Lucas Doronuk

Docente, divulgador e investigador en proceso

Venezuela, la presea de Trump

Compartí esta noticia !

Cuantas obsesiones geopolíticas podrá tolerar el presidente de Estados Unidos mientras siga con su cargo. No es solo Ucrania o Medio Oriente. Tal y como si se tratase de la propia era de la Guerra Fría, América Latina como patio trasero del Tio Sam parece ser la dinámica a aplicar por parte de Donald Trump. Venezuela es el país apuntado, con una invasión inminente, al menos en el plano de las amenazas.

¿Petróleo o democracia?

Hace tiempo que Trump viene ejecutando críticas fuertes hacia el gobierno de Nicolas Maduro. Si bien, no hace falta ser un experto de nutrida experiencia en la materia de geopolítica o política exterior para darse cuenta que el actual mandato en Venezuela es una situación completamente acabada. El gobierno de Maduro demostró una absoluta ineptitud en casi todos los órdenes de manejo de un país, provocando una galopante crisis humanitaria que da como resultado desde las penas familiares de no poder abastecer las necesidades básicas hasta las corrientes migratorias que buscan asilarse en otros países para intentar tener un mejor pasar económico.

Dado este pequeño panorama que habla a las claras que quien escribe no es un adepto ni remotamente cercana a las ideas políticas y económicas de Maduro, es menester también decir que el papel de Estados Unidos con una constante presión de intromisión territorial es la gran “red flag” geopolítica que necesita la región.

Es notoria que es una maniobra de las tantas que ya realizó Estados Unidos en su historia reciente. Así como se apropió del petróleo y de las redes de producción petrolera de Medio Oriente a fuerza pura de intervenciones bélicas con operativos de bandera falsa de por medio. Es cierto que en gran parte de esas regiones, las crisis políticas internas habilitaban a una situación de fragilidad digna de aprovechar por parte del ave de rapiña que es EEUU en su política exterior. La apropiación del petróleo es una dinámica real y absolutamente comprobable, además de la dispersión de fuerzas de contrapeso para Israel como su gran aliado occidental en las cercanías de la medialuna de las tierras fértiles.

El petróleo venezolano es una gran oportunidad para el Tío Sam. De hecho, el país liderado por Maduro tiene la mayor cantidad de reservas del mundo, con un total de más de 300 mil millones de barriles, concentrados principalmente en la Faja Petrolífera del Orinoco. Esta última situación lo pone en un marco de desafíos técnicos y económicos para su extracción y procesamiento. Las reservas venezolanas superan a las de Irán y Arabia Saudita.

Ciertamente hay que ser claros: a Estados Unidos no le importa Venezuela, le importa su petróleo. Hay un aprovechamiento absoluto de la situación de una nación destruida por la pésima gestión de Maduro. No importa el narcotráfico ni tampoco llevar democracia. Las cosas como son, y para EEUU siempre fue así.

El peligro en casa

Como argentinos no debería importarnos en absoluto algún tipo de problema interno de un país si es que no tiene consecuencias que puedan afectar los intereses nacionales, y este parece ser el caso.

Más allá de la evidente cercanía ideológica y diplomática de Milei con Trump, hay una lectura más profunda en términos continentales.

El ingreso de tropas o de fuerzas de influencia de Estados Unidos en Venezuela va a romper el pacto tácito de paz entre Estados del cual goza Sudamérica. Prácticamente todas las zonas del mundo están ataviadas de conflictos armados de índole internacional, sea por cuestiones económicas o religiosas. Sudamérica si es cierto que tiene, dependiendo de la zona, complicaciones más elevadas con el narcotráfico pero no terminan en guerras entre Estados. El avance de Trump en Venezuela puede suponer el fin de esa paz.

Los intereses argentinos se ven tocados en cuanto a que además se permite el uso de la fuerza a fuego limpio en la región, lo que provocaría, lógicamente, efectos de resistencia más violentos. Si hace falta una oposición en las urnas en un contexto de paz, en un contextos de intervenciones y militarización trae la contrarespuesta de grupos armados, poniendo en jaque la paz social.

