Bertotto, metal pesado en la forestación
Crisis es oportunidad: Bertotto y la transformación para competir en el mercado forestal
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La empresa familiar Oscar Bertotto, radicada en Misiones y especializada en la fabricación de maquinaria forestal, encontró la manera de mejorar su rentabilidad y ofrecer un producto de calidad. La clave: reducir costos a través de una apertura estratégica a proveedores internacionales, incorporar más tecnología y adecuar su línea de productos a las nuevas necesidades del mercado.
“Entendimos que si no mejorábamos nuestros precios, quedábamos fuera del mercado. En un momento estábamos más caros que la industria de afuera, y con un producto de menor calidad porque no hay industria en Argentina. Entonces tuvimos que cambiar la cabeza”, sostuvo Raúl Bertotto, actual titular de la firma, en una entrevista donde repasó los principales movimientos que está haciendo la empresa para mantener la competitividad.
La fábrica trabaja actualmente en tres grandes ramas de productos: los forwarders 8×8 y 4×4 (equipos para el movimiento forestal), una línea de implementos desmontables para pequeños productores y, aunque está momentáneamente pausado, un proyecto de vehículo para bomberos forestales.
El equipo insignia de la empresa es el forwarder 8×8, una máquina pesada, de 16 toneladas, diseñada para competir con gigantes del mercado como John Deere y Komatsu. “Es un equipo muy tecnológico, relativamente caro, pero queríamos ofrecer una alternativa nacional de calidad internacional. Pensamos en contratistas grandes como los de Arauco o Placa Rivadavia, que ahora tienen una opción más cercana y a menor costo”, explicó Bertotto.

En paralelo, avanzan con una versión más accesible y versátil: el forwarder 4×4. El gran cambio en este modelo llegó con la incorporación de componentes importados, como los diferenciales alemanes. “Compramos el primer juego para el 8×8 antes del cierre de importaciones. Ahora, con la reapertura, adquirimos otro juego para el 4×4. Eso nos bajó los costos a la mitad y aumentó la calidad del producto”, detalló.
La apertura comercial permitió a la empresa acceder a insumos que antes eran inaccesibles o mucho más costosos. “Las llantas, por ejemplo, nos salen un tercio en Brasil de lo que valen en Argentina. Y así con muchos otros insumos. Estamos aumentando la tecnología y bajando los precios, que es lo que esperábamos que pasara”.
Adaptarse o morir
Una de las innovaciones más significativas de Oscar Bertotto es el desarrollo de implementos forestales que se adaptan a tractores agrícolas convencionales, pensados para productores medianos y pequeños que buscan reducir la dependencia de contratistas y ganar rentabilidad sobre sus propias plantaciones.
“Antes, el productor primario plantaba y esperaba. Hoy, si no se mete en los otros eslabones de la cadena, pierde plata, aunque haya esperado 15 o 20 años para cosechar. Los contratistas, los que comercializan y los aserraderos se llevan una tajada, y al final el que plantó no gana”, señaló Bertotto.
Esta demanda impulsó a la fábrica a rediseñar su línea de productos más livianos, como grúas, acoplados autocargables o mini-skidders, que ahora son desmontables. “La idea es que un productor pueda acoplar el equipo a su tractor cuando lo necesita, por ejemplo, para hacer raleo durante dos meses, y luego volver a usar ese mismo tractor para otras tareas. No tiene que dedicarse exclusivamente al forestal para aprovechar estos equipos”.
Este nuevo modelo apunta a productores de zonas como Corrientes, Entre Ríos o Ituzaingó, donde es común encontrar personas que tienen varias hectáreas forestadas como complemento de otras actividades: ganadería, citrus o apicultura. “La gente comienza a darse cuenta de que le conviene hacer su propia explotación, porque si no pierde. Entonces se equipan con herramientas más básicas, pero que les permiten hacer el trabajo y conservar la rentabilidad”, dijo Bertotto.
El camino para mejorar la rentabilidad no fue sencillo. Bertotto explicó que tuvieron que revisar toda su estructura de costos, buscar nuevos proveedores, incorporar mejores tecnologías y reducir los márgenes de ganancia.
“Estamos bajando los precios, y ya lo hicimos en un 25%, seguramente seguiremos en esa línea. Incorporamos tecnología de punta, como diferenciales que usan todas las grandes máquinas forestales del mundo. Eso nos permite ofrecer el mismo producto, pero mejor y más barato”.
Además, la empresa trabaja en conjunto con sus proveedores para que también ellos se vuelvan más competitivos. “Fui a visitar fábricas de diferenciales y les dije: ‘Muchachos, si no se acomodan, se quedan fuera del mercado’. Todos tenemos que cambiar la cabeza, analizar bien los costos y mejorar la estructura. Si no, lo importado nos saca”, remarcó.
El empresario insistió en que **la falta de industria nacional** en áreas clave, como la producción de motores o diferenciales, obliga a recurrir al exterior. “En Argentina no tenemos fábrica de motores, de diferenciales… En Brasil sí hay, en Europa ni hablar. Entonces, para ser competitivos, tuvimos que sacar la cabeza del charco y empezar a mirar afuera”.
El panorama, sin embargo, no está exento de dificultades. “No es un momento de inversión. La gente no está invirtiendo. Pero comienzan a averiguar, a preguntar, a prepararse. Hay perspectivas”, explicó Bertotto.
La reactivación del sector forestal está atada a otros sectores, particularmente el de la construcción. “Nosotros siempre tenemos crisis, pero sabemos que cuando se activa la construcción, se empieza a mover la madera. Primero los corralones se vacían, luego compran los aserraderos y así se genera un efecto derrame hasta el que corta y carga la madera, que somos nosotros”.
Actualmente, los contratistas forestales no están comprando nuevas máquinas, aunque sí trabajan y comienzan a planificar. “Hay expectativa. Se están preparando para la segunda mitad del año, que es cuando generalmente se concretan más ventas de maquinaria forestal”.
Para Bertotto, la experiencia reciente deja una enseñanza clara: la industria nacional debe adaptarse o queda atrás. “Antes nos alcanzaba con hacer una sola cosa. Ahora tenemos que hacer varias, cambiar la cabeza, trabajar con otras lógicas. Bajamos rentabilidad, mejoramos procesos y seguimos en el mercado. De otra forma, no podríamos”.
En un sector donde los ciclos de inversión son largos y los márgenes muchas veces ajustados, la apuesta de esta fábrica misionera por innovar, diversificarse y ofrecer calidad a menor costo marca un camino posible para muchas otras pymes industriales del país.
“Estamos convencidos de que la única manera de seguir adelante es mejorando cada parte del proceso productivo. No podemos competir con máquinas de afuera si no cambiamos cómo pensamos y trabajamos. Y nosotros ya empezamos ese camino”, concluyó.
