El laboratorio que clonó a “Dolly”, creó pollos resistentes a la gripe aviar
Gracias a la edición genética realizaron una prueba, que aún deben perfeccionar para una protección total y enfrentarse a los retos de su aplicación práctica.
En el laboratorio donde se clonó a “Dolly”, en el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, se desarrolló mediante la edición genética pollos resistentes a la infección por gripe aviar. Este virus letal para las aves, se lo considera muy evasivo a las vacunas cambiando con rapidez las proteínas de su superficie que reconoce el sistema inmune. Por ello este prestigioso avance de un grupo de investigadores, es prometedor.
La Revista Nature, hoy tiene los resultados de esta investigación sobre el potencial de modificar pequeñas secciones de ADN de los pollos, para evitar, aunque solo en parte, la infección por este virus.
La gripe A necesita una proteína de las células de los pollos, la ANP32A, para replicarse. Gracias a la técnica de edición CRISPR, el equipo de científicos, liderado por Mike McGrew, investigador de la Universidad de Edimburgo, logró modificar el gen que produce la proteína en las células germinales de los pollos, algo que les permitiría transmitir el cambio a su descendencia. De esta forma, se crearon animales que apenas se infectaron de gripe cuando se les expuso a otras aves con el virus (solo 1 de 10 adquirió el virus) y no contagiaron después a otros pollos.
Los autores explican que el virus se adaptó al cambio y pasó a utilizar otras dos proteínas de la misma familia (ANP32B y ANP32E) para continuar replicándose, aunque con menos eficiencia. Esto hizo que los autores probasen la edición de dos genes más, consiguiendo así detener la progresión del virus en los huevos. Aunque no llegaron a dejar crecer pollos con esta triple edición, los autores creen que tendría efectos secundarios nocivos sobre la fecundidad de los animales, su capacidad para ganar peso o la protección frente a otras enfermedades, algo que haría imposible su aplicación práctica. Aun así, consideran que es una prueba de concepto de que es posible utilizar esta técnica para proteger de la infección por gripe A.
Lluís Montoliu, genetista del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, ,valora esta investigación como anuncio de un futuro en el que se puedan generar “animales resistentes a infecciones por gripe, que requerirán no una, sino varias modificaciones genéticas”. “Generar más de una modificación en un mismo animal hubiera sido todo un reto hace unos años”, explica. “Ahora es mucho más sencillo con las herramientas CRISPR de edición genética”, añade. Según explica el investigador, estas técnicas permiten trasladar “mutaciones existentes ya en la naturaleza”, porque “hay pollos resistentes a gripe con dos mutaciones en ANP32A, a la producción de aves editadas”. “Aprovechamos la variabilidad genética existente para generar resistencias”, resume.
Por otro lado, uno de los resguardos de los investigadores es que, al conseguir introducir mutaciones protectoras sin crear animales menos productivos, deben asegurarse que un virus tan versátil como el de la gripe no tome direcciones peligrosas. Cuando le quitaron su proteína ANP32A, los virus se adaptaron para utilizar proteínas de la misma familia que se encuentran en humanos. Según explica Wendy Barclay, investigadora de Imperial College London y coautora del trabajo, “esto no significa que podría infectar a humanos, pero debemos ser cautos para no facilitar adaptaciones del virus que lo hagan más peligroso de lo que es”.
Una vez superados los problemas y riesgos de la edición, la aplicación práctica, como reconoce McGrew, tendría que superar otras dificultades. “Se producen unos 70.000 millones de pollos al año. Para llegar a esa cifra, empiezas con unos 100.000 en la cúspide de una pirámide reproductiva que vas expandiendo durante cuatro años. Empezarías editando a los animales de la cúspide para que luego se reprodujesen transmitiendo la resistencia a su descendencia”, explica. “Pero los pollos no son como otros animales, en los que un macho se aparea con 100 hembras. Es, más bien, 100 con 100, y meter tantas ediciones va a ser algo difícil”, reconoce.
Víctor Briones, investigador del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, considera que es “una prueba de concepto interesante”, pero cree que su aplicación solo sería posible “en la avicultura industrial”. Además, recuerda, “los grandes reservorios -del virus- son las anátidas (aves, habitualmente migratorias, de la familia de los patos)”. Aunque introducir este tipo de cambios genéticos en aves salvajes parece difícil de hacer realidad, McGrew señala que los tres genes modificados “se encuentran conservados en todas las especies de aves y esa edición debería funcionar con cualquier especie”. Incluso entre los pollos domésticos, la gran cantidad de variedades haría necesario que los cambios se introdujesen por separado en cada una de ellas. Los autores trabajan ahora en la resolución de estos y otros problemas para convertir en una solución práctica, un interesante trabajo científico.