Asimismo, habilitar a la toma de decisiones internas de países sudamericanos por Estados Unidos blanquea una situación ocurrida desde la Doctrina de Seguridad Nacional, aunque supone, además, una imposición de la fuerza que pueda repercutir más allá del continente. ¿Cómo reaccionará Rusia o China ante un ataque de EEUU?

Rusia está atado de pies y manos. La guerra en Ucrania y la ayuda estadounidense puede ser efectiva para mejorar las condiciones con Moscú, por ende es difícil que entre en conflicto. En cambio, con China es más directo el tema. Si bien no es una mega potencia petrolera, el gigante asiático en esta suerte de carrera económica tecnológica con Estados Unidos, hace que ambos magnates políticos internacionales se hagan de todos los recursos posibles para mantener su maquinaria productiva en pie y competitiva.

Lo curioso es que el futuro de Venezuela es incierto. El tiempo de Maduro parece acabado y el país prácticamente en ruinas. ¿Habrá una suerte de “Plan Marshall” para Venezuela? ¿Volverán los venezolanos de las diásporas a luchar por su país? Ciertamente, para Venezuela, todo es incierto.

Compartí esta noticia !

La enseña que Andresito nos legó

Compartí esta noticia !

Cuántos años pasaron desde ese 30 de noviembre de 1778, fecha en la cual nació Andrés “Andresito” Guacurarí, uno de los caudillos federales más reconocidos de la Argentina no centralista. Reconocido en la región y hasta recordado en tierras uruguayas pero también invisibilizado por el porteñocentrismo que tantas inequidades tiene en su haber. Su legado, entre otras cosas, ha valido la fecha de la bandera de Misiones.

Roja, azul y blanca

La bandera de Misiones tiene su día en concordancia con el natalicio del gran Andres Guacurarí como ya se dijo antes. Instituido como día en el año 1992, cada 30 de noviembre, la tierra colorada respira el olor de su propia patria.

La inspiración viene, en realidad, de los suspiros y pensamientos revolucionarios de José Gervasio Artigas. Ese magno caudillo que encabezó la Liga de los Pueblos Libres en la era post Revolución de Mayo, fue quien apadrinó a Andrés Guacurarí, dotándolo, por supuesto, de amplias herramientas políticas, culturales y militares al héroe histórico guaraní.

Se afirma que los colores elegidos por Artigas responden al rojo por la sangre derramada por la libertad, el azul por la decisión de ser una República y el blanco por la distinción y la grandeza. También existe la presunción que los colores azul y blanco, fueron elegidos en conmemoración a la bandera de Belgrano, estableciendo cierta semejanza.

Teóricamente, la primera bandera instituida por Artigas era muy parecida a la de Belgrano, con la única salvedad que además de las distintivas líneas celeste y blanca, tenía una franja roja que la cubría de manera diagonal. De hecho, esta versión fue izada en los Pueblos Libres el 13 de enero de 1815.

La bandera misionera ha visto una incontable cantidad de sucesos. Desde ser partícipe de las guerras independentistas en esta zona de Argentina, hasta ser motivo de pleito fronterizo con bandeirantes del lado brasileño y con pujas de poder con los paraguayos. De acuerdo a lo último, el territorio misionero pasó por ocupación correntina, ocupación paraguaya, Guerra de la Triple Alianza, conformación del Territorio Nacional de Misiones, delimitación de las fronteras nacionales incluyendo el Laudo de Cleveland donde se pierde una porción importante del espacio geográfico de ese entonces, pasando a la provincialización ya en el siglo XX, sobreviviendo además a todas las dictaduras militares y a los duros años 90 neoliberales. La bandera siempre estuvo, hasta hoy en día en la época de la tecnología de avanzada donde Misiones dice presente. Fue un distintivo en contexto de conflicto para transformarse en una insignia única de la cual todos formamos parte.

