La irrupción de la inteligencia artificial (IA) y los sistemas automatizados en los procesos de selección laboral ha transformado profundamente la búsqueda de empleo, en ocasiones generando obstáculos inesperados para los aspirantes. Cada vez hay más “muros invisibles” entre las personas y las oportunidades reales. 

La IA se impone en la contratación

En cuestión de unos años, las empresas han cambiado radicalmente su forma de reclutar. Cerca del 80 % de ellas ya usan inteligencia artificial en sus procesos de selección. Estos sistemas, llamados ATS (Applicant Tracking Systems), sirven para filtrar currículums de forma automática y así ahorrar tiempo. En teoría está bien; menos trabajo manual, más eficiencia. Pero la realidad es que esa misma tecnología está dejando fuera a muchas personas antes de que alguien pueda siquiera leer su candidatura.

El fenómeno del “muro invisible”

Lo que ocurre es que estas máquinas actúan como un primer portero, y  si no cumples con lo que buscan al pie de la letra, no pasas. No es que no valgas, es que directamente no te ve nadie.

Las reglas que aplican son duras y bastante rígidas. Si tu CV no tiene las palabras que la máquina espera, o si no usas el formato adecuado, estás fuera. Además, hay muchas candidaturas; una sola oferta puede recibir cientos o incluso miles de CV en apenas un día.

Y lo más paradójico es que esas máquinas se centran en detalles técnicos pero no detectan cosas tan importantes como la actitud, la motivación o el potencial.

¿Por qué se alargan los procesos?

Otra consecuencia clara de esta automatización es que todo va más lento. El tiempo medio para conseguir una oferta ha pasado de 56 a casi 69 días en tan solo unos meses. Antes, si tenías un perfil razonable, podías avanzar rápido. Ahora, muchos procesos se estancan en las primeras fases.

Los reclutadores están saturados, reciben demasiadas candidaturas y buena parte de ellas están generadas automáticamente por otras IA. Las máquinas filtran de forma tan exhaustiva que muchas veces solo queda un grupo muy pequeño… que luego no siempre encaja bien en las entrevistas humanas. Y entonces hay que volver atrás, abrir de nuevo el proceso y repetir.

Adaptarse al nuevo “juego” laboral

Aunque pueda parecer un panorama complicado, hay formas de adaptarse. Lo primero es entender que no basta con tener un buen currículum, también hay que “traducirlo” para que la máquina lo entienda. Eso implica usar palabras clave adecuadas, cuidar el formato y dejar claro lo esencial.

También ayuda preparar bien las entrevistas presenciales o en vídeo, y no solo centrarse en la experiencia técnica. Mostrar energía, interés y encajar con la cultura de la empresa cuenta más de lo que parece.

Y, sobre todo, conviene diversificar. Hoy en día hay muchas maneras de aprender y de ganar visibilidad. Algunas personas, por ejemplo, aprovechan espacios digitales que, aunque nacieron como entretenimiento, pueden servir también para entrenar habilidades mentales y estratégicas, como un casino online donde puedes vivir experiencias distintas y entrenar tu agilidad mental.

Un terreno que no deja de moverse

Nada de esto es estático. Las herramientas de IA siguen evolucionando, y lo mismo pasará con la manera en que filtran y seleccionan. La inteligencia artificial tiene mucho sentido en otros ámbitos como los juegos de ruleta online o videojuegos, pero trasladar esa misma lógica al mundo laboral es diferente. Los candidatos también tendrán que evolucionar: aprender a destacar, adaptarse a nuevos formatos, ser más creativos en cómo se presentan.

El futuro del trabajo está en un equilibrio entre tecnología y humanidad. Saber manejar ese equilibrio será fundamental.