Strikell, violines con madera made in Misiones que se exportan al mundo
Según Wikipedia, la lutería, luthería o laudería es la actividad consistente en fabricar, ajustar o reparar instrumentos musicales de cuerda frotada y pulsada, particularmente violines o guitarras. No obstante, este concepto resulta insuficiente para describir la labor de estos artesanos que crean otros instrumentos para producir más arte y a lo que decidió dedicarse, hace unos años, Jonathan Keller, un joven artista, productor y luthier montecarlense de 32 años que reside actualmente en Buenos Aires y logró insertar su producto al mercado internacional, a través de su empresa Strikell.
Desde muy joven, Johnny, sentía pasión por la música y todas las expresiones artísticas relacionadas, en su Montecarlo natal. Cuando era pequeño era parte del ballet Raíces Nuevas de El Alcázar, con quienes llegó a competir en cuartero de malambo, en festivales como el Laborde de Córdoba y fue terminando la escuela secundaria, cuando decidió que se dedicaría al arte y emigró a Oberá para estudiar el Profesorado de Música en el Instituto Superior del Profesorado de Arte de Oberá (ISPAO).
Luego, durante su cursado en el ISPAO, tuvo la posibilidad de viajar con el ballet por Alemania, Italia, Turquía y Chipre como violinista y con el acompañamiento de Fausto Rizzani. Luego de egresar, en el 2015, volvió a Montecarlo para ejercer como docente, donde incluso llegó a armar una academia de violín. En paralelo a esto, Johnny tiene un gran interés en las producciones audiovisuales, por lo que decidió filmar, junto a su novia, una versión en su instrumento de la canción de Leonard Cohen, Halleluja.
“Ese video llegó a manos de una excelente persona, Agustín Trajtenberg, quien me ofreció la posibilidad de venir a vivir Buenos Aires. Gracias a ello pude arrancar mi carrera como artista acá, arme una pequeña productora y comencé cursos de luthería en el cual logré diseñar el violín que actualmente estamos vendiendo”, explicó Johnny que advirtió que esta actividad hizo que se limitara a su trabajo de producción para enfocarse full time a la construcción de violines.
Trajtenberg cumpliría un rol fundamental en el crecimiento profesional de Johnny, ya que lo ayudó a instalarse en la capital, a conseguir contactos y es, actualmente un inversionista de la marca Strikell. “El proyecto, que había iniciado como un hobby para construir una idea, terminó siendo un emprendimiento, para el cual era necesario darle nombre al mismo, de ahí nació Strikell el cual fue idea de mi madre y una forma de honrar a mis padres, ya que es la unión de mi apellidos materno Strieder y paterno Keller”, advirtió.
Los orígenes
El proyecto de violines eléctricos nace al conocer al Luthier de instrumentos eléctricos Ale Gard en marzo del 2019, al cual había llevado un charango que había estado construyendo por muchos años y un poco frustrado por no poder terminarlo, prefirió pedir ayuda para terminarlo. “Al finalizar ese proyecto con éxito, Ale Gard me ofrece clases de luthería para poder construirme lo que sería mi primer violín eléctrico. Así que a fines de Marzo comienzo a diseñar un primer boceto de como me imaginaba el violín”, advirtió.
Para Johnny debía tratarse de algo original, que mezclara lo moderno con lo clásico, por lo que les surgió la idea de incorporar piezas hechas en impresión 3D, para fusionarlas con el diseño en madera. “En un principio parecía una locura, algo muy complejo de fabricar y sobre todo de plasmarlo en la realidad. En ese momento, luego de tener la idea general y un plano con medidas necesarias, envíe el proyecto a la empresa CHE3D, los cuales llevan a cabo proyectos en impresión 3d”.
En paralelo, arrancaron a construir en madera, junto a Ale Gard, lo que sería la estructura base del violín, sin tener aún las piezas 3D. Para ello utilizaron madera misionera, como ser Cancharana, Guayubira y Guatambú y utilizando la técnica de multilaminado, muy utilizada en guitarras eléctricas y que les permitió tener un instrumento más flexible y con una mejor propagación del sonido por todo el cuerpo.
Al pasar unos meses, luego de tener un primer prototipo finalizado, en mayo de ese mismo año, Agustin Trajtenberg vio el proyecto y decidió impulsar la idea a un nuevo nivel, sumándose como inversor. “Esto permitió que se logre mejorar los prototipos y llevar la fabricación a lo último en tecnología y vanguardia sumando maquinaria CNC y mejorando las piezas 3d junto a Che3D con una precisión y eficiencia aún mayor a las creadas en un principio”, recordó.
Con esta inversión también nació la idea de darle una identidad a cada violín, para que no sea solo un instrumento más de cuerda frotada, sino que tenga un valor adquirido por su identidad. Utilizando diferentes combinaciones de maderas y colores en impresión 3D se diseñaron los tres primeros modelos: TERRA, SALINE y NATURE.