Andrés: ayer y hoy

Guacurarí es un personaje emblemático, sin lugar a dudas, aunque también su presencia de hace más de 200 años continúan teniendo componentes del ser misionero actual.

La condición de Andresito era única. Fue un caudillo proveniente de pueblos originarios, en su caso guaraní de pura cepa. Con una formación excelsa en términos militares y una facilidad para la diplomacia, es un fiel ejemplo de lo que actualmente sigue siendo el misionero: un ciudadano de formación, valores y con clara reminiscencia a sus orígenes.

La presencia de Guacurarí en la región fue clave para mantener a tiro la soberanía de la entonces Liga de los Pueblos Libres y la pretensión de formación de un proyecto político que distaba de las pretensiones centralistas (ya en esos años) del puerto de Buenos Aires. La comprensión de la idiosincrasia y las particularidades de la región hacían de Guacurarí un líder hecho a medida.

Algunos hitos militares incluyen victorias épicas como la defensa de Candelaria y Corpus en 1811, mismo año dónde ejecutó otro triunfo estratégico en la Batalla de San José. En 1816 tuvo lugar la victoria contra los invasores portugueses en la famosa Batalla de Candelaria, y un año más tarde (1817) el triunfo en la Batalla de Apóstoles. Su último bastión medianamente victorioso fue la defensa de Posadas y Candelaria con una resistencia prolongada.

Entre triunfos y derrotas, cómo la vida misma, las últimas fueron determinante para su vida política y su vida física. La grave derrota en la Batalla de Cambay, en el año 1818 en las Misiones Orientales le sirvió de antesala para su caída definitiva. En 1820 se da su última campaña en territorio de las Misiones Orientales, en la región de Santo Angelo para ser preciso, en donde se da su máxima derrota con su posterior captura y desaparición. Hasta el día de hoy es una incógnita cómo fue la vida de Andrés Guacurarí luego de este hecho y también dónde podrían descansar sus restos.

El derrotero histórico de la participación bélica de Andrés Guacurarí en Misiones representa un ítem que se mantiene hasta el día de hoy: la internacionalización de la provincia. Andresito luchaba contra invasores portugueses y paraguayos con el afán de mantener el control de Misiones en la Liga de los Pueblos Libres. Eso desnuda lo que aún hoy pasa pero con otros atisbos. Misiones sigue siendo una tierra de profunda influencia internacional como un enclave geopolítico. Con 90% de sus fronteras compartidas con dos países, es el último bastión de la patria argentina en el norte. Los desafíos hoy en día no son bélicos, ya que la conformación del Estado Nacional se encargó de purgar esas disputas a fuerza de sangre. Hoy las complicaciones vienen por la economía. Puentes que van y vienen de un lado a otro según varíe el momento económico y según convenga. Misiones tiene la ardua tarea de subsistir entre dos gigantes cuando el país central queda a 1000km de distancia pero más aún en cuanto al desinterés que históricamente demostró Buenos Aires. En el medio nosotros, los misioneros, aquellos que en el país central nos dicen paraguayos y que piensan que vivimos en el medio de la selva. Al igual que en la época de Andresito, uno de los desafíos que aún se mantienen es el de mantenerse firme y no dejarse pisotear por quien viene de afuera.

Compartí esta noticia !

Trump-Epstein: poder, abuso y corrupción

Compartí esta noticia !

Ante los ojos de Estados Unidos (y del mundo) se desnuda una de las relaciones más retorcidas que se pudiera imaginar, no de ciencia ficción sino de absoluta realidad. El nexo entre el actual presidente estadounidense y el magnate es evidente y trae a colación un aberrante escándalo de índole sexual que puede golpear severamente a las pretensiones de poder político de Donald Trump. 

