Foto Elías Dias.

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El INYM estimó el costo de producción en $423, pero el productor cobra menos de la mitad

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El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) actualizó el costo de producción del kilogramo de hoja verde puesta en secadero, que asciende ahora a $423,99, según la matriz de costos aprobada por el Directorio del organismo. La cifra surge de la actualización bimestral que realiza el INYM y fue previamente analizada por la Subcomisión de Costos, que evalúa los principales componentes del proceso productivo. La evaluación sirve como referencia, ya que el organismo no puede fijar precios tras la desregulación que impuso el presidente Javier Milei.

Este nuevo valor reemplaza al anterior, fijado hace dos meses en $411,46, lo que representa un incremento del 3,05 por ciento, en línea con la evolución de la inflación del período. Se trata de un costo bruto promedio, es decir, no incluye los márgenes de utilidad del productor. Si a ese valor se le suma un 30 por ciento de rentabilidad razonable, el precio técnico de referencia ascendería a $551,19 por kilo de hoja verde puesta en secadero.

Brecha creciente entre el costo real y los precios pagados

A pesar de la actualización, los precios reales que se pagan en el mercado continúan muy por debajo de estos parámetros. En la zona Centro-Sur de Misiones, la hoja verde se paga alrededor de $180 por kilo; en el Norte, cerca de $280; y en el caso de las cooperativas, los valores rondan los $305.

Esto implica que el productor recibe entre un 40 y un 65 por ciento menos de lo que debería percibir según el costo de producción actualizado, e incluso la mitad del valor que permitiría una rentabilidad mínima.

Financiamiento inaccesible y presión sobre los secaderos

El escenario se agrava por las tasas bancarias que superan el 190 por ciento anual para girar en descubierto o financiar la compra de materia prima. Los secaderos intermedios -que dependen de líneas de crédito para sostener su operatoria- enfrentan una situación límite, ya que resulta inviable financiar la zafra en esas condiciones. En algunos casos, el aporte de la Provincia permitió cobrar los cheques posdatados al valor nominal, pero para eso, había que cumplir el compromiso de pagar un precio superior a los 300 pesos y tener documentos fiscales en orden, que no todos pueden mostrar.

La combinación de altos costos, precios deprimidos y financiamiento inaccesible amenaza a parte de la cadena yerbatera, especialmente entre los productores y secaderos chicos o medianos, que no cuentan con respaldo financiero para sostener la actividad.

Mientras el INYM mantiene su tarea técnica de actualización de costos, la falta de un precio sostén efectivo y la desregulación del mercado profundizan la brecha entre el valor de referencia y el precio real de comercialización.

Por eso, el sector atraviesa un período de alta tensión, ya que los productores venden por debajo del costo, los secaderos operan al borde del endeudamiento y la sustentabilidad económica de la actividad se encuentra en riesgo si no se corrige la distorsión de precios en los próximos meses. El único sector que tiene saldo positivo es el exportador, ya que los envíos al mundo crecieron.

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