Con trabajo y organización militantes del PAyS y el Evita apuestan a la soberanía alimentaria

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Como en varias localidades dela provincia, en Gobernador Roca el Partido Agrario y Social, el Movimiento Evita y la CTEP, llevan adelante una experiencia de trabajo cooperativo y organización comunitaria, que se plantea como parte de su objetivo principal, avanzar hacia la soberanía alimentaria.
“En Roca esto fue posible por el empuje de Nidia Pintos, una de las grandes militantes que tenemos en el PAyS y el Movimiento Evita”, explica el diputado Martín Sereno, que hace unos días participó de una asamblea con más de 300 personas interesadas en sumarse a la Cooperativa de Trabajo y Producción.
Consideró que si bien el trabajo de más de 100 huertas lo están implementando en Posadas, Garupá, Candelaria; Santa Ana; San José, Apóstoles, Azara, Mado; Mártires; Libertad Dos de Mayo, Eldorado, Esperanza, Iguazú, Jardín América, Oasis, Apóstoles y Leoni, entre otros pueblos- “lo de Roca es algo especial porque se trata de huertas en más de 20 hectáreas que otorga otras posibilidades, y significa una salida laboral para familias de tareferos, colonos y desocupados que viven en la zona urbana y rural.
Es importante el puntapié que le imprimen a la soberanía alimentaria con producción sin utilizar químicos. Estamos muy contentos con el trabajo de Nidia, y su compañero, Claudio “Manito” Comitini. En la reunión que mantuvimos con los vecinos, felicitamos a todos porque vemos mucho entusiasmo en la participación. Creo que se podrá multiplicar en otros lugares, con la premisa de la concientización sobre producción saludable”, indicó el legislador.
Una de las urgencias es la necesidad de contar con la conexión del sistema trifásico de energía eléctrica en la Colonia Cazador de la Ruta 6, de Roca, para tener electricidad en los galpones y en el resto del predio de la cooperativa. En el lugar ya están los pilares y el transformador, solo falta la conexión. Existe el compromiso del presidente de la empresa de Electricidad de Misiones Sociedad Anónima, Guillermo Aicheler, para que “Emsa provea el servicio lo antes posible porque es muy necesario para el funcionamiento del proyecto. Confiamos en que esto se concrete”, manifestó el diputado Sereno.
Un proyecto pensado a largo plazo
Nidia Pintos es una mujer luchadora que proviene del ámbito educativo, con esfuerzo y junto a otras militantes de Roca (Romina Duarte, Miriam Kluge, Mariana Da Silva, Miriam Núñez, Marisa Korsinewski, Cecilia Valdéz, Yesica Núñez, y Jorge García), logró conformar una Cooperativa de Trabajo y Producción, en la que participan con entusiasmo más de 100 familias de barrios con carencias materiales, en su gran mayoría colonos, tareferos, desocupados y pequeños productores de la colonia.
“Hace tres años que estamos trabajando y comenzamos de a poco en los barrios más populares, más humildes. Arrancamos con clases de apoyo con psicopedagogas, brindando la merienda a los chicos, y siempre haciendo tareas solidarias a través de una peluquería, confección de almohadones, entre otras actividades. Elaboramos un proyecto por escrito que consiste en seguir creciendo como cooperativa, por ahora son cien personas trabajando”, señala Nidia.
Termina la tarefa y quedan sin trabajo
El proyecto de la cooperativa nació hace más de un mes junto a familias tareferas, las de los barrios populares y de las colonias, porque Roca es muy grande tanto en la zona urbana como rural.
“Tenemos en la cooperativa muchos tareferos y tareferas y changarines, y cuando las familias no se pueden sostener con la tarefa, porque termina la zafra se dedican a arrancar mandioca para vender, y a trabajar en invernaderos; pero siempre son tareas para personas ajenas, no para ellos. Entonces pensamos que en este proyecto justamente el objetivo es que puedan tener algo propio”, detalló la coordinadora de la cooperativa.
A través de la metodología del trabajo, los emprendedores se dividen en grupos, Nidia Pintos coordina un día y medio a la semana a quienes llegan desde zonas rurales y urbanas, sobre todo de los barrios populares. Trabajan 12 horas semanales porque “la idea tampoco es sacarles de sus changas. Ellos reciben el Salario Social Complementario; pero sabemos que la situación económica está muy difícil, entonces tienen la posibilidad de estar dentro de la cooperativa, produciendo sus propios alimentos, y además seguir con las changas que consiguen afuera para ayudar a sostenerse económicamente”, dice.
Consumir y también ayudar a otros
La militante agrega que se trata de no alterar nada de la vida cotidiana de las familias. Le dedican unas horas de su tiempo a la cooperativa; pero no tienen un patrón, son independientes, plantan y cosechan para ellos. El proyecto busca generar sobre todo la soberanía alimentaria; y que cada grupo elabore sus propios alimentos, y dentro de la cooperativa también apuntan a la cuestión social, algo que consideran y está dentro del proyecto.
“La idea es que siempre quede algo que no se vende y se destine a lugares públicos, escuelas, jardines, merenderos, clubes; o para la gente que no tiene la posibilidad de plantar, o no tiene fuerzas ni recursos, como muchos abuelos que están en una situación muy difícil, que ni siquiera compran un zapallito de tronco que para nosotros es muy común”, remarca.
