Dislexia, efeméride que recuerda que hay educación especial

Día Internacional de la Dislexia, dificultad para el aprendizaje de la lectura, una cuestión neuropsicológica y neuroeducativa: formar especialistas idóneos.

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Día Internacional de la Dislexia, dificultad para el aprendizaje de la lectura, una cuestión neuropsicológica y neuroeducativa: formar especialistas idóneos.

El término dislexia fue utilizado por primera vez en 1887 en Alemania para describir un trastorno severo en la lectura atribuible a posibles causas neurológicas o visuales; sin embargo; en 1878 el neurólogo Adolff Kussmaul diagnosticó con “ceguera de palabras” a quienes reportaban problemas lectores por daño cerebral; en 1896, Pringle Morgan le dio en Inglaterra el nombre de “ceguera verbal congénita”: datos relevantes para el Día Internacional de la Dislexia.

La dislexia es una discapacidad específica del aprendizaje de origen neurobiológico. Se caracteriza por dificultades en la seguridad y/o el reconocimiento fluente de palabras y por baja habilidad en el deletreo y decodificación. Estas dificultades típicamente son el resultado de un déficit en el componente fonológico del lenguaje, frecuentemente inesperado en relación con otras capacidades cognitivas y la provisión de instrucción efectiva en clase.

Las consecuencias secundarias pueden incluir problemas en comprensión lectora y reducir la experiencia lectora, los cuales pueden impedir el aumento de vocabulario y del conocimiento general.

En 1925 el neurólogo estadunidense Samuel Orton, relacionó el nivel intelectual con la capacidad de aprender a leer, y explicó esta dificultad como efecto de una deficiencia entre la corteza visual y el área de asociación cerebral, proponiendo una educación especial para estos casos.

La definición auspició un hito en la historia del estudio de la patología, ya que desde entonces el problema ya no fue visto sólo desde el campo médico; sino que se desplazó al campo educativo; por lo que entre los años de 1930 a 1960, se hicieron intervenciones y estudios psicoeducativos multisensoriales dejando de lado el enfoque neurológico; de tal forma que hasta 1980 el abordaje era psicoeducativo.

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A esta altura de las investigaciones y aportes, se llegó a pensar que la dislexia era resultado de la ineficacia de los métodos de enseñanza.

No fue sino a partir de la década de los ’80 y los ’90, que el boom de las neurociencias posibilitó establecer un diálogo entre los campos neurocientíficos, psicológicos y educativos que hasta el día de hoy siguen aportando con investigaciones y trazando la línea hacia un continuo inter y transdisciplinario.

Resulta interesante ver que la trayectoria histórica al estudio de la dislexia es coherente con la perspectiva epistemológica de la época. ¿Por qué?

  • Porque la dislexia inició en estudios médicos con base a evidencia en el contexto de l Positivismo de fines del siglo XIX y principios del XX, que legitimaba el conocimiento a partir de la evidencia objetiva; Porque se modificó hacia una perspectiva más cognitiva y escolar durante gran parte del siglo XX; propio del pensamiento de la época que se abrió hacia la diversidad de las ciencias humanas.

Sin embargo, para fines del siglo XX, se retoman las bases biológicas desde una perspectiva neurocientífica gracias a los avances de las tecnologías de estudio del cerebro; pero en dialogo estrecho con otras ciencias, entre las cuales se integran las humanas.

  • ¿Qué sucede dentro del cerebro ante dislexia?
  • ¿Cuál es la relación fonema-grafema?

Los estudios por neuroimágenes en el funcionamiento cerebral vinculado al comportamiento del sujeto disléxico, revelan las características de diversos procesos cognitivos multimodales disfuncionales ubicados en ambos hemisferios cerebrales, en estructuras cortical es y subcorticales, e incluso en zonas cerebelosas.

Sin embargo, la coincidencia de estas investigaciones neuropsicológicas sobre la dislexia tienen que ver con la alteración

  • del hemisferio izquierdo en la región temporoparietal, encargada de analizar palabras, acceder al léxico comprensivo y los procesamientos fonológicos;
  • de la región frontal inferior, vinculada al procesamiento visual y ortográfico de las palabras; y
  • de la región temporoocipital y basal temporal, que permite la conversión de fonema-grafema, las secuencias fonéticas y la memoria de trabajo verbal.
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Todas apuntando como núcleo central al procesamiento fonológico, lo cual respalda la teoría fonológica en la comprensión de la dislexia.

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