SALINE: Inspirado en las llanuras del altiplano, el Saline, incorpora un color sobrio e imponente como la pureza del blanco. Su armonía con las maderas permite entrever un instrumento muy amable, cálido y con carácter de grandeza.
NATURE: Como su nombre lo indica, fue inspirado en la naturaleza, tiene mucha similitud al Saline ya que comparten el mismo cuerpo de madera de Cancharana, Guatambú y Guayubira, teniendo como jerarquía al Guatambú. Es un instrumento con un sonido muy cálido y con una estética que crea una sensación relajante de equilibrio, estabilidad y frescura.
TERRA: Su diseño nace de la tierra misma, creando un carácter agresivo de pertenencia. La tonalidad cobre transmite fuerza, crecimiento y experiencia. Desde un punto de vista positivo, el color bronce crea en el individuo un sentido de amor hacia los objetos. Las maderas seleccionadas para el cuerpo fueron cancharana, guatambú y guayubira, dándole jerarquía a la cancharana, lo que nos permite tener un violín más ligero con mayores prestaciones equilibrio y sustain.
De Montecarlo al Mundo
Luego de sesiones de fotos y videos, una pandemia, después de muchas pruebas e intentos fallidos y siete prototipos, finalmente los violines se encontraban en su etapa final. Es así que, en Agosto del 2021, existió la posibilidad de viajar a Estados Unidos ya teniendo listo los tres primeros modelos.
“Yo viaje con tres violines conmigo y fui a diferentes casas de música básicamente a mostrarlos, a ver sus opiniones, que consejos podría conseguir para mejorar los violines a futuro, en todas me recibieron muy bien, fui a casas en Los Ángeles, en Las Vegas y en Carolina del Norte, en Durham”, recordó Johnny y explicó que en Carolina del Norte está la casa de violines más famosa del mundo, el cual se dedican a la venta específica de violines eléctricos y exportan a 90 países.
“En las casas que fui de Los Ángeles y Las Vegas apuntaban más a violines tradicionales de orquesta y es por eso que ninguno me ofreció para vender los instrumentos aunque si fueron muy amables probando el violín y dándome sus opiniones y devoluciones”. Fue en la tienda Electric Violin Shop de Durham, donde estuvieron interesados en adquirir los instrumentos que llevó Johnny al país.
“Gracias a esto tuve la posibilidad de conocer a uno de los violinistas eléctricos más famosos del mundo como Matt Bell, quien probó y testeó todos los modelos existentes de fabricantes y luthiers de violines en el mundo en su tienda”. Fue tan bueno el feedback con Matt que, junto al equipo de Electric Violin Shop, le ofrecieron la posibilidad de vender los instrumentos de Strikell en su tienda, que tiene un alcance a más de 90 países, siendo la más famosa en el mundo.
“Lastimosamente en el viaje a Estados Unidos uno de los violines viajó en mi valija y llegó rajado en una parte, jamás lleves un instrumento en valijas de viaje entre la ropa”, rememoró entre risas. Por esto motivo, a pesar de poder mostrarlo porque seguía funcional, no lo pudo vender por la lesión del mástil. Del mismo modo, otro de los violines que había llevado había queda con el mástil levemente más ancho de lo recomendado y era algo incómodo para usarlo, por lo que tampoco consideraba correcto venderlo.
A pesar de esto, el tercer instrumento si se encontraba en óptimas condiciones y sin ningún problema, por lo que lo dejó al local para que lo vendan y no tardó un mes en irse, en manos de la reconocida violinista libanesa, que actualmente reside en Las Vegas, María Bassil. “La idea es enviarles más violines, una vez finalizada la Feria de Música en la Rural, que se llevará a cabo en septiembre. Incluso sumar los de cinco cuerdas que es algo muy original y que están de moda”.
De esta manera, esperan enviar unas primeras ocho unidades, para que lo tengan en el catálogo web de Electric Violin Shop, que serían las tres anteriormente nombradas, más la edición black. Cada modelo tendrá su variante de cuatro y de cinco cuerdas, tendrán un valor de 1.600 dólares para compradores argentinos y de 2.000 dólares para clientes extranjeros, como es el caso de esta tienda norteamericana.
A pesar de haber iniciado con la guitarra, habiéndose recibido de profesor de música con orientación en este instrumento, el violín siempre fue su instrumento predilecto por su sonido. La gira europea junto al ballet, en el 2013 terminó de convencerlo por las cuatro cuerdas con el arco y de proponerse objetivos dentro del mundo de este dulce instrumento.
“Sueño con ver violinistas famosos del mundo con los violines Strikell. Ya de por si, ver a otra persona, de otro lugar, con otras culturas, usar algo que vos lo construiste con tus manos, con mucho amor y dedicación no tiene precio realmente, es muy difícil explicar la sensación de alegría que produce. Además de que te abre muchas puertas a conocer gente en el mundo a fin a lo que a uno le gusta”, finalizó Johnny que actualmente vive el sueño que se propuso de joven… o tal vez un poco más.