Estudió diseño industrial, hizo el servicio militar en Suiza, volvió y hoy es el joven empresario del año: “Hay que trabajar, la plata al final aparece”
El misionero Facundo Argañaras Machón, de 28 años, fue distinguido hoy como el joven empresario misionero.
Tras un largo proceso de evaluación y pre-selección, Argañaras Machón llegó a la final junto a otros cuatro empresarios y emprendedores de la provincia y finalmente fue distinguido por su innovación y el negocio que inventó junto a su novia y socia, Giselle Kleiben (27 años).
Argañaras Machón y Kleiben fundaron Tacurú Lab, un laboratorio que diseña prototipos de todo tipo de productos, desde una caja de té premium hasta un dispositivo para llevar bebidas en un automóvil.
“Damos soluciones de cualquier índole para fabricar un prototipo o un diseño, viene alguien con una idea para poner un producto en góndola, nosotros lo asistimos, le ayudamos a solucionar sus problemas de packaging, productivos, de diseño, de ventas, o de marketing con diseño de puntos de promoción (POP), nosotros formamos equipos de trabajo dependiendo de cada proyecto”, señaló.
Machón y Kleiben viven en Oberá, donde se recibieron de diseñadores industriales.
Ambos jóvenes percibieron que había una necesidad en muchos egresados, emprendedores y empresarios en desarrollar prototipos de productos, para luego fabricarlos en serie. “Estábamos entre dos universidades y no había un lugar para que ese emprendedor o diseñador salga y cuente con toda la tecnología junta en un sólo lugar”, señaló.
“El prototipo es fundamental para testear la idea comercialmente o conseguir financiamiento, nadie te financia si no ve el producto terminado, la verdad que vimos que en Oberá hay una masa de emprendedores muy grande”, afirmó.
Cajas de té, contenedores para líquidos y mucho más
Por ejemplo, desarrollaron unas cajas de té en hebras premium para Las Camelias. Ellos diseñaron, fabricaron los primeros prototipos, y luego le dieron los planos para que Las Camelias siga produciéndolo por su cuenta. Se trata de cajas en madera MDF con grabados. También hicieron cajas para Té de Misiones, en este caso con material multilaminado fenólico, también con grabados. Otro desarollo fue para un médico que tenía una patente para fabricar contenedores de líquidos, para que no se caigan en el auto. “Quería darle forma al producto y le desarrollamos el prototipo”, detalló.
¿Cómo lo hacen? Con una serie de máquinas como impresores en 3D y otros disposivos. La fabricación digital se realiza con máquinas que se mueven por órdenes que reciben de computadores con un software especial, con brazos robotizados, pero a partir de un diseño que se realiza para cada producto.
Cómo arrancar
“Teníamos unos ahorros, pero lo primero que hicimos fue pedir prestado a nuestros padres y familiares. Después si conseguimos un préstamo para emprendedores”, explicó Machón. “Lo que le digo a los emprendedores es que por más que no tengan capital, lo importante es tener ganas de trabajar, la idea y empujarla, hay muchas alternativas para obtener financiamiento”, señaló.
“Trabajamos bajo un concepto o una corriente mundial de makers que tienen su idea pero no tiene los medios para concretarla, nos asociamos con otros emprendedores y ayudarlos a desarrollar su producto”, explicó Argañaras Machón a Economis, tras la coqueta ceremonia de entrega de premios que tuvo lugar hoy en la Cámara de Representantes.
Argañaras Machón llegó a la Cámara sabiendo que era finalista, pero sin conocer -como el resto- quién iba a ganar el premio a Jóven Empresario Misionero del año que otorga la Confederación Económica de Misiones (CEM) con apoyo de la CAME.
Tacurú Lab tiene su taller a dos cuadras de la universidad de Diseño. “Arrancamos con los estudiantes, después empezaron a venir otros clientes”, explicó. El local, situado en la calle Tacurú número 17, sirvió de inspiración para el nombre de su empresa.
La historia de Machón es como la de tanto otros emprendedores. Nació en Aristóbulo del Valle, vivió varios años en Bernardo de Yrigoyen y ya tomó contacto con el mundo productivo en la secundaria, ya que estudió en el prestigioso Instituto Línea Cuchilla de Ruiz de Montoya (que produce alimentos con la marca Granja Suiza).
Después de esa experiencia se fue a Oberá, donde se recibió de Diseñador Industrial. Pero cuando finalizó su carrera, con su título en la mano, no encontró su camino inmediatamente. Argañaras Machón se fue a vivir a Suiza tres años, un poco a probar suerte y conocer el mundo.
“Hice de todo, incluso hice el servicio militar”, explicó a Economis, charlando en el Parque Paraguayo donde se organizó un cocktail después de la entrega de premios en el Salón de las Dos Constituciones que fue muy elogiado por la creatividad, ya que se dispuso una suerte de living en medio del entorno verde del remozado parque.
Machón volvió a Misiones y después de un tiempo decidió pasar a hacer de su idea una empresa cuando pidió los primeros fondos. “Lo que le digo a los emprendedores es que los fondos van a aparecer, lo que importa es tener una idea y ponerla en práctica”, señaló.