La Cámara de Representantes de Estados Unidos tomó la decisión por votación en mayoría de proceder a la desclasificación y publicación de más de 20 mil documentos en formato de herencia de Jeffrey Epstein, incluyendo correos electrónicos enviados a Ghlislaine Maxwell (socia convicta de Epstein) y el periodista Michael Wolff

En ese montón de documentos, la relación entre Trump y Epstein parece denotarse evidente, salpicando y complicando, lógicamente, al presidente estadounidense. Epstein afirmó que el político sabía a la perfección sobre las “chicas” (refiriéndose a las víctimas menores de edad) y que pasó “horas” en su mansión con Virginia Giuffre, una de las víctimas. 

Otro mail es aún más revelador y hasta asqueroso, del año 2011. Diciendo que Trump se obsesionó con mirar a mujeres jóvenes nadando en su piscina, dejando una marca de su nariz en la puerta de vidrio. 

Ya en 2018 describía a Trump como “sucio” durante el escándalo de pago por silencio y Epstein sugería tener material comprometedor de Trump junto a “chicas con bikinis”.

Es tal la presencia de Trump en los archivos que aparece más de 1000 veces. Superando, incluso, a nombres como Bill Clinton. 

Cabe recordar brevemente que Jeffrey Epstein se dedicó a ofrecer fiestas privadas en distintos sitios, incluyendo su misteriosa isla, donde eran abusados menores de edad en encuentros que involucran a la élite estadounidense

El lado político 

Trump no tuvo mejor idea que, en este embrollo mediático, aducir que esta situación tomada adelante por la Cámara de Representantes es una operación política llevada adelante por el Partido Demócrata. La palabra textual que usó el presidente fue “distracción”, procediendo a dar la orden al fiscal Pam Bondi a investigar los lazos de Epstein con demócratas como Clinton, Larry Summers y Reid Hoffman, acusándolos de hipócritas. Es decir, por un lado dice que es una operación política y por otro aduce hipocresía demócrata, casi como sacándose la pelota de encima en este problema. 

Esta situación fue escalando en términos de humor político en la Casa Blanca. Desde el mote de “sediciosos” a seis veteranos demócratas por un video donde instan al Ejército a obedecer sólo las órdenes legales. 

Justamente, la oficina presidencial denominó a esto como una retórica acalorada, pese al exabrupto que provocó, sin embargo, defendió a diestra y siniestra el insulto de Trump a una periodista de la agencia Bloomberg, a la cual le dijo “cállate, cerdita” durante una pregunta sobre sus lazos con Epstein. 

Es indudable que este escándalo afecta a la imagen y, por qué no, a la gobernabilidad de Donald Trump. 

Mientras se le acumulan conflictos en el exterior, además de soportar las críticas internas por la ayuda económica a Argentina, este Epstein gate le conlleva un número por debajo del 40% de imagen positiva, según encuestas de CNN. 

Además de esto, le puede valer una suerte de fractura interna en lo legislativo dentro del Partido Republicano y el mantenimiento del MAGA. El no poder contener la votación para esta desclasificación, sumado a un arma bipartidista cuando Trump intenta desviar en Clinton las implicaciones con Epstein puede resultar más beneficioso para demócratas que para republicanos. 

A esto se le suma que esta desclasificación continúa y aumenta en términos de futuros conflictos sociales para Trump, tales como más testimonios junto a vigilia de las víctimas en el Capitolio, con amenazas de demócratas como Al Green para tomar acciones antes de navidad. 

Pasa allá y pasa acá 

Ante un caso de semejante aberración relacionada al abuso de menores, es imposible no pensar en los casos de grooming y tenencia de MASI que se han conocido en Misiones en los últimos tiempos. 

El caso de German Kiczka fue el más emblemático y que explotó entre 2024 y 2025, ya que también involucró a lo político. Este ex legislador provincial que fue acusado, imputado y condenado por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, junto a su hermano Sebastian. Un caso que no solo conmocionó a toda la sociedad misionera, sino que puso los ojos de todo el país en los hechos que giraban en torno a esta causa.

