El té verde misionero conquistó a catadores del mundo
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El té misionero volvió a hacer historia y se consolida como una propuesta fuerte para la producción gourmet en la región. Es que, un té verde elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en su estación experimental de Cerro Azul volvió a posicionar a Misiones en lo más alto de la calidad internacional, consiguiendo el primer premio en la Cuarta Competencia de Tés Artesanales de Sudamérica, organizada por la Academia Pei Chen Tea Palace, una institución con sede en Taiwán que reúne catadores y productores de todo el mundo.
Aunque el foco del reconocimiento esté puesto en la calidad del producto, desde el INTA remarcan que el verdadero objetivo de estas participaciones no es competir por premios, sino mostrar el potencial productivo de Misiones y generar interés en una línea que viene creciendo: el té gourmet.
“No nos presentamos a estas competencias para ganarlas y que el INTA brille”, sostuvo el ingeniero agrónomo Guillermo Arndt, técnico del INTA y responsable del proyecto. “Lo hacemos para que se pueda visualizar el trabajo que realizamos y que se dé a conocer el potencial de los materiales genéticos que tenemos, que están disponibles para los productores”, explicó a Economis.

La estrategia es clara: poner a disposición del sector privado una base genética de calidad para que pequeños y medianos productores puedan diversificarse y apostar por tés de mayor valor agregado. Actualmente, el INTA cuenta con 24 cultivares inscriptos en el INASE. “Los interesados pueden acercarse a nuestras oficinas, llamar o consultar para acceder a estos materiales”, invitó el técnico.
Este modelo de transferencia tecnológica y acompañamiento ya empieza a mostrar resultados. Productores que antes se dedicaban exclusivamente al té convencional para exportación, hoy están explorando nuevas líneas de elaboración artesanal, que incluyen desde tés verdes, blancos y rojos, hasta blends con ingredientes de la selva misionera.
El auge del té gourmet responde, en parte, a un cambio de tendencia en el consumo global. Al igual que ocurrió con el café y el vino, los consumidores de té -especialmente en mercados como el europeo y el asiático- valoran cada vez más las características sensoriales, el origen y los métodos de elaboración.
En este contexto, Misiones tiene una ventaja comparativa: una diversidad genética desarrollada localmente, un clima subtropical que favorece la producción durante todo el año y una tradición cultural ligada a la infusión. “La clave está en combinar ese saber tradicional con procesos cuidados, cosechas selectivas y técnicas artesanales. Eso es lo que buscamos mostrar con este tipo de elaboraciones”, enfatizó Arndt.
Un té verde de carácter único
La muestra premiada fue un té verde en hebras, elaborado con una técnica de inspiración china, con corte enzimático y enrulado en wok de chapa, un método tradicional que aporta características únicas al producto. “Es un clon desarrollado por nosotros, uno de los 24 materiales genéticos que tenemos inscriptos en el INASE”, precisó Arndt.

El jurado internacional, compuesto por más de 40 catadores profesionales -incluidos expertos de Alemania, Taiwán, Estados Unidos, Brasil, Colombia y Perú-, destacó el color “totalmente verde” del producto, que denota una correcta aplicación del calor durante el proceso. Pero lo que realmente capturó la atención fue su “intenso aroma vegetal, equilibrado con bajo amargor, alto contenido de aminoácidos, buen enrulado, cosecha pareja y un retrogusto prolongado”.
Estas cualidades sensoriales fueron evaluadas con una planilla de puntuación que va de 0 a 100. Según la escala internacional de la competencia, un té que supera los 70 puntos es considerado gourmet, mientras que los que alcanzan entre 80 y 90 puntos ingresan a la categoría de “especialidad”. “Y si se pasa la barrera de los 90 puntos, estamos hablando ya de un té de excelencia, lo que es muy difícil de lograr”, explicó el especialista.
“El año pasado también obtuvimos el primer lugar en té verde, pero esta vez no solo revalidamos el título, sino que nos superamos a nosotros mismos. Esta es la primera vez que un té verde de Sudamérica alcanza este nivel”, subrayó Arndt con orgullo.
Mirada hacia el futuro
Aunque el reconocimiento internacional lleva su nombre, Arndt no pierde oportunidad para remarcar que detrás del logro hay un equipo técnico comprometido. “Este trabajo lo realiza el equipo de Yerba y Té del INTA. Aunque figure mi nombre ahí, todos plantamos, cosechamos, analizamos datos. Es un equipo grande y que colabora en todo el proceso”, aseguró.
El proceso de participación en competencias internacionales también es colectivo: cada muestra enviada representa semanas de trabajo entre la cosecha, la elaboración y el análisis previo. Luego, los 200 gramos de muestra son fraccionados y enviados a los evaluadores de todo el mundo, que catan las infusiones sin saber su procedencia para garantizar objetividad.

“La idea es tener una opinión técnica, externa, objetiva. No se trata de que nosotros mismos digamos que el producto es bueno. Por eso es tan importante que un jurado internacional lo evalúe y lo ubique en una categoría de especialidad”, explicó el técnico.
Mirando hacia adelante, el equipo del INTA ya evalúa nuevas muestras y líneas de trabajo. “En el transcurso del año, si vemos algún material prometedor para otro tipo de elaboración, lo trabajamos y lo enviamos. Siempre con esa idea: que los catadores del mundo nos digan cómo estamos y qué podemos mejorar”, concluyó.
El premio
Con una puntuación de 81,2, el producto desarrollado por el equipo técnico del INTA logró superar los 80 puntos, lo que lo convierte oficialmente en un “té de especialidad”, una categoría reservada a las infusiones de altísima calidad.
Este nuevo reconocimiento es el tercero que recibe el organismo en competencias internacionales y el segundo consecutivo en esta categoría. Sin embargo, lo que convierte a este logro en un hito es que, además de imponerse ante sus competidores, superaron su anterior puntaje y, por primera vez, un té verde sudamericano supera esa barrera de excelencia y lo hace con una identidad productiva local.
Arndt explicó que esta premiación representa “mucho más que un galardón individual”, ya que para él es una oportunidad de mostrar “el potencial de los materiales genéticos que desarrollamos en el INTA y que están disponibles para los productores que quieran incursionar en el té artesanal y de calidad”.
Convertir este tipo de distinciones en motor de desarrollo económico para Misiones es el próximo paso. Para ello, se requiere seguir articulando entre el sector público y privado, generando espacios de formación, asistencia técnica y acceso a mercados especializados.
En los últimos años, Misiones viene dando señales de avance en ese sentido. Se multiplicaron los cursos de catado, las ferias de té artesanal y las experiencias turísticas ligadas a la infusión. Incluso, hay pequeños emprendimientos que ya exportan té gourmet en cantidades limitadas, apuntando a nichos exigentes.
El galardón obtenido por el té verde de INTA Cerro Azul es, en este contexto, mucho más que un premio. Es una señal de que la provincia tiene las condiciones para jugar en las grandes ligas del té internacional y que, con estrategia y acompañamiento, ese potencial puede traducirse en valor agregado, empleo rural y desarrollo sostenible.
