En 2022 hubo récord de emprendimientos femeninos en Argentina
La presencia de mujeres se destaca por los montos de facturación, además de ser mayoría en las mipymes.
Pese a todo contexto y a una economía desafiante, en Argentina crece la cantidad de mujeres que se animan a lanzar sus propios negocios y emprendimientos. Los emprendimientos femeninos, en los últimos años crecieron alrededor de un 10% y los negocios liderados por mujeres facturas hasta un 20% más, de acuerdo a datos del sector privado.
De acuerdo a la plataforma electrónica para MiPymes, Alegra, en 2022 más del 60% de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) argentinas fueron dirigidas por mujeres. “Esta tasa representa un importante crecimiento en el emprendedurismo femenino del país, ya que si se comparan las cifras con 2021 y 2019 (previo a la pandemia) se detecta un alza en la cantidad de mujeres que deciden crear su propio negocio”.
El análisis sostuvo que la presencia de mujeres en los negocios, no solo destaca por ser mayoría en liderazgo de mipymes, sino por los montos de facturación que presentan.
Desde 2019, de acuerdo a la información recolectada por Alegra, los montos de facturación en empresas lideradas por mujeres, fueron “mayores en hasta un 20% en comparación a los montos facturados por empresas lideradas por hombres”.
¿Cómo es la mujer emprendedora argentina?
Los estudios detectaron que las mujeres entre 25 y 44 años, son las que más emprenden, al representar al 41% del ecosistema emprendedor femenino. “Sin embargo, las mujeres de entre 18 y 24 años también se están inclinando a la tendencia de crear sus propios emprendimientos, representando el 15% de la fuerza emprendedora femenina”.
El 80% de las mujeres emprendedoras viven en la provincia de Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fé y Mendoza, el 20%, en otros puntos del país.
Los sectores elegidos por mujeres para desarrollar sus emprendimientos, los más populares son los comercios minoristas, donde se destaca la venta de indumentaria y calzado; servicios personales, como peluquerías; los servicios profesionales, incluyendo contables, legales y de comunicación; y, finalmente, la gastronomía.