Camino a la estabilidad financiera: consejos para crear presupuestos y diversificar inversiones
Entendemos que la planificación financiera puede ser un gran desafío. Contar con un presupuesto es muy útil para administrar mejor tus ingresos y gastos. Por eso, te traemos algunos consejos para armarlo y así acercarte a tus objetivos financieros.
Teniendo un presupuesto definido, resultará más difícil gastar en productos innecesarios. Así, de manera lenta pero progresiva, uno puede comenzar a llevar un registro más apropiado de sus ingresos, gastos, deudas e inversiones.
“Definir un presupuesto personal es fundamental para gestionar adecuadamente nuestras finanzas. Nos permite tener una visión clara de nuestros ingresos y gastos, facilitando la toma de decisiones informadas y asegurando que podamos cumplir con nuestros objetivos financieros a corto y largo plazo”, sostiene Federico Palmisano, CFO de YONT.
1. Determinar los ingresos mensuales.
Anotar todas las fuentes de ingresos, incluyendo:
● Salario.
● Ingresos por inversiones.
● Trabajo freelance.
● Otros ingresos.
El primer paso para crear un presupuesto es determinar cuánto dinero entra y sale de las cuentas con exactitud. Registrar todos los ingresos y gastos durante un mes para tener una visión clara de los hábitos financieros.
2. Hacer una lista con los gastos fijos.
Por ejemplo:
● Alquiler.
● Servicios (electricidad, agua, gas)
● Viáticos.
● Comida.
● Obra social, seguros, etc.
● Suscripciones (gimnasio, servicios de streaming)
3. Hacer una lista con los gastos variables.
Por ejemplo:
● Entretenimiento.
● Ropa.
● Mantenimiento del auto.
● Salidas sociales.
4. Recortar gastos
En primer lugar, tomarse el tiempo para cargar todos los gastos mensuales en una planilla de Excel o anotarlos en un papel. El siguiente paso es recortar todos los gastos innecesarios, tales como los gastos hormiga o gastos fantasma.
Los gastos hormiga no afectan demasiado individualmente, pero al sumarlos generan un gran impacto en el bolsillo. A su vez, los gastos fantasmas suelen ser los pagos automáticos para servicios que no se consumen, como la suscripción a Netflix o Spotify.
5. Ahorros y fondos.
● Fondo de emergencia (ahorro siempre listo para emergencias)
● Fondo de retiro.
● Dólar Mep.
Destinar un porcentaje de los ahorros e inversiones a estos fondos pueden ser una salvación ante situaciones financieras inesperadas.
6. Inversiones.
● Acciones.
● Bonos.
● Cedears.
● Fondos de inversión.
● ETFs.
● Criptomonedas.
● Stablecoins.
● Real State, bienes raíces.
● Otros.
Con el objetivo de compensar el impacto de la inflación, por ejemplo, los sobrantes de pesos “parados” o sin usar por algunos días deberían invertirse en instrumentos de alta liquidez y de bajo riesgo, como los Fondos Comunes de Inversión. Otras alternativas para dolarizarse y no caer en la simpleza de comprar dólares, pueden ser los Cedears o ETFs.
“Diversificar nuestras inversiones es clave para minimizar riesgos y maximizar oportunidades. Al distribuir nuestros recursos en diferentes activos, podemos proteger nuestro capital frente a la volatilidad del mercado, aumentar nuestras posibilidades de obtener rendimientos sostenibles, alcanzar la estabilidad y el crecimiento financiero.”, comenta Federico.
7. Establecer metas financieras.
Definir objetivos claros como:
● Ahorrar para un viaje.
● Pagar deudas.
● Comprar una casa.
● Crear un fondo de emergencia.
● Crear un fondo de retiro.
● Otros.
8. Revisar y ajustar el presupuesto regularmente.
Monitorear gastos y ajustar presupuesto según sea necesario, ya que no es estático. Revisarlo mensualmente y ajustar según sea necesario. La flexibilidad ayuda a mantenerse en el buen camino y a alcanzar las metas financieras.
9. Consumos en cuotas.
En un contexto inflacionario como el actual, es muy conveniente hacer pagos con tarjeta en una cuota sin interés (o más), pero siempre respetando el presupuesto y la capacidad de pago mensual para no originar deudas que no se puedan pagar.
10. Educación financiera y planificación.
Hoy en día uno puede aprender e informarse muy sencillamente a través de distintos medios, tales como inteligencia artificial, podcasts, libros, videos, redes sociales, cursos, brokers de inversión, etc. Es ideal adquirir conocimientos e investigar las distintas alternativas para desarrollarse exitosamente en un contexto como el actual.
“En definitiva, la clave para la salud financiera radica en la planificación y la diversificación. Un presupuesto bien estructurado no solo nos ayuda a vivir dentro de nuestras posibilidades, sino que también nos permite ahorrar e invertir de manera efectiva. Al mismo tiempo, diversificar nuestras inversiones nos brinda una mayor seguridad y potencial de crecimiento en un entorno económico impredecible. Adoptar estas prácticas no es solo una cuestión de disciplina financiera, sino también una estrategia inteligente para asegurar nuestro futuro económico.”, agrega Palmisano.