Empresarios que apoyan la destrucción y el desguace nacional

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No sorprende que ciertas dirigencias empresarias demostraran en forma desvergonzada y reiteradamente explícita que apoyan la destrucción masiva de la industria y el desguace nacional, sea con sus cómplices silencios ante destructivas medidas económicas, como también omitiendo las causas principalísimas de las actuales y vigentes medidas de industricidio explícito, a las que se agrega todo el contexto de genocidio económico, perpetrado todo ello con perversa fruición por los personeros de la antipatria. 

Parecería que se superaron todos los límites del descaro total, al expresar el titular de la UIA (Unión Industrial Argentina) -palabras más o menos- que “no hay botes salvavidas para todos”, al comparar el drama industricida actual con el naufragio del Titanic; eso ante la intencionalmente brutal batería de medidas que están provocando cierres masivos de empresas industriales. 

Con ese brutal enunciado, la UIA demuestra desentenderse y no importarle en absoluto los muchos y sucesivos cierres de industrias, varias de ellas muy relevantes y de reconocido prestigio. Peor aún, la UIA demuestra pasiva pero muy clara complicidad ante el muy evidente accionar industricida de libertarios y sus variopintos socios políticos. 

En el contexto actual, son muy claros los apátridas objetivos de destruir al Estado y buscar llevarnos -al como sea- al perimido y hoy inviable modelo de la Argentina de estructura política feudal y totalmente primarizada en lo económico, tal como en sincericidios explícitos, lo dijo el verborrágico actual presidente de la nación, al alabar y poner como objetivo reeditar aquella Argentina de fines del siglo XIX y comienzos del XX. 

Acorde a su ya inveterada costumbre de afirmar gruesas falsedades, mintió Milei al afirmar que Argentina era rica a comienzos del siglo XX, profundizando después la grosera falsedad, al afirmar que “éramos la principal potencia económica mundial”, lo cual es un disparate indefendible. 

En verdad había una oligarquía ahíta de riquezas, con la contrapartida de la enorme mayoría de la población sumida en la pobreza, cuando no en la miseria más abyecta, carente de todo derecho humano elemental, siendo además nuestro país, deudor crónico de la Banca Británica, operando en verdad como una suerte de protectorado del Reino Unido, que digitaba el poder real local, subordinado a mandatos y “sugerencias” del viejo imperio. 

Ese régimen se sostenía con una estructura legal y política muy corrompida, en la cual las elecciones se definían con el nada transparente sistema del voto cantado, en el cual los patrones podían presionar abiertamente a sus empleados y peones; estos últimos cosificados cuan bienes mostrencos, sujetos a la voluntad omnímoda de sus patrones de estancia. 

Los daños de aquel sistema político muy corrupto, afectaron también en gran medida al proceso inmigratorio que se quería impulsar, pues la descomunal repartija de tierras, fomentada y perpetrada en las presidencias de Mitre y Sarmiento, dejaron muy pocas tierras para ser asignadas a los inmigrantes, los que quedaron subordinados a la propiedad de las mismas, previamente acaparadas por la oligarquía creada precisamente por esa desmesurada concentración de la propiedad de vastísimas extensiones de las mejores tierras, principalmente en la fértil Pampa Húmeda. 

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En aquel esquema político – económico, impuesto desde Mitre en adelante, hasta la irrupción del Yrigoyenismo, el dogmatismo ultra liberal marcaba los estrechos límites de acciones “políticamente correctas” que estaban “recomendadas”, excluyéndose totalmente al desarrollo industrial y tecnológico, como también se omitía todo lo vinculado con el desarrollo social, primando la exclusión, la miseria generalizada y la pobre cobertura sanitaria y asistencial. 

A ese contexto, muy retrógrado y hoy inviable, nos quieren llevar a los empujones, como objetivo de mínima, los libertarios y sus cómplices políticos; pero queda muy claro que, de máxima, están buscando la disolución nacional, acorde a los dictados del NOM (Nuevo Orden Mundial), el cual apalancado en los poderes financieros transnacionales, y en buena medida apoyado por el Bloque de Poder Atlantista y su brazo armado la OTAN, busca la desaparición de los Estados Nacionales y la cosificación de las poblaciones. 

Debe recordarse que en las últimas tres décadas se perpetraron agresiones militares que desguazaron o destruyeron varios Estados Nacionales…con diversas excusas difundidas por los medios masivos de comunicación que forman parte del “poder blando” de los mismos bloques del Poder Mundial. 