Si bien los casos son distintos en una varieté de tópicos, comparten una raíz obscena y vomitiva: menores de edad. Parece ser que vivimos en una sociedad en donde estos monstruos están inmiscuidos y metidos, usando máscaras sociales pero operando en las sombras, arruinando o colaborando con arruinar la vida de los más vulnerables. Con impunidad absoluta y a los ojos de las comunidades, una vez salido a la luz, son casos que sin lugar a dudas no tienen vuelta atrás. 

El caso Epstein es el más conocido del mundo y que devela lo peor del ser humano, del cual no se salva ni el presidente de Estados Unidos, quien es, posiblemente, el político más poderoso del mundo.

Compartí esta noticia !

El nuevo pacto Roca-Runciman

Compartí esta noticia !

La noticia rimbombante de la semana, sin lugar a dudas, es el acuerdo comercial (y político) al que arribaron Argentina y Estados Unidos. En el marco del rearmado del mundo nuevo, los aliados del poder están a la orden del día. ¿Es simplemente cambiar China por Estados Unidos? ¿Hay una venta indiscriminada de la patria? Tal vez solo sea el eterno retorno del devenir de la historia de nuestro país, el cual, como si fuera un espiral, gira y se consume.

Corría el año 1933 y, en plena reforma del modelo económico mundial, Argentina enfrentaba una seria crisis relacionada estrictamente a lo comercial.
Tras el crack de 1929 y la consecuente crisis internacional del sistema capitalista integrado, a nuestro país no le quedó más remedio que la reconversión de un modelo agroexportador a uno de sustitución por importaciones. Todo ello, en medio de la vorágine de mercados truncos o fríos debido a una Europa deprimida tras la Primera Guerra Mundial y con el fragor revanchista de las potencias del Eje que llevarían al enfrentamiento posterior en la Segunda Guerra Mundial.

Bajo ese contexto, Argentina se vio en la necesidad de mantener el régimen exportador de carne, el producto emblema nacional, pero ante el impedimento o la dificultad por una economía seriamente resentida, encontró una salida, allá por 1933, que trae sombrías semejanzas con el 2025.
El hijo de Julio A. Roca firmó junto al político y empresario liberal británico Walter Runciman un pacto que marcaría el rumbo económico del país y plantaría los nuevos cimientos de una dependencia siempre grave entre nuestro país y el poder central europeo, norteamericano o chino. En este caso, el pacto fue con el Reino Unido, donde Argentina se aseguraba mantener la exportación de carne vacuna a cambio de, básicamente, el control del sistema financiero y los trenes nacionales en manos de capitales e intereses británicos. ¿El resultado de ese acuerdo? Una dependencia absoluta que retrasó aún más la industrialización argentina.

Dicho así, al pasar, resulta muy parecido y muy curioso respecto de lo que sucede actualmente en una comparación siempre odiosa, pero a la vez inevitable.

El actual gobierno encabezado por el presidente Milei, junto a su partener que maneja la cartera económica del país, Luis “Toto” Caputo, mantiene una amplia afición por Estados Unidos y es, ipso facto, una de las primeras grandes pretensiones del gobierno: sostener una absoluta cercanía y alineamiento con la Casa Blanca, con acuerdos de por medio que permitan establecer el eje Washington – Buenos Aires.

Hoy, pareciera ser que es realidad. Se dio a conocer que, tal como en 1933, Argentina mantiene un esquema de bajos aranceles y de prioridad del mercado agrícola argentino en Estados Unidos a cambio de la manipulación de los recursos naturales y minerales de nuestro país. No es un invento de la “izquierda”, sino una realidad plasmada en documentos oficiales, aunque, como todo, hay asuntos más oscuros detrás.

El factor chino

Argentina tiende a ser, como gran parte del mundo, un laboratorio político, económico y cultural de las potencias centrales. Nuestra historia está signada, justamente, por un sensacionalismo de dependencia norteamericana, europea y china que se cuela entre las rendijas de una idiosincrasia cada vez más endeble o fluctuante. Definir la argentinidad parece quedar circunscripto al fútbol y a la gastronomía, ya que el ser nacional se diluye entre tantas pretensiones de ser extranjero.

