Inrobics desarrolló Rehab, una plataforma digital en robótica social que proporciona sesiones de rehabilitación a personas que presentan limitaciones en su capacidad motora.

Algunos de estos dispositivos surgen a raíz de la robótica y la inteligencia artificial (IA), algunos de ellos se ubican en la robótica asistencial y otros en base a la robótica social asistencial.

La robótica asistencial proporciona un soporte a las personas mientras hacen diferentes actividades terapéuticas. Como, por ejemplo, los exoesqueletos o asistentes de marcha. Por otra parte, la robótica social asistencial, proporciona asistencia a través de la interacción social con un robot, sin necesidad del contacto físico.

En la actualidad hay diferentes empresas en el mundo, que desarrollan productos aplicando la robótica social asistencial. En Israel, la compañía Intuition Robotics, creó ElliQ, un dispositivo que da asistencia personal a la población adulta en sus domicilios.

A su vez, la empresa estadounidense Embodied, desarrolló un robot educativo y compañero de juegos llamado Moxie orientado a la población infantil. También, la empresa RoboKind (también estadounidense) cuenta con diferentes productos orientados al mundo educativo, con el fin de mejorar las habilidades físicas, cognitivas o sociales a través de la repetición y la práctica constante.

En España, la empresa Inrobics desarrolló Inrobics Rehab, una plataforma digital basada en robótica social que proporciona sesiones de rehabilitación a personas que presentan limitaciones en su capacidad motora, cognitiva y social derivadas de alteraciones neurológicas. Es la primera solución de robótica social en Europa en conseguir la certificación como producto sanitario.

El fin de este robot es ser una solución para los centros de atención sociosanitaria, hospitales y residencias de la tercera edad, donde los terapeutas pueden configurar una sesión con tareas personalizadas para sus pacientes.

El trabajo conjunto entre el terapeuta y el robot

Esta plataforma ofrece a los terapeutas una gama de actividades fundamentadas en los principios de ludificación. Es decir, el uso de técnicas y dinámicas propias de los juegos con el fin de potenciar la motivación y reforzar la conducta para solucionar un problema. Además de potenciar las terapias, fomentar la neuroplasticidad y el control motor.

Este robot cuenta con un sensor 3D que monitoriza los movimientos del usuario y proporciona información de los rangos de movimiento de las diferentes articulaciones. Así los terapeutas pueden comprobar si ha aumentado el rango de movimiento de los grupos articulares afectados.

Uno de los retos de esta tecnología es añadir un pulsómetro que aporte datos sobre la frecuencia cardiaca durante la sesión.

Las mejoras que propone esta alternativa

La experiencia sustraída confirma que la robótica social asistencial tiene las siguientes ventajas:

• Puede mejorar en gran medida la calidad y la duración de la adherencia en los tratamientos al dirigir interacciones sociales lúdicas diseñadas para producir un progreso medible hacia las metas del usuario.
• Se puede usar de manera efectiva para involucrar en intervenciones terapéuticas basadas en el juego, potenciando la rutina diaria de los usuarios con diversidad funcional.
• Influye en el aprendizaje motor, al focalizarse en inducir neuroplasticidad, la capacidad de un cerebro en desarrollo para formar nuevas conexiones neuronales.
• Promueve la actitud positiva ante el esfuerzo y la frustración, pues valida el esfuerzo continuo del usuario.
• Puede mejorar la concentración, participación y motivación del paciente al incluir en las sesiones poderosas mecánicas de juego.

Esta herramienta marca un rumbo para la tecnología aplicada en medicina, permitiendo no solo innovar, sino mejorar la calidad de vida de las personas dependientes de una rehabilitación.

Fuente: Foro Económico Mundial

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