La precedente afirmación respecto al NOM, que a algunos poco informados puede parecer no creíble, está avalada no solo por las destrucciones socio económicas masivas sufridas por otros países, y que con toda intención y alevosía están perpetrándose y agravándose día a día en Argentina; por la espiral de ajuste sin fin que quieren aplicar sin límites; por la vergonzosa subordinación a los dictados del Poder Financiero Transnacional (que pese a todo no los apoya con los masivos créditos adicionales que evidencian implorar libertarios y neoliberales); por el deplorable accionar en Política Exterior, pisoteando el accionar pacifista que nos había caracterizado, a lo que se agregan los involucramientos en conflictos que no nos pertenecen y que nada bueno nos pueden traer, lo que se agrava por subordinarnos a la muy agresiva OTAN, entidad militar que avala el accionar de soberbio neocolonialismo del Reino Unido, el cual además de los tres conjuntos insulares apropiados por la fuerza, pretende usurpar nuestros fundamentados derechos sobre la Antártida Argentina; no siendo tampoco temas menores la autorización de una base militar de EEUU en Tierra Del Fuego, y el control que se le cedió o permitió a la misma potencia en los tramos argentinos de la muy estratégica Cuenca Del Plata. ¡Vergonzosa sumisión con desprecio a nuestra soberanía! 

Volviendo al tema del empresariado “argentino” (parecerían vulgares mercenarios), y en particular a los entes que los nuclean, son impresentables sus posturas totalmente funcionales (léase cómplices) respecto a las políticas destructivas e industricidas del actual gobierno nacional y sus cómplices neoliberales cogobernantes. 

En particular, es notorio el apoyo a las políticas crudamente neoliberales, probadamente negativas para nuestro país (como sucedió en el “proceso”, en parte del alfonsinato, del menemato y del delarruato), por parte del “Círculo Rojo”, el cual involucra a los más poderosos empresarios, muchos de los cuales se beneficiaron con las estatizaciones de sus deudas externas, maniobra perpetrada por Cavallo, que nos endosó esas cuentas a todos los que formamos el pueblo argentino. 

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 Es vox populi que el accionar recurrente de muchos que forman en gran empresariado argentino, es fugar divisas al exterior, maniobras que quedaron al descubierto por los sonados casos de “Panamá Papers”, los que -según trascendió- también involucraron al expresidente y “exitoso empresario” Macri. 

La UIA y otros entes empresarios, guardan cómplices silencios respecto a las causas principales de la caída general del PBI y del brutal industricidio, las que se cita seguidamente: 

– El empobrecimiento masivo de nuestra población, causante de la caída general de las ventas, lo que afecta al comercio y la industria. 

– La apertura indiscriminada de las importaciones, reeditando nocivas medidas impuestas por la genocida dupla Videla – Martínez De Hoz, vuelve a ocasionar efectos muy negativos a la industria y a la economía nacional. 

– Los brutales aumentos de los servicios públicos y de los combustibles, acentúan los ahogos financieros de industrias en particular y de la actividad económica en general. 

– El atraso cambiario intencionalmente provocado por el endeudador serial Caputo, abarata los productos importados frente a la castigada producción nacional. 

– El irracional freno total de las obras públicas, incluidas aquellas que contaban con financiación externa asegurada (Atucha 3 e hidroeléctricas patagónicas), acentúa la recesión general aumentando la desocupación crónica, todo lo cual influye muy negativamente en la actividad económica, y con ello acentúa la caída abrupta de la producción industrial. 

– Las deficiencias en la infraestructura en general, provocadas por la falta total de mantenimiento y el parate de necesarias inversiones ya nos está afectando a todos, y será muy negativo en el corto plazo en el servicio eléctrico, lo cual será otro factor negativo para la ya castigada industria. 

– El listado no se agota. 

Deplorables son también muchos empresarios, que se enriquecieron en años de gobiernos afines a Lo Nacional y Popular, pero que por cerrados dogmatismos apoyan y avalan a libertarios y neoliberales apátridas, que los perjudican. 

Avalando la destrucción nacional, irracionales y de nulos razonamientos bien fundamentados, es el grueso de los uniformados, formateados negativamente por décadas de ideología “procesera”, que se dicen “muy patriotas” pero son simples patrioteros de bandera; que a puro himno y bandera declaman patriotismo, pero practican cipayismo, pues desde hace más de medio siglo, apoyan a neoliberales y recientemente a libertarios, cuyas acciones son marcadamente antinacionales. 

También aportan a las confusiones muchos de las “progresías”, que evidencian carencias profundas de conocimientos, suplantados por ideas huérfanas del necesario basamento nacional. 

Necesitamos volver a las enseñanzas de esclarecidos patriotas, como Jauretche, Scalabrini Ortiz, Aldo Ferrer, J. E. Guglialmelli y otros grandes referentes del Pensamiento Nacional. 

Estamos en serio riesgo de disolución nacional. 

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