Este contexto es aprovechado por naciones poderosas, hoy por Estados Unidos, que utilizan al país como un conejillo de indias en su disputa mayor contra China. No es una novedad si uno lo piensa o lo plantea de esa manera.

El control que establece Estados Unidos sobre la economía argentina a partir de este nuevo acuerdo tiene como condición central desplazar a China de la región. No es que Argentina sea meramente importante, más allá del potencial absoluto de la utilización de nuestros recursos, sino que la puja geopolítica es más grande y Argentina es solo un escenario más.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiene un particular agregado en el que Argentina parece tener participación. La disputa tecnológica y el posicionamiento de productos forman parte de esta lógica sino-estadounidense. Para la producción de bienes tecnológicos, minerales como el litio son fundamentales, y Argentina forma parte del triángulo del mismo, junto a Chile y Bolivia, que detenta entre el 60 y el 70 por ciento del total de dicho mineral en el mundo.

Además de la utilización estratégica de los minerales y recursos naturales, el desplazamiento de China como aliado comercial también es clave para la región. Casi como en un efecto contagio, si China se retira y a Argentina le va “bien” (entiéndase la simplicidad mediática de la afirmación), es posible que sirva como ejemplo para otros países de la región que se encuentran alineados con Estados Unidos. Las nuevas (viejas) derechas, como en Paraguay, Bolivia o Ecuador, pueden ver como potable esta situación y que ello conlleve a un emparejamiento. A esto se suma la polarización con la hegemonía china en el mercado interno de países como Brasil.

Con esta visión, resulta imposible no pensar que nuestro país se transforma en un peón más del ajedrez mundial.

Compartí esta noticia !

New York, New York

Compartí esta noticia !

Colonizados o no, es imposible dejar pasar por alto que aquello que sucede en el norte industrial es ajeno a nuestra realidad. Y sí, claro que las elecciones de alcalde de Nueva York repercuten en el mundo por varios motivos: por ser la ciudad emblema del capitalismo financiero, por su presencia en la cultura pop y hasta por funestos atentados. Sin embargo, el motivo mayor es por el triunfador. Un nuevo alcalde ¿socialista y musulmán?

El extraño caso de Mamdani

Casi la mitad de los votantes de Nueva York eligieron a un hombre: Zohran Mamdani. Este se impuso al polémico Andrew Cuomo por casi 9 puntos. 

Mamdani es un treintañero que llega a la alcaldía al exponer su faceta abierta en una agenda socialista. Además de ello, es licenciado en Estudios Africanos, nacido en Uganda y profeso en el islam. Un perfil al menos disruptivo en la historia política estadounidense. 

Es imposible no buscar alguna explicación que dé cuenta de la razón de su elección tan contundente. En un país manejado por el republicanismo trumpista, un férreo opositor gana en la ciudad más importante, abriendo camino a una posible Guerra Fría interna. 

El primer punto a analizar es su postura política, lógicamente. Considerado un demócrata socialista, presentó una serie de propuestas que rompen con todas las barreras de lo aplicable para un país con la tradición y cultura política de Estados Unidos. Los deseos políticos a transformarse en realidad para Zohran Mamdani está la gratuidad absoluta de los autobuses, la creación de una serie de supermercados del municipio, el servicio gratuito de niñera para trabajadores, creación de viviendas estatales vía expropiación de edificios no utilizados y hasta una especie de “ley de alquileres de Alberto Fernández”con la congelación del precio de los mismos. Parece sonar seductora dichas propuestas, y sobre todo en la población más sensible de Nueva York. Alrededor del 25% de la población de la ciudad, o el equivalente a 8.4 millones de personas están bajo la línea de la pobreza. Es evidente que Mamdani salió a captar su voto. 