Más de 20 hectáreas para producir
Comenzaron con la cooperativa en un predio de 18 hectáreas en Colonia Cazador en la Ruta 6, que se suman a otras más en Colonia Santa Rosa; en Villa Yerutí y en Roca Chica, donde ya están produciendo. “Hacemos las mudas, y la idea también es hacer nuestro propio abono a través de la cría de animales como cerdos, gallinas, conejos, etc, para producir no sólo alimentos básicos, sino algo más complejo y generalizado.
Dentro del proyecto también están previstas las frutas, que es algo muy importante y creemos que en Misiones se pueden plantar muchas frutas. Hay niños que por ahí no comen frutas porque sus padres no pueden comprar, y tampoco plantar porque hay barrios en los que no hay lugar para plantar frutas que necesita más espacio.
En los barrios populares se les hace muy difícil producir frutas; y en esto tratamos de incluir no sólo a tareferos y tareferas sino también a personas, técnicos capacitados justamente para ayudarlos a ellos y a mí, porque yo también aprendo todos los días, cómo armar una planta de durazno, de naranja, por ejemplo, hacer injertos, todo lo que sea frutas. Ya tenemos a dos o tres que están capacitados, y que se prepararon para capacitar, y de esa forma llevar adelante nuestro proyecto de la forma más rápida posible”, indica.
La importancia de capacitar a todos
Los integrantes de la cooperativa sostienen que este emprendimiento de huertas será cada vez más sólido, porque la idea es permanecer, perdurar en el tiempo. “No es que arrancamos, lo hacemos un tiempo y si no funciona lo terminamos. No, la intención es formar un trabajo cooperativo que sirva para que las familias tengan una salida laboral; capacitarlos y que estén preparados para seguir después. Y que haya tres o cuatro dentro de cada producción que logremos organizar y orientar justamente a resto del grupo, y que de a poco aprendamos todos, y todas y de ese manera haremos más rápido cualquier producción que se nos presente en las huertas y con los animales”.
En cada paso que impulse el proyecto cooperativo, está pensado organizar de la mejor manera posible para que sea un éxito. “De mi parte estoy segura de que esto que ya está funcionando, cambiará la vida de muchas familias; de a poco, todos los días vamos a fomentar más esto, y ojalá haya más lugares donde prenda esta iniciativa porque Misiones es muy rica en tierras, en abonos, en semillas. Sólo hay que ponerle ganas y producir”, comenta.
Ningún alimento de la cooperativa será con químicos
Sobre la cooperativa, Nidia enfatiza que tienen muy claro todo los que se generen en la tierra será sin la utilización de venenos, que sea totalmente sano, libre de químicos.
“Creo que los chicos consumen mucho veneno, comenzando por las frutas que suele tener muchos químicos. Por ahí escuchamos que alguien dice “comió una sandía y le hizo mal”. No, no le hizo mal la sandía, es que estaba envenenada, y eso sucede en todos los lugares. En Roca fumigan la sandía y la venden así porque justamente sale más rápido y se ve más linda y vistosa; pero en realidad el veneno que le ponen perjudica la alimentación de nuestros hijos, y cuando llegan a adolescentes ya tienen problemas de hígado, o cualquier enfermedad en la sangre. Por eso también existen tantas enfermedades en la piel, los chicos son muy sensibles, y los estamos formando sin darnos cuenta, con la práctica de que consuman veneno. Queremos eliminar esa costumbre”, reflexionó la militante y cooperativista y emprendedora.
Concientización sobre producción saludable
En ese sentido Nidia Pintos tiene muy clara su postura sobre producir alimentos sanos. “Creo que la gente cada vez va tomando consciencia de hay que plantar y consumir frutas y verduras sin usar veneno, porque generan enfermedades. Yo tengo esperanzas que todos lleguemos a no usar agroquímicos, quizás mis ideas son muy ideales, pero no voy a cambiar. Esta es una oportunidad para los que integramos esta cooperativa, y ojalá puedan aprovecharla produciendo sano, para comercializar y para el propio autoconsumo.
No depende tanto de mí, sino de la voluntad de las familias, y lo voy a enseñar en mi tarea es organizar y concientizar; pero el empeño es de ellos, con la convicción de que es posible alimentarse mejor, trabajar, producir para salir adelante. Claro que al principio será una entrada económico mínima; pero no importa, será una ayuda por lo menos para pagar la boleta de servicios, lo básico, y así cada vez irá mejorando. Estoy segura y es lo que quiero transmitirles”.
Dentro del proyecto de cooperativa entre todos hicieron un acuerdo que para ponerla en práctica, se requiere una gran inversión. Nada se puede hacer sin invertir desde la semilla en adelante, después sembramos, están las plantitas, crece la producción y piensan comercializar puerta a puerta, en ferias y el Mercado Concentrador, etc.
“Pero sin fondos no se puede hacer nada. Entonces, con la ayuda del diputado (Martín) Sereno que nos donó algunos elementos para el invernadero, y de los que perciben el salario complementario, que aportan un monto a la cooperativa, vamos juntando peso sobre peso y con eso compramos lo que necesitamos. Así estamos funcionando y esperamos seguir creciendo”, dice Nidia, muy esperanzada.

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