo Condo Hotel ocurre lo contrario: “El inversor no tiene costos. Todo lo cubre la operación del hotel. Solo paga Ganancias; el resto lo tributa el fideicomiso operativo. Y todos los meses recibe un informe completo de pasajeros, ingresos, gastos, ocupación y procedencia. No tiene que ocuparse de nada”.

Una negociación en plena pandemia

Isanbizaga cuenta que, al inicio, no podían pagar franquicias internacionales por las restricciones para acceder a dólares. Por eso la primera experiencia fue con una marca nacional. Pero en plena pandemia, se animó a golpear las puertas de los grandes jugadores globales.

Nos contactamos con Hilton, Marriott y otras marcas. A Marriott le interesó mucho. Yo hablaba de hacer un hotel cuando todos decían que había que cerrar. Eso fortaleció la relación”.

El acuerdo fue sorprendente: “Nos otorgaron la franquicia sin cobrarnos el fee de ingreso y nos permitieron vender el hotel con la marca desde el pozo. Cosa que no suelen hacer. Es un compromiso enorme: ellos confían en nosotros y nosotros en ellos”.

El proyecto no solo implica inversión internacional: también abre puertas a proveedores, productores y trabajadores locales.

Hoy emplea a unas 30 personas en obra, pero ese número crecerá exponencialmente con la operación hotelera. Además, la articulación con productores misioneros es clave para la filosofía del proyecto, que promoverá compras de alimentos, artesanías, servicios y productos locales.

Uno de los conceptos más llamativos de Isanbizaga es su mirada sobre lo que falta en el destino.

Estamos en conversaciones con un organizador de espectáculos que quiere montar un teatro permanente en Iguazú, tipo el Cirque du Soleil. Queremos que sea del lado argentino y que el pasajero se quede una noche más. Que tenga una opción para quedarse en Iguazú y no tenga necesariamente que cruzar la frontera”. 

La propuesta encaja en su diagnóstico general: Iguazú tiene todo para crecer, pero necesita servicios complementarios para retener al turista y darle una experiencia completa. Isanbizaga sostiene que Argentina está “encaminándose”, y que el fortalecimiento de la relación con Estados Unidos favorece al sector hotelero y particularmente al Sheraton. “La marca es norteamericana y eso va a traer muchos norteamericanos. Ya está pasando en Buenos Aires: entre el 60% y el 70% del Sheraton Retiro se llena con el sistema de fidelidad. Y una parte importante de ese flujo termina viniendo a Iguazú”.

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