El Soberbio: La abandonó con 2 hijos, formó otra familia y ahora la hizo desalojar por la Justicia para quedarse con un cotizado terreno

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A veces la ley, además de ser ciega, no parece para nada justa.
Si no que lo diga Gladis Ferreira, una mujer de 60 años, que usa muletas para desplazarse por un problema en las caderas, y que hoy lunes está aguardando un camión para llevarse sus pertenencias de la casa donde crió a sus dos hijos sola, sin ayuda del padre, contra viento y marea.
Esta señora vive en El Soberbio y hace 13 años su marido (un ex gendarme) la abandonó para irse con otra mujer más joven y formar una nueva familia. Gladis quedó a cargo de sus dos hijos y tuvo que hacer frente a la crianza sola, sin ningún aporte del hombre.
Con esfuerzo logró construir la casa donde viven, que está asentada sobre un terreno que estaba a nombre del ex marido. El hombre nunca aportó para la manutención de sus dos hijos.
Sin embargo, ganó un largo juicio para que le restituyan el terreno y ahora el juez en lo Civil y Comercial de Oberá, Alfredo Cassoni, libró la polémica orden de desalojo para ejecutar la sentencia.
La orden es polémica, además, porque contraviene una ley provincial que protege a personas como Gladis, quien está inscripta en un padrón del IPROHDA que protege a un grupo de personas con determinadas características de vulnerabilidad social contra órdenes de desalojo de este tipo.
“Sin embargo, el juez prosiguió adelante con la orden de desalojo que se iba a realizar el lunes pasado y al final se pasó para hoy”, dijo a Economis, el abogado de San Vicente, Marcelo Boilini, que representa a Ferreira.
Boilini dejó en claro que a pesar de que es polémica la sentencia de fondo que le restituye el terreno al hombre, lo que está en tela de juicio es la ejecución de esa sentencia con el desalojo por estar Ferreira protegida por esa ley provincial.
Discapacitada
Ferreira usa muletas, vive sola porque sus hijos se fueron a trabajar a otras provincias, y subsiste gracias a una pensión por discapacidad. Usa muletas hace años cuando una operación de caderas no tuvo los resultados esperados.
El terreno sobre el que se asienta su casa es de 17 metros por 75 de profundidad, y queda sobre la calle San Martin, una de las principales del casco urbano de El Soberbio, a una cuadra del popular autoservicio Ceferino y escasos metros de la Costanera que da al imponente río Uruguay.
Ese tipo de terrenos, en poblaciones que crecieron exponencialmente como El Soberbio, suelen ser muy codiciados en el mercado inmobiliario.
 

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