En Nueva York no existe solamente la brecha salarial como mantenimiento del status quo, sino también el étnico racial y el migratorio. Grandes números de personas que no cuadran aún bajo el mandato del “sueño americano” han visto en la figura de Mamdani a alguien en quien confiar. Asimismo, la generación Z fue una de sus masas votantes, revoloteados por las ideas “revolucionarias” del elegido alcalde. 

Una gran campaña de cercanía en redes sociales mostrando a un hombre sencillo y con capacidad empática, resaltaron entre tanto barullo y prepotencia de Trump y sus seguidores. Algunos dirían personalidades distintas, otros que son simples estrategias de captación de votos. 

Del otro lado tampoco había mucho. Andrew Cuomo, su principal oponente, había tenido una amplia experiencia en la función de cargos públicos, hasta ser gobernador de Nueva York. El mismo lo tuvo que abandonar por una serie de acusaciones de acoso sexual, algunos inclusive confirmando violaciones. Este aspecto fue lo suficientemente aberrante para que se aleje de la política desde el 2021. A su vuelta, los neoyorquinos no lo olvidaron. Este fue otro factor que explica la llegada de Mamdani al poder. A esto hay que sumarle el voto anti Trump que pudo captar el actual alcalde. 

Finalmente y no menos importante, es menester decir que el triunfo socialista en Nueva York es solo el resultado de un contexto que hace rato se viene dando allí y en varias ciudades de Estados Unidos. El avance del progresismo les está quitando los cargos de decisión a los tradicionales demócratas y republicanos. Genuinamente, hay gente que quiere eso, por convicción o por seducción a lo desconocido. 

Superman del siglo XXI

La posible Kriptonita para este superhéroe socialista y musulmán podría ser él mismo o la realidad. Es poco probable que lleve adelante las reformas que busca establecer, sobre todo si no consigue el consenso de las élites dominantes de Nueva York. Difícil es pensar que en la ciudad que acuña los hitos del capitalismo como Wall Street también sea tierra de expropiaciones y viviendas sociales sin costo, al mejor estilo soviético. 

Difícil será también para Mamdani cuando le lluevan críticas totales a Israel y su acusación de genocidio. De hecho, ya fue acusado como antisemita por tal apoyo en la guerra de Medio Oriente. 

Difícil será sostener las críticas hacia su estudio, su religión (primer musulmán en la historia de Nueva York) e inclusive a su capacidad de poder “rosquear” en la ciudad donde el poder se respira. Y más aún, cuando todas estas críticas puedan venir del mismo presidente Trump. 

Hoy Estados Unidos está con los mandos cortados. Con una enemistad entre el poder central y su ciudad más grande. En la Casa Blanca un derechista y en su mayor localidad y fuerza distrital un progre. Parece una reedición de la diferencia Milei-Kiciloff que impera en nuestro país. 

¿Estaremos asistiendo al principio del fin de Estados Unidos? Uno se malinterprete este como la debacle del pais como tal sino al de un ideario político en donde lo socialista y musulmán nunca hubiera tenido ni la mínima posibilidad de presencia.

Tal vez el sueño americano ya no sea tan americano. Es decir, es evidente que la gran cantidad de migrantes, negros, personas de religiones no protestantes y de pobres (quienes se llevan la peor parte) conforman parte de la gran ciudad de Nueva York y hoy piden un cambio en las preferencias. 

El sueño americano pasó a ser el sueño migrante, el sueño negro y hasta el sueño musulmán. Por eso eligieron a Mamdani. Si bien, tiene todas las de perder, será interesante ver como conquista las demandas que él mismo propuso en su campaña electoral. 

¿Hay neoyorquinos que reniegan del capitalismo? ¿Hay neoyorquinos que apoyan abiertamente a Gaza? ¿Hay neoyorquinos que valoran más a alguien que camina en su barrio que aquel que solo promete? La respuesta parece ser sí, y ojo, en esta parte del mundo hay que verlo como un spoiler. Tenemos la tendencia de absorber todo eso en el sur global. Tal vez son tiempos de rupturas totales en lo tradicional. 

Compartí esta noticia !

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin